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Os recomiendo que hagáis el Camino de Santiago, independientemente de vuestros motivos. Esta vez era mi segunda y no me pilló de sorpresa. Mis preferencias son en solitario (combinas soledad y te abres muy fácilmente a otras personas), y en fechas duras, quiero decir no en verano. Pero eso son cosas mías, tengo ganas de hacerlo en invierno en medio de alguna nevadilla, ¿que es eso para los que estamos acostumbrados a movernos en nieve, en altura y totalmente aislados?
Una de las preguntas que me hacen muchos es ¿cuantos kilómetros hacía al día? Yo siempre respondo, y lo digo de verdad, que lo importante es no tener prisa, cada uno tiene un ritmo, un ritmo físico, un ritmo que le impone su grupo; un ritmo de la cultura, ermitas, puentes, paisajes, fuentes, caminos, almas y vida que se puede absorber al día. Hacerlo por camino y carreteras secundarias o sea por donde indican las marcas amarillas. A veces la carretera invita a recorrer algún tramo de forma más ligera, pero es que entonces nos hemos olvidado de que lo importante no es llegar.
Yo hice relativamente muchos, sobre todo el primer y último día, muchos para solo coger la bici una vez a la semana, no todas y de vez en cuando, entre semana, una hora de spining. Iba relativamente lento, con mis alforjas la media era de 10 km/hora, incluyendo las cortísimas paradas a coger agua o a reponer fuerzas con algún bocadillo, y las más de 2.000 fotos que hice, la mayoría sin bajarme de la bici.
Empezaba muy pronto, a las 6:00 ó antes estaba andando para evitar el calor. Los dos primeros días paré dos horas para la siesta y las horas centrales del día, el resto ininterrumpidamente hasta las 19:00 ó las 20:00. O sea que me tiraba de 10, 12 ó 14 horas encima de la bici, tragándome con los ojos cada detalle del camino, sumergido en mi infinito cuando la soledad me lo permitía.
No llevaba nada de comida en la bici, salvo un par de barritas energéticas por si acaso. Comía en las tiendas o bares, cada 2 ó 3 horas no exageradamente. Y compraba la cena y el desayuno antes de las 20:00. La cena era el momento de conocer personas y vivencias, largas charlas hasta que el agotamiento ponía el fin a lo que parecía una generosa amistad.
Veía a todo el mundo con sacos de dormir estándar. Yo me llevé un saco sábana y es prescindible, siempre hay mantas. Ya sabréis que cacerolas, cubiertos y cocina hay en los albergues. Estos albergues están cada 5, 10, 15km, su precio es la voluntad o los municipales o privados van de 5 a 8€ aproximadamente. Para que puedas usar los albergues tienes que ir sellando la Compostelana (se va a imponer un par de sellos por jornada), la Compostelana se consigue en casi todas las ciudades.
Para traer la bici en bus con Alsa, por solo 5€ te la trae, pero sólo 4 bicis por autobús.
Decidí salir del pueblo en lugar de Saint Jean Pied de Port o de Roncesvalles como la otra vez. Me parecía más autentico además de más cómodo. Corella - Alfaro y enganchaba con el Camino del Ebro, Alfaro a lo largo del río Ebro hasta llegar a Logroño (77km) y ya estaría en el conocido y Camino clásico de Santiago. Decidí ir hasta Santo Domingo de la Calzada pues fue ahí donde dormí hace más de 10 años. Creo que me pasé, pues me quemé mucho ese día en la bici y lo pagué al día siguiente. Esto escribí en mi cuaderno:
He llegado a Santo Domingo de la Calzada y he salido de Corella. Ha sido por cabezonería, la última rampa antes de llegar a Ciriñuela casi echo todo lo que tenía. He parado a hacer unas fotos para disimular y coger fuerzas antes.
Pensaba salir de Corella por Grávalos, al final he ido directo por la Nacional a Calahorra. Mucho más feo, pero en tres horas estaba en la Local de Ausejo, después se me ha hecho muy largo hasta Logroño.
Sinceramente, no he sentido el Camino hasta pasado Logroño. Por muchos seudo caminos del Ebro y mil caminos más, no se...
Llegando a Nájera había caminantes cada 200m, el camino discurría paralelo a la carretera y dejaba mucho que desear. He estado a punto de salirme a la carretera. Y menos mal que no lo he hecho, unos kilómetros el camino se ha convertido en toboganes de arcilla muy rápidos y muy muy disfrutotes con mochilón y todo.
...lo que era todo tiene que ser nada...
En cuanto calientas un poco, un par de horas, almuerzo, y con la fuerza que me da el bocata a subir los Montes de Oca. Duros.
Cuando las fuerzas ya llevan rato flaqueando se produce la entrada a Burgos que siempre da cierta ilusión. La entrada a las grandes ciudades suele ser fea, complicada, larga, y así es la de Burgos y además me pica una abeja y casi la lío en medio de los carriles de acceso.
La catedral impresionante. Me como un gran bocata tirado en el suelo en la plaza de la catedral mientras veo como deambulan los turistas. Después me echo la siesta en un parque junto al río a la salida de Burgos. No duermo pero descanso mientras un par de burgalesas toman el sol en bikini.
La llegada a Hontanas es tan dura como bonita, estoy muy cansado y paro mil veces a hacer fotos de las imágenes que me llaman la atención: Tardajos, San Boal y Hontanas.
...estoy pensando en ti cuando no pienso...
Sigue habiendo mil imágenes maravillosas que fotografiar desde las 6:00 de la mañana: Nada más salir del monumental Castrogeriz hay una cuesta bestial y me doy cuenta que los años pasan. Esa cuesta las subí yo hace 10 años sin bajarme de la bici, esta vez no he durado ni un décimo de asalto, el resto lo subo andando a buen ritmo.
Mis piñones empiezan a dar guerra, le doy a los pedales y no gira la rueda, a veces engancha. A principio lo hace algunas veces, a un par de kilómetros de Carrión de los Condes pongo mi pie derecho en el pedal izquierdo y con el pie izquierdo en tierra me impulso.
En Carrión de los Condes una monja me manda a un cura y este a un taller. En el taller el mecánico no viene hasta que pasan dos horas (está arreglando las ruedas de un tractor), cuando viene en una hora más me cambia la llanta y asunto arreglado. Puedo seguir.
Un ciclista solitario se une a mi, es muy majo, es de Valtierra, jugador de fútbol con origen valenciano. Marchamos juntos más de 20km, está más fuerte que yo, creo que busca compañía, estira su recorrido previsto pues yo quiero ir más lejos (el lleva más kilómetro acumulados ese día). Al final yo sigo más, nos despedimos.
Llego jodido a El Burgo Ranero son casi las 20:00. El Albergue Municipal está completo. Enseguida una señora me ofrece uno privado por 8€. Cuando me dice que le acompañe me doy cuenta que no llevo la mochila auxiliar donde llevo la comida para picar, las llaves de casa y las gafas graduadas (en estos momentos llevo puestas gafas graduadas de sol). Sin mis gafas de ver y con mis 5 dioptrías de astigmatismo soy hombre muerto. Me quedo ¾ de hora paralizado pensando en que la he cagado y que mañana me tendrá que volver a casa sin gafas y sin ver. Sospecho que puedo haberlas perdido en una parada anterior a unos 8km de donde estoy. Estoy totalmente agotado, frío y es casi de noche, sin estar seguro de que estén allí las gafas no soy capaz de hacerme 16km ida y vuelta para ver si me toca la lotería. Pregunto por un taxi, me lleva a el primer árbol junto a la salida del anterior pueblo donde paré, rebusco y ahí no hay nada. El taxista me sugiere que pregunte en el albergue de ese pueblo. Pregunto, el hospitalero se ríe, me pregunta el color de la mochila y que había, le digo naranja y unas gafas. Me dice que naranja que si, pero que más había. Se habían fijado en que había cacahuetes y no en las gafas. Un subidón de alegría.
Pero el cielo...El cielo no
puede ser para este encanto...
Estoy en Rabanal del Camino. Un pueblo de veinte casas, una iglesia y un albergue.
He llegado a las 19:50 a la tienda - bar y le he comentado a la tendera que es lugar que más me gusta de todo el camino. Ella no lo entiende y yo tampoco.
A las 21:00 me siento en unas sillas afuera del albergue. Recién duchado, con los pies descalzos y chupando los últimos rayos de sol que se agradecen. De cena tres tomates con sal y de postre un melón del que solo dejo una tajada. Apuro hasta que se mete el sol, sentado en el suelo y apoyado en una tapia blanca. Abro bien los ojos porque los mayores secretos se encuentran siempre donde menos se piensa. Me voy a la cama.
Por la noche me levanto dos veces a mear y me acuerdo del melón. La
primera aprovecho para ponerme una segunda manta y acurrucarme bien
entre ellas, en el sueño les doy vida.
...todas las tardes, el cielo será azul y
plácido; y tocarán, como esta tarde están
tocando,las campanas del campanario...
He llegado a Triacastela (Galicia), donde las mujeres tienen bigote. Que me perdonen. Está a 130 km de Santiago y hay Internet. Esta mañana he salido cuando amanecía y me he desayunado la Cruz del Ferro con tres camisetas, chaqueta y guantes. Y para la hora del té inglés (15:00) el O´Cebreiro. Como los años y los kilos no pasan ha sido un desastre. Paradas para descansar, barritas energéticas para ver si me subían y pomada para el culo para ver si el tenía la culpa.
La bajada a Triacastela con un poco de prisa para llegar a las 19:59 y comprar algo de cena ha sido espectacular. He bajado por la carretera con curvas anchas y con pendiente del 6 por ciento, por lo menos iba a 200 por hora o eso me lo parecía
Recién duchado, afeitado y cenado, me voy a la litera de las de arriba, que no la quiere nadie.
...ya no quiero más luz que tu luz mientras viva...
Mi bici ya no cambia al plato grande salvo ayudando con la mano. Un ruido escandaloso sale del eje delantero. En un taller de coches les pido unas gotas de aceite y me quieren vender la garrafa, cuando me pongo borde me dan 3 en 1 y no soluciono nada.
Adelanto a unos con caballos y cuesta arriba me adelantan ellos a mí. Me dicen que cambie la rueda que chirría. No intento otra vez el adelantamiento hasta que no lo tengo claro. Faltan muchos kilómetros pero quiero dormir ya en Santiago.
Llueve varias veces. Entro en la Galicia mágica, esa que parece que han puesto los pueblos y las gentes como decorado de las películas de hace 100 años. Las vacas, las gallinas y las gentes. Todo maravillosamente encantador, cuantos recuerdos, cuantas dudas me aparecen si es bueno o no el crecimiento del PIB.
En el monte del gozo, gozo de saber lo poco que me queda. Llego muy tarde pero establezco una agradable conversación con un señor, del que no recuerdo su nombre, pues ya han pasado dos meses, me doy cuenta de que en tu relación con cualquier persona pierdes mucho si no te tomas el tiempo necesario para comprenderla. Bajo a Santiago y me voy al Colegio Mayor o Menor, no me acuerdo, a revivir mi experiencia de hace más de 10 años.
Esta vez es pagando, pero merece la pena. Tiene el encanto de dormir en una especie hospital de esos que salen cuando la 2ª guerra mundial, varios barracones con camitas seguidas, muy limpio y muy ordenado.
Nos dejan salir por Santiago hasta las 12:30
La noche de Santiago es mágica, está llena de música por las calles. Me siento por cualquier acera mientras me acuerdo de los que más quiero.
...no estés lejos de mi ni un solo día, porque cómo,
porque, no se decirlo, es largo el día,...
Por la mañana un cafecito con la tarta de Santiago. Después compras, otras tantas tartas de Santiago para regalar.
A las 12:00 la impresionante misa del Peregrino.
A las 13:00 autobús con dos trasbordos a Corella, yo y la bici que paga 5€
A las 2:30 del sábado llego a Tudela (Navarra). Y poco más tarde a Corella.