http://kiro.galeon.com/camino.htm
También he incluido pequeños detalles que me parecen interesantes y que he sacado de mi experiencia.
Pretendo además con esta página animar a todo el mundo a que lo recorra y sacar de dudas a los indecisos. Para ello voy a relatar de manera general como fue el mío a la vez que indico puntos de interés como estado de los albergues, servicios que ofrecen, estado del camino, fuentes etc..
La pagina la he dividido en varios apartados a los que podréis acceder pulsando sobre los enlaces que hay al principio de esta. En ellos tenéis información sobre como preparar la bici, equipaje, documentación etc..
También he incluido una dirección de correo a la que podréis mandar cualquier sugerencia, duda o consulta que tengáis o no os aclare en la pagina, intentare responder lo antes posible..
Espero que disfrutéis vuestro camino tanto como yo disfrute el mío.
Buen camino!!. Ultreia!!.
Aquí voy a relatar como fue mi camino con el fin de que después de leerlo os animéis a recorrerlo. También voy a ir comentando aspectos sobre el camino como estado de los albergues y servicios, tramos especialmente duros, sitios de interés etc.. Espero que os guste.En primer lugar os diré que hice el camino en el verano de 2000 siguiendo la ruta conocida como "camino francés" que es la utilizada por la mayoría de los peregrinos y cuyo recorrido muestra el mapa de abajo. La oportunidad de hacerlo se presento de manera inesperada pero enseguida me llamo la atención. Una vez decidido a hacerlo casi se vino todo al traste cuando a los pocos días de salir mi compañero de viaje tuvo un accidente mientras estabamos entrenando( un saludo para el desde esta página). Como consecuencia me quede solo pero aún así me decidí a hacerlo. Antes de salir puse anuncios en foros del camino y grupos de noticias para buscar gente que quisiese venir conmigo. Varios me contestaron pero no coincidíamos en las fechas. Al final una amiga se animo y lo recorrimos juntos. Comento esto para aquellos que no tienen con quien ir, no lo dejéis de hacer por eso, poner anuncios como hice yo y será fácil que encontréis gente dispuesta a hacerlo y que se encuentren como vosotros, y si hace falta empezar solos ya que en el camino es muy fácil juntarse con mas peregrinos, de hecho lo mejor del camino es la gente que conoces.
Nosotros salimos ya desde casa con las bicis, llegando el segundo día a Logroño donde cogimos el camino, será desde aquí donde empezare a contaros mi experiencia.
El día anterior llegamos a Logroño desde Vitoria. Después de dejar las bicis en el albergue, poner el primer sello en nuestra credencial y ducharnos fuimos a hacer la compra para la cena y el desayuno.
El albergue de Logroño es muy grande y nuevo. Tiene unos servicios muy buenos, cocina completamente equipada, hasta con cubiertos, un patio interior con estanque para refrescar las piernas y las habitaciones están bastante bien.
Después de cenar estuvimos hablando un rato con otros peregrinos hasta que llego la hora de silencio.
Al día siguiente salimos a las 8 de la mañana después de desayunar y recoger todo. Junto con unos madrileños empezamos nuestro camino, había llegado el momento esperado. A la salida de Logroño el camino atraviesa un pequeño bosque y pasa al lado de un pantano, es una zona bonita, a partir de ahí toda la etapa va por pistas fáciles de andar, con pocas cuestas y suaves.
En la bajada a Nàjera se me rompió uno de los tornillos que sujetaba la parrilla y tuve que ir parando cada poco porque se me salía. Llegamos a Nàjera y pusimos nuestro segundo sello en la oficina de turismo. Nos compramos un par de conchas y las colgamos de las alforjas, ya éramos auténticos peregrinos. También solucionamos la avería de la parrilla, conseguimos un par de tornillos en una ferretería que además nos salieron gratis.
Salimos de Nàjera con una cocha, un par de tornillos y otro sello y tiramos hasta Azofra donde paramos a comer. Después de comer y echar una pequeña siesta volvimos a arrancar y llegamos hasta Santo Domingo de la Calzada. Pusimos un sello en el albergue dejamos las bicis y dimos un vuelta por el pueblo.
Del albergue de Santo Domingo os diré que es una casa grande, antigua pero en buen estado y que tiene cocina.
Después de tomar algo y vencer la pereza de las cinco de la tarde volvimos a coger las bicis y llegamos a Redecilla.
Redecilla son cuatro casas y la iglesia pero su albergue aunque pequeño esta muy bien. Los servicios son muy buenos, también las habitaciones, tiene cocina pero la usa la cocinera del bar, así que si quieres usarla hazlo antes de que empiece con las cenas.
Después de la rutina de todos los días, ducharse, cambiarse y coger sitio hicimos las compras. Antes de la cena nos abrieron la iglesia del pueblo a los peregrinos para visitarla.
Al final tuvimos que hacernos la cena con el hornillo que llevábamos ya que la cocina la estaba ocupando la del bar.
Después de la cena hice de mecánico y termine de arreglar la parrilla con las herramientas que me presto otro peregrino. También tuvimos tertulia en el patio del albergue. Aquí conocimos uno de los peregrinos que mas nos sorprendió. En cuestión era un hombre que había salido de Granada, había llegado a Santiago y se dirigía a Roma pero por si eso era poco luego quería llegar a Jerusalén. Viajaba con su perro y dormía en la calle. Solo se acercaba a los albergues para ducharse. Todo un personaje.
Después de la tertulia nos fuimos a la cama que la verdad se coge con ganas después de andar todo el día en la bici.
A la mañana cuando nos levantamos ya no quedaba nadie en el albergue, algunos madrugaron mas que nosotros ya que para las cuatro y media se levantaron. Preparamos el desayuno, las bicis y para las 8 ya estabamos de nuevo pedaleando.
A media mañana en un tramo del camino que corría paralelo a la carretera vimos a un ciclista que iba solo(un saludo Imanol). Le animamos a que se uniese a nosotros y en cuanto pudo se metió en la pista. Seguimos juntos hasta Montes de Oca donde nos separamos ya que nosotros subimos el puerto de La Pedraza por la pista y el prefirió hacerlo por carretera.
Paramos en el albergue de Montes de Oca para poner el sello y estuvimos un rato charlando con las dos hospitaleras que había. Aquí vimos a otros peregrinos curiosos, eran un matrimonio mayor de Bélgica que ya estaban de vuelta y que llevaban un par de mulas.
El albergue es un campamento de casetas prefabricadas pero muy limpias y cómodas por lo que vi, además según me comentaron las hospitaleras tenían servicios con agua caliente y disponían de hornillos para cocinar.
Nos despedimos de las hospitaleras y empezamos la subida de La Pedraza. El puerto no es muy duro, salvo unos pocos metros, no mas de 100, en los que tendréis que empujar la bici, a partir de ahí se sube sin problemas, además a media subida tenéis una fuente estupenda. No os recomiendo hacerlo por carretera porque según comentaron en el albergue apenas tiene arcén, hay mucho trafico de camiones y no serias el primero en ser atropellado y también porque os perderíais una de las partes mas divertidas del camino, la bajada hasta San Juan de Ortega, de varios km. y en la que disfrute como un niño.
Al terminar la bajada, repito no os la perdáis, llegamos a San Juan de Ortega donde volvimos a encontrarnos con Imanol. Sellamos en el albergue y paramos a tomar algo. Después del descanso seguimos camino los tres juntos y llegamos hasta Atapuerca donde volvimos a sellar. A la salida de Atapuerca hay uno de los peores tramos de todo el camino, si bien no es muy largo si es duro y con un piso casi impracticable que nos hizo sudar tinta. A partir de aquí hasta Burgos es casi todo cuesta abajo y con tramos de asfalto.
Llegamos a Burgos y antes de ir al albergue paramos a comer en un bar un menú que nos supo a gloria. Después de la comida nos acercamos al albergue y hicimos los tramites de siempre.
El albergue de Burgos, al igual que el de Montes de Oca, son casas prefabricadas pero estas son mas bonitas, de madera, y están en mejor sitio, en medio del parque. Los servicios están muy bien pero suele haber problemas con el agua caliente que se gasta rápido ya que usan termos. No hay cocina pero si lleváis hornillo tenéis unas mesas estupendas en la calle. Tener cuidado con lo que dejáis en la calle, ropa tendida, las bicis..., ya que no es un recinto cerrado como otros sitios y suele haber amigos de lo ajeno, avisan de ello. Las bicis las podéis dejar en una lonja que esta al lado del albergue para que pasen la noche bajo llave por 200pts.
A la tarde fuimos de visita en el tren turístico que nos pusieron a los peregrinos de forma gratuita. Te dan una vuelta por los sitios mas típicos aunque un poco deprisa. Para cuando llegamos a la catedral ya la estaban cerrando, mala suerte. Nosotros no volvimos con el tren y nos quedamos a cenar en el centro. Tomamos algo y vuelta al albergue a dormir.
A la mañana nos levantamos sin prisas y desayunamos un café con tostadas que preparaba el dueño de la lonja donde dejamos las bicis. Después de despedirnos de Imanol, que se tenia que volver, preparamos las bicis y salimos de Burgos.
Los primeros kilómetros resultaron ser un camino de cabras que nos hicieron polvo el trasero. A la altura de Castrojeriz paramos a poner sello en la iglesia del pueblo y allí nos encontramos con la pareja, de Valencia, que me ayudo a arreglar la bici dos días atrás. Seguimos juntos y a la salida del pueblo nos encontramos con un repecho corto pero muy duro y con mal piso que un par de veces nos hizo poner pie a tierra. Pero si la subida es mala la bajada casi es peor, muy empinada y con mucha piedra suelta por lo que hay que tener mucho cuidado de no dar con los morros en el suelo.
Después de la bajada y a poca distancia se encuentra la fuente del piojo, que es como un oasis en medio de todo el paisaje llano y seco. Junto a la fuente, que esta justo en el camino, hay unos bancos y unos cuantos arboles que hacen de este sitio lugar obligado de descanso.
Repuestos los botellines de agua y habiendo descansado un poco tiramos hasta Boadilla del Camino donde nos separamos de los valencianos ya que nosotros nos quedamos a comer.
Pusimos el sello y comimos un menú en el bar, que mas que bar era una casa con una habitación que hacia las veces de comedor. Nos sentamos a la mesa con un peregrino que estaba solo y recuperándose de una tendinitis.
La comida fue buena y el ambiente también, ya que el personaje en cuestión resulto ser un poeta que tenia una manera de ver las cosas muy especial. Después de la comida echamos una siesta en el jardín del bar, debajo de un manzano, que termino por cargarnos las pilas.
El albergue de Boadilla me comento el poeta que era privado pero que su estado era impecable.
Volvimos a las bicis tras quitarnos la pereza y despedirnos del poeta. El sol pegaba de lleno y el calor era un poco asfixiante.
Este último tramo hasta Carrión se nos hizo eterno ya que además del calor la pista era muy monótona y aburrida. La llegada fue un alivio. Dejamos las bicis y en un abrir y cerrar de ojos nos pusimos el bañador y fuimos al río. El sitio es ideal con una zona de césped y arboles justo al lado del río y que además no tiene peligro ninguno, la única pega que el agua bajaba helada, por lo menos para mi.
Después del baño volvimos al albergue para ducharnos, cenar e irnos a dormir pues el día había sido duro.
El albergue de Carrión es grande, con las habitaciones y los servicios en el piso de arriba y la cocina en el de abajo. Los servicios están limpios y son modernos y no había problemas de agua caliente, pero la cocina no tiene nada salvo el fregadero. Si hay en cambio un par de lavadoras y una secadora.
Este día nos levanto a marchas forzadas la hospitalera. Desayunamos algo y nos pusimos en marcha.
A media mañana llegamos a Bercianos del Camino. Este sitio fue en donde mejor nos trataron y con mucha diferencia.
Entramos en el albergue a sellar y nos recibió la mejor hospitalera que uno se espera encontrar. Tenía preparado un botijo para los peregrinos del que yo di buena cuenta ya que el sol pegaba de lo lindo.
Después de sellar le preguntamos por una tienda donde poder comprar algo para comer y ella nos dijo que ya era tarde y que tenia algo de comida que le había sobrado la noche anterior. Mientras descansábamos un poco nos puso la mesa y nos dio una comida de quitarse el sombrero, con sangría incluida.
Tras la comida y después de ayudar a la hospitalera a recoger la mesa subimos a las habitaciones a echar una siesta. Nos levantamos y nos despedimos con dos besos de la hospitalera que a cambio de todo no nos pidió nada, solo la voluntad.
Volvimos a las bicis y tiramos hasta Mansilla de las Mulas donde paramos por ese día. Nos instalamos en el albergue, nos cambiamos y fuimos de compras.
El albergue de Mansilla fue el que mas me gusto de todo el camino, aunque no era el mas moderno si fue el mas acogedor. Tiene dos cocinas totalmente equipadas, zona para lavar la ropa, un bonito patio interior y los aseos y habitaciones están bastante bien.
Preparamos la cena y bajamos a comer a las mesas que había en el patio. Compartimos mesa con un pareja que se habían conocido durante el camino el catalán y ella austríaca.
Terminada la cena recogimos todo y estuvimos un rato escribiendo el diario y preparando la etapa del día siguiente antes de irnos a dormir.
Salimos de Mansilla sobre las 8:30 h por pistas muy buenas pero bastante monótonas. Llegamos hasta León donde sellamos en el albergue, que aunque no vi por dentro, tenia muy buena pinta. La única pega es que esta en el último piso de un edificio bastante grande y un poco alejado del centro.
Después de sellar nos dirigimos a la zona de la catedral para hacer un poco de turismo. Dejamos las bicis candadas enfrente de un edificio de Gaudi y estuvimos viendo el de la diputación. Luego fuimos a reponer fuerzas a un bar donde nos comimos prácticamente una tortilla que nos supo a gloria aunque quizás fue por el hambre.
Tras el aperitivo fuimos a hacer la obligada visita a la catedral de León que si bien no es tan espectacular por fuera como puede serlo la de Burgos por dentro es impresionante y sus vidrieras te dejan con la boca abierta. El colorido que tiene el interior cuando les da el sol es algo que uno no se puede perder.
Ya llegaba la hora de la comida así que hicimos unas compras recogimos las bicis y nos fuimos a un parque a comer y echar una pequeña siesta. Levantarme ese día de la siesta me costo horrores, además el sol pegaba fuerte y se nos hizo bastante duro.
La siguiente parada la hicimos en Villar de Mazarife. Entramos en el albergue a sellar y nos encontramos con un pequeño concierto en la cocina. Nos unimos al grupo y estuvimos un buen rato descansando y escuchando a los cantantes que todo sea dicho lo hacia muy bien.
De este albergue os puedo decir que es muy viejo y no tiene muy buena pinta pero con ese ambiente seguro que se pasa una noche fenomenal.
Nos despedimos de todos y seguimos por carretera hasta Hospital de Orbigo. El albergue de Hospital es otro de los que mas me gusto. Tiene todos los servicios y sus habitaciones están muy bien. Son habitaciones de cuatro camas, además si queréis daros un baño tenéis el río al lado o unas piscinas estupendas a solo unos pasos.
Nosotros nos acercamos al río pero solo nos mojamos los pies, después nos cambiamos y fuimos a cenar a un bar cercano.
Después de la cena preparamos un poco la etapa del día siguiente y nos fuimos a la cama.
Este día me fallo el cuentakilómetros de la bici así que la distancia es un poco aproximada.
Salimos de Hospital hacia las nueve y cogimos carretera por que a mi amiga le molestaban un poco los brazos con los baches del camino. Llegamos a Astorga y sellamos en una iglesia al lado de la catedral ya que en esta había una exposición, se llamaba las edades del hombre . Estuvimos viéndola un rato y volvimos a ponernos en marcha.
A la salida de Astorga tuvimos un fallo al coger la carretera y cuando nos dimos cuenta ya llevábamos 9 km. de mas, así que al final hicimos 18 km. en balde. De vuelta ya en el camino sellamos en dos sitios mas antes de empezar la subida a la Cruz de Ferro, uno de ellos el albergue de Rabanal del Camino que se encuentra antes de empezar la subida y que me pareció precioso a primera vista.
Después de coger agua comenzamos la subida en pelotón ya que nos juntamos con un grupo de peregrinos que la hizo mas entretenida. La subida es por carretera, con muy buen asfalto y pendiente bastante suave, además a estas alturas ya vas con fuerzas y subes sin darte cuenta. Las únicas pendientes serias son al final aunque es mas por el cansancio que por otra cosa. Lo que si es esta puerto es largo.
Una vez arriba tiramos la piedra a la base de la cruz como es costumbre, piedra que se supone debéis traer desde donde empezáis la peregrinación, y que no recuerdo su motivo.
Y como después de la subida viene la bajada ahora nos tocaba descansar y disfrutar del descenso.
Paramos en Molinaseca, pueblo muy bonito que tiene unas piscinas naturales en el río y que es una pena no tenga foto para enseñaros. Comimos unos bocatas y dormimos un poco al lado del río. Después fuimos al albergue pero ya estaba completo por lo que tuvimos que tirar hasta Ponferrada.
El albergue de Molinaseca esta bastante bien aunque puede ser que te toque dormir en las tiendas o en las camas que están en la calle debajo del porche.
Llegamos a Ponferrada y se nos metió un poco el miedo en el cuerpo al ver tanta gente y pensar que igual no teníamos sitio, pero es un refugio enorme en el que cabria un regimiento.
El albergue aunque moderno y con buenos servicios deja mucho que desear. No se pueden usar las cocinas, apenas hay sitio para comer y además no dejan cocinar usando hornillos y eso que tiene un patio como un campo de fútbol.
Nosotros salimos fuera del albergue y nos hicimos la comida con el hornillo. Una vez hecha fuimos para dentro y tras conseguir un hueco pudimos cenar sentados.
Después de la cena, que fue de las mejores que hicimos, estuvimos un rato sentados en el patio para reposar la comida y rápido a la cama ya que al día siguiente teníamos la etapa más dura de todo el camino, subíamos a O Cebreiro.
Madrugón forzoso a las 6:30 h. A nosotros nos sentó como un tiro ya que estabamos acostumbrados a horas menos intempestivas.
Desayunamos en el albergue un café y unas galletas que nos sirvieron los hospitaleros, por lo menos sacamos algo bueno del madrugón, no tuvimos que prepararnos el desayuno. Preparamos las bicis y nos pusimos en marcha. Ese día la mañana estaba muy fría y no entramos en calor hasta que empezó a calentar el sol.
Fuimos por carretera casi todo el rato por el problema con los brazos aunque algún tramo corto hicimos por pista. En Villafranca del Bierzo paramos a tomar un café para entrar en calor y hacer tiempo para que calentase un poco mas el sol.
Después del café seguimos camino que a partir de aquí coincide mucho con la nacional por lo que hay que tener mucho, mucho cuidado. Además a nosotros nos coincidió que estaban en obras con lo que todavía estaba mas peligroso.
Y llegamos al principio de la temida subida a O Cebreiro, entrada a Galicia, con esos desniveles que de solo mirarlos te dan miedo, con un máximo del 25%.
Los peregrinos que van a pie lo hace por camino pero para los que vamos en bici tenemos que ir por la carretera.
El puerto es muy duro pero con la forma que hemos cogido después de tantos días de seguido andando en bici lo subimos sin excesivos problemas y de un tirón. A poco de llegar arriba hay un tramo en el que no hay asfalto pero es cuestión de unos 300 metros que se hacen muy largos.
Cuando llegamos arriba paramos a comer algo y poner un sello en el bar ya que el albergue todavía estaba cerrado. El albergue de Cebreiro es moderno y bastante grande pero no pude verlo por dentro.
A partir de aquí empezó la agonía ya que al poco de empezar a bajar nos perdimos de nuevo y tuvimos que hacer unos cuantos kilómetros de mas, pero lo peor es que eran todo cuestas casi mas duras de las que acabábamos de subir. Y todo por seguir las marcas del camino que en esta parte no es posible recorrer en bici, así que os aconsejo que vayáis por carretera hasta el alto do Poio.
Cuando al fin conseguimos dar con la carretera, apenas nos entendimos con unos señores a los que preguntamos, llevábamos una paliza de las buenas.
Tomamos un poco de aire y comida en el bar del alto do Poio antes de bajar hasta Triacastela donde pasamos la noche.
A partir de que entras en Galicia además del cambio de paisaje que es drástico, pasas del llano y de lo seco a lo verde y montañoso, te encuentras con las aglomeraciones. Esa noche la pasamos en el suelo de los pasillos ya que estaba todo hasta la bandera.
El albergue es grande y las camas están divididas en habitaciones de seis, los servicios no son muy buenos y en las duchas tenias que hacer malabarismos para no escaldarte o no helarte. No tiene lavaderos y tampoco cocinas ni comedor.
Después de reservar nuestro sitio de pasillo y ducharnos dimos una vuelta por el pueblo y cenamos en un bar donde tomamos nuestra primera ración de pulpo a la gallega. Tras el atracón nos fuimos directos a dormir ya que el día había hecho estragos.
Este día fue el único en que nos llovió aunque apenas fue unas gotas antes de salir. Estaba nublado y hacia fresco. Tiramos hasta Sarria donde paramos a desayunar. El día empezó a mejorar pero el sol seguía sin aparecer.
Seguimos el camino que es fácil de andar y bonito pero en un par de sitios tuvimos que bajarnos de la bici y en uno tuve una pequeña caída.
En Portomarin paramos a comer unos bocadillos que nos hicimos la noche anterior que como siempre nos supieron de maravilla. Después de un breve descanso seguimos hasta Gonzar donde paramos a poner sello y tomar algo en un bar de al lado. Allí conocimos a otro peregrino que iba andando desde Roncesvalles y con el que estuvimos hablando un rato.
El albergue de Gonzar esta muy bien, mas que un albergue parece que estas en la casa de alguien. Es pequeño pero muy acogedor, con una cocina estupenda y unos servicios como los que podéis tener en casa. Las habitaciones no las vi pero viendo el resto me supongo que estarán muy bien.
Continuamos para delante y al poco me entró una pájara que me hace ir bostezando un buen rato y que me deja las piernas apenas sin fuerzas. Paramos un rato y después de comer un poco me recupere bastante.
Llegamos a Palas de Rei con intenciones de quedarnos a dormir pero el albergue esta completo y nos dicen que podemos dormir en el polideportivo. Nos lo pensamos y decidimos probar suerte en Melide ya que su albergue es bastante grande y esta a unos 12 km. Antes tomamos un bocadillo y un café para tener fuerzas para este extra no esperado.
Después de llegar a Melide vemos que no hemos adelantado nada ya que el albergue esta tan lleno o mas que el de Palas y al final nos tenemos que ir a dormir al gimnasio de un colegio.
Cuando llegamos ya había un grupo de gente, todos italianos.Cogimos nuestro sitio en el campo y nos duchamos. Tuvimos que hacer turnos ya que solo había una ducha.
Salimos a cenar y coincidimos en el bar con dos peregrinos que estaban con nosotros en el gimnasio.
Después de la cena sin mas fuimos a dormir. Mañana seria un gran día, por fin llegábamos a Santiago.
Salimos mas tarde que cualquiera de los otros días. El tiempo era estupendo y cogimos las bicis con ganas y contentos ya que hoy veríamos al santo.
Seguimos el camino por las pistas que son buenas y con mucha sombra, pero aun así se nos hizo muy largo, no se si porque estabamos cansados de la paliza que llevábamos acumulada o por la impaciencia de llegar a Santiago.
Cuando llegamos al Monte do Gozo y vimos Santiago se nos quito el cansancio de inmediato. La sensación que tienes cuando llegas es increíble y por fin ves lo que te aprecia que nunca llegaba.
Un poco después de empezar la bajado hacia Santiago se encuentra el albergue de Monte do Gozo. Solo lo vi de pasada pero es enorme, creo que tiene 800 plazas. Ya en Santiago hay otro sitio donde albergan peregrinos es un monasterio o algo parecido pero en los meses de verano no esta abierto.
Tomamos un refresco y vimos el monumento antes de entrar en la ciudad.
Había un montón de gente ya que era fin de semana y agosto. Dejamos las bicis candadas y fuimos a ver la fachada del obradoiro. La plaza y los alrededores estaban muy concurridos, además había una boda. Nos encontramos con los dos peregrinos que habíamos conocido la noche anterior y que ya tenían la Compostela en la mano. Nos dijeron donde conseguirla y nos despedimos de ellos.
Nos dimos una vuelta buscando donde pasar la noche y al final encontramos una pensión que aunque cutre estaba limpia, además el dueño nos guardo las bicis.
Nos duchamos y fuimos a cumplir con todos los tramites. Sacamos la Compostela y visitamos la catedral y el santo. No lo abrazamos como es costumbre ya que la cola nos quito las ganas. Después estuvimos haciendo un poco de turismo antes de buscar un restaurante para comer una mariscada como premio por haber terminado el camino.
Al acabar la mariscada estuvimos tomando algo y viendo un poco un espectáculo que había en una de las plazas de la catedral antes de irnos a dormir y dar por acabado el viaje.
Espero que para aquellos que hayan leído este relato os sirva de ayuda y os anime a hacer el camino. No lo dudéis la experiencia compensa con creces el esfuerzo. Yo por lo pronto tengo pensado recorrerlo de nuevo saliendo esta vez desde Roncesvalles pero eso será cuando encuentre tiempo.
Un saludo a todos y buen camino.