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Navarra - La Rioja - Castilla y León - Galicia
El Camino Francés atraviesa cuatro provincias de España, por lo que ofrece además el atractivo de ser una ruta turística que permite conocer buena parte del norte de España recorriendo los más de 760 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago.
Si empiezas el camino en Roncesvalles como hicimos nosotros (o en cualquier otro poblado del camino), haz de ir a la parroquia del lugar donde te expiden una Credencial del Peregrino para que puedas quedarte a pernoctar en los diversos albergues del Camino cuando no quieres o no puedes quedarte al aire libre por las condiciones climáticas.
Por la noche los párrocos reunidos en Roncesvalles hacen una emotiva misa para peregrinos, en la que te dan una bendición que es la misma que se ha dado desde el siglo XI a todos los peregrinos. También mencionan el número y las nacionalidades de todos los que comienzan la aventura contigo. La noche del 3 de septiembre del 2001 nosotros escuchamos la misa dicha por seis padres a más de 80 peregrinos procedentes de las distintas provincias de España, como Cataluña (Joanra), y de países como Francia, Italia, Alemania, Argentina, Israel, Sudáfrica, Holanda y México (Karina).
La mayoría de albergues del Camino cobran entre 300 y 1000 pesetas por noche o "la voluntad".
En cada albergue y en cada parroquia que quieras visitar te van poniendo un sello en la Credencial del Peregrino.
Los albergues tienen cuartos de aseo y habitaciones con literas comunes (como los youth hostels). Cada quien tiene que llevar su saco de dormir. Lo cual sólo puedes hacer hasta que te acostumbras a estar con tantos hermanos desconocidos (muchos de los cuales roncan) en una misma habitación. Algunos albergues tienen cocina y te dejan usarla, si no, haz de comer en cualquiera de los múltiples restaurantes que a lo largo de toda la ruta ofrecen su "menú del peregrino" por distintos precios.
Nosotros caminamos durante 40 días recorriendo 640 kilómetros de los 760 de la ruta completa. Hicimos un promedio de 15 a 20 kilómetros diarios y tomamos un autobús entre Burgos y Frómista (porque Joanra ya había hecho esa parte dos años antes) y otro entre León y Astorga (porque andábamos retrasados en relación dinero-km, je-je).
Además de caminar a Santiago de Compostela, durante este viaje fuimos también a Finisterre y Malpica, todo ello con un presupuesto total de cerca de 200,000 pesetas.
Finisterre es el lugar "extra oficial" donde termina la peregrinación. Es un cabo en las costas de Galicia, que era la última tierra conocida por los primeros cristianos europeos que hacían el camino en sus inicios. Allí recogían una concha (la "viela" convertida en uno de los símbolos del camino) y volvían con ella a casa. Más tarde también regresaban con su "Compostelana", un
comprobante escrito en latín que otorga la Catedral de Santiago como recuerdo de haber hecho la peregrinación a todo aquel que camine por lo menos 100 kilómetros antes de llegar a Compostela.
Malpica es otro pueblo en la costa de Galicia que Karina quiso visitar en busca de sus orígenes, pues su primer apellido es Malpica.
Este fotoálbum electrónico está concebido con mucho cariño para nuestros amigos y familiares y para todos aquellos hermanos que deseen verlo y obtener información acerca del Camino de Santiago.
Para que no se tarden horas bajando una sola página con todas las fotos, las hemos distribuido en las siguientes cinco páginas:
Castilla y León I
Castilla y León II (Pontferrada)
Castilla y León III (El Bierzo)
Galicia I
Galicia II (Santiago y Finisterre)
Malpica (el Finisterre de Karina)
No hay fotos de los bosques de pinos y los paisajes bucólicos de vacas pastando en Navarra, ni de los campos de uvas y olivos de la verdaderamente roja tierra de La Rioja porque no llevábamos cámara.
Se nos ocurrió comparar unas desechables hasta que una amiga alemana nos enseñó la suya y nos gustó la idea. La calidad de las fotos no es muy buena, pero hemos hecho milagros retocándolas con el Paint Shop Pro después de escaneralas. Esperamos que les gusten.
Con amor:
Joanra y Karina
¿Por qué hicimos el camino?
Karina:
Porque se me antojó mucho hacerlo después de leer tres libros al respecto y ver a algunos amigos míos (Banijam, Braulio, Pascal y Nicola) regresar transformados y hablando maravillas de sus experiencias.
El primer libro que leí fue El peregrino de Pablo Cohelo, el segundo uno de alquimia que habla del Camino de Santiago como una metáfora del camino espiritual y el tercero El Camino de Shirley MacLaine. A través de estas fuentes me enteré de que:
- La energía de tantos miles de personas que han andado el mismo camino durante cientos de años ha generado etéricamente algo que se llama leyers de energía que te ayudan a abrir los chakras.
- Al seguir la dirección de la Vía Láctea y visitar las construcciones templarias repletas de símbolos esotéricos que hablan directamente a tu inconciente, se abren canales hacia un
conocimiento no verbal.
- Es una gran oportunidad de conocerte más a ti mismo y convivir con personas interesantes de todo el mundo.
Joanra:
Porque deseaba desesperadamente desconectar de mi trabajo y mi vida que se había convertido en tremendamente rutinaría. Y era la mejor manera de conocer un poco el norte de España y al mismo tiempo embarcarte en una aventura con final feliz.
Bien he de reconocer que al principio del viaje tenía mis dudas sobre si aguantaríamos el esfuerzo físico y tendríamos suficiente paciencia, sobre todo teniendo en cuenta la media que había calculado que haríamos: 20 km al dia, un total de mes y medio caminando.
Al final mis cálculos fueron correctos y lo más importante, mi presupuesto también.
En uno de los albergues encontramos un cartel que decía: "Entre junio de 1991 y octubre del 2000 han pernoctado aquí 52,800 peregrinos de 83 países diferentes". También había un mapa con banderitas señalando el número de peregrinos de cada país. Karina anotó algunas cifras en su diario de viaje:
Alemania: 4338
Argentina: 91
Australia: 226
Bélgica: 1608
Brasil: 15988
Canadá: 437
España: 31637
Estados Unidos: 879
Francia: 4936
Gran Bretaña: 1662
Holanda: 1495
México: 85
Portugal: 78
Esta foto nos la tomó Carla, una chica brasileña que, entre otras, cosas nos contó que gracias al éxito de ventas del libro de Paulo Cohelo en su país, hay tantos brasileños haciendo el camino y que incluso dan créditos especiales en los bancos para hacer el Camino de Santiago, igual que los dan para comprar un auto o una casa.
Esta es Carla con Karina y muchas vacas
Karina:
Para lo que no me prepararon ni mis amigos ni las lecturas fue para enfrentarme al reto físico que supuso para mí caminar tanto. Sobre todo los primeros días.
Mientras mi cuerpo se acostumbraba no encontré nada místico y algunos días de plano me puse a llorar y ya me quería regresar, je-je.
Los primeros dos días tenía unas terribles agujetas (así llaman los españoles a los dolores musculares que sufres después de hacer mucho ejercicio sin estar acostumbrado). Luego me salieron ampoyas y me dolían mucho los pies y me cansaba; en fin... que la primera semana fue fatal, la segunda también je-je, y ya hacia la tercera se acabó el calvario porque mi cuerpo se adaptó y ya no tenía ni ampoyas, ni nada que no fuera puro cansancio. Y aún éste era más mental que físico, como tuve oportunidad de observar...
El Camino realmente me ayudó a conocerme más a mí misma.
Joanra:
El Camino de Santiago no fue muy místico para mi, pero sí muy espiritual.
Espiritual por qué nunca me salió ninguna ampoya, por algunos amaneceres en que desperté al lado de mi futura esposa, por las preciosas cafeterías dónde desayunamos, por el buen vino de la Rioja, por Burgos y mi querida León, porque descubrí que el paraíso se encuentra entre el Bierzo y Galicia, por las dos mantis que encontramos y por las enormes carcajadas que solté entre Roncesvalles y Finisterre.
Estas florecillas son una preciosidad.
Nunca habíamos visto algo así.
No tienen tallo, simplemente brotan de la tierra sin mayor preámbulo. Están por todo el camino a partir de La Rioja.
Las amistades del Camino tienen la virtud de ser instantáneas, entrañables y paradójicamente efímeras en la mayoría de los casos.
Aquí estamos en Burgos con la entrañable Carla, dos amigos mayorquinos, Francisco y Ana (que cumplía años ese día, por cierto), Héctor, un amigo mexicano de San Luis y otras dos chicas brasileñas amigas de Carla.
Esta es una iglesia templaria en Frómista. En su interior hicimos por segunda vez una plegaria especial para deshacer lazos kármicos y consagrarnos al perfeccionamiento espiritual.
La primera vez tuvimos el privilegio de hacerla en Navarra, en el templo de Eunate, otra hermosa construcción templaria donde estuvimos completamente solos y pudimos recitarla en voz alta justo en el centro de la cúpula octagonal.
La tercera vez la hicimos bajo la Puerta del Perdón en la iglesia templaria de El Bierzo y fue la más poderosaa por ser la más sincera y oportuna.
Joanra con un pastor y su rebaño
Esta es una Datura inoxia, mejor conocida como Toloache en México.
Curiosamente las vimos crecer justo a la entrada y a la salida de algunos pueblos de La Rioja y de Castilla y León, nunca enmedio.
Esta foto fue un regalo para Karina, pues la necesitaba para su web de Las drogas tal cual... (que por cierto se estrenará en enero del 2002). La tomó saliendo de un pueblo llamado El Burgo Ranero.
Esta no es una foto si no una postal escaneada ya que nuestras camaritas desechables no tenían flash y sólo podíamos tomar exteriores.
Se trata de la Catedral de León con sus impresionantes vitrales.
Este fue otro enorme regalo para Karina que ama la luz filtrada a través de los cristales coloreados contando historias y creando atmósferas que ella encontró verdaderamente místicas. No se quería salir de allí. Le fascinó observar toda la cosmovisión católica en juegos de luces tan diferentes entre la mañana y el ocaso.
Los antiguos habitantes de León, al no saber leer ni escribir, eran instruídos a través de las historias representadas en las vidrieras.
Las de abajo describen la vida vegetal y animal, las de enmedio los hechos humanos y las de arriba los hechos divinos.
Ampliando la foto se puede vislumbrar a Karina en el costado izquierdo de la puerta de entrada del Palacio de San Marcos, también en León.
El gobierno español ha tenido la idea de costear la conservación de monumentos antiguos convirtiéndolos en hoteles de súper lujo que se llaman "paradores". San marcos es uno de ellos.
Aquí está otra vez la princesita en otro impresionante castillito construido por el sorprendente Gaudí en la ciudad de Astorga
Y aquí está otra vez, aún más borrosa e irreconocible en la entrada del Castillo Templario de Pontferrada. Donde se puso muy feliz por haber encontrado que una de sus torres se llama la "Torre Malpica".
Los templarios fueron una órden militar y religiosa muy importante encargada de proteger a los peregrinos del Camino de Santiago de los peligros presentados por los ladrones, los infieles y las enfermedades de la época. En su apogeo mantenían encomiendas, fuertes, templos y hospitales a lo largo de toda la ruta.
La Órden llegó a acumular tal cantidad de poder, prestigio y bienes materiales que eso mismo causó su ruina siglos después.
Joanra:
No existe ningun camino más bien señalizado que el de Santiago. La verdad es que la única dificultad es ir siguiendo unas flechas amarillas primero y después un monolito de piedra con una concha que se encuentran a cada kilómetro.
Aqui estoy en la foto en la comarca de Bierzo, una rica región de León dónde encuentras árboles de manzanas, frutas, higos, y avellanas y uvas a cada paso.
Este es un pueblo abandonado llamado Foncebadón, tenía muy mala fama entre todos los peregrinos por que según cuentan habían unos perros salvajes que atacaban a todo humano que pasara por allí.
Siento desmitificar tanta leyenda pero la verdad es que nos pareció un bonito sitio y los perritos resultaron ser dulces y mansos. Por cierto, estaban construyendo un hotel para "peregrinos".
Esta es la famosa Cruz de Hierro donde tradicionalmente cada peregrino que pasa por allí arroja una piedra y después de tanto tiempo y tantos peregrinos, se ha acumulado esta montaña.
Un sacerdote nos dijo que la piedra la has de traer de tu lugar de origen y te ha de acompañar todo el camino hasta ese punto en que, durante el acto de arrojarla, te liberas de todas las cargas y culpas que hayas venido cargando en tu vida.
Quienes no saben esto lo interpretan a su manera.
Algunos arrojan la piedra para pedir un deseo, otros para rogar por su salud, etc.
Estas son otras florecitas delicadas que alegran el Camino. Tienen un tallo muy pequeño, sin hojas y sólo crecen en Galicia.
Las primeras de ellas que encontramos justo a un lado de la cruz de hierro que ya está muy cerca de la frontera entre Castilla y Galicia.
Aquí está Joanra en Mojardín, una de las partes más altas y con vistas más espectaculares de todo el Camino.
Los que cuidan el peculiar albergue de lugar, sin agua ni corriente eléctrica, aseguran ser la reminiscencia de los antiguos Templarios.
Karina:
Dos momentos mágicos
I. Pasando Mojardín me encontré enemdio de un caso práctico en el cual aplicar las enseñanzas de mi Curso de Milagros. Lo hice e inmediatamente después nos encontramos una mantis estacionada sobre una línea blanca de la carretera por la que caminábamos, justo en el km 33. Dada mi relación personal con las mantis, lo interpreté como un guiño espiritual, un símbolo de apoyo por parte de mi Ser... II.
Descansé debajo de este roble y me puse a cantar un mantram. Poco después me sentí súper conectada con él y con su capacidad de dar y gozar en el acto mismo de dar.
Dar sombra a los peregrinos, dar cobijo a nidos y pájaros, dar su tronco a las hormigas, dar óxigeno a la atmósfera, e incluso dar su existencia al humano que decida cortarlo... y luego seguir dando, madera para muebles, leña para el fuego, carbón para suministrar energía...
Sabiendo en todo momento que al dar, sólo se da a sí mismo.
Flores de hipérico o hierba de San Juan creciendo por todo Galicia.
Son el mejor antídoto natural contra la depresión.
Joanra:
Galicía me gustó entre otras cosas por que podías tomarte un café con leche y te cobraban 100 pesetas, algo que en Cataluña sólo recuerdo de cuando era niño.
En esta foto estaba calculando el presupuesto para aquel día.
Siempre lo hacía de este modo: de pie, con el puño agarrado y mirando hacia el horizonte como buscando una salida.
Curiosamente Karina no calculaba su presupuesto ni al final del día.
Karina:
Aquí estoy junto a una piedra que señala que faltan 15 kilómetros para Santiago de Compostela (en realidad son 20 hasta la Catedral).
Después de caminar cerca de 630 km, falta poco para llegar. Mis pies han sufrido un cambio notable. Ya no están tan planos, ahora tienen algo más de arco.
De acuerdo a mis conocimientos de reflexología eso indica que mi columna vertebral también se ha modificado y se ha flexibilizado un poco más. Lo cual inducirá cambios sutiles en todo el sistema energético que ya iré notando cuando regrese a casa.
Estoy muy feliz. Para mí ha sido toda una hazaña física dado mi historial francamente antideportivo.
Este es el corazón que algún peregrino dejó en el Camino para deleite de los demás.
El más noble de los objetivos de una peregrinación ha sido siempre la iluminación de la conciencia del peregrino. Por los caminos de Europa, el peregrino, apartado de su tierra natal, soportaba múltiples pruebas, se enriquecía de mil experiencias, de imágenes y de aventuras, en la constante tensión de su anhelo por llegar al lugar donde reposaba el apóstol. ¿Cómo regresar del viaje siendo el mismo que se era al partir?
Con Anne de Canadá
Con Ivanna de Argentina
Karina:
La misa de peregrinos en Santiago de Compostela es un espectáculo impresionante que también se realiza con sacerdotes de todo el mundo. A nosotros nos tocaron 15. Uno de ellos, un inglés, pidió por la paz mundial y el perdón de las ofensas entre EU y quienes derribaron las torres y parte del Pentágono el 11 de septiembre, mientras muchos de los peregrinos allí presentes estábamos en el Camino.
Fue un momento muy emotivo que me hizo olvidarme de mis diferencias con la idiosincracia del culto católico para trascenderlas y ver más allá. Enfocarme en lo que nos une, en vez de concentrarme en aquello que nos separa. En cierta manera fue una reconciliación con un catolicismo que no pienso volver a practicar, pero sí volver a respetar; pues ¿quién soy yo para juzgar la forma en que cada hermano se relaciona con la divinidad, intenta entenderla, trata de agradarle y de acercarse a ella? Ese deseo es lo que cuenta, lo que compartimos y lo que nos hermana.
Esta es la Compostelana.
Si eres uno de los primeros 10 peregrinos que llegan con una fotocopia de ella y se forman a la hora del desayuno, la comida o la cena en el parking del Parador de Los Reyes, que está a un costado de la Catedral en la plaza de Compostela, te dan de comer completamente gratis durante tres días. Nosotros comimos allí dos veces y cenamos otra.
Finisterre
Esta es la Fisterrana que le dan a los peregrinos que llegan al albergue de Finisterre o Fisterra como se llama en gallego.
Joanra:
Llegué al faro de Finisterre después de recorrer 750 km. durante un mes y medio. Digo llegué por que mi mujer se quedó esperandome en el puerto de este bonito pueblo.
El momento en que llegas a este punto es muy emocionante, aún y que estaba repleto de turistas que hacían sus fotos, me acerqué hasta la punta más lejanana del cabo y lancé con todas mis fuerzas el bastón que me había acompañado durante todo mi trayecto.
Ahora recuerdo que estaba lleno de mosquitos y animalitos voladores que me ponían muy nervioso. Aún y así conseguí hacer una oración pidiendo paz para el planeta Tierra.
Después me fui a tomar una cerveza en el bar especial para turistas situado al lado de este cabo, escribí una poesía de rigor y regresé al puerto. Por el camino tuve la sensación de haber cumplido mi sueño.
Joanra:
Este es el faro de Finisterre, bonito pero muy parecido al que hay en el pueblo donde nací. Lo único malo de Finisterre es que nos costó 6000 pesetas ir y volver a Karina y a mi, creo que era el triple de lo que teníamos calculado gastarnos. Todavía sigo preguntándome si fue bueno llegar hasta allí...
Ya volviendo hacia el puerto por un momento estuve a punto de llorar de emoción cuando vi que todo había terminado ya, llorar de tristeza y alegría juntas, llorar por sentirte capaz de haber realizado todo ese peregrinaje, llorar por algo que no se puede expresar... Pero la verdad es que me puse a reír, porque resultó ser tan divertido y entretenido el famoso Camino de Santiago que me pareció totalmente absurdo todo lo que me habían explicado sobre él antes de ese momento.
Malpica, un pueblo de Galicia y una torre de Pontferrada
Para llegar a Malpica de Bergantiños en la costa de Galicia, al norte de Finisterre, hay que tomar un autobús que sale de la Coruña cuatro veces al día.
Malpica es un pueblito costero que me gustó mucho más que Finisterre, la playa más visitada de Galicia.
Malpica tiene una bahía preciosa con olas para surfear y una playa de arena muy fina, hábitat de una gran cantidad de aves de diversas especies que ha convertido a toda la zona en una área de protección ecológica.
También tiene un puerto pesquero del otro lado de la bahía que ya no alcancé a fotografiar porque se me acabó el rollo.
Estuve platicando con un pescador jubilado que me dio cacahuates y me comentó que hay otro pueblo llamado Malpica cerca de Toledo.
El pescador se parecía mucho a mi abuelo Diego, aunque más bajito y con los ojos azules, pero con una boina y un bastón iguales a los que recuerdo que usaba él.
Subí a un acantilado por una cuesta peligrosa, pero valió la pena pues pude admirar una de las vistas más bellas de todo Galicia y tuve oportunidad de dar por concluido mi Camino de Santiago en una ceremonia íntima.
Esta foto es la vista frontal del acantilado.
Desde allí se alcanza a ver toda la bahía del lado derecho y todo el puerto del lado izquierdo con respecto al mar. Además, desde esa perspectiva encontré que había un camino más fácil para bajar, gracias a Dios...
Bajando de allí entré a tomar un refresco en un bar y luego me fui a esperar el autobús para regresar a la Coruña, donde se había quedado mi príncipe Joanra porque esa tarde regresábamos a Barcelona en el tren de las 6:00.
Resulta que el autobús no llegó porque ese día (12 de octubre) era día de fiesta nacional y sólo llegaba uno por la mañana (el que yo tomé) y salía otro pero hasta las 7 de la tarde. Esto me lo informaron en un bar donde una amable pareja con una hija adolescente se ofrecieron a llevarme de regreso a Coruña en su auto.
A esas horas ya eran cerca de las 5 de la tarde y el autobús en el que llegué había tardado casi una hora y media desde la Coruña a Malpica...
Gracias a estos amables malpicos que decidieron tomar la autopista y se fueron volando para que yo pudiera llegar, y gracias al Espíritu Santo que tanto me ayuda, pude tomar el tren, pues a pesar de que llegamos 10 minutos tarde, resulta que se había retrasado y todavía estaba en el andén con Joanra ya muy preocupado a bordo.
Fue un final feliz de película...
Aquí hay otro dato interesante para los malpicos:
Este es el Castillo de Pontferrada en Castilla y León. Es una construcción de origen templario con puente levadiso y varias torres vigías.
Los templarios fueron una orden militar y religiosa encargada de proteger a los peregrinos del Camino de Santiago durante varios siglos. Mantenían encomiendas, hospitales, fuertes y albergues en todas las rutas.
El castillo de Pontferrada tiene una torre que se llama "Torre de Malpica" y es esta.
Nadie supo decirme a qué se debe el nombre pero me enteré de que en el siglo XV un arquitecto gallego había ampliado el castillo y había construido la torre. Tal vez tiene algo que ver...
Esta es otra de las torres del castillo y se llama "Torre de Malvechino":
Si alguien tiene otros datos interesantes relacionados con "Malpica" (genealogías, toponímicos, datos históricos, etc.) envíenlos por favor a karina_malpica@hotmail.com para hacer la
Malpicaweb.
Muchas gracias
Relato y fotos de Karina Malpica