Camino de Santiago
Monólogo de un peregrino
(tercera parte)
0a. Prólogo
0b. Madrid - Sarria
01. Sarria - Portomarín
02. Portomarín - Palas de Rei
03. Palas de Rei - Arzúa
04. Arzúa - Pedrouzo
05. Pedrouzo - Santiago de Compostela
06. Santiago de Compostela - Negreira
07. Negreira - Olveiroa
08. Olveiroa - Fisterra
09. Epílogo

Prólogo

Va pasando el invierno y a pesar de mis 65 años, yo cada vez me siento mas inquieto, pues se acerca la fecha en la que me he propuesto, volver a la Ruta de las Estrellas, regresar al Camino de Santiago.

Como el año pasado o sea el 2002, tuve que abandonar el camino por lesión en el pie izquierdo, me gustaría este año empezar donde lo deje, en Estella, y desde allí continuar hasta Santiago.

Aunque todavía falta bastante tiempo pues estamos a primeros de Marzo, y yo pienso hacerlo a primeros de Mayo, no puedo evitarlo ya estoy revisando el macuto, impermeabilizando las botas, comprobando el estado del impermeable, en fin procuro que pasen los días lo mas entretenido posible, y que llegue la ora de mi partida, que llegue mi nueva incorporación al camino y a sus muchas satisfacciones.

Hoy ha venido Pili, mi mujer, con una noticia que ha trastocado todas mis previsiones, con muy buen humor me toma el pelo diciéndome, que como yo ha primeros de Mayo me marchare al camino, ella se marchara en un viaje a Viena, Praga, y Budapest.

Como este viaje es algo, que desde hace mucho tiempo tengo ganas de hacer, y como después del camino tenemos pensado hacer otros visajes, decido adelantar mi regreso al Camino de Santiago, y marcharme con ella a las ciudades imperiales.

Pienso que si hago el camino en Abril, me voy a encontrar con el inconveniente de la Semana Santa, que va ha provocar un fuerte incremento de peregrinos en el camino, por lo cual decido salir el 30 de Marzo, iniciar desde Sarriá, y cuando llegue a Santiago continuar hasta Fisterra, donde según los primitivos peregrinos se acababa el mundo.

Después de tomar esta decisión, empiezo a preparar la mochila con toda ilusión, la experiencia de mi ultimo intento con mochila mas ligera, me demostró que es mas conveniente utilizar, una mochila con acoplamientos en la espalda, aunque pese mas se lleva mucho mejor, y provoca menos cansancio pues se acopla mucho mejor todo el equipo.

Ya tengo todo el equipo preparado, hoy viernes sacare billete para el tren, y el domingo acoplare todo en el macuto, y partiré hacia Sarriá con toda ilusión, para andar por el camino una vez mas.

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Madrid - Sarria

Hoy 30 de Marzo de 2003 a las 9 de la noche, me encuentro en la estación de ferrocarril de Chamartin en Madrid, esperando que preparen el tren en el que viajare hasta Sarriá, desde que me he despedido de mi mujer, y como siempre salgo de mi casa con una gran ilusión, recuerdo las anteriores marchas hacia el camino y veo que sigue pasando lo mismo de siempre, creo que todo el mundo se va ha fijar en mi, y me va ha mirar con envidia pues se ve perfectamente que soy peregrino, además la vieira que llevo muy a la vista cosida al macuto, demuestra perfectamente que voy a Santiago de Compostela, pero como siempre nadie te hace ni caso, cada persona con la que te cruzas va pensando en sus propios problemas o ilusiones, nadie se fija en nadie, tu crees que en el momento que te preparas para ser peregrino, ese compañerismo, esa camaradería que encuentras en el camino, debe existir en cualquier lugar por donde tu pases, con cualquier persona que se de cuenta que eres peregrino, pero no ocurre nada, pasas totalmente desapercibido, entonces es cuando te das cuenta que el Camino de Santiago es otro mundo, que tiene sus propias circunstancias y sus propios condicionamientos, que por todo, ello a la mayoría de los peregrinos ( por no decir a todos ) los envenena, y casi todos los que han hecho el camino, estarán siempre deseando tener una oportunidad para hacerlo de nuevo.

Como siempre mi inquietud, me hace que llegue a la estación 1,30 h antes de la hora marcada para la salida, y además me hace pensar que seguiré durante todo el viaje, con el inconveniente de no poder dormir absolutamente nada, pero como el camino merece ese y otros muchos sacrificios, no me preocupo lo mas mínimo y sigo esperando la hora de salida con gran ilusión.

Me siento en la cafetería, tomo un café, y saco un libro que llevo en el macuto para ponerme a leer, pero en ese momento se me acerca un joven de unos 30 años, y me pregunta si voy a hacer el camino, cuando le digo que si me dice que el también ha sido peregrino, y hace tres años sintió la inquietud del camino, me dice que es gallego y parte para A Coruña, que esta trabajando en Kuwait en una perforación petrolífera, y que la idea que tiene es estar trabajando allí dos años y luego poner un pequeño negocio en su terruño, me cuenta que el trabajo en Kuwait es muy duro, y como el tiempo libre es muy aburrido, y no tienen ninguna posibilidad de gastar nada, trabajan el máximo tiempo posible y ganan bastante dinero, me dice que dentro de dos años, cuando termine su contrato y regrese a España, lo primero que quiere, es hacer el Camino de Santiago por segunda vez, luego casarse pues tiene novia hace cuatro años, y después montar un taller de reparación de coches y motos, le deseo suerte y nos despedimos pues ya es su hora de partida, a mi todavía me queda media hora por lo cual me pongo a leer un rato.

Por fin avisan por los altavoces, que el expreso con destino El Ferrol que es el que yo tengo que coger, se encuentra formado en la vía 9, por lo cual recojo mi macuto y parto para localizar mi vagón y asiento, una vez acoplado sigo leyendo y esperando a que llegue la hora de partida.

Transcurre todo el viaje haciéndose largo y aburrido, pero por fin a las seis de la mañana siendo todavía noche cerrada llegamos a Sarriá, me cargo mi macuto y cuando bajo al anden me encuentro con que están bajando del tren, un grupo de treinta jóvenes entre chicos y chicas de unos 15 años de edad, mas tres monitores a cargo de todos ellos, como todos van con macutos, me dirijo a los monitores y les pregunto si van a hacer el camino y si necesitan ayuda, me dicen que ya lo conocen, pues es la tercera vez que vienen al camino, les deseo " Buen Camino " y parto hacia la cafetería para desayunar.

Cuando llego pido un café con bollos y me pongo a desayunar, veo que junto a mi se encuentra un hombre de unos 45 años que también esta tomando café, junto a el veo un macuto y le pregunto si viene como peregrino, cuando me dice que si, le hago la misma pregunta que a los monitores, que si conoce el camino, me contesta que no tiene ni idea del camino, ni de cómo hacerlo, y ha continuación me cuenta su pequeña historia.

Me dice que es de El Puerto de Santa María junto a Cádiz, y que hace unos 15 días sin saber por que motivo, se le ocurrió la idea de hacer el Camino de Santiago, se compro un macuto, saco billete en un autocar para que le llevara a O´Cebreiro y empezar desde allí el camino, y cuando llego el día de la partida, cargo en el macuto todo lo que considero necesario para hacer el camino, y cuando trato de cargárselo a la espalda, se dio cuenta de que con aquel macuto, no podría llegar ni a la estación de autobuses por lo que pesaba, dejo el macuto en el suelo, perdió el dinero del billete pues no lo utilizo, y se le quitaron las ganas de hacer el Camino de Santiago.

A los 15 días cogió de nuevo el macuto, metió un saco de dormir, dos mudas y una toalla, viajo hasta Madrid, de Madrid a Sarriá, y allí estaba para ver que pasaba con el Camino de Santiago.

Cuando le pregunte su nombre me dijo que se llamaba José Francisco, yo le dije que me llamaba Paco, y que como José Francisco lo encontraba demasiado lioso, si no le importaba le llamaría Pepe, por lo cual a partir de ese momento quedo establecido que Pepe y Paco era suficiente, le comente que yo era la tercera vez que acudía al camino, y que a mi no me importaba que si el quería hiciéramos el camino juntos, me contesto que me lo agradecía muchísimo pues no tenia ni idea de cómo hacerlo.

Cuando le pregunte si tenia Credencial del Peregrino, me dijo que no había sido capaz de conseguirla en su tierra, por lo cual fuimos a la estación de ferrocarril pues yo sabia que allí se la darían.

Aparecieron la tropa de jóvenes y sus monitores en la cafetería pues también querían desayunar, y al preguntarles sobre lasa credenciales, me dijeron que no había ningún problema pues ya las tenían, ellos iban con una furgoneta de apoyo, en la cual llevaban los sacos de dormir de todos, y además un monitor habría camino, otro iría de escoba, y el tercero preparaba los bocadillos para todos, en la etapa de media mañana que acordaban, por lo cual les dije que íbamos a la estación a por la credencial para Pepe, y luego iniciaríamos el camino.

Fuimos a la estación, se la dieron, se la sellaron, y yo le explique la utilidad de la Credencial del Peregrino y los sellos de los albergues.

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Sarria - Portomarín

Una vez todo solucionado y como la oscuridad era total, saque mi linterna y empezamos a andar hacia el camino, le comente que pasaríamos por encima de la vía del ferrocarril, y luego el camino pasaba por un bosque de hayas y robles centenarios, y que a mi me llamo la atención la vez anterior que hice el camino, un árbol enorme al que los centenares de años que debía tener, le habían deformado de tal manera que parecía del paleolítico, por lo cual a todo el que lo veía le llamaba la atención, continuamos andando hacia Barbadelo, el próximo pueblo con albergue en el cual pondríamos nuestro siguiente sello a la credencial.

Nada mas cruzar la vía del tren empezamos a subir una cuesta un poco empinada, como Pepe no tenia linterna yo tenia que alumbrar el camino procurando que el también viera por donde andar, y como me di cuenta que se quedaba algo retrasado, le dije que si yo andaba muy rápido para el me lo dijera para yo retrasar mi marcha, pues con esa oscuridad y como medida de seguridad debíamos marchar juntos, me contesto que no estaba acostumbrado a andar, y además la cuesta le costaba mucho trabajo subirla, por lo cual afloje mi marcha para estar mas acoplados.

Estábamos terminando de subir la cuesta, y apareció junto al camino el árbol que le había comentado a Pepe, me dio la razón, a cualquiera que lo viera le llamaría la atención.

Cuando llegamos a Barbadelo empezaba a amanecer, por lo cual ya caminábamos con mas entusiasmo, llegamos al albergue y pusimos el sello a nuestras credenciales, le dije que aunque no tuviera sed debía beber mucho agua, pues la hidratación es importantísima para el caminante, y como faltaban unos kilómetros para la próxima fuente, le aconsejaba que bebiera ahora y llenara la botella como reserva.

Continuamos por el camino con mas animo pues ya se veía perfectamente, y te permitía apreciar la belleza del paisaje gallego, le comente a Pepe, que antes de llegar a Portomarin caminaríamos por unos senderos típicos de Galicia, que se llaman Corredoiras, y que el que no esta acostumbrado a andar, piensa que las cuestas abajo se andan perfectamente, pero no es así, en las cuestas abajo pronunciadas tienes que sujetar tu cuerpo para no caer rodando, y si no tienes bien acoplado el calzado, se te destrozan los dedos contra la puntera de las botas o del calzado que lleves.

Llegamos a la fuente, el agua estaba buenísima de sabor y muy fresca, saque de la mochila higos secos y le di algunos a Pepe, me dijo que no tenia hambre, pero yo insistí y le dije que lo que mas gasta el peregrino haciendo el camino es glucosa, por lo cual esa glucosa se debe reponer o se corre el riesgo de quedarse hipoglucemico, y eso es peligroso, Pepe me pregunto que como sabia eso, y yo le conteste que en mi vida laboral he pasado 38 años como Visitador Medico, por lo cual sobre ese tema estoy bastante enterado.

Continuamos andando y Pepe me pregunto, que cuando nos alcanzarían los jovencitos que venían detrás, yo le conteste que aunque nosotros andábamos despacio por que el no estaba acostumbrado a andar, estaba seguro que ellos no habían salido de Sarriá hasta que no amaneciera, y las dos horas de noche cerrada que nosotros habíamos andado, nos daba mucha ventaja.

Llegamos a Brea y a la salida del pueblo le llamo la atención a Pepe sobre un mojón que marca 100 kilómetros, esta es la distancia que falta para llegar a Santiago, a todos los peregrinos les gusta y anima este mojón, es como si fuera la ultima etapa del camino, y a el le indica que ya lleva 12 kilómetros de camino.

A las 10,30 llegamos a Ferreiros y cuando Pepe vio un bar se le ilumino la cara pues dijo que ahora si tenia hambre, entramos y nos encontramos con la sorpresa de que no tenia nada para comer, y la cafetera todavía no la había encendido, por lo cual no pudimos tomar ni café, en la trasera del bar nos encontramos con una de los monitores, que estaba preparando bocadillos para la gente joven que venia detrás, como tenían una furgoneta de apoyo podían cubrir sus necesidades, cuando le contamos nuestra peripecia en el bar nos ofreció unos bocadillos enormes, lo cual nos vino de maravilla, ella se llamaba Elsa, y el detalle que tubo con nosotros es una de las cosas buenas del camino, cuando tienes una necesidad siempre aparece alguien que te ayuda, como íbamos a dormir en el mismo albergue, nos despedimos de Elsa y continuamos el camino.

Al poco rato de salir de Ferreiros, nos encontramos con una corredoira que parecía enteramente un rió con el agua que corría por el camino, tuvimos que avanzar por los prados que había junto al camino, y al final nos dio lo mismo, pues como las yerbas eran altas y estaban mojadas, nos empapamos las piernas lo mismo que si hubiéramos andado por el camino.

A las 13 horas llegamos a Vilacha, y un poco mas adelante desde un alto se veía Portomarin y el pantano, le comente a Pepe la belleza del paisaje, y le avise de que ahora empezaba la cuesta abajo pronunciada, por lo cual debía caminar con precaución, cuando llegue abajo tuve que esperar a Pepe pues venia muy detrás.

Llegamos a la orilla del pantano y cruzamos el puente para entrar en Portomarin, Pepe venia muy cansado, pero como necesitaba comprarse algo de ropa y calzado, entramos por la empinada escalera que esta frente al puente, para desembocar en la calle donde están todos los comercios de Portomarin, Pepe compro sus necesidades, y yo compre la comida necesaria para los dos.

Cuando llegamos al albergue, nos encontramos con Elsa que esperaba a que llegara su tropa, y comentamos como se havia dado la etapa, Pepe estaba destrozado y con ampollas, yo para animarle le dije que habíamos andado 23 kilómetros desde Sarriá, el dejo muy claro que nunca en su vida había realizado semejante proeza, que se sentía derrotado pues nunca espero que el camino fuera tan duro, y que quería abandonar, yo le dije que cuando se duchara comiera y descansara, vería el camino de otra manera.

Pasamos al albergue, le explique la normativa de los peregrinos en estos lugares de descanso, colocamos nuestro equipo en las literas, nos duchamos, comimos, y le dije a Pepe que ahora tenia que curarle las ampollas, se las limpie desinfecte y luego le puse un hilo para que drenaran, le dije que mañana le pondría un parche de silicona, y después le sugerí que nos tumbáramos un rato para descansar.

Cuando llego la juventud, les acogieron en otro albergue frente al nuestro, para que estuvieran todos juntos pues en el nuestro no cabían, venían cansadísimos pues aunque en la furgoneta de apoyo, les llevaban los sacos de dormir, como gente muy joven y sin experiencia en el camino, habían cargado con mucho peso innecesario en sus macutos, y además a casi todos les habían salido ampollas.

Al levantarnos le expuse a Pepe mis pensamientos, yo cuando decidí venir al camino por tercera vez, pensé emplear cuatro días para llegar a Santiago desde Sarriá, luego estar un día en Santiago, y después emplear otros cuatro para llegar a Fisterra y Muxia, como el no estaba preparado para hacer el camino a ese ritmo, y yo me había propuesto que el llegara a Santiago, podíamos hacer desde Sarriá a Santiago en cinco días, yo le acompañaría hasta que el regresara a su casa desde Santiago, y después yo continuaría hacia Fisterra.

Como Pepe había descansado ya veía el tema de otra manera, pero el tenia otro problema, solo disponía de cuatro días pues tenia que presentarse a su trabajo, por lo cual mañana llamaría a su jefe para pedirle un día mas, de esa forma podíamos realizar el camino como yo lo había programado, después de tomar esta decisión nos marchamos a pasear por el pueblo, pues aunque Portomarin es pequeño, tiene una iglesia con aspecto medieval, un pequeño parque, y desde allí se ve un paisaje muy bonito, con el pantano y las pequeñas colinas que lo circundan, y además quería que comprara unos calcetines mas adecuados para andar, pues los que traía no eran adecuados para el camino, y además yo le aconsejaba que se pusiera dos pares, pues así sus pies estarían mas protegidos frente a las ampollas.

Pasamos la tarde charlando con otros peregrinos, los monitores de la juventud, uno se llamaba Pablo y el otro Antonio además de Elsa, a quien Pepe había sacado una fotografía, pues el detalle de los bocadillos es algo que no se olvida, estaba una pareja de mallorquines que habían empezado el camino en Roncesvalles y llegado hasta Logroño, allí cogieron el tren hasta Sarriá, y ahora continuaban hasta Santiago, otra pareja de maños muy maduritos, se ve como tratan a todo el mundo con simpatía, se comenta sobre el camino, se cuentan las peculiaridades de cada uno, junto a mi litera había un alemán a quien yo no entendía nada, pero que con mucha frecuencia daba algo que no cuesta nada, pero que es maravilloso entre las personas, una sonrisa, en fin que esto es otra de las cosas buenas del camino, la cordialidad, la simpatía, la amabilidad entre peregrinos.

Cenamos, y a las 10 de la noche la mayoría de los peregrinos ya estábamos en el talego ( saco de dormir ), pues todos teníamos la misma idea, salir mañana al amanecer para aprovechar las horas frescas andando, como una cafetería empezaba a funcionar a las 7,30 de la mañana, yo le propuse a Pepe desayunar antes de salir, y luego partir hacia Palas del Rey, donde dormiríamos mañana.

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Portomarín - Palas de Rei

Nos levantamos a las 7 y le puse a Pepe el parche de silicona en las ampollas, desayunamos en la cafetería, Pepe llamo por teléfono a su mujer, y iniciamos el camino, como todavía era de noche tuve que sacar la linterna del macuto, cruzamos el puente de madera y empezamos la subida que hay nada mas salir de Portomarin, Pepe comento en guasa que si el comienzo de todas las etapas es con una cuesta, yo le dije que no, pero que un Bordón le ayudaría mucho en las subidas, por lo cual busque en el monte un palo que le sirviera de Bordón, y cuando paso un rato le pareció bien la sugerencia pues andaba mucho mejor.

Pepe me pregunta sobre la próxima fuente, le indico que aproximadamente a 2 kilómetros hay una pero que no podemos utilizarla, pues el agua que brota tiene un sabor horrible a hierro, como poco después llegaremos a Gonzar y allí hay un albergue, podremos poner otro sello a las credenciales, y llenar las botellas de agua.

Cuando llegamos a Gonzar, como ya era hora adecuada llamo a su jefe para pedirle el día que necesitábamos para llegar a Santiago, el jefe le dice que no se preocupe y coja el día que necesita, por lo cual seguimos adelante con la moral muy alta.

Seguimos caminando y a medida que avanza la mañana, Pepe se siente mas cansado, pero con muchísima moral sigue adelante, pasamos por Ligonde y le llamo la atención sobre un cruceiro que esta a la izquierda del camino, un cruceiro que según la historia le colocaron en el año 1652, y que en los cuatro lados de su base, representa la pasión de cristo, cuando llegamos a Eirexe, animo a Pepe diciéndole que solo quedan 6 kilómetros para el final de la etapa, y que cuando lleguemos a Palas del Rey, comeremos en un mesón que tiene una comida extraordinaria, cuando ya se ven las casas a lo lejos, nos adelantan la pareja de maños con el saludo típico de los peregrinos " Buen camino ".

Llegamos a Palas del Rey, nos acoplamos en el albergue, y salimos disparados al mesón, pues ya son las tres de la tarde y tenemos un hambre de lobos.

Pepe decide comer lo mismo que yo, Caldo gallego, Carne en Salsa, de postre Tarta de Santiago, acompañado de un Ribeiro fresquito, y como es lógico posteriormente nuestro café, Pepe nunca ha venido a Galicia ni conoce sus comidas, todo lo que hemos comido le ha gustado muchísimo, y de lo único que se queja es del estado de sus pies, le digo que no se preocupe, que cuando lleguemos al albergue le curare, y como después descansaremos se le pasaran todos los males.

Cuando me pongo a curarle, veo que tiene los dos pies llenos de ampollas, se las curo y le pongo parches de silicona, pero el pobre de Pepe tiene la moral por los suelos, yo le digo que se anime pues hoy hemos andado 25 kilómetros, pero cuando le digo que mañana serán 29 se desmorona, trato de estimularle diciéndole que cuando pasemos por Melide, allí existe una pulpería con un Pulpo y un Riveiro estupendos, por lo cual cuando lleguemos nos vamos a poner morados.

Como en el albergue tienen lavadora y secadora, se pone a lavar parte de su ropa pues considera que esta muy sudada, cuando termina le digo que le voy a enseñar la iglesia del pueblo pues es muy bonita, al salir del albergue me dice que vallamos a la farmacia, pues quiere comprar unas cosas, al llegar me pregunta con que le he estado curando las ampollas, cuando le digo que con Alcohol de Romero y Parches de Silicona, pide lo mismo y una venda, lo paga y casi salimos discutiendo, pues se emperraba en que yo me quedara con ello, pues había gastado lo mío para curarle, yo insisto en que no pues todavía tengo de todo, y a un amigo se le ayuda con lo que sea sin cobrarle nada por ello.

Cuando llegamos a la iglesia, veo por su comportamiento que es católico practicante, dialogamos con el cura sobre el incremento de peregrinos que esta teniendo el Camino de Santiago, y los problemas que surgirán el año que viene, por ser año santo, los expertos en el tema aseguran que llegaran a Santiago en el 2004, aproximadamente 250.000 peregrinos.

Al regresar hacia el albergue pasamos a una tienda a que Pepe se comprara una Capa de Lluvia, pues el tiempo esta empeorando y no tenia ningún impermeable como protección, cenamos temprano y Pepe se acuesta enseguida pues estaba muy cansado, yo me quedo leyendo pues todavía no tengo sueño, en este albergue la norma es apagar a las 11 de la noche, pero como a las 10,30 ya todos estaban en la cama, y yo había terminado de leer, el maño me dice que si apaga, le digo que si y nos ponemos todos a dormir.

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Palas de Rei - Arzúa

Despierto a Pepe a la mañana siguiente, y le encuentro totalmente destrozado, me dice que le duelen mucho los pies, esta cansadísimo, y quiere abandonar, yo le propongo otra solución, como pensaba que durmiéramos en Ribadixo da Baixo, y por Palas del Rey pasa un autocar que le puede llevar asta allí, que me espere, y al tener un día completo de descanso se recuperara, después nos quedaran solo dos etapas para llegar a Santiago, que con calma en la marcha podremos hacerlo.

La pareja de mallorquines que nos estaban escuchando le dijeron a Pepe: Paco se ha propuesto que llegues a Santiago, acepta lo que te propone o es capaz de llevarte a rastras, Pepe acepto mi sugerencia y quedamos en vernos en Ribadixo da Baixo.

Como a las 7 de la mañana todavía era de noche, y además el cielo estaba bastante encapotado, saque mi linterna y como una luciérnaga, empecé la etapa que me había propuesto hacer en el día.

Un poco después del amanecer comenzó a llover, por lo cual descargue el macuto, me quite las gafas dejándolas sobre una roca junto al camino, me puse el impermeable para protegerme de la lluvia, y continué por el camino siguiendo las maravillosas flechas amarillas.

Cuando llevaba andando aproximadamente 3 kilómetros bajo la lluvia, me di cuenta de un hecho que me puso de muy mala leche, me había olvidado de coger las gafas donde me puse el impermeable, por lo que debía volver hacia atrás para recogerlas, cuando llegue al sitio, vi que las gafas estaban donde las había dejado, por lo cual podría seguir admirando la belleza del paisaje gallego aunque estuviera lloviendo.

En ese momento me alcanzaron la pareja de mallorquines, pues al haber salido mas tarde que yo venían retrasados, me comentaron que Pepe se había quedado esperando al autocar, para hacer lo que habíamos programado, seguimos hacia Melide con la ilusión del Pulpo, pues ellos también querían hacer un alto en el camino dentro de la pulpería.

Pasamos por Furelos, y no pudimos entrar a la iglesia del Cristo del Brazo Caído pues estaba cerrada, y llegamos a Melide a las 11 de la mañana, veníamos con tantas ganas de Pulpo que no nos importo la hora, y como además veníamos algo cansados, nos sentamos en la pulpería con ganas de atacar al Pulpo y al Riveiro, cuando estábamos en plena faena aparecieron la pareja de los maños, que se unieron con todo entusiasmo a la juerga.

Cuando se comieron sus raciones de Pulpo, y se bebieron sus jarras de Riveiro, los mallorquines se marcharon, pues querian llegar a Arzua lo antes posible, yo me quede charlando con los maños pues me sentía muy a gusto, y no tenia prisa ninguna, entre otras muchas cosas les dije que ayer, cuando se juntaron con nosotros un poco antes de llegar a Palas del Rey, me habían dado envidia al verlos andando cogidos de la mano, pues a mi también me gustaría hacerlo con mi esposa, pero como ella tenia dificultades respiratorias no podía hacerlo, al rato ellos decidieron quedarse en Melide, y pasar el resto del día junto a unos amigos que vivían allí, yo como Pepe me estaba esperando en Ribadixo da Baixo me incorpore de nuevo al camino.

El albergue de Ribadixo da Baixo es uno de los mas bonitos del camino, junto a un rió, y con unas praderas estupendas dentro del albergue, el único inconveniente que encuentro, es que las duchas están algo retiradas de las literas, cuando llegue allí me encontré con que no estaba Pepe, aunque su nombre figuraba en el libro del albergue, le pregunte a la hospitalera y me dijo que como en este pueblo no existe ningún restaurante ni tienda, había decidido marcharse a Arzua al siguiente albergue, que solo estaba a 3 kilómetros pues allí tendría de todo, y esperaría que yo llegara, durante mi conversación con la hospitalera apareció el alemán, que había dormido junto a mi en Portomarin, y cuando vio que yo me marchaba, por medio de gestos me dijo que se llamaba Ferfin, y me pregunto que si podía venirse conmigo, le dije que si y partimos hacia Arzua.

En el corto trayecto entre Ribadixo da Baixo y Arzua, el alemán me explico que venia desde Roncesvalles, y a mi no me extraño en absoluto pues era un galgo andando, cuando llegamos al albergue de Arzua, encontramos a Pepe y a los mallorquines perfectamente despanzurrados en las literas con cara de felicidad, Ferfin pregunto que donde podría comer, pues aunque eran ya las cuatro de la tarde tenia hambre, y Pepe que se entendía muy bien con el, le dijo que el había comido en el Mesón del Peregrino, y que la comida le había parecido estupenda y no cara, le dijo donde estaba y el alemán se marcho a comer, yo decidí quedarme en el albergue, pues con las dos raciones de Pulpo y la jarra de Riveiro en Melide no tenia hambre, y además quería secar la ropa que se me había mojado con la lluvia.

Cuando termine con mis necesidades para el equipo me puse a curar a Pepe, le encontré mucho mas animado, y de las ampollas había mejorado bastante, el mallorquín que nos estaba observando me dijo: Paco tienes un corazón enorme.

Yo al escucharle le conteste: No simplemente soy un peregrino al que en su día le ayudaron, por lo cual yo estoy obligado a ayudar a quien lo necesite.

Le dije a Pepe que nos fuéramos al supermercado a comprar comida para la cena, y que para el desayuno de mañana, como yo conocía una cafetería que habría a la 6,30 de la mañana, teníamos solucionado el problema, después de abastecernos Pepe me dijo que quería ir a un consultorio de la Seguridad Social, pues tenia tratamiento como Hipertenso y como Depresivo, pero no había traído ningún medicamento, y necesitaba recetas para solucionar el problema, localizamos el consultorio, yo comente con el medico mi experiencia de 35 años como Visitados Medico, le soluciono a Pepe su problema y nos marchamos satisfechos.

Por la noche bajamos al comedor a preparar la cena, Ferfin que se marchaba en ese momento nos dijo, que volvía a cenar al Mesón del Peregrino, pues le había parecido la comida estupenda, y el vino extraordinario, entramos en el comedor y nos encontramos a una pareja de unos 45 años que estaban cenando, por su conversación nos pareció que eran ingleses, nosotros preparamos la cena y cuando íbamos a comer, el ingles nos ofreció un vaso de vino a cada uno, se lo agradecimos y empezamos a cenar, cuando terminamos y nos vieron recoger y lavar todos los cacharros del albergue, hicieron lo mismo y quedo todo en orden.

Nos subimos al dormitorio a preparar los macutos, para que mañana cuando nos levantáramos a las 6 de la mañana no molestáramos a nadie, y una vez todo acondicionado nos acostamos para pasar la noche placidamente, en ese momento llego Ferfin, y su alegría y entusiasmo nos hizo pensar, que se le había pasado la mano con el vino extraordinario del mesón, pero al vernos a casi todos acostados, se callo y se metió en su saco.

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Arzúa - Pedrouzo

Cuando desperté a Pepe a la mañana siguiente, los mallorquines ya estaban recogiendo su equipo, nosotros terminamos antes y nos marchamos a la cafetería a desayunar, además del café con leche tenían unos bollos estupendos lo que provoco que nos pusiéramos morados, con el pretexto del incremento de glucosa para el gasto del camino, después de terminar Pepe llamo por teléfono a su mujer, yo le comente que me parecía muy temprano para sacarla de la cama ha escucharle, pero el me dijo que no importaba pues ya estaba acostumbrada, también le comente que los mallorquines no habían venido a desayunar, por lo cual ya estarían dándole a las piernas por el camino.

Empezamos a andar suavemente pues aunque Pepe tenia mejor los pies, las ampollas seguían molestándole, cuando llevábamos un rato en el camino empezamos a subir una colina, cuando llegamos al alto se veía todo el valle iluminado por la luz del amanecer, y al fondo también se veía Arzua, el pueblo donde habíamos dormido, a Pepe le gusto mucho y me pidió que le sacara una fotografía con el valle como fondo.

Seguimos andando, y a media mañana llegamos a un bar junto a la carretera, y cuando le pregunte a Pepe si le apetecía tomar algo, me contesto que lo que a mi me apeteciera, daba gusto andar con Pepe pues se acoplaba a todo lo que yo decidía, entramos y nos encontramos con los mallorquines, atacando a sendos bocadillos con un gran entusiasmo, como ellos terminaron antes nos despedimos hasta luego, pues todos pensábamos dormir en Pedrouzo.

Cuando empezamos a subir hacia el Alto de Santa Irene, nos alcanzaron Ferfin y el ingles venían juntos, charlando y andando muy deprisa, nos juntamos en la fuente y después de calmar nuestra sed, y llenar nuestras botellas nos despedimos con el típico " Buen camino ", un poco mas adelante le enseñe a Pepe el monumento que hay en homenaje a Guillermo Well, un peregrino con 69 años que murió en el camino, faltándole solamente un día para llegar a Santiago, nos hicimos unas fotos y continuamos con el camino.

Llegamos al alto y empezamos la bajada entre un bosque de eucaliptos, pasamos por el albergue de Santa Irene, y cuando llegábamos al pueblo de Rúa, nos alcanzaron otra vez Ferfin y el ingles, les preguntamos como venían por detrás si antes nos habían adelantado, nos dijeron que al llegar al Alto de Santa Irene se metieron en la cafetería a tomar café con vino, pues eso estaba muy bueno, y les animaba mucho para continuar con el camino, quisieron que nos hiciéramos unas fotografías juntos, con las maquinas de cada uno, para que a todos nos quedara recuerdo de la cordialidad entre peregrinos.

Continuamos andando todos juntos un poco despacio, pues estábamos terminando la etapa y pepe se encontraba muy cansado, y con mucho dolor en los pies, cuando salimos de Rúa se veía a lo lejos el pueblo de Pedrouzo, Ferfin y el ingles apretaron la marcha pues ya veían el final del día, Pepe y yo continuamos adelante, deseando también llegar al final y descansar, Pepe estaba demostrando una moral de acero, pues estaba totalmente destrozado pero poco a poco seguía adelante, sin protestas ni comentarios, al poco tiempo vimos que Ferfin venia hacia nosotros, se cargo el macuto de Pepe y se le llevo hasta el albergue, como una ayuda a su cansancio, este es uno de los muchos detalles del camino que no se olvidan nunca.

Llegamos al albergue, nos duchamos, y fuimos al supermercado a por comida, como estábamos a un día de Santiago, decidimos celebrarlo acompañando la comida con un buen vino, compramos un Albariño y unos bollos de miel, y parecía que ha todos los peregrinos nos había entrado el mismo entusiasmo, todos teníamos la satisfacción, de que estábamos a punto de conseguir nuestra ilusión " Hacer el Camino de Santiago " en casi todas las mesas del comedor se veían botellas de vino, sonaban las risas y se notaba la alegría, se acerco a nosotros Ferfin y le ofrecimos un vaso de vino, en cuando bebió cogió la botella, miro la marca, y salió disparado al supermercado a comprarse una, pues dijo que era un vino estupendo, los mallorquines nos dieron unos vasos de su vino, nosotros les dimos unos de nuestros bollos de miel, cuando llego Concha la hospitalera me recordó como peregrino veterano, le dije que la vez anterior le prometí que volvería, y yo siempre cumplo mis promesas, la camaradería, cordialidad, y simpatía entre peregrinos no se puede explicar, hay que vivirlo.

Después de comer le dije a Pepe que teníamos que hablar y programar, hoy es viernes día 4 de Abril, y el tenia que presentarse a su trabajo el día 6, desde Santiago salía un TALGO hacia Madrid a las 13,45 y llegaba a Madrid a las 21 horas, desde Madrid a Cádiz yo no tenia ni idea de horario ni de medio de transporte, por lo cual tendríamos que buscar información, además desde Pedrouzo a Santiago íbamos a tardar 5 horas, por lo tanto si queríamos coger la Compostela y asistir a la Misa del Peregrino, teníamos que hacer el resto del camino por la noche, salir de Pedrouzo a las 4 de la mañana, Pepe como siempre no dijo nada en contra, acepto lo que yo proponía.

Concha le dio a Pepe el teléfono de una agencia de viajes en Santiago, y pudo solucionar su transporte, saldría de Santiago a las 16,45 en un autocar, y llegaría a Cádiz el Domingo a las 9 de la mañana, y desde allí a su casa tardaría media hora, pero lo demás no había cambiado nada, para que Pepe consiguiera todo lo demás, teníamos que seguir saliendo a las cuatro de la mañana.

Cuando ya quedo todo acordado nos fuimos a charlar con los mallorquines, y dijeron que se marchaban a ver la iglesia que nos fuéramos con ellos, Pepe acepto y los acompaño, pero yo preferí quedarme leyendo un libro, cuando regresaron venían disgustados, pues la iglesia estaba cerrada y no habían podido verla, concha les dijo que los que quieren ver la iglesia se lo dicen a ella antes de comer, y ella queda a una hora con una chica que tiene la llave.

Vi a Ferfin que estaba leyendo una Guía del Camino, y le pregunte por el ingles, pues después de comer no le había vuelto a ver, me dijo que después de comer había continuado la ruta, pues quería llegar al Monte del Gozo y dormir allí, así al día siguiente tendría mas tiempo para ver Santiago.

Cuando vinieron toda la gente joven y los monitores, se acoplaron en la parte alta del albergue y estaban como todos los demás, con entusiasmo y alegría pues ya terminaban, yo le pregunte a Elsa si mañana dormirían en Santiago, y me dijo que no, que tampoco podrían asistir a la misa del peregrino porque llegarían tarde, por lo cual, tanto Pepe como yo nos despedimos de ellos preparamos los macutos y nos acostamos.

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Pedrouzo - Santiago de Compostela

Al día siguiente nos despertamos a la hora prevista, y con mas valor que " El Guerra " iniciamos el camino hacia Santiago, Pepe no me decía nada pero me imagino que el asunto no lo tenia muy claro, pues buscar las flechas amarillas entre bosques de pinos y eucaliptos a las cuatro de la mañana, y sin luna pues estaba nublado, no era nada fácil, pero tuve la suerte de que Pepe veía mejor que yo, y además era muy observador, por lo cual me ayudo muchísimo en la localización del camino, a la hora y media de andar ya no se veía nada con la linterna, pero como tenia pilas de repuesto las cambie y seguimos adelante perfectamente.

Para que Pepe se tranquilizara un poco le dije lo siguiente:
Pepe te voy a dar dos noticias una buena y otra mala, la buena es que mira el horizonte y veras una colina con un resplandor sobre ella, ese resplandor son las luces del aeropuerto, y el camino pasa junto a las alambradas del aeropuerto, lo cual indica que vamos bien orientados con el camino, y la mala es que para llegar a la cima de aquella colina, tenemos que subir una cuesta bastante empinada y larga, lo cual no es nada agradable.

Se cumplieron todos nuestros deseos, subimos la colina, pasamos junto a las alambradas del aeropuerto, pasamos por el Monte del Gozo, y " Por fin llegamos a Santiago ".

Como todavía no habían abierto la Oficina del Peregrino, no fuimos a la Plaza del Obradoiro, que ha las 8,30 de la mañana estaba vacía y se veía perfectamente la Catedral, la Universidad, y el parador Reyes Católicos, nos fuimos a una cafetería a desayunar, pasamos a un banco pues Pepe quería comprobar si habían hecho la trasferencia a la agencia de viajes, y fuimos a por la Compostela.

Cuando rellene mis datos en el libro de la oficina, comente muy humorísticamente, que no había ningún peregrino español de mi edad, todos los que eran como yo o de mas edad eran extranjeros, lo cual parecía demostrar la poca afición a andar del español en general.

Pepe nunca me había comentado el motivo por el quiso hacer el camino, pero cuando en el libro puso como motivo una promesa, me hizo pensar que lo hacia por su hijo.

En el tiempo que hemos estado juntos, he cogido una gran simpatía hacia Pepe, por su comportamiento y sus pensamientos, pero este detalle de la promesa ha acentuado mi simpatía hacia el, yo en su día también hice el camino para pedirle a Santiago sobre el trabajo de mi hijo, petición que se ha cumplido, pues la vida le ha dado lo que yo le pedí al santo.

Pepe dijo en la Oficina del Peregrino, que no había podido conseguir la Credencial del Peregrino en su tierra, por lo cual que le dieran una pues quería volver a hacer el camino.

Cuado salimos de la Oficina del Peregrino, nos encontramos al ingles y se quedo todo extrañado, pues no se explicaba, que si no habíamos dormido en el albergue del Monte del Gozo, pudiéramos estar allí en Santiago a esa hora, cuando le explicamos a la hora que habíamos salido de Pedrouzo, y hecho el camino de noche se quedo todo asombrado, y si hubiera podido nos habría dado una medalla al merito, nos despedimos y seguimos adelante.

Pepe quería ir a la Estación de Autobuses, para dejar perfectamente solucionado el problema de su regreso a casa, llegamos a la estación, quedo todo solucionado, dejamos los macutos en consigna, y nos fuimos a la Misa del Peregrino.

Cuando llegamos a la Catedral había unos colegios de niños en fila esperando, yo no me di cuenta de que estaban esperando para pasar y tocar la columna del santo, me puse a explicar el rito a Pepe, del por que se tocaba la columna y la cabeza del maestro mateo, y vino una señora con muy malos modales a llamarnos la atención, me sentí tan humillado que con mis 65 años rompí a llorar como un niño, pasamos a la Catedral, asistimos a la Misa del Peregrino, y a Pepe le gusto mucho cuando escucho a uno de los tres sacerdotes que decían la misa, la procedencia de los peregrinos que asistían, y entre ellos nombro a un peregrino de El Puerto de Santa Maria, al final de la misa batieron el Botafumeiro, que también le gusto mucho a todos los asistentes.

Cuando salimos de la Catedral y estábamos paseando de pronto Pepe me dijo, Paco no te entiendo, hay veces que vas pendiente de mi, dándome toda serie de explicaciones, y comentando todo lo que consideras interesante, y otras veces te digo o te pregunto algo y no me haces ni puñetero caso, yo le dije:
Pepe yo tengo un problema auditivo, por el oído izquierdo no oigo nada, ni tiene arreglo pues tengo el nervio auditivo atrofiado, y por el derecho solo capto el 80% del sonido, para el oído derecho tengo un aparato auditivo que cubre ese déficit, pero que no lo he traído pues como pensaba estar solo, tenia miedo a perderlo si lo traía, si no te contesto o presto atención, es por que no te he oído, no por que tenga nada contra ti.

Pepe me contesto: ¿ Por que no me lo has dicho, pues durante todo el camino, en ciertos momentos me has vuelto loco, sin saber que pensar ?

Después de todo esto nos fuimos a comer, por cierto bastante mal y sin educación del que nos sirvió, lo único agradable es que en la mesa junto a nosotros había un grupo de maduras peregrinas, con las que gaste algunas bromas, que eran de Alcalá de Henares, un pueblo de Madrid que esta junto a Daganzo de Arriba, pueblo en el yo tengo mi segunda casa.

Nos fuimos a la Estación de Autobuses, y como todavía era temprano pasamos a la cafetería a tomar café, charlar y comentar nuestras experiencias del camino, y todo lo que nos había ocurrido durante nuestra aventura.

Pepe me comento que nunca había venido a Galicia, y le había gustado mucho, pero Santiago no le había gustado nada, y le resultaba muy desagradable, estar paseando y que te acosen de todas las tiendas y restaurantes para que consumas y te gastes el dinero, encontró Santiago demasiado comercial, y poco espiritual, yo comparto la opinión de Pepe, pues hasta en la Catedral están poniendo unos pasos obligatorios, que los peregrinos cuando vamos a ver la representación de Santiago, parecemos borregos.

Cuando llego la hora, recogimos los macutos en consigna, yo le dije que mi próxima venida al camino, lo aré desde Roncesvalles, que se prepare y se venga conmigo, nos despedimos y se marcho a la zona de embarque.

Yo mientras me encaminaba al Seminario Menor, donde pensaba dormir esa noche iba pensando en Pepe, creo que le he preparado suficientemente, para que si quiere venir conmigo otra vez, lo haga, pero que ya esta lo suficientemente preparado para hacerlo solo, sin necesidad de nadie.

Mañana partiré hacia Fisterra, los primeros peregrinos consideraban que el Cabo Finisterre era el fin del mundo, allí quemaban la ropa que habían llevado durante toda su peregrinación, mientras veían la puesta del sol en el horizonte, yo quiero hacer lo mismo que cuenta la historia, y llegar a donde ellos llegaron.

Antes de marchar al albergue, hago dos fotocopias de la Compostela, pues pretendo cenar y mañana desayunar (si consigo sitio ) en el hostal de los Reyes Católicos.

El hostal de los Reyes Católicos en la Pza del Obradoiro, invita a los 10 primeros peregrinos que se presenten, a las 9 desayuno, a las 12 comida, y a las 7 cena, hay que llegar al garaje del hostal, allí se entrega la fotocopia de la Compostela, como demostración de que uno es peregrino, te dan un vale con el cual entras por la puerta principal, por el segundo patio pasas a la cocina, donde entregas el vale, y te dan una bandeja con lo que vallas a consumir, y luego te bajas al cuarto reservado a los peregrinos, donde todos los que asistan, comen y se cuentan sus aventuras.

En la cena nos juntamos 7 peregrinos, 3 franceses que peregrinaban juntos, un joven matrimonio de Albacete, uno de Barcelona, y yo, nos acoplamos perfectamente en la cena, y en la charla, y al final pregunte si alguno pensaba marchar hasta Ferreira, y me dijeron que no, mañana regresarían todos a sus domicilios.

Cuando nos despedimos yo me marche al Seminario Menor, pues es el único albergue de peregrinos en Santiago, y allí pase la noche.

Tengo que decir que para mi fue bastante desagradable el dormir allí, no es como el resto de los albergues de Galicia, en los que tu das lo que quieres para cubrir gastos, aquí es obligatorio el pago de 5 €, los servicios están destrozados, y el dormitorio muy poco cuidado.

Lo único agradable, fue que la pareja de mallorquines también durmieron allí, y pudimos contarnos nuestras conclusiones del camino.

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Santiago de Compostela - Negreira

Al día siguiente cuando yo me levante, ellos todavía estaban durmiendo, los desperté para despedirme ( hecho que agradecieron ) y marche al hostal a desayunar.

Cuando llegue a Reyes Católicos, ya estaban esperando dos chicas alemanas a que fueran las 9, a su hora pasamos los tres al garaje, y cuando estábamos realizando el proceso de invitación, se presentaron otras dos peregrinas, del grupo que habían venido de Alcalá de Henares.

Cuando entrábamos por la puerta del hostal, vi pasar un grupo de 5 peregrinos, formado por tres chicos jóvenes y dos chicas, por el camino que llevaban me hizo pensar, que querían salir de Santiago por el camino de Fisterra.

Desayunamos y charlamos un rato, y luego me despedí marchando hacia el camino.

Salí de Santiago siguiendo las indicaciones, de otros peregrinos que lo habían hecho anteriormente, cruce el puente y continué por una senda, que dicen que coincide con el Camino Real, era agradable andar por esta senda, pues aunque se subía lo hacia suavemente, y además, con la ventaja de que el cielo estaba totalmente despejado, y hacia una temperatura muy agradable, llegue a Sarela de Baixa, la ultima altura desde la que se pueden ver las torres de la Catedral.

Seguí adelante por un camino muy agradable, pero todavía se siente uno muy cerca de la sociedad de consumo, pues se veían muchos chalet como segunda casa, propio de la todavía cercanía de Santiago.

Cuando llegue al puente sobre el rió Roxas, me encontré con el grupo de peregrinos, que había visto antes de entrar en Reyes Católicos, junto al puente había una zona recreativa, con unas mesas de piedra, se habían sentado placidamente, y estaban atacando al pan con embutido, les pregunte si continuarían hasta Ferreira, me dijeron que si, y que pensaban dormir donde yo en Negreira, estuve un rato hablando con ellos, me despedí con " Buen camino " y continué dándole a mis piernas.

En muchos sitios están cambiando continuamente el camino, por lo cual algunas veces te desconciertas, por que tu vas siguiendo experiencias anteriores al cambio, en Aguapesada pensaba que encontraría un puente medieval, y al no verlo y preguntar, me dijeron donde estaba, pero que el camino ya no pasaba por el, a partir de aquí empecé a subir por el Camino Real, una subida muy dura, con bancos de trecho en trecho para descansar, cuando este camino desemboco en la carretera hacia Trasmonte, decidí continuar por esta carretera hasta el Alto do Mar de Ovellas, pues por el camino de los peregrinos, los leñadores que cortan los eucaliptos, como solo les interesan los troncos, las ramas cubren todo el camino, y es muy problemático andar, por encima de ellas.

En la bajada se pasa por algunas aldeas, Susavilla de Carballo, Trasmonte, y se llega a Pontemaceira, donde existe un puente medieval sobre el rió Tambre, este puente es del siglo XIV, el conjunto del puente y un rápido que existe en el rió, es una vista preciosa, una vez cruzado el puente se mira hacia Pontemaceira, y se contempla un conjunto totalmente medieval.

A partir de aquí continué por una senda que va bordeando el rió, y al pasar bajo los arcos de un puente desemboque en la carretera hacia Negreira, el caminar por el arcen de esta carretera es muy problemático, pues tiene mucho trafico, pero no hay otra solución, es por donde te indican las flechas amarillas.

Cuando empecé a entrar en Negreira, a la izquierda de la carretera vi una Cafetería Restaurante, como tenia hambre decidí pasar a ver que posibilidades había, como plato del día pedí primero Sopa de Pescado, después Costillas Asadas, de postre Tarta de Santiago, y mi correspondiente Café, todo estaba estupendo, y para mas alegría me cobraron por todo solamente 6 €.

Seguí adelante en busca del albergue, deje la carretera y por una calle en cuesta a la izquierda, llegue frente a un supermercado, continué de frente por la rúa de San Mauro, hasta llegar al Pazo do Coton, luego pase por un puente sobre el rió Barcala, y siguiendo la carretera que hay a la izquierda, llegue al albergue.

El albergue de Negreira es nuevo y esta muy cómodo, en la pared tiene una placa en la que indica, que le inauguro el año pasado el Sr. Fraga.

Lave toda la ropa que tenia sucia, y aprovechando que hacia un sol maravilloso la puse a secar, posteriormente como no había ningún otro peregrino, me marche a dar una vuelta por el pueblo, y a comprar comida.

Cuando regrese ya habían venido los otros cinco peregrinos que venían detrás, como habían salido de Santiago sin credencial, llamaron a su casa al hospitalero para que se las diera, cuando solucionaron ese problema, me preguntaron si sabia los kilómetros de las dos etapas que faltaban, les enseñe los mapas que yo tenia, donde marcaba de Santiago a Negrira 22 Kilómetros, de Negreira a Olveiroa 34, y de Olveiroa Fisterra 32, tomaron nota de lo que les intereso, recogí mi ropa, cene y me acosté.

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Negreira - Olveiroa

Al día siguiente me levante al amanecer, desayune, y me puse en marcha.

Pasando por la parroquia de San Xulián, se sigue subiendo por el Camino Real hasta el deposito de agua de Negreira, mas adelante cuando se llega a la aldea de Zas, se empieza a andar por unas veredas muy cubiertas de vegetación, hay que tener mucha precaución con las señales, pues en algunos cruces cuesta encontrarlas, mi experiencia en este recorrido por el camino, me ha enseñado una cosa practica, si llego a un cruce y no veo señal, lo mas sensato es seguir recto.

El camino va por veredas, que en varias ocasiones atraviesan la carretera que va a Vilaserio, allí hay un bar en el pude tomar café y recibir información sobre el camino, me dijeron que allí en Vilaserio hay una vieja escuela, que como ya no se utiliza, pues los pocos niños que hay en el pueblo, los llevan a otro lugar de enseñanza, esta escuela la quieren preparar como albergue de peregrinos, y que no volveré a encontrar otro bar ni lugar de abastecimiento, hasta que lleguemos los peregrinos a Santa Mariña, tampoco hay ningún otro desde Santa Mariña hasta Olveiroa donde esta el próximo albergue, en Olveiroa solamente hay un bar donde en algunas ocasiones preparan bocadillos. Con toda esta información continué por el camino, y cuando llegue a Santa Mariña me comí un bocadillo, con su correspondiente cerveza, pues hacia bastante calor, y después de descansar un poco continué hasta Olveiroa, como resumen de esta etapa, tengo que resaltar la dureza de la misma, el riesgo de que se hacen muchos kilómetros por el asfalto, y la inexistencia de fuentes.

En Olveiroa el albergue abre a las 5 de la tarde, esta dividido en dos edificaciones, una con la oficina, estancia de reposo, cocina y comedor, y en la otra los dormitorios en dos plantas y los servicios, la incomodidad de este albergue, es que solo tiene una ducha, un lavabo, y un solo servicio, pero también encontré un detalle digno de agradecimiento, cuando fui al bar a por un bocadillo para cenar, me encontré con que no tenia para comer nada mas que magdalenas, por lo cual no podría cenar nada, cuando llegue al albergue me encontré, con que Puri la hospitalera, había dejado en la cocina del albergue, totalmente gratuito para los peregrinos, dos grandes barras de pan, y un enorme puchero lleno de una guiso extraordinario, que estaba buenísimo de sabor.

Al poco rato de que yo llegara al albergue, apareció otro peregrino que dijo ser maño y llamarse Carlos, había llegado a Ferreira y regresaba andando a Santiago, me enseño la Fisterrana que le entregaron en el albergue de Fisterra, que a mi me pareció mas bonita que la Compostela.

A las 9 de la noche llegaron los peregrinos que venían detrás, ellos si traían abastecimiento para cenar, y no tuvieron que recurrir a la caridad de Puri.

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Olveiroa - Fisterra

Otra cosa que tenemos que agradecer a Puri, es la información que nos dio sobre el camino, nos dijo que entre Olveiroa y Hospital pasaba el rió Logoso, pero que el puente estaba roto, por lo cual aconsejaba subir por el asfalto hasta Hospital, así lo hice, con la idea de tomarme algo como estimulo, en el bar que me dijo que había frente a la fabrica de carburos, pero cuando llegue allí me encontré con el bar cerrado, por lo cual seguí adelante, llegue al cruce de caminos, a Cee por la izquierda, y a Muxia por la derecha, tome hacia la derecha y continué por el camino hacia Cee.

Llegue a Cee y aunque pensaba continuar hasta Fisterra, visite el albergue de peregrinos que hay allí, esta junto al paseo marítimo y es muy pequeño, solamente caben cuatro peregrinos, siguiendo por el Camino Real llegue al alto do Cruceiro da Armada, donde se veía un paisaje extraordinario, la ría de Corcubion, y a lo lejos el cabo Finisterra, una vez sobrepasado Corcubion caminando entre pinos y eucaliptos, llegue a la ensenada de Sardiñeiro, y con mucha satisfacción, por cuestas arriba y cuestas abajo, entre camino de tierra y carretera de asfalto por fin llegue a Fisterra.

Quisiera avisar a futuros peregrinos, de que no olviden su abastecimiento, entre Negreira y Cee que son 50 kilómetros, solamente tendrá tres bares, con pocas vituallas.

Cuando llegue al albergue vi que no le abrirían hasta las 7 de la tarde, por lo cual me acople en una terraza, para por medio de unos chipirones y cerveza fresca recuperar la energía perdida.

Cuando vino Begoña la hospitalera, me sello la credencial y me dio la Fisterrana, me pidió ayuda para sellar credenciales, mientras ella preparaba las Finisterranas que tenia que entregar, se presentaron dos matrimonios, con sus credenciales selladas en el Monte del Gozo el día 8 de Abril, y en aquel momento estábamos en Fisterra a 9 de Abril, por lo cual no pude menos que decirles que eso no es ser peregrino, eso es ser recolector de certificados, para presumir ante los amigos.

Después me marche hacia el faro fin de mi peregrinaje, mientras recorría los dos kilómetros que faltaban para llegar, además de mirar el paisaje, que era precioso, pensé en todo lo que me había ocurrido desde que salí de mi casa en Madrid, y mi conclusión fue muy satisfactoria, a pesar del cansancio y las incomodidades que había sufrido.

Cuando llegue al faro tuve la gran suerte, de que el cielo estaba totalmente despejado, lo que me permitió ver una puesta de sol maravillosa, según el rito hice lo mismo que los antiguos peregrinos, queme en la piedra negra , la ropa que había llevado en mi peregrinaje, y regrese al albergue.

En el albergue, a las 10 de la noche Begoña me pregunto, que cuantos peregrinos venían detrás de mi desde Santiago, yo le dije que cinco y que en el faro no estaban, como la etapa era dura, a lo mejor se habían quedado a dormir en Cee, aunque allí solamente había cama para cuatro peregrinos, el alcalde de Fisterra estaba charlando con nosotros, y comentando sobre el Chapapote, en el albergue había dos dormitorios, uno reservado para los voluntarios que limpiaban el Chapapote, y el otro para los peregrinos, tres de los voluntarios habían llegado a Fisterra como peregrinos, y luego se quedaron como ayuda a los gallegos.

A las 10,30 de la noche, cuando mas animada estaba la conversación entre todos, aparecieron los cinco peregrinos que venían detrás de mi, estaban cansadísimos y no pensaban subir al faro, Begoña les dijo que a las 11 de la noche se cerraba el albergue, por lo cual no les daba tiempo, les sello la credencial les dio la Fisterrana,y se fueron volando a la cama sin cenar como unos niños malos.

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Epílogo

Nos levantamos temprano al día siguiente, para poder desayunar y coger el autobús para Santiago, cuando llegamos saque billete para el TALGO a Madrid, y como todavía me sobraba tiempo, me marche a pasear por la parte vieja de Santiago, ya no puedo recordar las veces que he visitado Santiago, pero sigo enamorado de la parte vieja de esta ciudad.

El tren arranco a su hora, y yo recordando el camino y sus vicisitudes, dije como siempre, "VOLVERE".

Santiago de Compostela
10 de Abril de 2003
Francisco Huguet Artes