Este diario se encontraba en:

http://es.groups.yahoo.com/group/jacobeo2004/message/
mensajes número:
11786, 11798, 11803, 11807, 11833, 11853, 12040, 12046, 12058, 12064, 12071
13511, 13512, 13530, 13540, 13559, 13586, 13618, 13636, 13638 y 13643

Las desventuras de un bicho con ruedas por el Camino de la Plata
00. Madrid - Sevilla
01. Santiponce - Almadén de la Plata
02. Almadén de la Plata - Fuente de Cantos
03. Fuente de Cantos - Almendralejo
04. Almendralejo - Alcuéscar
05. Alcuéscar - Cáceres
06. Madrid - Cáceres
07. Cáceres - Galisteo
08. Galisteo - Aldeanueva del Camino
09. Aldeanueva del Camino - Fuenterroble de Salvatierra
10. Fuenterroble de Salvatierra - Salamanca
11. Madrid - Salamanca
12. Salamanca - Zamora
13. Zamora - Tábara
14. Tábara - Mombuey
15. Mombuey - Lubián
16. Lubián - Laza
17. Laza - Orense
18. Orense - Laxe
19. Laxe - Santiago
20. Conclusión

Madrid - Sevilla

3 de Diciembre 2004

El viaje en autobús se me hizo muy largo. La lluvia y los controles en las carreteras hicieron que llegáramos con casi dos horas de retraso. El día en Sevilla era gris, no llovía pero las calles estaban mojadas, esperemos que mañana mejore, aunque seguro que encontraremos el Camino lleno de barro.

Nos esperaban Alberto y Agueda, dos buenos amigos que nos dejaron su casa de Santiponce para pasar allí la noche. Visita relámpago a las ruinas de Itálica, que estaban a punto de cerrar y de allí a Sevilla. Doce años llevaba sin estar allí, que maravilla la catedral y la giralda iluminadas, la calle de las Sierpes, la Maestranza, todo...A media tarde toca merendar en una cafetería al lado de la catedral, allí quedo con Fernando Carro, el chaval siempre con su agenda apretadísima pero siempre encuentra un hueco para ver a los amigos.

Nos despedimos hasta la vuelta a Madrid y nos vamos a cenar a Triana, al lado del Guadalquivir, en "El primero del río", un pescaito que nos hace saltar las lágrimas. Alberto y Agueda quieren invitarnos a tomar algo, pero mañana hay que madrugar, así que nos acercan de nuevo a Santiponce. Es curioso, por el camino les voy enseñando flechas amarillas y me dicen que no se habían fijado nunca, tampoco en la placa de la calle Vinuesa de Sevilla.

Y a dormir. Mañana empezamos el Camino de la Plata.

[subir]

Santiponce - Almadén de la Plata

4 de Diciembre 2004

Nos despertamos temprano, sobre las ocho. El día es precioso, ni una nube. Eso sí hace bastante fresquito. Alberto y Agueda se han tomado la molestia de pegarse un madrugón un sábado para desayunar con nosotros, por supuesto tostadas con aceite, y además no nos dejan pagar. Gracias amigos.

Por fin empezamos a pedalear, de nuevo siento ese cosquilleo en el estomago, estoy empezando un Camino, esta vez no voy solo, me acompaña Rober, compañero hace año y medio en el Camino del Norte.

Por recomendación de José García, de la asociación de Sevilla, tomamos el camino de servicio de Emasesa, pues las recientes lluvias han dejado bastante embarrado el camino. Y tal y como me avisó el día anterior, nos encontramos un charco bastante crecidito. Parece bastante profundo, decidimos intentar dar un rodeo por el sembrado de la izquierda, gran error, nos damos de bruces con el arroyo y además estamos totalmente enfangados, pero no es barro, es auténtica arcilla de alfarero, de repente las bicicletas pesan unos cuantos kilos más y las ruedas no giran. Así que para atrás y a limpiarlas un buen rato.

Una vez quitado el barro, nos descalzamos, zapatillas al cuello y bichos con ruedas en vilo, y a vadear el charco. El agua estaba helada y llegaba por las rodillas, una vez cruzado me doy cuenta que me he dejado los calcetines en la otra orilla...que les den mucho por el...me pongo otros y a seguir.

Enseguida llegamos a Guillena, donde paramos a sellar. A la salida nos volvemos a meter en otro barrizal, por suerte no es muy largo y enseguida el camino mejora, pero no demasiado, es en constante subida y bastante ratonero, la verdad es que se nos está haciendo duro

En Castilblanco de los Arroyos paramos a comer algo. El dueño del bar nos dice que el cerro del Calvario está imposible por el barro, yo soy más partidario de hacerlo por camino, pero esta vez no cuesta mucho convencerme, aunque me quede la espinita clavada. Así tengo excusa para volver. Así que retomamos el Camino por la carretera, que resulta ser bastante dura, con continuos toboganes. Tengo amagos de calambres, menos mal que Rober también va bastante tocado. La subida de antes de Almadén nos da la puntilla, pero sabemos que desde allí será bajada hasta el albergue. La entrada al pueblo es preciosa. Llegamos al albergue, y la encargada, que vive en la casa de al lado, nos acomoda en la planta de arriba. El albergue es estupendo, literas con sábanas y mantas, todo muy nuevo y limpio...lo único que está averiada la caldera y nos toca ducharnos con agua gélida...

En todo el albergue estamos nosotros y dos peregrinas vascas que han salido de Sevilla. Ellas ya han comido, así que Rober y yo vamos a un mesón cercano donde nos zampamos nuestra primera ración de jamón, un caldo calentito y un exquisito guiso de venado (Almadén es zona de caza).

Por la tarde una siesta, estabamos realmente cansados.

Y después una vueltilla por el pueblo, la cena y a dormir. El primer día ha resultado duro.

[subir]

Almadén de la Plata - Fuente de Cantos

5 de Diciembre 2004

De nuevo amanece soleado, pero muy fresquito. Desayunamos en un bar en la plaza del pueblo, bajo la curiosa mirada de algunos paisanos. Empezamos, como no, con una cuestecita que da paso a un tramo precioso entre dehesas, muy verde en esta época del año. Al bajar al arroyo de la víbora debemos tomar una decisión: Hasta ahora el Camino giraba a la izquierda para atravesar la Finca Arroyo Mateos, pero José García me advirtió que habían cerrado la entrada y que ahora hay que ir al Real de la Jara por carretera. Efectivamente vemos flechas nuevas que apuntan a la derecha, pero aun así decidimos intentarlo, total con el bicho con ruedas no supone demasiado tiempo. Al pasar una granja de cochinos

Nos dice una señora que la finca está cerrada, parece ser que hace poco se organizó una montería y hubo follón. Y efectivamente al llegar a la cancela de entrada nos encontramos un hermoso candado.

Así que media vuelta y hasta El Real por carretera. Nos extraña no haber alcanzado todavía a las dos vascas. En el Real de la Jara visitamos un pequeño museo con muchos minerales, fósiles y animales disecados ¡qué poco me gusta ver así a los animales!

A la salida del Real tomamos de nuevo Camino, dejamos un hermoso castillo a nuestra derecha. Este tramo me está gustando mucho. Al cabo de un rato alcanzamos a las vascas y nos dicen que entre el arroyo de la Víbora y El Real han hecho auto stop. No volveríamos a ver ningún peregrino más.

Y por fin llegamos al momento esperado del día, el cruce con la N-630 y la Venta del Culebrín, avituallamiento ciclista: Jamón de bellota y cerveza. Que gozada. Como penitencia a nuestra gula, la subida al puerto cañada antes de llegar a la cruz del puerto y a Monesterio.

De Monesterio a Fuente de Cantos, de nuevo un tramo precioso, muy arbolado al principio y más abierto al final. Aparece Fuente de Cantos en el horizonte, pero aun deben quedar unos cuantos kilómetros.

La entrada a Fuente de Cantos es entre granjas de cochinos. Enseguida llegamos al albergue de los Frailes de Zurbarán. La verdad es que más bien parece un hostal rural o algo así que un albergue de peregrinos, pero es acogedor y el agua de la ducha esta vez está caliente. Estamos solos en el albergue. Para comer, carrilladas de cerdo ibérico...madre mía, después colada y siestecilla.

Por la tarde una vuelta por el pueblo, qué pena que anochezca tan pronto. Merendamos en un bar, jamón, por supuesto, y aprovechamos para leer periódicos y enterarnos de lo que pasa en el mundo.

Hoy la etapa nos ha resultado menos dura, estamos muy contentos.

[subir]

Fuente de Cantos - Almendralejo

6 de Diciembre 2004

Hoy el día también es soleado y frío, a primera hora hay un poco de neblina. Desayunamos en el albergue y nos ponemos en marcha. De momento el Camino es bastante llano, casi sin darnos cuenta llegamos a Calzadilla de los Barros, acompañados por la niebla.

Poco después, tras tocar el arcén de la N-630, giramos a la izquierda y empezamos un tramo muy bonito y entretenido, con suaves subidas y bajadas. Hoy me encuentro muy bien.

Después de un rato muy ameno llegamos a Puebla de Sancho Pérez y a la estación de Zafra. Aquí nos liamos un poco para entrar, y para colmo a Rober le roza el portabultos con la rueda. Paramos y vemos que lo había fijado mal al cuadro y que se había doblado y se estaba empezando a rajar...parece mentira que sea calculista de estructuras...lo recolocamos como buenamente podemos y decidimos continuar con mucho cuidado.

A la salida de Zafra, una cuesta corta pero durita, una vez arriba aparece una preciosa vista de Los Santos de Maimoma y una bajada muy divertida entre pinos.

En Los Santos paramos en la plaza a comer algo al sol, hoy hace menos frío y se está muy a gusto. Vamos a sellar al ayuntamiento y nos sella el alcalde en persona, es un hombre muy atento y trata muy bien a los peregrinos. Como vemos que de momento el portabultos de Rober aguanta, decidimos continuar.

El tramo siguiente transcurre entre olivares, es precioso, diferente a los Caminos que había hecho hasta ahora. A pocos kilómetros de Villafranca de los Barros giramos a la derecha, en un albergue para peregrinos totalmente solitario entre los olivos. Cruzamos la N-630 y por una pista ancha y de buen firme llegamos a Villafranca.

Unas fotos y continuamos, seguimos preocupados por el portabultos, si se rompiese el arreglo sería muy difícil. El Camino es ahora una larguísima recta, casi se pierde en el horizonte, es curiosa la señalización mediante cubos de granito. Por fin llegamos a la carretera de Almendralejo, llagamos a buena hora y cogemos una habitación en un hostal. Después de ducharnos, comer, lavar la ropa y echar una siestecilla, vamos a una tienda de bicis que nos indica el dueño del hostal, allí cambiamos el portabultos a la bici de Rober, esta vez lo ponemos como Dios manda. Almendralejo nos resulta bastante acogedor, resulta que tengo un amigo común con el dueño de la tienda de bicis y nos tiramos hablando un buen rato.

Cenamos en el mismo sitio de al mediodía, mientras los parroquianos ven el fútbol, y nos vamos pronto a dormir. Me hace mucha ilusión la etapa de mañana.

[subir]

Almendralejo - Alcuéscar

7 de Diciembre 2004

Desde luego no podemos tener más suerte con el tiempo. Hace mucho frío, pero un sol radiante que alegra la mañana. Salimos de Almendralejo por carretera hasta el punto donde dejamos ayer el Camino, de nuevo la misma larga recta y los bloques de granito señalizando el Camino.

El Camino es llano como la palma de la mano y encima llevamos viento a favor, así que casi sin darnos cuenta llegamos a Torremegía. A partir de aquí pedaleamos paralelos a la N-630, hasta que pasados unos kilómetros nos desviamos a la derecha, entre campo de cultivo, pero enseguida ¡otra vez! atascados en un barrizal. De nuevo las bicicletas completamente enfangadas de ese barro tan pegajoso. Un agricultor nos dice que el Camino está así prácticamente hasta Mérida, así que un poco más adelante nos desviamos a la izquierda por una linde hasta la carretera, y enseguida entramos a Mérida.

A pesar de haber estado ya varias veces, es una ciudad que me sigue asombrando. Es una sensación muy especial pasar por la bici por el puente romano y por debajo del arco de Trajano. Como Rober también conoce bien Mérida, no estamos mucho rato. Me apetece llegar a Proserpina. La presa es impresionante, pero me decepciona un poco el entorno, con urbanizaciones y chiringuitos.

Pasada la presa continuamos por una carreterilla un par de kilómetros y giramos a la izquierda. Aquí comenzamos de un tramo que de nuevo me encanta, la Plata me está cautivando, cada día parece gustarme más que el anterior. Entre encinas y cochinos llegamos a El Carrascalejo. A la salida una cuesta y desde arriba ya divisamos Aljucén. Allí paramos a tomar algo en un curioso bar en la plaza, enfrente de la Iglesia.

El día es estupendo, hasta pasamos un poco de calor. Salimos de Alcuéscar por carretera hasta la N-630 y allí tomamos de nuevo camino. Probablemente este fue el tramo que más me gustó (y eso que era en constante subida), que gozada, que silencio, todo el camino cubierto de bellotas caídas. Me llevo tres de recuerdo. Subimos una torrentera bastante empinada y continuamos por una recta bastante llana, aquí el Camino es más abierto, hasta llegar a la Cruz del Niño Muerto (un poco desagradable el nombrecito).

Un pequeño sube-baja y ya vemos Alcuéscar, entramos por un tramo empedrado en subida, un poco duro con los kilómetros que llevamos.

La acogida y el trato que nos dan los Esclavos de María y de los Pobres se merecen mucho más que mis pobres palabras, prefiero no contarlo porque sería demasiado injusto. Solo diré que la cena con ellos ha sido una experiencia que me ha hecho pensar mucho y cuestionarme muchas cosas. Gracias por todo Hermanos.

Nos acostamos pronto, mañana llegaremos a Cáceres y acabará nuestro periplo Platero.

[subir]

Alcuéscar - Cáceres

8 de Diciembre 2004

¡Vaya frío que ha hecho esta noche! He dormido embutido en el saco y con dos mantas encima. Hoy se acaba nuestro contacto con la Plata, a todas luces demasiado corto, pero mañana me está esperando el jefe en la mazmorra...

Hoy el día no tiene nada que ver con los anteriores. Gris, con una niebla muy cerrada, "meona" y mucho, muchísimo frío. Desde luego me parece más que el año pasado por estas fechas en Cebreiro. Nos despedimos de los hermanos y comenzamos el último ritual de colocación de alforjas en las bicis; y tiritando vamos al bar de enfrente a desayunar.

Salimos de Alcuéscar por un camino muy enfangado, casi pantanoso, menos mal que el barro y los charcos están endurecidos, congelados, y la bici no se clava. El ambiente es casi fantasmal por la niebla, pero también tiene su punto...cualquier situación es bonita en el Camino...

Llegamos a Casas de Don Antonio y su precioso puente romano. A partir de aquí pedaleamos paralelos a la N-630, empezamos a ver miliarios y tras cruzar otro puente romano llegamos a Aldea del Cano. A la salida nos separamos un poco de la carretera y pasamos por un aeródromo.

Poco a poco el sol asoma de vez en cuando, alegrándonos los últimos kilómetros. Pasamos un nuevo puente y llegamos a Valdesalor. Aquí queremos parar a tomar algo, pero no encontramos nada. El pueblo parece bastante frío, poco acogedor, así que continuamos y enseguida paramos en una gasolinera, aprovechamos que tiene lavado con lanza a presión para quitar el barro acumulado de las bicis, y nos tomamos algo en el bar "Tuareg".

Hoy he querido sentir cada pedalada, por eso he evitado ir en paralelo con Rober, quería ir en silencio, me sabe mal porque quizá he parecido un poco borde, espero que lo entienda.

Nos ponemos de nuevo en marcha, solo doce kilómetros nos separan de Cáceres. Paralelos de nuevo a la N-630 subimos el puerto de las Camellas, un poco más adelante nos separamos de la carretera y perdemos las flechas, hay una zona en obras y no nos aclaramos. Como ya vemos Cáceres a un tiro de piedra, seguimos por un camino por una especie de parque, y entramos a Cáceres por una zona bastante nueva.

Tenemos el tiempo justo para cambiarnos en los servicios de la estación de autobuses y comer algo allí mismo, sé que volveremos más pronto que tarde y dedicaremos a Cáceres el tiempo que se merece. Al arrancar el autobús hacía Madrid comprendo que es cierto lo que me habían dicho, la Plata tiene magia, engancha...y le doy un hasta pronto...

[subir]

Madrid - Cáceres

23 de Marzo 2005

Parece que fue ayer cuando dejamos el Camino en Cáceres...por fortuna el tiempo ha pasado rápido, y casi sin darme cuenta me vuelvo a despertar con ese cosquilleo en el estómago.

A las nueve de la mañana el autobús sale de Madrid con dirección a Cáceres. Además de Rober, esta vez se nos ha unido Natalia, una compañera de trabajo que quiere descubrir el Camino de Santiago.

El viaje es largo, pues el autobús va parando en casi todos los pueblos. A medio camino, nos llama Héctor, primo de Rober y compañero del Camino de Madrid hace un año, diciendo que se apunta ¿y como vas a venir? "Salgo mañana a las seis de la mañana de Sotillo de la Adrada y a las ocho y media estoy en Cáceres". Así es Héctor, mientras yo planeo los Caminos con muchos días de antelación (es un defecto, lo sé, soy demasiado cuadriculado) él lo decide en un minuto.

Por fin llegamos a Cáceres, tan muertos de hambre que comemos en la misma estación de autobuses, lomo con huevos frito y patatas, por supuesto.

El día está cubierto y llovizna a ratos. Nos lleva un buen rato encontrar el hostal. Tras descansar un poco, nos vamos a dar una vuelta por la maravillosa Cáceres. La primera parada es, por supuesto, en la Iglesia de Santiago, donde sellamos las credenciales. Después nos perdemos por sus calles empedradas, por fortuna el día ha abierto algo, y no hace frío.

Acabamos la tarde tomando una cerveza en una terraza de la Plaza Mayor. Después vemos una procesión y nos vamos a cenar unas tapas.

Volvemos al hostal muy pronto, pues mañana la etapa es larga y habrá que estar bien descansados...a las diez estamos durmiendo...

[subir]

Cáceres - Galisteo

24 de Marzo 2005

Nos despertamos a las siete y media. A pesar de los nervios, he dormido de un tirón. El día amanece con grandes claros, parece que vamos a tener suerte. Desayunamos en el mismo hostal y nos dirigimos a la plaza de toros, donde nos encontramos con Héctor.

A las nueve de la mañana ya estamos pedaleando y siguiendo flechas amarillas, hacía tiempo que no hacía el Camino con tanta gente, esto me ha hecho pensar y llegar a una conclusión...el último día. Nos encontramos con un peregrino a pie. Pronto llegamos a Casar de Cáceres, famoso por su torta de queso. Servidor es bastante rarito y odia el queso, así que prescindimos de tan exquisito manjar...además tenemos todavía el desayuno muy reciente.

A la salida del Casar volvemos a encontrar la señalización de cubos de granito. Casi sin darme cuenta me voy para atrás, prefiero ir a unos metros de los demás, son mis primero kilómetros de Camino y necesito un poco de soledad. Llegamos al conocido grupo de miliarios, Héctor y Natalia, que van por delante, ni los ven y se pasan de largo. Rober y yo paramos, hacemos un par de fotos. Yo me quedo un poquito más en solitario, admirando tan imponentes piedras.

Cuando alcanzamos a los dos "escapados" nos preguntan que dónde nos habíamos metido...chavales, hay que ir con más calma.

Al cabo de un rato divisamos el embalse de Alcántara, parece que está con el nivel un poco bajo. El Camino sale a la carretera, muy transitada, no me encuentro cómodo y prefiero pasarla rápido. Por suerte enseguida el Camino hace un giro de casi 180 º para subir por una cuesta pedregosa. Aquí Héctor ya empieza a decir que por qué no seguimos por carretera. Yo tiro por el Camino, vosotros haced lo que queráis...al final me siguen todos, el Camino es bastante pedregoso, por detrás la gente protesta un poco...un rato después divisamos Cañaveral. Entramos al pueblo por el bonito puente medieval de San Benito, y paramos en un bar a pie de carretera para reponer hidratos de carbono en forma de lomo, jamón, chorizo, salchichón y cerveza ...porque eso son hidratos, no?

Al terminar aviso a la tropa de que ahora viene una subida muy fuerte por un cortafuegos al Puerto de los Castaños. Héctor y Natalia deciden hacerla por carretera, Rober y yo tenemos claro que no nos salimos del Camino. Ya nos veremos arriba, en un hostal que viene en la guía. Como esperábamos, en el cortafuegos tenemos que echar pie a tierra, pero por suerte es un tramo bastante corto. Arriba nos reagrupamos, en el hostal que resulta ser más bien un puti club. Por detrás de tan magno edificio continuamos por el Camino, más bien campo a través entre encinas, vacas y toros que me dan mucho respeto, por suerte parece que pasan de nosotros. Pensamos que nos hemos perdido porque no vemos ni una flecha amarilla, pero al poco tiempo vemos dos en una portela. Tras cruzarla y llegar a la carretera de Holguera, llega el momento de tomar otra decisión: Seguir por Camino, por cuatro términos, donde me habían dicho que hay que pasar un tramo agarrado a una valla y haciendo funambulismo; o tirar por carretera por Holguera y Riolobos. La fruta está madura y es algo tarde, así que un poco a regañadientes acepto ir por el asfalto, así por lo menos tenemos la oportunidad de comer en Riolobos si nos da el hambre.

La carretera pica para abajo y rápidamente llegamos a Holguera. Pero Héctor empieza a estar maduro y a Natalia le duele mucho una rodilla, de una lesión de baloncesto, así que muy despacito continuamos a Riolobos, decidimos no parar a comer "si paramos luego no volvemos a salir", a la salida de Riolobos una cuesta les termina de rematar, paramos un poco a descansar justo donde nos volvemos a encontrar con las flechas amarillas, en un camino que sale a la izquierda.

Doy ánimos a la tropa cuando divisamos Galisteo por primera vez, aunque todavía quedan kilómetros. Natalia pincha, el primero del Camino. Pedaleamos paralelos a un canal, tras una bajada llega un repecho muy muy fuerte que nos hace bajarnos, los pobres Héctor y Natalia casi no pueden más, pero al llegar arriba, ahora sí, bajamos a Galisteo, la entrada es impactante con las murallas de frente. Vamos directamente a Rusticiana, nos recibe Mari Cruz, un encanto de mujer, me da recuerdos para nuestra peregrina Gloria.

Por supuesto, para comer su delicioso bacalao que me habían recomendado varios amigos peregrinos. Estamos solos en el mesón y Mari Cruz comparte mesa con nosotros, al terminar tenemos una larga sobremesa, hablando del Camino, de la vida, entre orujo y orujo. Finalmente realizamos su conjuro, quemando unas hojas de laurel.

Por mí hubiera seguido toda la tarde, pero Mari Cruz tiene trabajo y nosotros tenemos que ducharnos y descansar un poco. Además de nosotros cuatro, estamos en el albergue una pareja de peregrinos alemanes; Ramón, un peregrino de Barcelona que le gusta hacer fotos a toda la gente que conoce en el Camino; y Luis y Virginie, una pareja de ciclistas con los que coincidiríamos hasta Salamanca. Digo ciclistas en vez de bicigrinos porque reconocían estar haciendo cicloturismo y no pensaban retomar la Plata para llegar a Santiago...siempre he dicho que no es lo mismo un cicloturista que un bicigrino, al igual que no es lo mismo un senderista que un peregrino.

Por la tarde recibimos la visita de unos amigos que pasan las vacaciones en un pueblo cercano. Recorremos Galisteo por su muralla y nos tomamos una cerveza en un bar un poco "makinero".

Héctor compra algo de fruta para cenar, el resto preferimos volver a Rusticiana, no quería quedarme con las ganas de probar el jabalí.

Como Mari Cruz no madruga nos despedimos de ella...un recuerdo si lees esto, "Bruja de Rusticiana"... y nos acostamos pronto. A Natalia la rodilla le duele bastante, a ver como amanece mañana.

Alex, desde Maadrid

[subir]

Galisteo - Aldeanueva del Camino

25 de Marzo 2005

Somos los primeros en despertarnos, a las siete y media. Mis compañeros me dedican algún cariñoso improperio por levantarle tan pronto "pero si habéis dormido nueve horas, vagos". Desayunamos en el albergue y arreglamos la rueda delantera de Rober, que ha amanecido deshinchada.

Natalia no tiene la rodilla bien. Le doy ánimos, la etapa de hoy va a ser mucho más corta. Salimos de Galisteo por el puente medieval sobre el río Jerte, el día tiene nubes y claros, y cae alguna gota. Por una carreterilla de tercer orden llegamos a Carcaboso, aquí paramos a tomar un café en el bar Pacense "Ruta de la Plata", la dueña nos pone unos tazones tamaño barreño y nos enseña su pensión-albergue.

Aquí es cuando Natalia se da cuenta que no puede seguir, su rodilla casi no la deja bajar por las escaleras. Así que decide tomar la dolorosa decisión de abandonar. Llama a un taxi que la llevará a Plasencia, donde tomará un tren a Madrid.

En fin, el Camino sigue. A la salida de Carcaboso nos desviamos del Camino y vamos por carretera a Valdeobispo, para evitar un tramos con muchos muros de piedra difíciles de pasar con una bici con alforjas. Pasado Valdeobispo, tomamos una carreterilla, más bien un camino asfaltado. Aquí me adelanto a mis dos compañeros, me apetece ir a mi aire. Con el tiempo irían entendiendo mi "autismo". De vez en cuando cae algo más que cuatro gotas, por eso sigo con el chubasquero, aunque da bastante calor.

Al llegar a Venta Quemada volvemos al Camino. Estoy ansioso por llegar a uno de los momento más esperados, la llegada a las ruinas romanas de Caparra. Por fin, tras una curva, aparece el impresionante arco. Es sobrecogedor. Aquí la parada es obligada, aunque hay bastante turistas procuro aislarme de ellos y contemplar esas milenarias piedras durante un buen rato. Tras las fotos de rigor, me siento debajo a comer algo.

Llega un peregrino caminando y me pide en un perfecto castellano que le saque unas fotos. Posteriormente sabré que es un austríaco de 65 años, Ferdinand, y que camina como una auténtica moto. Quedamos en vernos en Aldeanueva del Camino.

Al reemprender la marcha me quedo el último y pedaleo constantemente volviendo la vista, quiero apurar la visión del arco. A nuestra derecha la sierra de Bejar cada vez más imponente, y unas nubes muy densas y agarradas que presagian lluvia. Ahora me toca a mi pinchar...hacía mucho, muchísimo que no pinchaba en el Camino.

Hace un viento fortísimo, por fortuna lo llevamos a favor. A nuestra espalda se empieza a formar una nube negra con forma de calavera, me parece que nos va a pillar. A un kilómetro de Aldeanueva de nuevo la rueda se me empieza a deshinchar, debo tener una espinita clavada en la cubierta. Como se deshincha poco a poco, no paramos, pues la nube cada vez es más negra y ahora tiene forma de flecha apuntándonos.

Rodando casi sobre la llanta llegamos a Aldeanueva, preguntamos por el Albergue. Al llegar está cerrado, y no hay nadie en la casa de al lado, donde deben estar las llaves. Como empiezan a caer gotas entro en la casa y veo en la entrada un manojo de llaves con un llavero que pone "albergue"...nada más abrir y entrar dentro un trueno y el diluvio universal en forma de granizo...por un minuto nos hemos librado, menos mal que no paré a arreglar el pinchazo.

Una vez duchados y lavada la ropa, nos vamos a comer. Tras atravesar todo el pueblo, acabamos en un restaurante a pie de la N-630, lleno de turistas. A la vuelta pasmos más despacio por el pueblo, admirando su bonito puente medieval. Pero llega una hermana de la nube anterior, esta vez con forma de puño cerrado con el dedo medio extendido, hala, a correr al albergue, que hemos dejado tendida ropa y las zapatillas en la ventana.

A media tarde llega al albergue Ferdinand, al pobre le han cazado los dos chaparrones, pero no pierde la sonrisa. Un poco más tarde llega un grupo de cinco peregrinos alemanes (creo), a pesar de que hay plazas de sobra no les gusta el albergue y deciden ir a buscar un hostal. Y algo después llegan dos chavales que caminan con un perro y una mochila muy pequeña para los dos.

Después de descansar un rato volvemos a dar una vuelta por el pueblo y a tomar algo. Rober y Héctor no tienen hambre y deciden volverse al albergue a dormir, yo ceno en un bar de copas una ensalada XXL y una tortilla de nosécuantos huevos.

Después de cenar me vuelvo al puente, el cielo ha abierto y brilla una enorme luna llena sobre la sierra de la Covatilla, pintando de plata sus cumbres nevadas.

[subir]

Aldeanueva del Camino - Fuenterroble de Salvatierra

26 de Marzo 2005

Nos despertamos más o menos todos a la vez, aunque el primero en ponerse en marcha es Ferdinand. El resto nos vamos a desayunar churros a un bar de la plaza, junto a un grupo de chavales que termina su juerga nocturna y que nos miran como si fuéramos bichos raros.

A las nueve empezamos a pedalear, ascendiendo suavemente por carretera, sin apenas tráfico desde que se construyó la autovía. Pero no deja de ser aburrido, por lo que en cuanto el Camino sale a la derecha lo tomo, mientras mis compañeros prefieren seguir por asfalto. Más adelante vuelvo a cruzar la carretera y por calzada llego a Baños de Montemayor. Nada más entrar en el pueblo una calle con una cuesta tremenda, ya a la salida la recuperada calzada romana. Aquí me encuentro con Rober y Héctor, el primero se anima a subir por la calzada, el segundo sigue por su querida carretera. Aunque se me van saltando los empastes, es un tramo que disfruto enormemente, con una bonita panorámica de Baños.

Al final de la subida salimos de nuevo a la carretera, donde nos reagrupamos. Dejamos atrás Extremadura y entramos en Castilla y León. El Camino tuerce a la izquierda por detrás de una casa con una placa alusiva al Camino de Santiago, paramos en un bar a sellar y comenzamos una bajada muy pronunciada y pedregosa, nos lo tomamos con tranquilidad porque a Héctor se le aflojan las alforjas y porque las piedras están muy húmedas y resbaladizas.

Al final de la bajada llegamos al Puente de la Malena, aquí intento mandar recuerdos a otra forera pero no tengo cobertura...el puente y su entorno es más bonito de lo que me había dicho, con un precioso miliario en sus inmediaciones. Pasado el puente el Camino transcurre paralelo a una carreterilla, que por supuesto toma Héctor, ya nos veremos en Calzada de Béjar. Rober y yo seguimos por Camino y superamos una cuesta tremenda que nos hace echar pie a tierra, y encima al final Rober pincha, cuando estabamos a punto de alcanzar a un peregrino a pie.

En Calzada de Béjar nos reagrupamos, sellamos en el albergue y nos comemos una tableta de chocolate tirados al sol, disfrutando de la bonita arquitectura del pueblo.

Salimos de Calzada por carretera, pero enseguida salimos a camino, por una pista en buen estado y con viento a favor llegamos a Valverde de Valdelacasa, con su Iglesia de Santiago. Salimos por carretera, llegamos a Valdelacasa por una larga cuesta que nos hace sudar bastante. Un poco más adelante, el Camino se separa de la carretera por la izquierda, Héctor está muy tocado (lleva varios días con un fuerte resfriado) y decide continuar por carretera hasta Fuenterroble de Salvatierra. Rober y yo continuamos por un tramo algo dificultoso, primero con gravilla y luego con una finísima capa de barro que frena mucho las ruedas. No ha llovido en todo el día pero el ambiente es muy húmedo.

A los pocos kilómetros divisamos Fuenterroble, y nos dejamos caer por carretera hasta el albergue, donde nos está esperando Héctor. Nos recibe con los brazos abiertos Blas, y nos reconforta con unos vasos de agua caliente con miel que nos saben a gloria. Y de Gloria le doy recuerdos, más tarde intentaré una conexión telefónica pero no puedo por la falta de cobertura.

El albergue está repleto de chavales de doce o catorce años, parece ser que están pasando unas convivencias con motivo de la Semana Santa. Después de acomodarnos y ducharnos nos vamos a comer a uno de los dos bares del pueblo, de nuevo lomo con patatas y huevos fritos. En la tienda del bar comparamos la cena y el desayuno de mañana y volvemos al albergue para descansar, Rober y Héctor se acuestan, yo me quedo de tertulia con Stacy, una australiana que está unos días de hospitalera después de haber acabado la Plata hace poco, el peregrino alemán que alcanzamos en Calzada y ¡Ferdinand! , que ha hecho andando la misma etapa que nosotros. Formamos una auténtica torre de Babel, pues Stacy habla castellano e inglés, Ferdinand alemán y castellano, el alemán su idioma natal e inglés y yo castellano pobre e inglés macarrónico.

Afuera cae algún chaparrón de vez en cuando, alternado con ratos de sol. Cuando mis compañeros se despiertan, nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. Visitamos su iglesia y su pequeño parque temático adjunto, sobre las calzadas romanas y su construcción.

Más tarde volvemos al bar a tomar un cola cao, nos encontramos con Luis y Virginie, los cicloturistas de Galisteo, que ayer durmieron en Baños de Montemayor y hoy se alojan en una casa rural. Echamos una partida de mus en la que Rober y yo dejamos el orgullo patrio por los suelos, pues somos derrotados por Virginie...en mi defensa diré que jugábamos a 30 piedras y que no vi un tío con barba en toda la partida...por lo menos nos invitan a la cerveza.

Acabada la partida, Luis, Virginie y Ferdinand se quedan a cenar en el bar, nosotros volvemos al albergue. Como Blas está con su grupo de chavales en la cocina y no cabe ni un alfiler, cenamos en el almacén adjunto.

Nos vamos a la cama pronto, pues esta noche cambian la hora y se duerme una hora menos...mañana llegaremos a Salamanca.

[subir]

Fuenterroble de Salvatierra - Salamanca

27 de Agosto 2004

A pesar del cambio de hora, nos volvemos a despertar a las siete y media, esta vez los improperios de mis dos compañeros se convierten en amenazas de agresión. Todavía no ha amanecido.

Desayunamos en la cocina los cinco peregrinos que hemos pasado la noche en el albergue, mientras va saliendo el sol, descubriendo un nuevo día alternado de nubes y claros, con alguna nube que suelta algo más de cuatro gotas de vez en cuando. Blas y Stacy duermen todavía. Ferdinand termina rápido y es el primero en salir, después nos despedimos del alemán y salimos del albergue, gracias por todo Blas.

Salimos de Fuenterroble por carretera, pero enseguida el Camino se desvía a la derecha, justo aquí alcanzamos a Ferdinand, me despido de él y le deseo buena llegada a Santiago, pues lo más seguro es que no volvamos a coincidir. El Camino transcurre entre fincas de ganado, por un terreno muy verde y húmedo, mientras nos vamos acercando al Pico de la Dueña.

La subida comienza en un giro a la izquierda, abandonamos una pista ancha por un sendero a veces casi imperceptible, el comienzo es muy duro, posteriormente se van alternando tramos más suaves con otros más inclinados y pedregosos, en alguno hay que bajarse de la bici. No alcanzo a ver la cima porque hay bastante niebla, empiezo a ver aerogeneradores monstruosos a mi izquierda, de dudosa estética...es el precio que hay que pagar por una energía más limpia...a mi derecha aparecen varias cruces de madera, pero la esperada cruz de Santiago se hace esperar. Entre molino y molino, grupos de cochinos de pata negra que se alejan berreando cuando me ven aparecer.

Después de un último tramo muy duro, un leve llaneo me conduce hasta la cima, con la imponente cruz de Santiago. Arreglo un freno que se ha aflojado mientras llegan mis dos compañeros...lo voy a necesitar para la bajada. Cuando llegan, subimos andando hasta el pie de la Cruz. Una pena que la niebla y las nubes, cada vez más cerradas, no permiten mucha visión.

Después de las fotos de rigor, comenzamos el descenso, yo me quedo a cola porque llevo los frenos un poco justos, la bajada parece mucho más inclinada que la subida, casi sin darnos cuenta estamos en la carretera que nos conducirá a San Pedro de Rozados. Aquí pedaleamos muy despacio para recuperarnos del esfuerzo de la subida, sobre todo Héctor que sigue muy tocado de su resfriado. Un poco más adelante llegamos al desvío que conduce a San Pedro de Rozados. Héctor decide continuar recto hasta Salamanca, ya no nos veríamos más hasta llegar a la catedral.

Justo cuando Rober y yo tomamos el desvío, cae un fuerte chaparrón, que unido al viento hace que pasemos un rato poco agradable, pero enseguida entramos en San Pedro y en el bar Moreno, donde tomamos un reconfortante café con leche y bollos.

Por suerte el chaparrón se acaba enseguida y retomamos Camino, llegamos a Morille por una pista ancha, queremos sellar en el albergue pero no hay nadie. Ya sentimos la cercanía de Salamanca, de vez en cuando cae algún chubasco, por suerte no tan fuertes como el de San Pedro. Vamos superando los últimos repechos, pasando las últimas cancelas hasta que al llegar a una colina contemplamos a lo lejos Salamanca, pero todavía deben quedar varios kilómetros.

Desde aquí el Camino es una ancha pista que pica para abajo, así que nos vamos dejando caer. Más adelante alcanzamos a un grupo de cinco o seis peregrinos, justo antes de un repecho pedregoso difícil de superar sobre la bici. Desde aquí ya casi podemos tocar Salamanca.

La entrada está un poco confusa por unas obras, pero enseguida tomamos la N-630, totalmente congestionada de coches. Paramos en una gasolinera con lavado de agua a presión para limpiar las bicis (y evitar las habituales broncas de los conductores de autobús). Finalmente entramos a Helmántica por el puente sobre el río Tormes, y de ahí nos dirigimos al nuevo albergue de peregrinos junto al huerto de Calixto y Melibea. Allí nos encontramos a Héctor, que ha llegado hace un buen rato.

Al cabo de un rato llega la encargada del albergue, que encantada nos deja ducharnos y dejar guardadas las bicis mientras vamos a comer. Salamanca me sigue impresionando, a pesar de haber estado ya seis o siete veces, incluyendo fines de semana de juerga cuando era joven...

De vuelta al albergue, nos reciben varios miembros de la Asociación de Salamanca, que se muestran muy atentos. Gracias amigos. Por desgracia no podemos prolongar la tertulia, pues en media hora sale el autobús. Así que un poco justos llegamos a la estación, Rober y Héctor vuelven a Cáceres a recoger el coche, yo a Madrid...con cierta nostalgia por estar conociendo la Plata a base de "excursiones" de cuatro o cinco días y prometiéndome a mí mismo que cuando vuelva será para llegar a Santiago.

[subir]

Madrid - Salamanca

30 de Julio 2005

Bueno, pues parece que cuatro meses pasan volando. A las once de la mañana, en un autobús con destino a Salamanca, partimos Rober y yo para acabar el Camino que empezamos hace casi nueve meses.

Esta vez será algo más que una excursión de cuatro días, nos esperan unos 500 km para llegar a Santiago. Como siempre, los nervios previos al Camino ¿Saldrá todo bien? ¿Tendremos alguna avería en las bicis? ¿Nos respetará la salud?

Esta vez el viaje es corto y pasadas la una de la tarde llegamos a Salamanca. Como no nos parece ético ocupar plaza en el albergue sin haber hecho Camino, nos alojamos en un pequeño Hostal en la Rua Mayor, entre la Catedral y la Plaza Mayor.

Por muchas veces que haya ido a Salamanca, es una ciudad que me sigue encantando. Comemos en una terrazita cerca del hostal y después echamos la siesta, por la tarde ya me empiezan a llegar mensajes de ánimo de amigos peregrinos, es una alegría y hace que cada vez tenga más ganas de que llegue mañana para empezar a pedalear.

Después de la siesta damos una vuelta, visitamos las catedrales y saludamos a la gente del albergue. Nos tomamos una cerveza en otra terraza y veo pasar a dos chavales con una guía en la mano, los primeros peregrinos que vemos...y que volveríamos a ver varias veces.

Cenamos de nuevo en el mismo sitio del mediodía y nos vamos pronto a dormir, con muchas ganas de que pase rápido la noche.

[subir]

Salamanca - Zamora

31 de Julio 2005

A las siete y media nos despertamos. El día es espléndido, hace fresquito pero el cielo es radiante. Desayunamos en un bar de la Rua Mayor mientras vemos a la gente que vuelve a casa después de haber salido de marcha por la noche, nos miran como a bichos raros.

La salida de Salamanca es muy rápida, pese a no haber ninguna flecha amarilla. Las empezamos a ver una vez que salimos de la ciudad, y pronto abandonamos la N-630 para tomar camino ¡Qué diferente está! Hace cuatro meses verde, y hoy seco y amarillo. Pasamos muchas plantaciones de girasoles.

En Calzada de Valdunciel nos para un grupo de chavales en la puerta de un bar. Todavía no han acabado su juerga nocturna y quieren que nos tomemos algo con ellos. Nos cuesta convencerles para que nos dejen seguir, a cambio tengo que dejarles que me llenen el bidón de whisky con coca cola...que tiro en cuando les pierdo de vista.

El Camino transcurre a uno y otro lado de la N-630, entre pistas de concentración parcelaria, muy árido excepto un tramo en el que bordeamos un precioso maizal. Es muy llano y cómodo.

Entramos en la provincia de Zamora. Me resulta curioso como en apenas unos kilómetros cambia el acento de la gente.

Poco antes de llegar a la altura de la cárcel de Topas, nos encontramos con un grupo de cuatro o cinco peregrinos, los primero que vemos en el Camino. Ellos se quedan en El Cubo de la Tierra del Vino, nosotros seguiremos hasta Zamora.

En el Cubo paramos a tomar algo y a sellar la credencial. Don Tomás, el párroco, se encuentra dando misa en otro pueblo, pero nos sella una encantadora vecina. Después de comer algo en un bar, seguimos el Camino.

Ahora pedaleamos un buen rato paralelos a la vía del tren, por un camino muy tranquilo y cómodo, hasta que pasado un rato abandonamos su compañía para dirigirnos a Villanueva de Campeán.

Pasado Villanueva y un pequeño cerro, ya avistamos Zamora en el horizonte. El día ha transcurrido sin ningún problema, ha sido espléndido y no ha hecho demasiado calor.

La entrada a Zamora es preciosa, con la vista de la catedral de frente y por un bonito puente sobre el río Duero. Como no hay albergue de peregrinos, nos alojamos en un hostal donde hacen buen precio a los peregrinos.

Después de comer, lavar la ropa y descansar un poco, salimos a dar una vuelta por la ciudad. Nos encontramos con los dos peregrinos que vimos en Salamanca, son padre e hijo, de Barcelona, y también hacen el Camino en bici. Visitamos con ellos el castillo y la catedral. De está última impresiona sobre todo el coro.

Más tarde nos tomamos una cerveza en una terraza. Nos cuentan que han salido de Mérida y que tienen intención de continuar la plata por Benavente y unirse con el Camino Francés en Astorga. Nosotros mañana seguiremos por el Sanabrés al llegar a Granja de Moreruela, así que no coincidiremos mucho, de todas formas quedamos en vernos por la mañana y nos vamos a cenar.

De vuelta al hostal vemos otra bici en la terraza...otro bicigrino, mañana haremos pelotón.

[subir]

Zamora - Tábara

1 de Agosto 2005

De nuevo hoy el día promete ser muy bueno, también hace fresquito y parece que sopla aire.

Bajamos a desayunar al bar de enfrente y nos encontramos al otro bicigrino que ha dormido en el hostal. Se llama Robert, es de Barcelona y está más cerca de los cincuenta que de los cuarenta. Enseguida empezamos a charlar y nos pregunta si nos importa que vaya un rato con nosotros. Por supuesto que no, así que nos hacemos unas fotos en la Plaza Mayor de Zamora y empezamos a pedalear.

Hoy la salida es un poco más complicada, y es que en las grandes ciudades las flechas desaparecen. Además es bastante fea, pues vamos entre escombreras. Nos encontramos con los otros dos catalanes y formamos un pequeño pelotón. Lo que parecía un poco de aire es un viento muy fuerte de cara, unido al firme bastante pedregoso hace que el comienzo sea algo durillo, y en los repechillos el grupo se suele romper.

Así llegamos a Roales del Pan, donde paramos a visitar la iglesia. Los dos catalanes (el padre y el hijo) se impacientan "si paráis en todas las iglesias lo lleváis claro", pues nada, id tirando, si no hace falta que vayamos de la manita.

Seguimos por pistas de concentración parcelaria, por la Tierra del Pan. Está resultando bastante más duro que ayer, por el viento y por los continuos "toboganes", lo que hace que vayamos separados unos de otros. Llegamos a Montamarta, con su curiosa iglesia levantada sobre un otero. Pasada la iglesia y un repecho, cruzamos la carretera y me doy cuenta que la rueda delantera se está desinflando poco a poco, pero trato de aguantar para llegar al embalse del Ricobayo y las ruinas del Castillo de Castrotarafe.

El embalse está bajísimo, prácticamente solo pasa el cauce del río. Eso hace un poco confuso el Camino, pues normalmente se debe bordear el embalse, así que después de pasar por un sembrado llegamos a las impresionantes ruinas del castillo. Aquí reparo el pinchazo mientras Rober y Robert hacen fotos. Arrancamos de nuevo, pasamos por Fontanillas y paramos en Riego del Camino para tomar algo.

Al salir de Riego vamos por un camino con la N-630 no demasiado lejos a nuestra izquierda, a lo lejos veo al padre y el hijo que prefieren ir por carretera. Como Robert resulta ser también bastante parlanchin, pedalea en paralelo con Rober, yo prefiero ir más a mi aire un poco por delante.

Terminada una cuesta me preocupo porque veo que no me siguen. El freno de la bici de Rober rozaba la cubierta trasera y la ha rajado. Mal asunto. Por suerte Robert lleva cinta americana y conseguimos hacer una reparación de emergencia, pero estamos preocupados porque no creemos que aguante mucho y porque no sabemos si vamos a encontrar recambio. Así que seguimos con cuidado y bien juntos.

Justo antes de llegar a Granja de Moreruela tomamos una carreterilla a la izquierda que nos lleva al Monasterio. Ahora el viento da más a favor y se agradece mucho.

Las ruinas del Monasterio son impresionantes, Rober y Robert hacen unas cuantas fotos. El sitio transmite paz y tranquilidad, dan ganas de quedarse varias horas, pero ya tenemos hambre.así que retrocedemos por la carretera y enseguida tomamos el camino que nos llevará a Puente Quintos. Acabamos de tomar el Camino Sanabrés.

Poco después, otra avería. Esta vez son mis alforjas nuevas que se mueven, rozan con la rueda trasera y se rajan.y de nuevo la cinta americana de Robert nos salva el pellejo. Poniéndolas al revés de cómo indicaba el fabricante parece que se soluciona el problema.

Después de una bajada muy pronunciada y pedregosa, llegamos a la carretera que cruza el río Esla por el Puente Quintos. Aquí el camino transcurre paralelo al embalse, pero es muy abrupto, prácticamente un terraplén en la orilla, da miedo meterse por ahí incluso andando, así que seguimos por carretera hacía Faramontanos.

Casi a las cuatro llegamos a Tábara, cansados y ahora sí con bastante calor. Comemos en un restaurante en la carretera, justo antes de que cerrasen la cocina. De nuevo la suerte está de nuestro lado, pues al lado del restaurante hay un taller de neumáticos donde Rober compra una cubierta nueva.

El albergue nuevo de Tábara es pequeño pero acogedor. Además de nosotros tres están Esther, una peregrina Cántabra, y Antonio, veterano peregrino vasco. También están dos cicloturistas, Javi y Elena; pero no van a pasar aquí la noche, van a continuar después de la siesta pero desviándose del camino para conocer la sierra de la Culebra.

Después de descansar un rato me voy a dar una vuelta, en una tienda consigo cinta americana para las alforjas. Me encuentro a Esther en una terraza y me siento a charlar y a tomar una cerveza. Al rato llegan R&R, que han dormido un poco más. El día se está nublando, amenaza lluvia y está refrescando bastante, así que nos vamos dentro del bar, donde cenamos unos estupendos bocadillos de tortilla y de jamón. El día ha sido durillo pero acabamos contentos.

[subir]

Tábara - Mombuey

2 de Agosto 2005

A pesar de que Esther y Antonio han salido pronto, ni nos hemos enterado y cuando nos despertamos a las siete y media han salido ya. Por suerte las nubes de ayer han desaparecido y de nuevo la mañana es radiante. Desayunamos en el único bar que encontramos abierto y empezamos una nueva jornada. Espero que el arreglo que le hice a las alforjas con la cinta americana aguante.

Salimos de Tábara dejando atrás su iglesia, los primero kilómetros son por pistas de concentración, rectas y ángulos de noventa grados, hasta girar a la izquierda y empezar una subida que se va endureciendo poco a poco, nos sirve para calentar porque a primera hora no hace calor precisamente.

Tras coronar la cuesta nos encontramos a Esther y Antonio, paramos a charlar con ellos y hacernos una foto y nos despedimos, ahora toca bajar lo subido en dirección a Bercianos de Valverde. A la salida otro repecho corto pero duro, y desde arriba la bajada hasta Santa Croya de Tera, donde tomamos una carreterilla que nos lleva sin solución de continuidad a Santa Marta de Tera. Entramos en el pueblo por una cuesta y llegamos a la plaza donde están el albergue y la Iglesia. Este es uno de los momento que más esperaba. Mientras R&R se quedan haciendo fotos a la entrada, yo dejo la bici y rodeo la iglesia para entrar al cementerio y encontrarme de frente y mirándome a los ojos a Santi peregrino.

Fue este uno de los momentos más intensos de este Camino, yo a solas con él, parecía estar hablándome. Después de un par de minutos llegan los Rober's y hacemos unas fotos. Visitamos la Iglesia por dentro, guiados por una encantadora señora que nos sella las credenciales y nos regala unas postales.

Al salir de Santa Marta bajamos a la orilla del río Tera, que nos va a acompañar durante varios kilómetros. El Camino es muy tranquilo, a veces la vegetación es bastante cerrada, con abundantes zarzas. Una de ellas pincha la rueda trasera de Robert. Pasamos por Calzadilla de Tera, con una bonita Iglesia pero en estado de semiabandono.

En Olleros de Tera paramos a tomar el tentempié de media mañana. Aquí las flechas amarillas ofrecen ¡tres! Alternativas; pero gracias a las indicaciones de Antonio ayer; y a las de los paisanos del pueblo, seguimos las que dejan el pueblo desde la iglesia y llevan a la carretera de "los postes del teléfono", más bien una pista de gravilla con tráfico nulo, que desemboca en otra carretera por la que cruzamos la presa del embalse de Argavanzal.

Cruzado el embalse, tomamos otro camino asfaltado que lo bordea; hasta llegar a Villar de Farfón, otra pequeña aldea con mucho encanto. Poco después pasamos por Rionegro del Puente, a la salida cruzamos la autovía y vemos de frente a lo lejos las montañas que tendremos que cruzar en breve, a la izquierda se divisa la sierra de la Cabrera y el Monte Teleno.León no está lejos pero esta vez no toca pasar por ahí.

Casi sin darnos cuenta llegamos a la entrada de Mombuey. Al entrar por la carretera alcanzamos a un peregrino francés muy delgado y con aspecto de llegar muy cansado, le damos ánimos pues la etapa está prácticamente acabada. Nada más llegar comemos en un mesón al borde de la carretera, y después vamos al albergue que resulta estar al lado. Es una pequeña casa de una planta y una sola habitación, con varias camas y colchones en el suelo.

Además el francés hay otro peregrino gallego poco hablador. Después de la ducha y la colada, Rober's echan la siesta, yo prefiero ir a leer un rato al pórtico de la iglesia, está fresquito (hace bastante calor). Pero al final el cansancio me vence y vuelvo al albergue a tumbarme un rato y de paso arreglar alguna cámara pinchada. A media tarde llega un grupo de cinco peregrinos catalanes-andaluces, que no habíamos visto pues habían comido en Rionegro. Así que el albergue acaba lleno con diez peregrinos ¡vaya masificación!

A última tarde vamos con estos cinco peregrinos a cenar al mismo mesón, cuyo dueño resulta ser el alcalde y encargado del albergue, así que nos sella las credenciales. Pasamos una sobremesa agradable, pero se nos echa un poco la hora encima, así que volvemos al albergue preocupados por si despertábamos a los otros dos peregrinos, pero por suerte estaban todavía de cháchara.

[subir]

Mombuey - Lubián

3 de Agosto 2005

Antes de las seis de la mañana el grupo de cinco ya se ha levantado, encendiendo todas las luces y tardando una hora en prepararse y salir. Bueno, pues nos levantaremos a las siete.el gallego y el francés tienen menos prisa por salir.

Desayunamos en el mesón y comenzamos un nuevo día soleado. A poco de empezar llegamos a Valdemerilla, donde alcanzamos a los cinco peregrinos madrugadores. Más adelante paramos en Cernadilla y nos subimos al campanario de la iglesia, desde donde se ve una bonita panorámica el embalse de Cernadilla y Puebla de Sanabria a lo lejos. Por senderos vamos pasando por bonitas aldeas como Asturianos, Palacio de Sanabria, Remesal.en una de las bajadas Rober se da cuenta que se le ha caído el saco de dormir y debe retroceder un poco, por suerte lo encuentra sin problemas.

Después de una pequeña subida cruzamos la autovía de Orense y vemos Puebla de Sanabria al alcance de la mano, llegamos por una bajada por carretera, cruzamos el río Tera y subimos al casco antiguo de Puebla por una calle muy empinada. Arriba sellamos la credencial en la Iglesia y saludamos a un peregrino que está haciendo el Camino de vuelta desde Santiago.

Tras tomar el refrigerio de media mañana, bajamos desde el centro de puebla, ahora el Camino transcurre por la N-525, a ratos se separa por un sendero paralelo al río; poco antes de Terroso se separa definitivamente de la carretera, por senderos a veces bastante cerrados por la vegetación. Desde Terroso hasta Requejo volvemos a cruzar de nuevo la autovía; comenzamos la subida a Padornelo, no es demasiado dura pero hace bastante calor y ya llevamos unos cuantos km en las piernas, así que subimos cada uno a nuestro ritmo, disfrutando de las impresionantes vistas.

Nos reagrupamos arriba y comenzamos una rápida bajada por la nacional, hasta coger una carreterilla que nos lleva a Aciberos. Aquí un paisano nos aconseja seguir por carretera, pero no le hacemos caso y tomamos el sendero que nos llevará a Lubián, al principio en bajada pero al final en fuerte subida y con muchas piedras, lo que nos obliga a echar pie a tierra. Por suerte el tramo es corto, la primera casa que encontramos del pueblo es el albergue.

Cuando llegamos están Javi y Elena (los cicloturistas que conocimos en Tábara), que tras su paso por la sierra de la Culebra habían vuelto al Camino, un grupo de tres andaluzas y un matrimonio catalán. Con nosotros tres el albergue se llena, nos acomodamos en unos colchones en la planta de abajo y nos vamos a comer a Casa Anita.

Después de comer, ducha, colada y siesta. Por la tarde visitamos el pueblo y compramos algo para la cena, volviendo al albergue nos encontramos al encargado, que nos sella la credencial y nos cobra los tres euros estipulados. Tenemos que quitar la ropa tendida corriendo, pues llega un rebaño de ovejas que amenaza con comérsela.

Ya en el albergue recibo la visita de José y María Menoyo, un placer tomar unos vinos y charlar con ellos, un recuerdo chavales si leéis esto y gracias por el "secuestro", y gracias a nuestra Gloria por "perpetrarlo". El matrimonio catalán se une a la tertulia y pasamos un rato muy agradable, mientras cenamos unos bocatas.

[subir]

Lubián - Laza

4 de Agosto 2005

Bueno, pues a pesar de haber dormido en la cocina, no nos hemos enterado de nada, no hemos oído a los peregrinos marcharse, ni siquiera a Javi y Elena sacando las bicis, y es que cuando hay sueño.

Desayunamos en el albergue unos bollos que compramos ayer y nos ponemos en marcha, los últimos como casi siempre. A la salida de Lubián nos encontramos con la primera de las estatuas indicadoras de Nicanor Carballo, estamos a un paso de Galicia. Al llegar a una bonita ermita en un prado cogemos una carreterilla que con una cuesta tremenda nos lleva a la nacional, por donde subiremos la Portilla de Canda; pues parece que por Camino es casi imposible en bici. Será la última vez que nos saltemos un solo metro del Camino.

La subida por carretera no es dura, menos que la de Padornelo ayer, pero todavía estamos fríos y cuesta un poco coger el ritmo. Al final de la subida alcanzamos a Javi y Elena. Pasado el túnel, entramos en Galicia. Al poco de iniciar el descenso, tomamos el desvío a Vilabella, aquí casi nos pasamos un milladoiro medio oculto por la vegetación que nos saca de la carretera y nos mete en un camino pedregoso, hay que bajar con cuidado. Entramos en Vilabella, una aldea ya con sabor gallego, en algunos tramos el camino está muy húmedo y resbaladizo, pero dura poco, pues los siguiente kilómetros son por la Serra Seca de Orense, con un paisaje muy distinto al del tramos gallego del Camino Francés, mucho más solitario y árido.

Por caminos a veces impracticables para la bici vamos subiendo el alto de O Cañizo, a veces cuesta bastante encontrar la siguiente flecha, y además no se ve un alma, con lo que perderse sería complicado. Pero sin demasiado problemas llegamos a O Cañizo y enseguida a A Gudiña, donde paramos a tomar algo y nos encontramos a Javi y Elena, que están yendo casi todo el rato por carretera.

Continuamos en dirección a Laza. Al salir de A Gudiña, una subida por carretera, alcanzamos de nuevo a Javi y Elena que habían salido un poco antes. Los siguientes kilómetros probablemente sean de lo más bonito que he hecho por los Caminos.vamos siguiendo el cordal de la Serra Seca, todo el rato por encima de los 1000 m de altitud, alternando carretera con caminos, con unas vistas increíbles: A la derecha el embalse das Portas y a la izquierda pequeñas pueblos que vemos a vista de pájaro. Pasamos por minúsculas aldeas como Venda do Bolaño o Venda de Nostre, donde el tiempo parece detenido. Pienso lo duro que debe ser este Camino en invierno, probablemente cubierto de nieve.

Después de un rato que disfruto como un enano, avistamos Campobecerros. La bajada es por un camino muy pedregoso y abrupto, desciende recto por la ladera de la montaña sin contemplaciones, por lo que bajamos prácticamente andando. Un poco antes del pueblo adelantamos a una pareja de peregrinos, y ya en la entrada a un grupo de seis o siete chavales belgas. Salimos de Campobecerros por carretera y comenzamos una subida durilla, además hace bastante calor, seguro que más de 35 ºC

Un poco más adelante, a la altura de una cruz de madera con otra escultura de Carballo, abandonamos la carretera y tomamos una pista ancha, que enseguida se convierte en una larguísima bajada a Laza, entre pinares. Poco antes de Laza alcanzamos a un peregrino italiano.

Ya en Laza, con un calor terrible, los chico de Protección Civil nos sellan la credencial y nos acompañan al albergue. También nos dicen: "Ni se os ocurra subir mañana Alberguería por camino con bici".El albergue es enorme, aparte de nosotros hay tres o cuatro peregrinos más.

Después de dejar las cosas, vamos a comer a un restaurante al borde de la carretera, al poco rato llega el chaval italiano y más tarde Javi y Elena. La dueña del restaurante nos dice: "Ni se os ocurra subir mañana Alberguería por camino con bici".asustado, hablo por teléfono con Bolitx y me dice que por nada del mundo me lo pierda.está decidido, mañana subiremos Alberguería por camino con bici.

Después de comer, ducharnos y lavar la ropa, nos tumbamos un rato. Rober se va a darse un baño a la playa fluvial; Robert y yo preferimos ir a tomar algo fresco a un bar con aire acondicionado, pues el calor es sofocante. La verdad es que Robert está siendo un excelente compañero de Camino; se ha adaptado a nuestra filosofía de no saltarnos el Camino y está encantado, reconoce que su idea inicial era hacer bastante carretera y hacer más km al día, pero está disfrutando muchísimo, a pesar de tener que empujar la bici de vez en cuando.

Después de un rato nos juntamos con Rober y con Javi y Elena y cenamos en el mismo sitio el mediodía. Por la tarde han llegado la pareja que adelantamos bajando Campobecerros, el grupo de Belgas y un grupo de doce ciclistas sin alforjas, con furgonetas de apoyo, pero aun sobran sitios en el albergue.

[subir]

Laza - Orense

5 de Agosto 2005

Cuando nos despertamos, casi todos los peregrinos a pie han marchado ya. Hoy tenemos que comenzar la etapa sin desayunar, pues está todo cerrado y ayer no compramos nada. La idea es tomar algo en Alberguería, pero nos va a tocar hacer la subida en ayunas. Javi y Elena prefieren ir por carretera, nosotros tenemos decidido ir por camino. Coincidimos en la salida con el pelotón de ciclistas, noto que nos miran con una mezcla de respeto y envidia por llevar alforjas. No los volveremos a ver.

Parece mentira, después del calor que hacía ayer, esta mañana hace un fresco considerable, no estaremos a más de 12 ºC, en la salida de Laza por carretera nos quedamos pajaritos y nos tenemos que poner el chubasquero. Pronto nos lo quitaremos. Pronto nos salimos de la carretera por una pista ancha a la derecha, bastante llana, que nos conduce a Tamicelas.

A la salida empieza la fiesta, repentinamente el camino empieza a subir y nos quitamos los chubasqueros rápidamente. Al principio la subida es entre pinos, muy empinada pero se puede hacer sobre la bici; hasta que al salir del pinar el camino se convierte en un cortafuegos lleno de lajas de pizarra, toca bajarse de la bici justo cuando estaba a punto de alcanzar al chico italiano. Como acabamos de empezar la etapa y hace fresquito, la subida se hace llevadera a pesar de ir empujando la bici.

Bolitx tenía razón, las vistas son impresionantes y merece la pena. Poco a poco vamos ganando altura, abajo se ve Tamicelas ya muy pequeño, y a la izquierda se ve la carretera que sube serpenteando. Pasada esta zona dura, en algunos tramos nos podemos volver a subir en la bici, alcanzo al italiano que sube como una moto y que lleva una cámara de fotos que debe pesar kilo y medio. Tras una curva a la izquierda, la subida se vuelve a endurecer, de nuevo pie a tierra.

Alternando el platito pequeño con "bici-empujing" llegamos al final de la cuesta, que desemboca en la carretera que viene de Laza. Estamos muy contentos de haber venido por aquí. Tras un corto llaneo llegamos a Alberguería y paramos en el Rincón del Peregrino, precioso bar donde Luis nos da unos tazones de café, bollos y jamón que devoramos en un minuto. Una vez recuperados, completamos el ritual de escribir nuestro nombre en una vieira y clavarla en una de las vigas del techo. Al poco rato llegan el italiano, Javi y Elena; que han subido por carretera y nos dicen que también era muy duro.

Estamos muy a gusto en el bar de Luis, pero debemos continuar. El camino sigue ascendiendo, por suerte más suavemente que antes, alternando carretera y sendero hasta abandonar el asfalto y tomar una bajada muy pedregosa hacía Vilar do Barrio, parece que la bici se va romper en pedazos. Pasado Vilar de Barrio ya nos podemos relajar un poco por pistas de buen firme y llanas, apetecía rodar un poco y charlar.

Así llegamos a Xunqueira de Ambia, donde paramos a tomar algo, a sellar la credencial, y a admirar el monasterio. Desde aquí hasta Orense el camino se vuelve un poco más pesado, pues transcurre todo el rato por carretera, por lo menos va picando para abajo, pero hay tráfico, no demasiado pero sí el suficiente como para no despistarte. Pasamos por Salgueiros, San Cibrao das Viñas.y avistamos Orense. La entrada es muy fea, por un polígono industrial, y además hace un calor terrible, más todavía que ayer en Laza. Vemos a un grupo de seis o siete peregrinas con mini mochilas.

Al llegar al albergue hay solo tres o cuatro literas ocupadas, el hospitalero, Angel, es un tío muy afable y nos recomienda un sitio para comer. Allí vamos y no nos decepciona, me como una merluza buenísima. A la vuelta al albergue recibimos a Javi y Elena. Del grupo de peregrinas, ni rastro.

En el albergue coincido con Santi, amigo de Gloria, y charlamos durante un buen rato, el pobre sacrifica su siesta por hablar conmigo. De nuevo un "secuestro" perpetrado por Gloria.

Cuando R&R se despiertan, ya he lavado la ropa, con el sol que hace se seca en media hora. Nos vamos a dar una vuelta y a comprar algo para la cena. Entramos en la catedral, en la puerta nos recibe Santiago. Hay una exposición de arte sacro, es bonita pero para muy gusto rompe el encanto de la catedral.

Después de tomar unas cervezas y un pulpo en una terraza, volvemos al albergue, mientras anochece nos quedamos de tertulia Angel, Santi y yo; después ceno un bocata con mis compañeros y nos vamos a dormir, mañana será un día duro.

[subir]

Orense - Laxe

6 de Agosto 2005

Para no variar somos los últimos en despertarnos. Desayunamos en el albergue y nos ponemos en marcha a eso de las ocho y media, un poco más tarde que Javi y Elena.

Pasado el puente sobre el río Miño les alcanzamos. Optamos por seguir la opción de Tamallancos. Al poco de cruzar el puente, comienza una subida por una calle empinadísima, que poco después pasa a estar empedrada, por lo que no queda más remedio que echar pie a tierra. Aprovecho para hacer una foto de Orense a mis espaldas y apreciar la altura que hemos ganado en muy poca distancia.

Por suerte el tramo empedrado es corto y pasa a ser una pista de tierra de buen firme, terminada la cuesta nos reagrupamos. A partir de aquí el Camino es más o menos llano, alternamos pista con carreterillas y algún sendero, pasamos por Tamallancos y poco después llegamos a Cea, famosa por su pan de horno de leña. Aquí podemos seguir el Camino hacía Castro Dozón o tomar un desvío para visitar el Monasterio de Oseira. Sin ninguna duda nos dirigimos al Monasterio.

El camino poco a poco va ganando altura, al principio suavemente y por buen firme, más tarde en algún tramo nos tenemos que bajar de la bici, por estar completamente encharcados o por su firme pedregoso.

Después de penar durante un buen rato, salimos a la carretera que conduce al Monasterio. El esfuerzo ha merecido la pena, pues el Monasterio es impresionante. De momento nos conformamos con verlo desde fuera y tomarnos un tentempié en uno de los bares de al lado, un poco de jamón y por supuesto pan de Cea.

Al ponernos de nuevo en marcha, nos encontramos con una cuesta bestial, al principio de asfalto y se puede hacer montado, paro enseguida pasa a estar empedrada y hay que empujar.

El camino es bastante duro, nos tiramos empujando un buen rato que a mí particularmente se me hace eterno; debo parar de vez en cuando para recuperar el aliento.

Por si fuera poco, al terminar la subida nos encontramos que la bajada es igual o más abrupta y pedregosa, así que seguimos a pie, desde luego este tramo es de lo más duro que he hecho en mi vida, además hace bastante calor.

Después de un rato, llegamos a la carretera que conduce a Castro Dozón. Aquí Robert decide continuar por asfalto pues está bastante tocado. Rober y yo no es que estemos mucho mejor, pero preferimos continuar por Camino. Después de un corto trecho, volvemos a salir a la carretera, casi a la altura de Castro Dozón. En una gasolinera paramos para beber y comer algo, yo llevo una pájara de impresión, así que me tomo un par de Red Bull de esos, a ver si es verdad que espabilan, y me como unas cuantas chocolatinas. Mientras tanto llega Robert y para también a repostar.

R&R deciden parar un rato, yo estoy muy tocado y decido seguir porque si me paro un rato más luego seguro que no arranco. Así que reemprendo la marcha en solitario. Atravieso Castro Dozón por carretera, y pasado el Alto de Santo Domingo el Camino se desvía por una pista a la izquierda, pro suerte de buen firme y con tendencia descendente. Un poco más adelante el Camino pasa a ser una carreterilla que en descenso me lleva hasta Estación de Lalín. Son las tres de la tarde, así que paro a comer en un restaurante, donde doy buena cuenta de un bocadillo de tortilla y de litro y medio de agua.

Cuando termino llegan mis compañeros, que también van a comer aquí. Yo continuo, tengo muchas ganas de llegar a Laxe. Subo muy despacito un repecho y desemboco en la N-525, que cruzo para entrar a Laxe. Nada más entrar me encuentro con la encargada del albergue, que me acompaña hasta la puerta. He acabado bastante tocado.

El albergue es de construcción muy reciente y es enorme. Hay tres peregrinos durmiendo la siesta, a mí me acomoda en una sala de literas para mí solo. Una vez dejadas las cosas, bajo a la calle para recibir a mis compañeros. Coinciden conmigo en que ha sido una de las etapas más duras que han hecho nunca.

Después de ducharnos y descansar un rato, llega la encargada para sellarnos. Charlamos un rato con ella, es una mujer muy agradable. En medio de la tertulia llega el grupo de peregrinas que adelantamos a la entrada de Orense.además de llevar coche de apoyo hacen parte del recorrido en coche...me da igual mientras no molesten, pero cuando una me dice "Es que en bici vais muy bien".tengo que contar hasta diez. En fin, en el albergue sobran sitios.

Un poco más tarde llegan ¡Javi y Elena! Han hecho el desvío al monasterio por carretera, pero también era durillo. Les dejamos que se duchen y descansen y nos vamos a cenar a un restaurante al borde de la carretera, la camarera es muy simpática y tiene ganas de hacer el Camino, montamos una agradable tertulia junto a otro peregrino valenciano. Después de cenar nos tomamos una copilla, pues mañana llegaremos a Santiago.

[subir]

Laxe - Santiago

7 de Agosto 2005

Cuando nos despertamos, todos los peregrinos de a pie han marchado ya. Esta vez salimos antes que Javi y Elena, y vamos directamente al restaurante de ayer para desayunar, pero es domingo y todavía está cerrado. Como ayer no pudimos comprar nada, empezamos la etapa en ayunas.

Por senderos y corredoiras llegamos a Prado, con la intención de desayunar en El Afilador, pero también está cerrado, así que toca continuar. Pasado Prado vemos a lo lejos un impresionante puente sobre el río Deza; y más adelante pasamos sobre los restos de una calzada medieval, andando por supuesto, y un precioso puente, a la salida del mismo vemos unas inscripciones en una piedra.

Hoy estoy pedaleando en solitario prácticamente desde la salida, necesito sentir a fondo estos últimos kilómetros. Mis compañeros ya están acostumbrados a mi carácter un tanto "autista" cuando pedaleo.

En Silleda por fin encontramos un bar abierto; damos cuenta de un copioso desayuno junto con el peregrino valenciano que durmió en Laxe, que se empeña en invitarnos. El llegará a Santiago mañana, nos deseamos Buen Camino y nos despedimos.

Continuando por corredoiras y senderos, pasamos Bandeira y varios pueblos más hasta iniciar una larga bajada por una carreterilla muy estrecha; pasada una curva vemos por primera vez el impresionante viaducto de Ponte Ulla. Continuamos bajando hasta cruzar el río, paramos en una iglesia al borde de la carretera donde un amable sacerdote nos sella las credenciales.

La salida de Ponte Ulla es por una cuesta empedrada bastante empinada, esta si podemos subirla en bici. Es corta, enseguida cruzamos la carretera nacional y continuamos ascendiendo, ahora por una pista muy ancha entre eucaliptos. Pronto llegamos a la ermita y la fuente de Santiaguiño, donde paramos a beber y a arreglar un pinchazo en la bici de Robert.

Continuamos y divisamos la cima del imponente Pico Sacro.nos queda como asignatura pendiente subirlo para poder divisar Santiago por primera vez. Sigo en solitario por delante, ahora el camino discurre casi todo el rato por carreteras de cuarto orden, atravesando muchas aldeas como Lestedo, donde vemos un bonito cruceiro.

Santiago se siente ya muy cercano.cruzamos Sar y por fin divisamos las torres de la catedral, desde una calzada empedrada. Se hace raro, diferente, no llegar a Santiago por Monte do Gozo, personalmente disfruto mucho más esta llegada, me parece más bonita y sobre todo mucho más tranquila, es como si Santiago estuviera esperándonos a nosotros solos.

Pedaleando muy despacio entramos en Santiago por la última cuesta y casi como autómatas llegamos al Obradoiro.no hay palabras, tiramos las bicis al suelo y nos fundimos los tres en un abrazo, se escapa alguna lágrima.nos sentamos en el suelo y nos quedamos embobados mirando la fachada. Es domingo y está lleno de gente y de grupos de boy scouts cantando, pero me da igual. Llamo a la familia, pero casi no puedo hablar.

Después de un rato volvemos a la vida real. Vamos a un hostal cercano, y mientras Robert se ducha, Rober y yo nos acercamos a la estación de autobuses para apañar la vuelta. Ya de vuelta y duchados, nos damos un merecido homenaje y después vamos por la Compostela.increíblemente no esperamos ni veinte minutos de cola, pero la chica que me atiende me somete a un severo interrogatorio y casi me pregunta sello por sello.a las salida nos encontramos con Javi y Elena, y quedamos para cenar juntos.

Después entramos a la Catedral, abarrotada de gente. Pese a ello no esperamos mucha cola para ver las Reliquias y abrazar a Santi. Hacía un año que no nos veíamos y ya tenía ganas.

Después nos tomamos una cerveza en una terraza y nos volvemos al hostal para descansar un rato, pero de camino nos encontramos a los dos bicigrinos catalanes que conocimos en Zamora. Alegra encontrar caras conocidas entre la muchedumbre.

A última hora Santiago se ha quedado mucho más tranquilo, pues la mayoría de los turistas de fin de semana ya han marchado. Cenamos con Javi y Elena y después vamos a tomar una copita para celebrarlo, se ha levantado niebla "meona", y da gusto pasear por el Obradoiro vacío.

Al llegar al hostal nos damos un abrazo con Robert, pues mañana sale muy temprano y ya no lo veremos.

Mañana regresaremos, nuestra Plata ha terminado ¿o no?

[subir]

Conclusión

La Plata es increíble.probablemente mis palabras se hayan quedado muy cortas, pero hay que vivirla.me queda una espinita clavada y es no haberla hecho de una vez en vez de en tres partes. Por lo menos ya tengo excusa para repetirla.

Es un Camino de contrastes, desde Sevilla a Orense, de Cáceres a Zamora; de los pueblos encalados a la arquitectura rural sanabresa.del Olivo al Pino gallego, pasando por las dehesas extremeñas; de los cerdos de pata negra a los mastines zamoranos y las vacas gallegas.de las rectas que se pierden en el horizonte a las montañas de Padornelo.

Quiero agradecer a muchos de vosotros el apoyo que me habéis dado y el haber hecho este Camino muy especial: