http://www.biescasvignau.com/03Espanol/07.Trekking/17.LaViaDeLaPlata/Diarios/Cesar/17.Cesar.01.08.htm
Después de un largo e intenso año de trabajo, siempre es gratificante coincidir unos días de vacaciones con amigos, para compartir una afición común, en este caso, la del peregrinaje a Santiago de Compostela. Este año, tocaba afrontar el tramo que va desde Salamanca a la ciudad del Santo Apóstol.
Permitidme presentaros a los protagonistas de tal acontecimiento :
ALFONSO: Pintor bilbaíno, que vive a caballo entre Barcelona y Formentera.
JORGE: Escritor de sus constantes viajes alrededor de todo el mundo ,con residencia en Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
MIGUEL ÁNGEL: Periodista deportivo de Barcelona.
¿Y el cuarto?... un servidor de ustedes.
CÉSAR: Recepcionista de Hotel, residente en Santo Domingo de la Calzada (la Rioja).
Tras unos días de entrenamiento, (fundamental para afrontar con mínimas garantías el reto) y recopilación de la mayor información posible sobre el trayecto que nos ocupa, me dispongo a preparar la mochila, donde siempre habrá un hueco para llenarlo de ilusiones y de incertidumbres. Son ingredientes básicos para la aventura.
He cogido el tren en Burgos a las 06:55 hrs. que, 3 horas más tarde, me ha dejado en Salamanca. Durante el trayecto, he coincidido en mi compartimento con dos señoras africanas, acompañadas por dos criaturas (supongo que hijos suyos). Han estado durmiendo como han podido durante toda la noche y al despertarse y verme, revolucionan todo (entrar, salir, volver a entrar, maletas para abajo, para arriba... neceseres, cremas y pintalabios, se mezclaban entre zumos ,yogures y bollería industrial). Parece el camarote de los hermanos Marx. Una vez finalizado el trajín, ya mas asentadas, me preguntan en cada parada si es Salamanca y les respondo que yo voy hacia allí, que cuando estemos llegando, yo les aviso. Los niños no paran de mirarme (me hacen sentir un bicho raro).
Una vez llegado al destino, les ayudo a bajar el numeroso equipaje que portaban, y me despido de ellas. Me voy andando en busca del casco histórico y, primeramente, me encuentro con la impresionante Plaza Mayor (creo que es la mas grande de España). Mas adelante, la Casa de las Conchas ( localizo una oficina de turismo, que me facilitan todo tipo de información ).Justo al lado, se encuentra la Universidad Pontificia y la Clerecía. No muy lejos, las dos Catedrales (la nueva y la vieja) que están juntas. La Catedral Vieja está cerrada por obras, por lo que solamente pude visitar la nueva. Un conserje muy amablemente, accede a sellarme la credencial y me desea buen camino. Me indica que en las traseras, se encuentra el huerto de Calixto y Melibea (léase La Celestina... de Fernando de Rojas), desde donde hay unas vistas estupendas. Saliendo del huerto, a la izquierda, se encuentra el albergue de peregrinos (casa de la calera). Veo que hay un teléfono de contacto, pero a partir de las 5 de la tarde. Como es temprano y lo principal ya lo había visto, me dedico a visitar las innumerables Iglesias de alrededor ( Convento de San Esteban, Convento de Dueñas, Convento de las Ursulas, Iglesia de San Marcos etc... ). Es una pena que no pueda ver el Archivo de la Guerra Civil, ni el Museo de la Casa Lis pues, al ser lunes, permanecía cerrado. La verdad es que, en Salamanca, no hay tiempo para aburrirse. Se respira cultura por todos los lados.
Alas 5 en punto, llamo al teléfono de contacto y una vez me pregunta que cuantos somos, me comunica que, en breve, viene a abrir. Durante la espera, recibo una llamada de Alfonso .Me dice que ya han llegado de Barcelona y que en una media hora, esperan verme. Pasa el tiempo y se pone a llover (me resguardo en un portal anexo al albergue), hasta que por fin, sobre las 6, aparece una señora que abre el albergue. Se llama Inés (es muy agradable y una apasionada del Camino ). Me explica todo sobre el funcionamiento del albergue que, dicho sea de paso, es fantástico y continuamos hablando de multitud de cosas(la mayoría referentes al camino de Santiago) hasta que un fuerte empujón a la puerta (no hizo falta que tocasen el timbre), nos indicaba la llegada de mis tres compañeros. Tras los saludos y presentaciones correspondientes (yo no conocía a Miguel Ángel), nos fuimos a tomar unas cervezas y a cenar. En la cena, tuvimos la compañía de un conocido de Jorge, el cual, nos contaba las experiencias que había tenido junto a su mujer, en sus numerosos viajes en moto, por todo el mundo, así como los futuros proyectos que tenían en mente.
Una vez retornados al albergue (se cierra a las 22:00 hrs.), notamos a Inés un poco incómoda. Nos explica que hay un chico francés que, de muy malos modos, le increpa por no dejarle dormir de manera gratuita y sin credencial. Este chico, mas tarde, intentó que le abriésemos la ventana, pero declinamos su petición al saber lo sucedido anteriormente y para evitar mas sorpresas desagradables (ya se sabe que, a veces, la buena voluntad... te la pagan con disgustos).
Ya acomodados y con todo previsto para el día siguiente, nos cuesta irnos a dormir, pues tenemos infinidad de cosas que contarnos... pero bueno, tenemos 16 días por delante, para poder hacerlo. Finalmente sobre las 23:30 hrs. ya dormimos como troncos.
A las 7:30 hrs., suena el despertador y las primeras risas, comienzan a surgir al catalogar el tipo de ronquidos que habían producido Alfonso y Jorge. La verdad, que todos hemos descansado muy bien y eso se nota en el humor, nada más levantarte. Una vez finalizado el desayuno y concretado el plan del día, nos dispusimos a afrontar la primera etapa.
Cruzamos toda la ciudad, pasando por la plaza de toros y una vez que llegamos al campo de fútbol (El Helmantico), cogemos la N-630, dirección a Zamora .Todo el trayecto, vamos acompañados por Eulogio. Un señor jubilado que, todas las mañanas, le gusta hacer su paseo en compañía de peregrinos (nos cuenta que ha realizado numerosos caminos jacobeos). Nos da una serie de consejos y llegado a su punto de retorno, nos desea buen camino y se despide de nosotros.. El recorrido discurre por caminos de parcelaria hasta Calzada de Valdunciel, donde hacemos la parada para reponer fuerzas. Una estupenda tortilla de patatas, acompañada de cervezas y coca colas, nos ayudan a afrontar la tediosa y dura segunda parte de la etapa, que se ha desarrollado totalmente por la carretera, durante 20 Kms. El único entretenimiento, ha sido ver las obras de la autovía y el paso por la cárcel de Topas. Las ganas de llegar, me han hecho que unos kilómetros antes, agilizara el paso y llegara por fin a El Cubo (primera población de la provincia de Zamora) delante de mis compañeros. Les espero en el primer bar que encuentro a la entrada (bar Santo Domingo). Una camarera muy gentil, me indica que hay un albergue municipal nuevo, que debemos buscar al alguacil, ( es el encargado para atendernos) y para la cena, si decidimos hacerla allí, debemos reservarla con antelación y pedirle que nos haga un cupón que nos servirá para un descuento en el precio . Una vez llegados todos, les comento la situación y tras dejar reservada la cena, nos fuimos en busca de Felipe (alguacil), para que nos abra el albergue. Nos ha costado un rato encontrarle, pues no estaba en el otro bar que nos dijeron, ni en su casa.
El albergue, está situado en una parte de las antiguas escuelas y cobran 6 Euros. Dispone de literas con sábanas y una pequeña estufa, que nos es suficiente para acondicionarnos.
Al lado, están terminando de equipar un tanatorio (me resulta curioso que un lugar tan pequeño, disponga de estas instalaciones).
Para ser el primer día, ha sido una etapa dura (sobre todo por el asfalto) y como consecuencia, todos tenemos las lógicas molestias .El que más nos preocupa es Alfonso, que ha llegado muy tocado y casi no puede andar. Son situaciones normales que, con la reparadora ducha y los masajes pertinentes, unidos al descanso, confiamos en ir superando poco a poco.
El bar Santo Domingo, es un lugar muy recomendable, pues a la fantástica cena, se une un magnífico y cariñoso trato, que siempre es de agradecer.
Una vez que regresamos al albergue y antes de dormirnos, me encargan la programación de las rutas y de custodiar los fondos comunes. Ellos se encargarán de hacer fotografías que complementarán nuestro peregrinaje
Ha hecho una noche de perros. Se ha oído gruñir el viento y también ha llovido. Pese a todo, he podido descansar unas horas.
Alfonso se ha levantado fatal y decepcionado. Nos dice que así, no puede continuar. Se tomará el día de descanso (irá a Zamora en autobús) y si para mañana no mejora, lamentablemente, se volverá para Barcelona.
El propietario del bar Santo Domingo, nos hace el gran favor de abrir antes de lo normal, para que podamos desayunar.
Con gran tristeza,(por salir sin Alfonso) nos proponemos afrontar esta segunda etapa, que es muy similar a la del día anterior. Hace un viento de costado algo molesto, que en las enormes llanuras donde no hay protección alguna, se hace mas notorio. Llegamos a Villanueva de Campean donde, en el bar ruta de la plata, "llenamos el deposito hasta arriba" a base de embutidos caseros, queso y vino cosechero de la zona. Por delante nos quedan aún 20kms .
Después de 4 horas, entramos en Zamora por el puente medieval, donde hemos quedado con Alfonso. Al no haber albergue (lo inauguraban la semana siguiente), nos ha localizado un hostal económico ,donde pasar la noche. Primeramente nos vamos a la Oficina de Turismo, para sellar la credencial , y nos facilitan toda la información que precisamos. Seguidamente, visitamos la hermosa Catedral . No podíamos dejar de visitar el regio Parador Nacional de Turismo y, de que mejor manera, que tomando un vino tinto de la tierra.
Llama la atención, la importante tarea de restauración que se ésta haciendo, tanto en el casco urbano, como en las múltiples iglesias que hay (actualmente 22 y llegó a haber hasta 66). Al regresar hacia el hostal, me percato que por una calle, hay una enorme alfombra roja desplegada, que mi curiosidad me hace recorrerla, hasta que desemboca en una carpa amenizada con música , donde reparten bebidas y canapés. Me apresuro a avisar a mis compañeros, que raudos y veloces vienen .Resultaba ser la inauguración de una tienda de ropa. Es perfecto para la promoción, pero me resulta lamentable ver a la multitud de gente, que por el simple hecho de ser gratis, comen y beben como posesos.
En la cena, estamos acompañados en el comedor, por un grupo de hombres celebrando el cumpleaños de uno de ellos. Les dejamos cantando el "cumpleaños feliz" y nos vamos a descansar.
Nos levantamos con la pésima noticia de que Alfonso definitivamente, nos abandona. La tendinitis en su rodilla ha podido con el.
Tras el desayuno, con gran pesar, nos despedimos (aunque tuvimos contacto diario por teléfono, ya no se seria lo mismo).
Quedamos los tres mosqueteros.
Jorge no entiende el porqué le están apretando tanto las botas, cuando ha realizado otros caminos con ellas, sin ningún tipo de problema.
Miguel Ángel tiene hinchados y levemente resentidos, los ligamentos externos de las rodillas.
Yo (César), de momento, no tengo problemas destacables.
En la etapa de hoy, en los primeros 20 kms, solo pasamos por un pueblo (Roales del pan) hasta llegar a Montamarta (donde, en el bar pescador, hacemos el avituallamiento). Continuamos caminando por infinitas llanuras, que gracias al buen tiempo y a las animadas charlas que tenemos, se hacen mas llevaderas. Unos 8 kms después, tenemos por fin un aliciente nuevo, que consiste en bordear el embalse de Ricobayo. Es una gozada, pasar por estrechos senderos de árboles y grandes piedras. Mas adelante, nos encontramos con las ruinas del castillo de Castrotorafe (que fue sede de los Caballeros de la Orden de Santiago), hasta llegar al final de etapa, en Riego del Camino.
Para ir al albergue, primeramente debemos llamar en la casa de Dorita.
Dorita resulta ser la alcaldesa del pueblo y la encargada del albergue, que esta ubicado en la antigua vivienda de los profesores,(cuando había escuela) y que gracias a las aportaciones voluntarias de los peregrinos, poco a poco, se iban mejorando las instalaciones. Nos cuenta Dorita que aunque es la alcaldesa, a efectos reales, no puede hacer mucho, pues dependen de Manganeses de la Lampreana, donde la tienen casi ignorada (la niegan todo tipo de información). Nos dice que ella sabe lo que aportan, en concepto de impuestos, pero no sabe a lo que tienen derecho. Sospecha que utilizan a Riego, para un mayor beneficio de Manganeses. También está dolida porque mucha gente del pueblo, no la apoya de manera incondicional, para realizar obras importantes. Finalmente, nos solicita una firma, para un proyecto de rehabilitación de una fuente romana en al pueblo, a la cual accedemos sin dudar.
Hoy en día , es muy meritorio el trabajo que desarrollan personas como Dorita, en pequeñas zonas rurales. Solo la satisfacción personal del deber cumplido, compensan los múltiples disgustos y quebraderos de cabeza, que conllevan estos oficios sin remunerar.
Después de la ducha, nos vamos tras la búsqueda del bar Pepe, situado junto a la carretera, donde amablemente nos solucionaron el tema de la cena. Fuimos atendidos por Conchi, la cual nos mostró orgullosa la fotografía de su hijo de 12 años y nos pidió que en Santiago, pidiésemos al patrón por su madre que, por una negligencia medica , aún permanecía ingresada en la residencia de Zamora.
Jorge, se ha ido rápidamente al albergue tras la cena. Está muy cansado. Miguel Ángel y yo, nos quedamos un rato más , hablando con la gente del pueblo y el padre de Conchi. Al volver al albergue, nos costó encontrarlo, debido a que había muy poca luz por las calles y las casas parecían todas iguales. Y es que la noche nos confunde o quizás fue aquel gin tonic... no lo sé .
Gentilmente, Conchi ha madrugado para darnos el desayuno, lo que agradecemos infinitamente.
Dorita nos había indicado un camino interior, que nos permitía ahorrarnos 3 kms., sin la necesidad de pasar por Granja de Moreruela (lugar donde se bifurca la vía de la plata y el camino muzárabe) y que estaba perfectamente indicado con flechas. Ha sido una pena, que la espesa niebla nos haya impedido ver el Monasterio de Moreruela ya que , era lo único reseñable hasta llegar a Faramontanos de Tabara , donde hemos realizado una parada para refrigerarnos. Nos lo hemos tomado con calma, pues solo nos restan 8 kms. , Para el final de etapa. Hemos llegado temprano a Tábara, por lo que decidimos comer algo en el bar palacio, donde nos han tratado de maravilla. Debemos esperar a que abran el estanco, para recoger la llave del albergue. Seguidamente fuimos a sellar la credencial a la Iglesia de Santa Maria (declarada monumento Histórico Artístico en el año 1931), donde había una estupenda exposición . Una parte estaba dedicada a los vestigios reaprovechados (visigodos o mozárabes ) y otra sección centrada en el Scriptorum de Tábara en el siglo X (Beatos Morgan de Tábara y Gerona).
Tábara es la cuna del poeta León Felipe, aquel que escribió :
El albergue, está situado en la otra punta del pueblo. Es nuevo y aún en pleno proceso de equipación (estaban montando la cocina). Cuando esté totalmente finalizado, va a ser un lugar fantástico.
Tan buen sabor de boca nos ha dejado la comida, que decidimos cenar en el mismo sitio. Nos han ubicado al fondo del bar (en un pequeño reservado) y hemos estado acompañados por un grupito de jóvenes, que nos han amenizado la excelente cena. Entre chupito y chupito, Jorge nos explica las increíbles peripecias que tuvo que realizar, para traspasar las fronteras de diferentes países de la antigua Rusia, y que se verán reflejadas en su próximo libro.
Ya de vuelta en el albergue, hacemos las llamadas de obligado cumplimiento a nuestras casas, y con la serenidad de que todo va bien, nos disponemos a descansar.
Hemos desayunado en el mismo bar, donde tan fabulosamente nos trataron ayer.
En la etapa de hoy, los primeros 14 kms, discurrieron por caminos de parcelaria y pequeñas zonas de arbolado, hasta llegar a Bercianos de Valverde. ( donde tomamos un breve café, en el bar Colino). 7 kms después, antes de llegar a Santa Croya de Tera, vemos las curiosas bodegas que se han construido aprovechando unos montículos de tierra, donde en su interior, hace una temperatura constante , que junto a la escasa luz, propician un lugar idóneo, para la conservación del vino.
Leyendo el periódico mientras tomábamos un tentempié, leo que ha fallecido el mítico ajedrecista Bobby Fischer. La noticia le conmociona a Jorge, pues es un gran admirador suyo.
Muy cerca de la salida, ( a unos 2 kms ) nos espera la imponente Iglesia de Santa Marta de Tera. Los restantes 11 kms, discurren por amplias choperas y paralelas a un canal de agua.
Cuando llegamos a Calzadilla, lo primero que hacemos, es localizar la casa del Alcalde para solicitarle la llave del albergue. Nuestro lugar de descanso, está ubicado a las afueras del pueblo. El edificio, en su parte baja, lo tienen habilitado como centro de ocio para jubilados y en la alta, para los peregrinos.
En una pequeña tienda, hacemos acopio de chocolate y frutos secos.
El único bar del pueblo (donde amablemente nos dan de cenar), lo siguen regentando un matrimonio mayor (la Sra. Tiene 80 años y el Sr., Que fue taxista, un poco mas joven).Nos hablan con tristeza del despoblamiento de los pueblos. Todo el mundo se tiene que ir a las capitales, en busca de trabajo y un mejor porvenir.
Muy amablemente, acceden a servirnos el desayuno en el bar. Es un gran detalle que agradecemos de manera especial, en pueblecitos, donde es complicado conseguir que abran a las ocho de la mañana, para tan pocas personas.
El dia ha amanecido con una espesísima niebla y el primer recorrido, lo realizamos por una reciente pista asfaltada, hasta llegar al Santuario de Agavanzal, situado poco antes de Villar de Farfòn. Mas adelante nos encontramos con un peregrino, pero en este caso, muy peculiar. Resulta que es de Nueva Zelanda (se llama Edwin) y una vez realizado el camino francés, ahora se propone llegar hasta Sevilla.
Rionegro del Puente, es la cuna de D. Diego de Losada (fundador de Caracas) y dispone de un busto en su honor. Paramos en el bar Palacio donde, al ser domingo, están preparando un montón de tapas diferentes, a las cuales sucumbimos de manera total. Mientras Jorge se va a visitar el albergue, nos explican que pertenece a la Cofradía de los "Falifos", fundada posiblemente antes del siglo XII, con la finalidad de atender a los peregrinos que pasaban por la zona. Todos los cofrades, debían de pagar el "falifo", que era una prenda que dejaban en vida, para ser subastada al morir el cofrade. Dicen que llegó a tener un gran potencial económico (29 hospitales, albergues y puentes). Lamentablemente desaparecieron con la desamortización del siglo XVIII . Desde 1992, sigue vigente el Falifo, pero en lugar de una prenda, se pide una cantidad en metálico o bienes útiles, para la nueva cofradía. Encantados con la historia y con la barriga excesivamente llena, nos proponemos seguir adelante. La niebla continúa y no se quiere ir, lo que hace que, al ir por un sendero de hierbas, nos mojemos los pies y parte de los pantalones. A la entrada de Mombuey, en una gasolinera, Jorge hace alarde de su dominio de idiomas, al hablar en ruso con un camionero estonio, que realiza la ruta de Noruega a Portugal. A la salida de la localidad, comienza a aparecer el sol y aprovechamos para colocar nuestra colada del dia anterior (toalla y calcetines), tendida en nuestra mochila, con la esperanza de que termine de secarse.
Antes de llegar a Cernadilla (lugar donde teníamos previsto nuestro final de etapa para hoy), nos encontramos con un anciano lugareño, el cual nos indica que no hay ningún bar ni tienda (hacía 3 meses que lo habían cerrado). Al no acceder nadie a prepararnos algo de cena, decidimos seguir hasta Asturianos, lugar donde hay varios bares y aunque no hay albergue. En nuestros datos, constaba que, en caso de emergencia, habilitaban el Ayuntamiento para pasar la noche. Cuando llegamos, estamos casi a oscuras. Entramos en el primer bar que vimos, donde no fuimos bien atendidos (pese a que cenamos un exquisito plato de garbanzos con boletus). Nos dijeron tal cantidad de incongruencias, que supusimos enseguida que eran para que nos fuésemos. Llegó un punto, en el que Miguel Ángel se puso serio y consiguió que nos dijeran donde vivía el Teniente Alcalde.(ante la ausencia del Alcalde, que se encontraba en Zamora). Al cabo de una hora, Jorge había conseguido un lugar donde pasar la noche. Nos permitieron quedarnos en un polideportivo en construcción. Nos fabricamos una especie de tienda de campaña, con unas grandes placas de poliespan. Al lado está el bar frontón, donde allí si que nos trataron de maravilla.
Me he pasado toda la noche oyendo música en mi pequeño aparato de radio. Me ha resultado imposible el poder dormir. Solo Jorge lo ha podido hacer (sus ronquidos lo delataban).
No hay nada abierto y debemos caminar unos kilómetros, hasta llegar a Palacios de Sanabria donde, en el bar mirador, hemos podido tomar algo caliente. Al salir, observo a Jorge y Miguel Ángel que están hablando con un señor. Se llama José Antonio Villar , tiene 95 años y nos cuentas numerosas peripecias que le han acontecido, a lo largo de su dilatada vida. La que más nos impacta, es la referente a la Guerra Civil, donde ejercitando una orden de un superior, despertó junto a 27 cabezas de personas decapitadas.
Doce kilómetros por carretera, nos llevan a la preciosa localidad de Puebla de Sanabria. Hace un día primaveral, lo que aprovechamos para visitarla de "cabo a rabo". Subimos por unas empinadas escalinatas, hasta llegar al castillo de los Conde de Benavente. Tras visitar la Oficina de información y turismo, pasamos por la Iglesia de Ntra. Sra. Del Azogue, la Ermita de San Cayetano... etc. Desde lo alto, se divisa una panorámica impresionantemente bella. Decidimos subir hasta la peculiar estación de trenes (edificio de granito). Como aún es temprano, acordamos el quedarnos a comer en "Casa Femate".
Con un gran sabor de boca, afrontamos la recta final (también por la carretera), hasta llegar a Requejo
En el albergue, encontramos en notas de anteriores peregrinos, la recomendación del restaurante "tu casa", por su buena relación calidad-precio. Decidimos hacer caso y nos presentamos allí para la cena.
De vuelta en el albergue, recordé que tenia que llamar a Elena, para felicitarle por su cumpleaños. Como había problemas de cobertura , salgo a la calle y al bajar las escaleras, me tuerzo el tobillo. Me llevo las manos a la cabeza, siento un dolor intenso y al quitarme la zapatilla, observo que está muy inflamado y de color morado (rotura de ligamentos). No he de negar que, lo primero que se me vino a la memoria, fue que era el final. Todo lo dejaba en manos del voltaren (antiinflamtorio) y del descanso. Con la rabia contenida, me acuesto pensando que es cierto ese proverbio checo, que dice : " el placer y el dolor, se acuestan en la misma cama".
El tobillo sigue prácticamente igual y es que, el percance, fue muy serio. Me duele, pero al menos, puedo hacer los movimientos básicos para poder andar. Desayunamos con Paco, en su restaurante de tan grato recuerdo. Nos recomienda que hagamos el trayecto por la carretera, ya que el sendero, se encuentra impracticable , debido al deshielo de las recientes nevadas. Así lo hacemos y poco a poco, fuimos ascendiendo el a priori , temible puerto del Padornelo. Pasamos por un primer túnel iluminado. Mis sensaciones no son buenas y prefiero no hacer paradas, para que no se me enfríe el tobillo. El puerto no es para tanto, resulta ser muy tendido y se sube muy fácil. Una vez traspasado un segundo túnel, en pocos kilómetros, vi con asombro, que ya me encontraba en la cima y solamente me quedaban 8 kms. de bajada , para llegar a Lubián. Con gran sacrificio, consigo llegar y mi primer destino, ha sido localizar la farmacia para comprar una tobillera y mas antiinflamatorios. Una vez reagrupados, en el único bar del pueblo (bar Javi), y barajando todas las posibilidades, decido que por hoy, no camino más. El propósito, no es otro que intentar recuperarme con el mayor reposo posible. Con la comprensión de mis compañeros , nos vamos en busca de casa de Olegario (es el encargado de entregarnos las llaves del albergue, previa presentación de la credencial y el pago de 3 Euros). Siguiendo las calles, llegamos a un punto que nos llama la atención . casa rural Irene. En su parte inferior, un sugestivo cartel : Bodega. Ante tal atractivo, preguntamos a una señora que se encontraba a la entrada, si podemos disfrutar de tan sugerentes caldos. La respuesta es contundente : " de señora nada, señorita. Y sobre la bodega, está cerrada... hasta que el Juez, decida que hacer con ella", pero podéis pasar .
Se trata de Reyes y nos invita a tomar unas cervezas. Es una mujer de gran personalidad, con un corazón de oro. Nos cuenta su apasionado romance con el continente africano (viajes por Mali, Marruecos, Mauritania., Senegal... ), lo que hace las delicias de Jorge y Miguel Ángel, que también son unos experimentados viajeros por todo el mundo. Yo soy un poco la antitesis, pues mis circunstancias, no me han permitido el poder viajar y solo me queda la resignación de escucharles muy atentamente, e intentar aprender lo máximo posible de ellos.
El albergue es extraordinario y tiene unas vistas espectaculares. Aprovechamos el maravilloso día, para hacer colada y tras cenar en el bar, dormimos como troncos.
Aunque ha sido una etapa corta, creo que ha merecido la pena.
Con poco más que un trozo de chocolate y unos higos en el estómago, hemos comenzado la que denomino segundo día de "descanso activo" (pocos kilómetros, a ritmo tranquilo, para no forzar las zonas resentidas del cuerpo). Como aperitivo, nada más salir, ascendemos el alto de A Canda, para luego descender hasta Vilavella , donde podemos desayunar en un hostal de carretera. La etapa, no ha tenido nada de interés, salvo la ermita de la Virgen de Loreto, en O pereiro y que ya habíamos dejado atrás la provincia de Zamora, para penetrar en la de Orense.. Otro día de sol (cualquiera diría que es Enero). Antes de llegar a La Gudiña, decidimos parar en O Cañizo, para degustar la tortilla nuestra de cada día ( he de decir que en todos los lugares, nos las hacían casi al momento).
Tras llamar al número de teléfono de Protección Civil , vinieron un matrimonio a abrirnos el maravilloso albergue. Es un lujo. Todo tipo de comodidades para nosotros solos. Nos recomiendan un bar donde poder cenar. El trato ha sido excelente, tanto por la dueña, como por Helena , nuestra simpática y amable camarera.
Recorriendo el pueblo, hay un punto donde el camino se bifurca (por Verin o por Laza). Elegimos ir por Laza, debido a que es mas corto y no disponemos de más días.
Mi tobillo sigue hinchado y dolorido, pero ya se sabe : sin sacrificio... no hay premio.
Tras el desayuno, retomamos las etapas largas por la vertiente de Laza, y los primeros 20 kms, discurren por montañas, donde hay pequeñas aldeas (llamadas vendas). El día es maravilloso, la panorámica preciosa. Desde lo alto, se divisa el impresionante embalse de las Portas. Después de un tramo en bajada, llego en solitario al poblado de Campobecerros (punto acordado para nuestro almuerzo). El primer lugar que encuentro, es el bar da Rosario. Mientras espero la llegada de mis compañeros, entablo conversación con la dueña. El local está decorado con cuadros donde aparecen los lugareños con sus trofeos de caza (jabalís y corzos de gran tamaño), y también hay un apartado con banderines, recortes de periódicos, escudos... todos referentes al Real Madrid ( es la sede de una peña del equipo . comenta Rosario que, el motivo no es otro, que satisfacer la ilusión que tenia un joven del pueblo, con una enfermedad que le mantenía en silla de ruedas). Llega Jorge y me comenta que Miguel Ángel se había quedado por atrás oyendo música en su Mp3. Nos relata que ha tenido que atravesar el monte, cual cabra montés, para llegar al pueblo. Pasa el tiempo, y empezamos a impacientarnos, por la no llegada de Miguel Ángel. Tras dos comunicaciones a través del teléfono móvil (suerte, porque solo hay cobertura de movistar), sabemos que se ha perdido en algún punto, pero nos tranquiliza, porque ya divisa el pueblo y es cuestión de tiempo su llegada.
En la aldea de As Eiras, hay una estupenda fuente, donde poder refrescarse. Aprovecho para hacer una parada y esperar a mis compañeros que venían rezagados. Como no llegan, y tengo muchas ganas de terminar la etapa, me lanzo raudo y veloz hasta llegar a Laza. Previo paso por Protección Civil (donde sello la credencial y me dan las llaves del albergue, junto a otra serie de indicaciones), llego por fin al majestuoso albergue. Estábamos muy próximos a la celebración de los carnavales y los de Laza son muy conocidos en toda España. La pena, es que hemos llegado una semana antes de los mismos, y no vamos a poder disfrutarlos.
Es increíble, que nos hayamos tenido que desplazar 1 Km.(hasta el pueblo de Souleciño), para poder cenar, pero ha merecido mucho la pena. En Casa Elena, su propietaria, nos ha atendido de manera primorosa, (y eso que tenia un compromiso prioritario) en su acogedor y muy recomendable restaurante. Como colofón, nos ha acercado en su coche hasta Laza. ¿Qué más se puede pedir? (dele Dios buen galardón).
Tras desayunar en un bar donde, la noche anterior por pereza, no se habían dignado en prepararnos algo de cenar, nos disponemos a afrontar la etapa . Primeramente hasta Soutelo Verde por asfalto y posteriormente hasta Tamicelas por una pista paralela al río. Desde aquí , comienza una fuerte subida por enormes bloques de piedra que tras pasar por la cruz de los segadores, nos deja en la aldea de Albergueria. Decidimos tomarnos un respiro en un pequeño bar (El rincón del peregrino). El lugar es muy peculiar, por estar adornado de infinidad de vieiras, firmadas por diferentes peregrinos de todas las partes del mundo. Su propietario es Luis un lugareño que, tras pasar una etapa de su vida por Cataluña, decidió volver a la tranquilidad de su pueblo. Seguimos camino y llegados a un punto, donde vemos un cartel indicador hacia la aldea de Veredo ( es un poblado abandonado, que lo estaban reconstruyendo un alemán, un inglés y una gallega, con la intención de vivir en una zona totalmente natural), para posteriormente llegar a la localidad de Vilar de Barrio , donde tenemos prevista la comida del día, en el bar "ruta de la plata". Los siguientes 14 kms. hasta Xunqueira, son los más bonitos que he encontrado en toda la etapa. Embebido por la belleza de las corredoiras y los senderos cubiertos por las hojas de los árboles, me he salido del camino oficial y he tenido que regresar hasta encontrar una flecha, para continuar en la buena dirección. Este suceso, ha hecho que llegue el último de los tres.
El albergue se encuentra a la entrada. Para poder entrar, tenemos que ir hasta el bar refugio, lugar donde recogemos la llave y sellamos nuestra credencial
El claustro y la colegiata del siglo XII, son lugares que no debe perderse, cualquiera que visite esta villa. También es interesante la Casa Miraval.
Ante la imposibilidad de encontrar un lugar para la cena, no nos queda otro remedio que comprar en un supermercado, las viandas necesarias para poder hacerlo.
La etapa ha sido corta, pero me ha resultado dura, por discurrir en su totalidad por asfalto. Tras dejar atrás el polígono industrial, la entrada en Orense, es por un paseo a orillas del río Barbaña. En la Plaza de las Burgas, hay un mercado de coloridos puestos. Encuentro una oficina de información, donde espero a que lleguen mis compañeros. Todos juntos, pasamos por la imponente Catedral, camino del albergue. Está situado en un ala del antiguo Monasterio de San Francisco, al lado del Cementerio, en la parte alta de la ciudad. Sabedores que hasta las 4 de la tarde no nos abren el albergue, nos vamos al casco antiguo, en busca de un bar, donde saciar nuestro hambre y calmar nuestra sed.
Encontramos "la casa do pulpo" . Es un lugar recomendable, ya que tal como está la vida, nos tomamos una gran ración de pulpo, otra de chipirones y una inmensa fuente de patatas bravas unido a dos botellas de buen vino ribeiro, (ya lo dijo Séneca, el vino lava nuestras inquietudes, enjuaga el alma hasta el fondo y asegura la curación de la tristeza) cafés y orujos por menos de 30 Euros en total.
Sentados en una terraza, junto a la Plaza Mayor, hemos tenido la anécdota más desagradable del día. Un chico llamado Jaime, intentaba vendernos unas camisas (seguramente robadas), para poder comprar su dosis diaria de droga . Como no había forma de deshacernos de el, le dimos unas monedas ... pero tampoco fue suficiente, hasta que llegó un individuo (llamado Virgilio) que, de muy malas maneras le ha hecho irse. Nos creíamos aliviados pero, para sorpresa nuestra, se sienta junto a nosotros (con mucha educación, eso sí) y nos cuenta una serie de historias personales , que derivan en la petición de unas monedas para su maltrecha economía. Airosos del trance, nos vamos rápidamente al albergue, donde nos esperaba Elisa (joven y guapa arqueóloga, que hace las funciones de alberguera) .
El albergue es otro lujo. Dispone de todas las comodidades que un peregrino puede necesitar. Nos recreamos en la ducha y tras hacer la colada, nos disponemos a recorrer el centro histórico de la ciudad.
Nos hemos sentido muy incómodos ya que, en menos de media hora, no menos de seis personas, nos pedían unas monedas o cigarrillos, con una naturalidad insultante, en pleno centro. Condicionados por tal hecho, decidimos cenar un bocadillo en un bar cercano a nuestro lugar de descanso.
Es una pena que no hayamos podido disfrutar de unos baños termales que nos habían recomendado, pero así tenemos la excusa para volver algún día.
Aún era de noche, cuando salimos del albergue, en busca de una cafetería donde poder desayunar, hasta que nos da de ojo una, llamada Café Latino . No nos defrauda. Es un local muy bonito, espacioso (incluso hacen conciertos de jazz) y un buen servicio por parte de los camareros.
Recorremos toda la ciudad hasta que, en la salida nos encontramos con el magnifico puente romano, atravesado por el río Miño. Hay dos alternativas que confluyen en la localidad de Casasnovas. Decidimos ir por Tamallancos, ya que, aunque es un poco mas larga, su dureza global es menor. El comienzo es prometedor. Continua subida que, sin apenas calentar los músculos, resulta duro y tedioso. Como acompañante inseparable, casi todos los días, tenemos a la niebla . Pero no nos preocupa, porque luego se va, y nos deja un día radiante de sol, que para estas fechas, es un lujo que ya quisieran otros.
Nuestra parada obligada del día, no podía ser otra que en Cea (todo el mundo está de acuerdo que tiene el mejor pan de Galicia y quizás de España). Como me he adelantado a mis compañeros, me apresuro a encargar que nos hagan una tortilla para todos, en el primer bar a la entrada del pueblo.
Mientras yo quiero llegar cuanto antes al Monasterio, mis compañeros se lo toman con más calma, y deciden quedarse viendo el albergue de Cea, y finalizar más tarde. El trayecto, pese a ser por asfalto (para variar), resulta muy bonito, ya que estamos rodeados por árboles. Aproximadamente 2 kms antes, ya se divisa el impresionante monasterio de Santa Maria la Real de Oseira que, al llegar, resulta ser mucho más impactante. En la portería, esperan numerosas personas que hacen cola para entrar a comprar las entradas de visita guiada al Monasterio. Me sellan la credencial y me indican nuestro lugar habilitado para dormir. Se trata nada más y nada menos que la antigua biblioteca, donde aunque no disponemos de duchas ni agua caliente, (solo lavabo y váteres), si que disponemos de literas. Estos lugares, nos recuerdan el autentico sentido de la peregrinación ( Sacrificio y oración... el lema del peregrino). Mientras mis compañeros (ya arribados) cumplen con el sellado de credencial pertinente y visitan el interior del Monasterio, yo me quedo aseándome y custodiando las mochilas de curiosos visitantes, para evitar desagradables sorpresas. Posteriormente, saco mi entrada para la segunda visita guiada de la tarde. Destaca su iglesia del siglo XII, una de las mas perfectas realizaciones del románico gallego, con influencia en planta de la Catedral de Santiago : cruz latina, tres naves, crucero presbiterio rodeado de girola con capillas radiales. Posee un conjunto de retablos y pintura mural barrocos. La sacristía y el coro alto, son dos bellas obras del siglo XVI. Los tres claustros y las fachadas de iglesia y monasterio, constituyen un sabio compendio de arquitectura renacentista y barroca. Durante la visita, una señora mayor, se sintió indispuesta y tuvo que venir una ambulancia para llevársela.
En los anexos del Monasterio, también hay un museo etnográfico y una residencia de ancianos.
Cenamos de manera modesta en uno de los bares del pueblo. Dejamos pasar el tiempo, viendo un partido de fútbol por televisión , mientras me comentan emocionados, que nos permiten los monjes, el participar mañana en la misa matinal de las 7:15 h.
A las 7 de la mañana, nos esperaba el hermano Luis en la puerta de entrada, como se había acordado, para comenzar 15 minutos después, lo que ha resultado una entrañable celebración de la Santa Misa. La han celebrado 12 monjes (ha faltado uno por enfermedad) y hemos estado acompañados por Alicia (una de las guías). A la salida, he tenido una pequeña anécdota con el simpático hermano Luis. Al preguntar a mis compañeros que cuantos hijos tenían (Jorge tiene 3 y Miguel Ángel, 2) , me miró y me dijo ¿Y tú ?, le contesto resignado que soy soltero y no tengo ninguno, que se lo debo a que un sacerdote, cuando tenia 16 años, me dijo que tenia cara de soltero... lo que me dejó ya marcado para toda la vida. La carcajada del hermano, ha sido inmediata y me dice que hay que dar tiempo al tiempo. Con una amplia sonrisa, nos despedimos deseándonos que Dios nos conceda todo lo que le pidamos.
Desayunamos en el bar Venezuela, propiedad de unos antiguos emigrantes que, al regresar a su pueblo, quisieron dejar constancia del país que, un día, les acogió durante unos años.
A pocos kilómetros de nuestra salida, dejamos la provincia de Orense, para adentrarnos en la de Pontevedra. En la localidad de Castro Dozón, hacemos una breve parada, para continuar hasta Estación de Lalín, donde teníamos previsto un receso mas amplio. Como no he encontrado nada, he seguido un poco más hasta llegar a la aldea de Botos, donde a la entrada, se encuentra un estupendo bar llamado cantina dos cabaleiros. Cansado de esperar, decido llamar por teléfono, para localizarles. Llegan después de una media hora y me cuentan su fabuloso encuentro en un bar, con un marino mercante.
Se les ha ido el tiempo, hablando de viajes y de remotos lugares que conocían. Como estamos a tan solo 4 kms para nuestro final de etapa, decidimos darnos un homenaje degustando un abundante y variado menú.
Antes de llegar a Laxe, observamos a dos chicas que intentaban coger a un gallo , que se les había escapado de su casa. Ante la falta de éxito, hago alarde de mi condición de pueblerino (y a mucha honra), acorralando al ave y este, al verse el rebelde gallo en un punto sin salida, adopta una posición sumisa y solito se va a la puerta del gallinero (desconocía que yo tuviera tales poderes de intimidación ).
El albergue, es un edificio descomunal de grande y otro lujo para nosotros 3 solitos.
Ante la falta de restaurantes en la aldea, decidimos componer la cena con el queso , la mermelada natural de manzana y el vino "valdevegón", que Jorge y Miguel Ángel habían comprado en Oseira.
Desayunamos en la cafetería de que dispone una gasolinera, bajando la carretera de Laxe. Un joven, hace malabarismos para poder atender él solo, el surtidor de gasolina y la cafetería. Es un ejemplo de la explotación laboral a bajo coste, que por desgracia, prolifera tanto por nuestro querido país .
La etapa no ha tenido mucho reseñable, salvo que tras pequeñas paradas en Silleda y San Miguel de Castro, hemos afrontado un considerable descenso por estrechas y sinuosas carreteras, hasta llegar a la población de Puente Ulla (Vedra). Ya estábamos en la Provincia de La Coruña y por tanto, mas cerca de nuestro objetivo. En el bar donde hemos almorzado hoy, casi desconocen la palabra simpatía. (yo, que conozco muy bien la hostelería, nunca entenderé como se puede transmitir malos gestos y caras desagradables a los clientes (aunque tengamos un mal día, la sonrisa debe ser permanente). Apenas 6 kms a través de senderos en continua subida, hemos tenido que recorrer, para llegar a la aldea de San Pedro de Vilanova. Nos hemos hecho fotos frente a la capilla y en la fuente de Santiaguiño.
El albergue, es otra monumental obra de arte, para el peregrino. Con todas las comodidades que uno pueda necesitar y una panorámica a través de las cristaleras, dignas de mención. Lo atiende una señora octogenaria llamada María, la cual, nos ofreció un servicio excelente. El único inconveniente que podíamos tener , era que para la cena, solo había un restaurante (O Agro), que distaba aproximadamente a 1 Km. y se tomaba su descanso semanal, precisamente los martes. Jorge, se ofreció a probar fortuna y consiguió que nos subieran al albergue, una estupenda cena consistente en caldo gallego, costillas y tarta de santiago, unido a vino y gaseosa. Un gran detalle por parte del restaurante, Y de Jorge, que decir... es un genio,.acaba consiguiendo todo lo que se propone y un día más, nos ha salvado la vida. Contando chistes, haciendo crucigramas y asustando a Miguel Ángel, (con la amenaza de la monja de los ojos saltones , que le esperaría el día siguiente), hemos completado otra jornada.
Hemos salido de noches ciegas y usando mi pequeña linterna, para evitar que nos atropellen los vehículos que circulan por la carretera nacional ( no hemos querido ir por los senderos, para evitar perdernos y que Jorge se moje las botas). Tenemos el día lluvioso, pero no nos importa, porque hoy llegamos a Santiago .
La etapa me ha resultado dura, pues al dolor del tobillo (que aún permanece hinchado), se ha unido una sobrecarga en el cuadriceps de la pierna derecha. La entrada en Santiago se hace pesada, pero al ver a lo lejos la Catedral, se quitan todas las penas y llegamos en un santiamén a la Plaza del Obradoiro. Tras hacer los rituales correspondientes (abrazo del Santo... ), nos fuimos a la Casa Do Deán, donde nos esperaba Alfonso (un gran detalle el haber volado desde Barcelona y compartir con nosotros este día), para recoger nuestras Compostelas. Seguidamente fuimos a nuestro "Cuartel General" siempre que vamos a Santiago , es decir el acogedor Hostal Suso , para dejar nuestras mochilas y saludar a sus dueños.
La Misa del peregrino, siempre resulta muy emocionante. Hoy Miguel Ángel , ha querido participar en la lectura de la Biblia y ha experimentado por primera vez, lo que se siente desde la primera fila, al ver oscilar el impresionante botafumeiro.
Con el deber cumplido y la conciencia tranquila, nos fuimos a comer un menú , en un restaurante (que pena que en estas fechas, nuestro querido "Casa Manolo", permanezca cerrado por vacaciones), cercano a nuestro Hostal. El café, siempre lo tomamos en el Casino, lugar idóneo para pequeñas siestas.
Por la tarde, aprovecho para cerrar mi billete de tren y para comprar productos típicos que llevar a mi familia.
A las 7, nos presentamos en el lujoso Parador de los Reyes Católicos, donde junto a otros peregrinos, recibimos una fabulosa cena, a la que tenemos derecho, por haber llegado entre los diez primeros en el día de hoy.
La jornada la finalizo, disfrutando con un último paseo en solitario, por las ruas cercanas a la Catedral , antes de acostarme. Los compañeros han preferido tomar unos chupitos y seguir hablando de sus cosas ( y es que ya lo dijo Konrad Adenauer todos los órganos humanos se cansan alguna vez, salvo la lengua).
Al día siguiente, mis amigos, me acompañan a la estación de trenes y nos despedimos, con la esperanza de coincidir en otra ocasión. Ya sentado en mi asiento, observo que la policía lleva detenido a un señor, que ha estado montando escándalo en el tren. Es inevitable pensar ya, en la realidad que me espera de vuelta a casa, pero hago la misma promesa que en anteriores peregrinaciones... volveré.