No intento hacer una descripción del Camino, solo pretendo animar, a los lectores, a emprenderlo. No sufrirán decepción alguna. Y lo primero que es preciso afirmar es que hay mucho fantasioso al juzgar la dificultad física de acometerlo o de otros detalles. Opiniones como: "Cualquiera supera el Camino sin necesidad de preparación alguna" o "para hacerlo se necesita un entrenamiento muy intensivo " creo que no son correctas. Es verdad que realizar un día tras otro 25 kilómetros, con una pesada mochila, es realmente duro, y se puede decir que el Camino no lo puede efectuar - sin un entreno previo y una buena impedimenta - una persona en buena forma, pues la preparación se hace, también, para "domesticar" el equipo. El Camino es duro y lo digo aún cuando la experiencia que puedo aportar surge de un trayecto corto realizado en el mes de junio, lo que facilita la marcha y el equipo necesario que, naturalmente, es más ligero. Pocas veces se camina sobre asfalto, prácticamente siempre se hace por sendas de tierra de piso irregular y con pendientes positivas o negativas (con lluvia muchos trayectos se convierten en fangales y, por tanto, con una dificultad mayor). En cualquier caso, si el que esto escribe lo superó, todos lo pueden realizar con una preparación adecuada y una buena dosis de voluntad.
El Camino se emprende, quizás, porque contiene una serie de ingredientes muy difíciles de reunir en una sola empresa, aunque su valoración sea muy diferente para cada uno. El por qué se hace es una cuestión personal - "hay tantos Caminos como caminantes" -. A cada peregrino le impulsa una fuerza diferente para seguir adelante ... "Peregrino ¿quién te llama? ¿Qué fuerza oculta te atrae? Ni el Campo de las Estrellas. Ni las grandes Catedrales... " Y el como, con un buen equipo, un entrenamiento previo apropiado y tenacidad. Entre los ingredientes hay que señalar (aunque no son los únicos) : Devoción, mito, arte, espíritu deportivo, historia (tradición), amor a la naturaleza, relaciones humanas, el silencio, el espíritu peregrino - difícil de definir pero que existe, se "palpa" - ... Y es que pude observar que el Camino se hace por una promesa, como una penitencia, por el "celta, románico y gótico", como superación personal de una difícil prueba física que exige un esfuerzo y fuerza de voluntad notables, para disfrutar de unos días al aire libre gozando de unos paisajes bellísimos - que de otro modo no se pueden conocer -, para intercambiar ideas y relacionarse con gentes de toda procedencia y costumbres, para caminar sobre sendas históricas que han sido utilizadas desde hace más de mil años... "... el peregrino deja atrás comodidades y bienes materiales y se pone en marcha, porque ha sentido una llamada ... ". Pero todos esos factores están entrelazados constituyendo una amalgama, cuyo resultado es que el peregrino se ve impulsado por una fuerza misteriosa casi, casi ... milagrosa, y por la convicción de que al iniciar su camino se integra en un equipo espiritual cuyos miembros se saludan y despiden con un ¡¡ Buen camino!! Esta frase es el saludo, la contraseña, de los peregrinos nacionales y extranjeros que aprenden y emplean, con toda naturalidad desde el primer día, cuando se encuentran o se rebasan en el Camino. El caminante, en esos casos, nunca adelanta a otro con indiferencia, o con un mero saludo de cortesía, sino que se para y le hace compañía charlando un buen rato (charlas que también se originan con los naturales del país aunque estén ocupados en sus trabajos). Todo el mundo es muy comunicativo y se nota, y se disfruta, una camaradería que se convierte en una ayuda moral inestimable.
La dureza del Camino viene definida principalmente por tres factores : la distancia - que exige un buen calzado y estado físico - , el peso de la mochila - que es necesario aminorar tanto como sea posible - y las condiciones meteorológicas - quizá el factor más importante pero, en mi caso, tan favorables que su influencia fue positiva -. Una vez finalizada mi peregrinación creo sinceramente que para "disfrutarla", y para sentirla, el peregrino debe hacerla como la realizaban los medievales (a pié, con el peso de toda la impedimenta y descansando en los albergues) para que se pueda presentar sin rubor ante el Apóstol Santiago y merecer la Compostela. Bueno, hacerla como los antiguos es un decir, ya que lo único que el peregrino actual puede igualar es seguir su misma ruta - y eso ya es bastante -, porque causa asombro pensar como podían venir desde más allá de los Pirineos, y regresar, sin calzado "Gore-Tex", sin una buena mochila, sin saco de dormir ultraligero de 600 gramos, sin teléfono móvil, sin visa ni tarjeta sanitaria ... y soportando el mal tiempo, el hambre, las enfermedades e, incluso, los ataques de bandidos y animales ... "El antiguo peregrino cuando salía, se despedía de su familia y de su país, recibía bordón y esclavina de la autoridad religiosa y si regresaba lucía la concha jacobea"... Hoy cuando uno va marchando, por esos históricos senderos, no puede dejar de pensar, con admiración, sobre la fe que animaba a los antiguos y eso es, también, un importante atractivo del Camino ... "El peregrino sostenido por la llamada del Invisible, lo dejaba todo; antes de partir, hacía testamento, recibía la bendición de la Iglesia y, sin seguridad material, se lanzaba al camino para experimentar la providencia de Dios".
Preparé el Camino siguiendo los consejos de las guías con la salvedad de las pernoctadas que, por información negativa de algunos "expertos" sobre los albergues - que ahora no comparto -, decidí realizar en modestos establecimientos hoteleros. Eso influyó en dos aspectos : menor flexibilidad para modificar, en caso necesario, las etapas programadas - tenía alojamiento reservado al final de cada una - y no poder disfrutar de la convivencia en los albergues, que ahora conozco es otro de los alicientes del Camino, por constituir el alojamiento natural del peregrino. Traté de subsanarlo al finalizar cada etapa, visitando el albergue del lugar para charlar con peregrinos con los que había "ligado" durante el trayecto. En general observé orden, limpieza y camaradería y, por tanto, tengo que afirmar que los albergues son recomendables. Son numerosos a lo largo del camino - con habitaciones para 20 personas o más pero, también, con habitaciones menores - y no advertí problemas de alojamiento, a pesar de ser junio y Año Santo; quizás los problemas surjan en los meses de julio y agosto.
El planeamiento lo realicé como si de una operación militar se tratase y estoy contento de cómo resultó. El Camino lo iba a realizar con mi hija Marísa, y así lo programé, pero unos días antes del inicio de la marcha: " La hija abandonó a su padre ¡¡ por un perro!! y ... lo dejó, solo ante el peligro, cuando estaba mentalizado para hacer el Camino acompañado ". El caso fue que su mascota enfermó y la tuvo que operar. Su retirada la comprendí, desde el primer momento, y no se lo reprocho porque hubiese hecho lo mismo (Clausewitz denominó a estos imprevistos : Fricciones. Y como lector de ese autor estaba preparado para adaptar el plan previsto a la nueva situación). Por cierto el Camino se hace, en general, solo o en pareja, a veces tres o cuatro personas, pero no en grupos numerosos que son más propios de los meses de julio y agosto. Pero aunque el peregrino marche solo nunca se siente aislado, pues casi siempre verá a otro caminante, delante o detrás, a poca distancia. Los ciclistas sí van en grupos mayores y emplean los mismos senderos que los peregrinos a pié. Y hablando de senderos tengo que decir que me sorprendió, muy favorablemente, constatar que no se ve ni un papel, ni una lata, ni un plástico en todo el Camino y eso define, sin más, al peregrino compostelano.
Como señalé anteriormente solo hice el trayecto gallego del Camino Francés es decir : O Cebreiro - Santiago de unos 155 kilómetros. Las etapas normales, que señalan las guías, son de unos 25 kilómetros diarios y se hacen bien aunque, después de unos días, las lesiones en los pies son casi inevitables; por ello es necesario prevenir y llevar el material sanitario preciso. Me parece adecuado iniciar la salida al amanecer. No es preciso salir más temprano porque, por una parte, no todas las señales del Camino se ven fácilmente y, por otra, los albergues no admiten peregrinos hasta las 13,00 horas, así que es inútil llegar antes. La señalización, excepto en los kilómetros, es pobre. La mayor parte de los desvíos, que son múltiples, están indicados con una simple flecha amarilla pintada mediante un brochazo en una piedra o en un árbol. De día no hay problema en ver esas señales, pero no estoy tan seguro que sea fácil con niebla o poca visibilidad. De manera que al amanecer comienza uno la marcha con la "Credencial del Peregrino" a mano, dispuesta a sellarla por cuantos sitios pase, pues es el acta notarial que habrá que presentar para la concesión de la "Compostela" - Certificado de haber realizado el Camino -.
Para que el peso de la mochila sea el mínimo hay que seguir la norma de "llevar lo imprescindible y de ello la mitad". No añadir nada "por si acaso", ya que en el Camino se puede comprar cualquier cosa que falte del equipo. Sin embargo tampoco hay que escatimar excesivamente; por ejemplo mi equipo incluía un poncho para la lluvia, a pesar de que hice el Camino en la segunda quincena de junio. Disfruté de un tiempo magnífico, así que cuando faltaban dos etapas pensé - porque ya cualquier cosa pesa demasiado - en tirarlo. Pues menos mal que no lo hice, porque esos dos últimos días llovió y debo confesar que me alegré, porque es con el poncho puesto cuando el peregrino presenta su verdadero carácter. Lo que no puede faltar es un pequeño botiquín, sobretodo para el cuidado de los pies, pues raramente se podrá evitar alguna lesión o rozadura que, aunque pequeña, puede dar al traste con el final deseado. La vaselina para iniciar el camino y el aceite de romero para final de etapa, después de una buena ducha, son mano de santo. La preparación, antes de salir, con vaselina en las plantas de los pies, entre los dedos, en los talones.., calcetines limpios, sin costuras y bien ajustados, buen atado del calzado, acoplamiento correcto de los atalajes de la mochila y el gorro con visera para el sol se tiene que hacer como un rito... como se viste un torero. Las cosas que se prevé utilizar durante la etapa deben ir a mano, y siempre estibadas en los mismos sitios, para evitar tener que estar buscándolas o sufrir sobresaltos ante el temor de haber perdido u olvidado algo en algún alto anterior. La Credencial, que se adquiere al iniciar el Camino, se sella en los albergues, en algunos establecimientos y en las parroquias. Es preciso llevarla protegida con un plástico, durante la marcha, pues se estropea con la lluvia y el sudor.
La señalización kilométrica no siempre corresponde con la de las guías, quizá porque en ellas se cuenta desde donde comienza o termina el "Concello" o parroquia. El caso es que siempre parece que se caminan unos kilómetros más de los previstos y, cuando uno está mentalizado para realizar una distancia determinada , el final de etapa se hace dura si uno no pide con humildad ayuda al Santo Patrono. Por cierto, si se pregunta a un nativo los kilómetros que faltan, para un lugar concreto, multiplicar la distancia indicada al menos por dos. Una vez finalizada la etapa viene una larga tarde en pueblitos o aldeas donde todo se ve en unas horas; solo buena compañía o un buen libro, de edición sencilla para que no pese, pueden llenar ese hueco. Un buen peregrino debe comer con frugalidad, así que los menús que llevan su nombre son aceptables, y baratos, sobretodo cuando se peregrina en familia.
Tan importante como el calzado para caminar es el calzado para descanso, es decir el que se empleará al final de cada etapa, pues el cansado peregrino con ese calzado tendrá que hacer unos cuantos kilómetros para ver el lugar, para comprar algo ... No siempre valen unas "chanclas". Lo que se decida llevar - igual que el calzado para marchar - deberá ser liviano, cómodo y estar usado y comprobado.
Especialmente "sensible" me resultó la parte final (Labacolla - Santiago) de la última etapa : era el fin del esfuerzo para la tan ansiada llegada. Hasta el "Monte do Gozo" es durilla y si llueve y está nublado, como fue el caso, no se tiene la compensación de poder disfrutar de la primera visión de la catedral de Santiago "... desde lo alto de esta colina, los caminantes medievales veían por primera vez la ciudad santa. Caían de rodillas y, entre sollozos, entonaban cánticos en agradecimiento por haber llegado sanos y salvos después de tan peligroso viaje. Unos hacían noche aquí, para llegar por la mañana a misa mayor; otros no podían reprimir la ansiedad y continuaban... .Entonamos el Te Deum y cantando, continuamos el descenso hasta el burgo ... ". Después, del "Monte do Gozo", viene la zona de albergues, de acogida de turistas y congresos que es impresionante y hay que visitar.
Finalmente se alcanza la zona urbana, para desembocar en la inigualable parte monumental. La euforia va subiendo de tono hasta llegar al número uno de la "Rua do Vilar" donde está la Oficina de Acogida al Peregrino. Allí se comprueba la Credencial y, si todo está correcto en distancias y sellados, se consigue la Compostela. Los que hacíamos cola en espera de nuestro "trofeo", como habíamos entrado con lluvia, todavía portábamos nuestro poncho que a nadie se le ocurrió quitar, a pesar del calor que tal prenda de plástico proporcionaba. Así recogí mi Compostela, compartiendo la emoción de mis compañeros, y asistiendo seguidamente a la misa del Peregrino, que fue muy emotiva con botafumeiro - necesario para "apagar" nuestros efluvios - y abrazo al Apóstol. Los peregrinos, como era Año Santo, podían alcanzar la gracia del jubileo - es decir el perdón de todos los pecados - y como a mi edad no puede uno andarse con bromas ... hice uso de tal privilegio.
Podría contar un montón de anécdotas, unas graciosas y otras increíbles. Valga, para terminar, solo una de las increíbles : " Iba, el que esto escribe, hecho una pena bajando una cuesta tremenda . Estaba llegando a Portomarín y la cuesta era muy dura porque, aunque corta, las piernas ya llevaban muchos kilómetros y en esas condiciones, como un andarín sabe, es más costoso bajar una pendiente que subirla. Me encuentro a un peregrino con un mochilón que, en comparación, mi mochila parecía una de las que usan los niños chicos para llevar la merienda. Lo que me sorprendió fue que venía caminando en sentido contrario al mío. Más para tomar aliento - pues no tenia energías ni para decirle ¡¡Buen Camino!! - que por curiosidad, le pregunté que adónde iba, si había olvidado algo en la parada anterior o que le pasaba... y me respondió :
- "Terminé el Camino, que hago todos los años, y regreso a casa a pie como lo hacían los peregrinos medievales".
- Ohhh (era extranjero y siempre hay que decir Ohhh). Le pregunto: "Ohhh. ¿Y desde donde vienes?"
Me contesta :
- "¡¡Desde Berlín!!".
Y me pregunta:
- "¿Y desde donde vienes tu?".
- "Desde Roncesvalles" -le respondí (pues no le iba a decirle desde O' Cebreiro).
- "Ohhh ¡¡Buen Camino!!"
Vivo en el Sur de manera que tengo que desplazarme a la primera etapa elegida para iniciar el Camino. Siempre he empleado el mismo método :
Inicio mi tercer Camino de Santiago. El primero lo había empezado en O' Cebreiro (155 km). Había dejado mi coche en Santiago y después tomé un autobús para ir a Pedrafita de O' Cebreiro - y desde allí a pié a O' Cebreiro - para iniciar el Camino. Después del primer Camino volví por Portugal (Fátima ... etc); después del segundo Camino visité A Costa da Morte... y después de este ...
El Camino (2005) lo comencé en Ponferrada - hay buen enlace por autobús Santiago- Ponferrada - . Como se puede ver el segundo Camino superó, en kilómetros, al primero (205) siguiendo la norma " más viejo más distancia".
¿Y el tercero? Quería empezarlo en Astorga pues me llamaban, al menos, tres cosas :
Desde que terminé mi segundo Camino este era mi deseo. Pero a medida que se aproximaba la fecha me iba desanimando una milésima. Mi edad, la dureza de la empresa, la mochila que en los entrenos me pesaba cada día más... el jodido cardiólogo que dice que estoy como un niño chico, pero ahora me hace los reconocimientos cada seis meses, en lugar de cada año, y bueno... "si te encuentras lo más mínimo, en cualquier momento, te vienes para aquí inmediatamente".
Total que me dije : "Mira Pepe, desde Ponferrada, como el año pasado, está muy bien". Y esta era mi idea cuando emprendí la marcha desde mi casa. Me acordaba del año anterior. Subí a O' Cebreiro, desde Villafranca del Bierzo, con niebla y lluvia. No se veía un pimiento hasta el punto de que no pude hacer ni una foto y, en algún momento, sentí una sensación de torpeza e inconsciencia. ¡¡Mira que si me pierdo y me tiene que ir a buscar la Guardia Civil !! Y ¿Cuándo me encuentren? ¡¡No le da vergüenza viejo senil haciendo el gilipollas !! ¡¡ Fíjese la que ha armado!! ¿por qué no siguió las advertencias de las guías que aconsejan subir al Cebreiro en días despejados? Y después del encuentro vendrían los periódicos : "Viejo militar se pierde en la zona de Os Ancares y tienen que salir patrullas, aéreas y terrestres, de la GC para tratar de encontrar a tan intrépido marino. Cuando le encontraron repetía una y mil veces, de manera contumaz, que no estaba perdido pues, a pesar que no se veía el sol, como era muy versado en topografía, conocía la situación del norte por el musgo de los árboles y, después, ponía los brazos en cruz y aplicaba la norma N al frente, S a la espalda, E a la derecha y W a la izquierda".
Lo tomo a cachondeo, pero reconozco que no lo pasé nada bien. Para colmo iba solo. Respiré cuando a las tres o cuatro horas apareció a mi derecha y a cuatro metros - más no se veía - la pared de piedra de una finca. Bueno, pues con esta experiencia, pensé que este año podía repetir el inicio desde Ponferrada para subir al Cebreiro con buen tiempo, ya que no quería perderme la experiencia de una subida tan dura y bonita. Para batir el "record" del año pasado aceptaba empezar en Molinaseca (km 213).
Estos eran mis pensamientos, pero siempre uno propone y es Dios quién dispone. El día15 llegué muy pronto a Santiago. Tenía estudiada la salida de la autovía - la número 75 desde Orense - y justo :Avenida Rosalía de Castro y Praza de Vigo, con su inmenso aparcamiento, y en cinco minutos estaba aparcado. Ya estaba vestido de "peregrino" y con la mochila a la espalda me fui al hotel. Llovía a cántaros así que no podía salir, pues el hotel estaba tan lejos del centro que justificaba su precio de saldo.
Llamé a la central de autobuses para conocer, con exactitud, los horarios de Santiago - Ponferrada para comenzar el Camino, en cuanto bajase del autobús, sin necesidad de pernoctar allí. Aquí es donde Dios dispuso : los autobuses a Ponferrada salían tarde, e iban por La Coruña, así que me obligaban a perder un día allí, mientras que para Astorga salía uno especial directo que podía coger inmediatamente.
Siempre he sido muy decidido así que como era temprano cogí el autobús y el día 15 (D+1) a las cuatro de la tarde estaba en Astorga. Empecé en Castrillo de los Polvazales - bellísima ciudad medieval - magníficamente conservada y a las nueve estaba en Rabanal. El 16 pude bajar a Molinaseca y continuar con el plan inicialmente previsto. El precio es la planta del pié derecho un poco fastidiado. Veremos como responde. Hago uso de los apósitos amarillos (increíblemente buenos), de esparadrapo transparente y de vaselina. Este tramo del Camino no es muy atractivo, excepto los pueblitos (Castrillo de los Polvazales, Rabanal - con albergue magnífico - y Molinaseca). El trozo Ponferrada a Camponaraya (9,6 km) es francamente feo y a causa de las industrias, y los trabajos para las autopistas, no sigue el camino medieval - ya lo conocía del año pasado -.
La Cruz de Hierro es la cúspide de un mástil altísimo y está situada en la cota más alta de todo el Camino Francés (1482 metros). Está sustentada en una base llena de pedruscos que han sido depositados por los peregrinos que lo hacen, desde tiempo inmemorial, para pedir protección y ayuda para realizar un buen Camino. Ni que decir tiene que yo llevaba uno - como advierten las guías - pues en los alrededores de la Cruz no hay ni un guijarro. Los peregrinos, ya en Rabanal, se echan una piedra en la mochila e hice lo mismo.
Efectivamente la bajada a Molinaseca - pueblo precioso - es muy dura, pero como uno ya va prevenido parece más soportable. Más feo me pareció el trayecto Cacabelos - Villafranca quizás influido por la carencia de arbolado y un calor cercano a los 30º. Una excepción a lo dicho es el pueblo de Cacabelos donde está "Prada a Tope", una de las instituciones más renombradas del Camino, en la que se pueden degustar todos los productos del Bierzo y sellar la credencial con uno de los sellos más bonito del Camino.(En el sello aparece la tienda-cafetería - restaurante que está llena de flores y es muy pintoresca).
Llegada a Villafranca del Bierzo. Poco que comentar. Buena comida, casi a las 6 de la tarde, en la Plaza en el Mesón Compostela (Recomendable). En el mesón sirven el Menú del Peregrino desde las 11,00 hasta las 24,00 horas. Dos platos a elegir, entre seis o siete y un montón de postres. Elegí : Una buena ensalada mixta, un filete rodeado de ½ kilo de patatas fritas, un flan, pan y un cuenco de vino (dos vasos). Total 7,5€. Esta noche, dentro de un rato, cenaré lo mismo. (Este año 2008 los precios han subido mucho).
El trayecto no es muy atractivo, pero si lo es Villafranca del Bierzo, último pueblo leonés de importancia en el Camino. Nada más entrar, en el pueblo, se encuentra uno con el albergue e inmediatamente la iglesia románica de Santiago y su portada del Perdón. Los peregrinos enfermos, que pasaban por esta puerta, tenían los mismos privilegios que hubiesen obtenido si hubiesen llegado a Santiago. El peregrino, en su visita a la ciudad tiene que ver, al menos, la Colegiata de Santa María, San Nicolás, la iglesia de San Francisco y la calle del Agua.
"Viene luego la tierra de los gallegos, pasados los confines de León y los puertos de los montes Irago y Cebreiro. Es una tierra frondosa, con ríos, prados, de extraordinarios vergeles, buenos frutos y clarísimas fuentes... "(Aymerico Picaud. Clérigo francés que peregrinó a comienzos del siglo XIII).
He finalizado probablemente la más dura etapa del Camino. Es un itinerario de 28 kilómetros, donde solamente el final de etapa Vega del Valcárcel a O' Cebreiro (8 kilómetros) exige varias horas de duro ascenso. Si, es realmente duro y en la parte final de la etapa no hay donde abastecerse, de manera que debe ir uno provisto de agua (1 litro = 1kilo). Ni que decir que los ciclistas deben de ir por la carretera.
Disfruté tremendamente de esta etapa pues, como antes dije, el año pasado la había superado con niebla y, por tanto, sin ver absolutamente nada. Me asombra que haya pasado por aquí solo, como un ciego, sin disfrutar de este paisaje majestuoso. Hago uso del bastón por segunda vez - la primera fue en la bajada a Molinaseca - . De los bastones debo decir que son muy útiles. Muchos peregrinos - especialmente extranjeros - emplean dos, como en el esquí, y me han dicho que facilitan la marcha mejor que con uno solo, pues el cuerpo va más equilibrado. Debe ser así; yo no lo he experimentado.
El paisaje es virgen e incluso, como si hubiese retrocedido en el tiempo, me encontré a una pareja de campesinos que araban la tierra como en tiempo de los romanos - arado tirado por dos bueyes - .El día era maravilloso, quizás un poquito caluroso, y el paisaje de una belleza indescriptible - belleza, quietud, verdor que proporciona descanso a los ojos, silencio, arroyos de agua limpísima... -. Un extranjero que me encontré descansando me dijo : "Después de los páramos castellanos-leoneses, esto es lo que estaba buscando. Siempre llevo comida en la mochila, así que me voy a quedar aquí un par de horas.¡¡Buen Camino!!". "Buen Camino", le contesté.
Subiendo me encuentro a una amazona con un caballo tordo precioso. Venía desde Pamplona y me gustó el detalle. Iba andando delante del animal llevándolo de la brida. "¿Por qué no monta?" Le pregunté. "Pues porque estas cuestas son tremendas y bastante lleva el animal cargando con todo el equipaje". Cuando escribo estas letras, ya en O' Cebreiro, aún no ha llegado pues se paraba frecuentemente para que el caballo se reconfortase con su "menú del peregrino" de verdísima hierba gallega.
Por cierto, no pude resistir la tentación después del esfuerzo realizado de alojarme en un hostal hospedería que detenta el hermoso nombre de Giraldo de Aurillac. Es antiquísimo, fue antiguo hospital de peregrinos y, por tanto, disfruto del encanto de su antigüedad e historia. En el hostal se puede ver una piedra de la Edad de Bronce con un bajorrelieve que puede representar una escena de caza o un sacrificio. ( En el Camino 2007 el hostal estaba en obras de restauración)
Volviendo a la etapa, creo que al menos para peregrinos de cierta edad, o no muy entrenados, se debe hacer en dos días.
Curiosidades : Desde Vega de Valcarcel un ciclista muy joven quiso hacer toda la etapa en su "montura", lo que no parece posible, y llegó un momento en que la carretera asfaltada estaba muy lejana del camino, así que metiéndome en vida ajena le aconsejé, sin éxito, que volviese atrás. Llegué a O'Cebreiro, me duché y aquí estoy tomando un descafeinado, son las 18.30, esperando que lleguen la amazona y el ciclista. Ya estoy preocupado.
De noche el silencio es tal que "duelen" los oídos. Es una curiosa sensación que muestra el contraste con el ruido al que estamos acostumbrados en la ciudad. Hoy juega el Barcelona la final de la copa de Europa pero el bar donde tomo un café, no tiene televisión. Desde el día 13 ni leo el periódico ni veo la TV. Es una buena experiencia, así que no se cuantas "violencias de género" ha habido, ni cuantos chalés han sido atracados por rumanos estos días.
He comido huevos de campo, pero de campo. Gallinas que andan sueltas y ponen en el nido que ha hecho cada una. Como en Cebreiro todo se desarrolla en un ambiente familiar fui con la señora a recoger los del día. Una gallina los pone con frecuencia de dos yemas y, naturalmente, uno fue para mi.
Tengo aquí a mi lado - la mesa es para casi 20 personas - a un extranjero que no tiene ni un pelo en la cabeza, pero su blanca barba le llega al pecho. Si pudiera le haría una foto. Es una persona la mar de curiosa. No para de hablar gesticulando constantemente pues hay peregrinos de varias naciones; solo habla en inglés pero gesticula y todo el mundo le entiende. Mientras, cenamos : buena ensalada, par de huevos fritos ( con patatas fritas al estilo de Galicia que son como gomas de borrar), botella de tinto o agua mineral y "queixo" do Cebreiro con miel (7,5€).
En O' Cebreiro, como en todo lugar carismático, ocurrió un milagro hacia el año 1300. Un vecino, de una aldea próxima, subió a oír misa al Cebreiro un día en que se había desencadenado una terrible tempestad. El sacerdote, poco motivado aquel día, le despreció el esfuerzo diciendo "¡¡A qué vendrá éste, en medio de semejante tempestad; total para ver un trozo de pan y un poco de vino ¡!" En aquel momento la hostia sagrada se convirtió en carne y el vino en sangre. El cáliz del milagro, bella obra del siglo XII, se conserva en la iglesia de Santa Maria. Cuentan que Isabel la Católica, al regreso de su peregrinación a Santiago en 1488, trató de llevarse el cáliz a sitio más seguro, pero los caballos se negaron a continuar el camino más allá de la aldea de Pereje. Este hecho interpretado como señal divina proporcionó el regalo, que hicieron los Reyes Católicos, del relicario en el que hoy se conserva la sagrada copa. También una inmemorial tradición relaciona este cáliz con el Santo Grial de las leyendas medievales
Hay en el Cebreiro otro monumento, además de las pallozas - o el mismo lugar - que también lo son. Es el dedicado al gaiteiro. Un peregrino, un día totalmente cerrado en niebla - esto me recuerda algo -, con gran esfuerzo y temeridad, subía hacia O' Cebreiro. Tan escasa era la visibilidad que se perdió e infructuosos fueron los esfuerzos por encontrarle. Entonces un gaitero, desde la altura del Cebreiro, comenzó a tocar la gaita y el peregrino, orientado por su sonido, pudo encontrar el camino y en consecuencia la salvación. El sucedido está escrito en el monumento en cinco idiomas.
"Triacastela: su nombre hace alusión a los tres castros, poblados celtas del siglo I a. de C. Es un lugar regio, aquí pernoctaron los Reyes Católicos, cuando acudieron para someter a nobles rebeldes gallegos, Carlos I, cuando acudía a las Cortes de Santiago, Felipe II, en su visita al Galicia, Alfonso IX que en 1230 al salir de Triacastela enfermó y murió en Sarriá... "
He finalizado esta etapa de más de 20 kilómetros y unas 5 horas de caminata. Salí con el clásico tiempo de montaña, frío y con esas nubes que corren a gran velocidad, pasando de la claridad a la oscuridad, y que amenazan con que la lluvia comenzará de un momento a otro. O'Cebreiro está a 1300 m de altitud y el paisaje hasta Triacastela es de una belleza indescriptible. Me recordó los paisajes de mi niñez, en Galicia, e incluso al disfrutarlos rememoré mis costumbres de entonces. Hay una película española, que se titula Tasio, que muestra costumbres, paisajes y medios de vida que este día gocé.
La primera parte de la etapa es la subida al Alto do Poio (1335 m) que aunque supone poca diferencia de nivel con el de salida, se hace incómodo porque supone bajadas y subidas. Después del calor de los días precedentes hoy se hizo preciso emplear jersey, chubasquero e incluso guantes. Esta es una característica del Camino. El tiempo irregular. Raramente dejará uno de disfrutar de calor, frío y lluvia cualquiera que sea el mes elegido. El paisaje es algo excepcional con vistas que, en cualquier otra parte, habría exigido un mirador. Hice este tramo tranquilo y lo disfruté de verdad. Hay infinidad de robledales y muchos son centenarios. Cerca de Triacastela y después de pasar As Pasantes hay uno de más de 10 m de diámetro, de su tronco, que está protegido pues tiene cerca de mil años. Fue el único ser vivo de más edad que yo que por ahora me encontré.
Y un árbol milenario - verdadero monumento nacional - bien merece un homenaje y nada me parece más adecuado que recitar en su honor la "Plegaria del árbol". Esta plegaria la vi en Plasencia en el maravilloso Parque de los Pinos. Por cierto, cuando estaba leyendo la placa, y decido hacerle una foto, dos pavos reales desplegaron todo su maravilloso plumaje como exigiendo ser ellos primero. Y accedí encantado.
Tu que pasas y levantas
contra mi tu brazo,
que inconsciente me zarandeas
antes de hacerme daño mírame bien
Yo soy el armazón de tu cuna
la madera de tu barca,
la tabla de tu mesa,
la puerta de tu casa,
la viga que sostiene tu techo,
la cama en que descansas.
Yo soy el mango de tu herramienta
el bastón de tu vejez,
el mástil de sus ilusiones y esperanzas
Yo soy el fruto que te nutre
y calma tu sed.
La sombra bienhechora que te cobija,
contra los ardores del sol,
el refugio bondadoso de los pájaros
que alegran con sus cantos sus horas,
y que limpian tus campos de insectos.
Yo soy la hermosura del paisaje
el encanto de la huerta,
la señal de la montaña,
el lindero del camino.
Yo soy el calor de tu hogar,
en las noches largas y frías del invierno;
el perfume que embalsama a todas horas
el aire que respiramos
el oxígeno que vivifica tu sangre
la salud de tu cuerpo
y la alegría de tu alma;
y hasta el fin,
yo soy el ataúd
que te acompaña al seno de la tierra.
Por todo eso
tú que me miras
tú que me plantaste por tu mano,
tú que me diste el ser y,
puedes llamarme hijo ...
óyeme bien, mírame bien ...
¡¡Y no me hagas daño!!
Cuando me siento a almorzar, en el Xacobeo, una pareja joven ocupa la mesa próxima; ambos con los móviles en la mano y el dedo pulgar jugando con ellos. Al rato : " Pablo, un mensaje". Hay siete u ocho mesas todas ocupadas por extranjeros, excepto tres por españoles. Pues bien solo en tres hay móviles encima de la mesa ¿De quienes?¡¡ Premio ¡!. La pareja próxima, que parecen recién casados ni hablan una palabra ni se meten mano; toda la atención de Pablo es su móvil. Por cierto Pablo, que está acatarrado, se suena con la servilleta. Sonia la mujer se come todo lo que pidió y prueba lo de su marido. Ella pidió dos huevos fritos con patatas, Pablo no para de ver o enviar mensajes y de sonarse durante toda la comida. (No, no soy cotilla soy ... observador).
En todas las aldeas hay perros, la mayoría grandotes y una cosa que me gustó es que son pacíficos y están sueltos. Incluso uno en Cebreiro tiene mesa reservada en un bar pues allí se puede ver dando unas "cabezadas".
Los kilómetros gallegos deben de tener más de los mil metros que fija el sistema métrico decimal - ya lo había observado otros años - . Triacastela está en el km 134,1(distancia a Santiago). Pues pasé por el 135 y aún tardé una hora en llegar. Hay que tener este detalle presente, pues cuando uno está a final de etapa está deseando llegar y no es conveniente que cunda el desánimo.
Pero el golpe de lo vivido hoy se lo lleva la misa del peregrino de 19,00 horas. Es muy concurrida, una porque hay más creyentes de lo que parece - al menos en el Camino - y quizás, en este caso, hay muchos curiosos que van precedidos por la fama - o simpatía del párroco - que es proverbial en la comarca y entre los peregrinos repetidores.
La iglesia de San Verísimo de Triacastela tiene encanto; en ella se conservan algunos objetos de gran valor como, entre otros, una cruz de plata del siglo XII, una hermosa talla del Apóstol Santiago y un arcón del siglo XII. Está, como en todas las parroquias gallegas, en medio del cementerio. En la puerta hay una placa - que no pega con un templo de piedra - que dice :"25 aniversario en Triacastela. A mis feligreses y peregrinos. Gracias. Augusto Losada López".
La misa del peregrino es a 19,00 horas. A las siete menos diez ya está la iglesia con un montón de gente. A las siete en punto entra el párroco - aún no vestido para la ceremonia - y dirigiéndose a los peregrinos dice :"Buenas tardes, bon soir, good evening, gutten morgen... y así en un montón de idiomas aunque allí no estén todas las nacionalidades correspondientes a los idiomas empleados. Se va y, al rato, aparece ya vestido para iniciar la misa y antes de empezar comienza a ordenar :"Los españoles pónganse aquí, los alemanes allí, los italianos a continuación, los ingleses -aunque no halla ninguno - por acullá... ". "En el nombre del padre y del hijo... se para, mira al auditorio y pregunta :¿Cómo están?¿Cansados?; How are you ,very tired?... y así en diversos idiomas (Debo apresurarme a decir, no vayamos a creer que es políglota, que solo habla español y quizás gallego). Antes de proseguir con la liturgia interroga : "¿Hay alguno de ustedes que pueda traducir lo que digo a su idioma?" Salen algunos traductores. Una chica bastante joven conoce nada menos que cinco idiomas. Yo que no soy muy versado en la ceremonia estoy "acojonado", por si necesita un monaguillo, porque este tío está dispuesto a emplear a todo el mundo. Me encojo y me oculto tras una mole alemana.
Sigue la misa. Habla el cura un poco y le va dando la vez a cada traductor. (Cada vez que entra un peregrino a acuñar la credencial le pega un chorreo y le conmina a quedarse). Y así va transcurriendo la ceremonia muy seria al principio pero que va tornándose poco a poco en un cierto asombro. Entonces el oficiante hace un alto y reparte unos impresos, para proseguir la misa, en los distintos idiomas. Sigue hasta que llega la homilía en la que cuenta la vida y milagros del apóstol Santiago y la importancia del Camino desde los puntos de vista religioso, artístico, social, de relación con Europa ... todo ello con las necesarias paradas para que, uno tras otro, los traductores se comuniquen con sus nacionales. Algunos, los atrevidos, se marchan pero los demás allí permanecemos temiendo un chorreo público ... Son casi las 20,15 cuando pronuncia el tan ansiado :" Podeis ir en paz". A lo que, los que quedamos, contestamos "Menos mal". ¡¡Santiago me perdone!!
Empezamos a desfilar hacia la salida cuando el "jodío" párroco con voz autoritaria e imperativa ordena : "Un momento". Y todos, "con un par de pelotas", volvemos a nuestro sitio. Y entonces el párroco informa :" para entregar los papeles que les he repartido, y con los que se pueden quedar, tengo que hacer fotocopias y la parroquia es muy pobre". A su lado había un recipiente. Continúa : "Así que, por favor, les ruego que pasen por aquí (señala el cestito) y entreguen una limosna, para que otros peregrinos se puedan beneficiar de estos impresos con los que atender adecuadamente a la Santa Misa".
Todos se iban quedando asombrados, a medida que la orden iba siendo traducida a los idiomas respectivos. De manera que los cambios faciales de expresión, de los grupos, era la consecuencia lógica del conocimiento de la orden. En consecuencia primero los españoles boquiabiertos, los demás expectantes, luego los ingleses pasmados ... (Ver las caras a medida que se enteraban era para grabar). Pues bien una vez todos enterados, e indignados por el descaro del cura, con otro "par de pelotas" ... ¡¡Pasamos por el cepillo ¡!. Aseguro que la exageración es mínima.
Hoy he terminado un poco cansado. Han sido, como otros días , unos 25 kilómetros y 5,5 horas de camino. Ha sido este, un tramo de sube/baja, sube/baja ... tengo las piernas doloridas y para colmo un dedo hecho una birria. Me he comprado unas chanclas - que no quise incluir en mi impedimenta por eso del peso - para tener los pies al aire en los momentos de descanso. Siempre se aprende algo.
Este tramo es bellísimo. Apenas se ve asfalto hasta el momento final en que el Camino discurre paralelo y cerca de la carretera que se lleva a la vista. El peregrino disfruta de lugares que solo es posible ver si se va a pié. Es la Galicia profunda. Bosques de enormes castaños y robledales. Campesinos - todos mayores y cada vez se ven menos - trabajando sus tierras y animales sueltos (vacas, corderos... ) que se encuentran en el camino y regala la oportunidad de inmortalizar en una instantánea.
El paisaje, como digo, es magnífico y el camino es cruzado, por todas partes, por riachuelos ("regatos") y de ahí el tremendo verdor y exhuberancia de la vegetación. No he traído el cargador de batería de la máquina de fotos por eso no puedo hacer todas las fotos que quisiera. Al regreso trataré de subsanar esta deficiencia. En una finca y asomado a la muralla vi un bonito póney. Le di agua que agradeció y me enseñó los dientes como si me estuviera dando las gracias. Por su simpatía me pareció que merecía una foto. Esta idea cundió entre otros peregrinos y, ese día, fue un caballito muy fotografiado por lo que nunca lo olvidará.
Sarriá crece de manera espectacular. Tendrá solo12.000/13.000 habitantes pero es francamente atractiva. Tiene los comercios de antigüedades mejores de Galicia (ocupan toda una calle) y en el plano artístico tiene monumentos que realmente uno no espera encontrarlos aquí. El monasterio de la Magdalena es impresionante igual que la Torre de la Fortaleza.
Asimismo disfruta de unos centros recreativos y de ocio alrededor y a ambas orillas del río, que forman un conjunto que para si quisieran los mejores paseos marítimos españoles. Río limpio, hermosos cisnes, unas riberas con campos de césped, una balaustrada magnífica y amplios paseos con terrazas para pasear o descansar. Precioso.
En una de esas terrazas del paseo, había en la pared y bien visible un cartel. Decía:
Debajo un cachondo puso . "Pa rematálos"
El Camino de Triacastela a Sarriá lo realicé por San Xil pero, también, se puede hacer por el Monasterio de Samos. Muchos peregrinos prefieren el primero porque dicen que es más bonito y más corto - unos 5 kilómetros - . Sin embargo el Monasterio de San Julián de Samos bien merece una visita. Es uno de los monasterios más antiguos de Galicia. Fue fundado por San Martín en el siglo VI y fue un notable centro cultural, durante la Edad Media, donde se educó el rey Alfonso II el Casto. El Monasterio tiene hospedería.
El año próximo haré esta etapa por el monasterio de Samos en lugar de por San Xil que ya lo conozco bastante bien. Esta vez me he conformado con visitarlo de regreso a casa.
Son 25 kilómetros +IVA porque las distancias, como he dicho, son mayores - o parecen - que las señaladas en las guías. Es juicio de todo el mundo.
Se han unido al "equipo de peregrinos", hasta ahora prácticamente solo europeos, nuevos peregrinos la mayoría hispanoamericanos. Entre Sarriá y Portomarín está el kilómetro 100, distancia mínima exigida para obtener la Compostela para los que peregrinan a pié. De manera que muchos inician aquí el Camino. Todos los hispanoamericanos vienen influidos por la lectura del "Camino de Santiago" de Pablo Coello.
Hice mucha parte de este tramo con una pareja de edad media que creí matrimonio pero que resultó que eran hermanos y religiosos - él sacerdote y ella monja - . ¡Qué pequeño es el mundo! Ella, en una época, dependió del Obispado de Madrid y conocía al sacerdote que me dio y firmó la Credencial que traigo. (Por cierto, el sacerdote - cuando fuimos al Obispado a pedir la Credencial - nos echó un buen rollo a mi hija Sara y a mi, sobre la importancia del Camino. En un momento de su perorata creí que nos iba a examinar sobre nuestra preparación para emprenderlo). A nuestro grupo se unieron a ratos dos parejas venezolanas y otra mejicana. Los primeros nos instruyeron sobre la catadura moral de su presidente Chaves. En un momento dado hicimos comentarios sobre la limpieza del Camino - sin un papel o un plástico - y que es muestra de la educación del peregrino compostelano. Estábamos haciendo este comentario cuando el mejicano , que tenía mucha gracia y hablaba asííííí... dijo :"Es verdaaad, nunca estos ooojos han visto camiiiinos más liiiiimpios, de plááásticos o papeeeeles, pero también es verdaaad que nunca he visto más mieeerda de vaaaca".
Hoy llovió a mantas. El chubasquero es estupendo. Lo malo es que exige ayudante para ponerlo por encima de la mochila para que la proteja. Ligué con una vieja campesina que me enseñó como se plantan las berzas, para hacer el caldo gallego, y me explicó por qué son tal altas tratándose de una verdura. Se van cortando las hojas más bajas - que se dan al ganado - y solo se emplean las superiores y más tiernas para tan exquisito plato. Me dejó plantar una.
Pasando un arroyo, donde me paré un rato, observé un folio pinchado en un árbol, estaba bien visible desde el camino y protegido de la lluvia por un plástico. Me paré, lo leí, y no tuve más remedio que copiarlo, pues bellamente expresa un punto de vista que comparto y que acierta a hacer una definición, que es tan difícil, del "espíritu peregrino". Decía así :
Me gustó mucho y merece una traducción aunque seguro que no sonará tan bien como suena lo que escribió Nico :
Realmente de los trayectos realizados hasta ahora (excepto Cacabelos - Villafranca) es el menos atractivo. Buena parte del itinerario discurre por un estrecho camino paralelo a una carretera por lo que se hace monótono, no aburrido porque siempre suceden cosas. Son 27 km. La salida aunque el pronóstico es de buen tiempo es de una niebla bastante densa que exige estar atento a las señales para no perder el camino.
Dos acontecimientos de hoy merecen mi atención. En el Camino siempre ocurre algo digno de mención :
Aunque antes he dicho que este tramo no es precisamente de los más atractivos del Camino, no hay que olvidar que estamos en Galicia y, por tanto, nunca faltan aldeas pintorescas, paisajes o detalles costumbristas dignos de mención.
Llego a Palas de Rey. El albergue que se da por estricto orden de llegada está lleno. Decido irme a la Pensión Mayte. En la calle Compostela número 32 un tío muy mal encarado me dice: " Aquí no es, es al final de la calle" . Allá me voy, llamo a la puerta y me recibe una anciana que, Dios me perdone como dicen en Galicia, parecía una bruja de las películas de terror. Me acompaña a la habitación número 301, tercer piso. Me da la llave del cuarto y de la calle y me exige que le pague ya, le digo que mañana cuando salga. Entro en la habitación: 2 camas cochambrosas, 2 sillas de tijera y una desnuda bombilla en el techo. Pero como soy un peregrino aguanto lo que sea y más después de subir tres pisos con la mochila a cuestas. Deshago la mochila, me meto en la ducha - no hay ni toalla, ni jabón ni agua caliente - . Le digo a Santiago Apóstol que no me voy a cabrear pero que me marcho. Hago de nuevo la mochila, llamo a la bruj.. (perdón) señora. Le devuelvo las llaves y me voy a una oficina de información del Ayuntamiento donde formalizo una queja, porque el Camino es algo muy serio para que los "listillos" se quieran aprovechar. El precio de tal cochambre era 30€ y debo decir, en honor a la verdad, que es el único caso de abuso que observé.
Busco otro sitio y encuentro uno en plena plaza es la Pensión Barcelona (bueno es apuntarlo para otra vez) que, a pesar de su modestia, me parece el Hotel Ritz y por 21€. Total son ya las seis y no es hora de comer. Así que me he puesto a escribir mientras me tomo un vaso de leche con un trozo de la clásica bolla gallega. Dentro de una hora será la hora del pulpo que aquí lo ponen muy bueno.
En el bar, donde meriendo, están despidiendo a una joven con aspecto de china. Hizo el Camino desde Roncesvalles hasta Santiago y hoy pasa por aquí de regreso al mismo sitio. Medirá 1,50 de estatura y no se, 40/50 kilos de peso; el cacho de mochila que lleva le sobresale 40 cms por encima de su cabeza. No para de reírse. No es extraño encontrarse en el Camino con peregrinos que, como los antiguos, regresan a pié hasta el punto de origen de la peregrinación. Todos los años me encontré con alguno.
Esta es una larga etapa que muchos dividen en dos: Palas - Melide y Melide - Arzúa. De hecho así lo hice en el Camino 2004 y es una buena idea. Melide es el centro geográfico de Galicia y, en ella, confluyen el Camino Francés - el primitivo que viene desde O'Cebreiro - y el Camino Inglés o del Norte.
La zona es la comarca de A Ulloa, tierra inmortalizada por Emilia Pardo Bazán en "Los pazos de Ulloa". Es también zona famosa por sus quesos (Arzúa). Probablemente entre Laboreiro y Melide se haya uno de los tramos más bellos del Camino, con río y el grandioso puente medieval de Furelos. A juicio de muchos peregrinos es quizás Melide, el pueblo que tiene mayor sabor medieval y desde luego importancia jacobea. En la antigüedad (siglo XIV) tenía un hospital muy importante para ayuda a los peregrinos, nada menos que con 24 camas, cada una para 2 personas, como era normal en la época. (No me he podido informar y, por eso, ignoro si la pareja tenía que ser del mismo o distinto sexo o era indiferente)
También, en esta etapa, encontraremos la aldea de nombre Castañeda donde estaban emplazados hornos de cal que se empleaban en la construcción de la Catedral de Santiago. Los peregrinos traían piedras, desde las canteras calizas de Triacastela, como símbolo de participación en la edificación del templo que se iniciaba sobre el año mil. Pero con todo este rollo que acabo de escribir lo más destacado del día fue la lluvia - con truenos y todo - que, a veces, caía con tanta fuerza que había que pararse un ratito aunque fuese debajo de un árbol frondoso, a pique de atraer algún rayo.
Los peregrinos que salimos juntos desde O'Cebreiro o antes, como más o menos tenemos planeadas los mismos trayectos, ya nos conocemos, saludamos y parlamos. Del grupo el más famoso peregrino es una peregrina japonesa que va sola y cuya indumentaria para la lluvia - pantalón, chubasquero y protector de mochila - es totalmente roja. Todo el mundo, incluidos los extranjeros, le llaman Caperucita Roja y ella, que no habla una palabra en español, ya aprendió a decir que es Caperucita.
Esta etapa es dura, con sus 28 kilómetros y el mal tiempo. Es una de las que mejor define la Galicia recóndita, la que no se ve - cuando se viaja en coche - porque el Camino pasa lejos de las carreteras. Salí a las siete de la mañana y llegué a Arzúa a las cinco de la tarde, aunque naturalmente comí por el camino. Hice un montón de fotos. Veremos como salen. Son paisajes, clásicas casas de labranza y cosas curiosas (como el Cristo de la capilla de Santiago de Boente).
Hoy, después de la gozada del Camino con su lluvia, tengo un mal día. Como llego tarde a Arzúa no encuentro sitio en el albergue - que es muy bonito y situado cerquita de la misma plaza -, voy a sacar dinero y el cajero me dice que la banda magnética de mi tarjeta está deteriorada. ¿Por qué me haces esto Santiago ? Meto de nuevo la tarjeta y me funciona ¡¡ Qué susto!! Encuentro alojamiento en la Pensión Carballeira, modesta pero digna. Y aquí estoy en la plaza del pueblo que tiene dos monumentos al "pucho" y a la vendedora de "queixos": Los quesos de Arzúa gozan de justa fama y los monumentos son bonitos.
Después del palizón de ayer hoy corresponde echar el resto porque es la última etapa, así que uno puede correr el riesgo de alguna lesión ya que no queda más esfuerzo que hacer. Este itinerario se puede hacer de dos maneras :
El día de salida es fantástico, soleado pero no caluroso. La etapa completa 37/40 km. Primer tramo hasta Pedrouzo, comida en la conocida cafetería "El Compás" y a continuación hasta Santiago. Con lo que después se pasea por la ciudad compostelana, ese día puede uno andar más de 50 km. La verdad es que la fortaleza del cuerpo humano es asombrosa. Por cierto la señora, herida en los pies, se quedó en Arzúa para descansar un par de días y después tiene la intención de alcanzar Santiago en dos o tres etapas. El señor enfermo tuvo menos suerte, tuvo que ser evacuado en ambulancia. Se puso enfermo más cerca de Lugo que de Santiago por lo que tenía que ser trasladado a Lugo pero, según informes de otros peregrinos, se negó a subirse a la ambulancia si no lo trasladaban a Compostela. (Había venido a ver al Apóstol y quería cumplir su deseo).
Aunque de un año para otro te olvidas de muchas cosas, y la diferencia de luz y de tiempo produce matices que proporciona la impresión de que discurres por lugares totalmente distintos, me pareció que el final del Camino transcurre por tramos más atractivos que el primero que realicé (en el primero se hacían trabajos para el aeropuerto). Así que este año se me hizo menos duro porque es grande el ansia de llegar - pero sin prisas para disfrutar de los últimos instantes en que se agolpan todas las emociones vividas los días precedentes -
El Códice Calixtino llama a Lavacolla : "Lavaméntula". En este lugar había un río, en un frondoso lugar donde los peregrinos, por amor al Apóstol, se lavaban todo el cuerpo, despojados de sus vestidos... Costumbre que perduraba en el siglo XVII y se recuerda hoy aunque solo queda un riachuelo. Pasado el río Lavacolla nos acercamos al Monte del Gozo. Infinidad de leyendas se fueron tejiendo alrededor de este lugar. Es fácil de imaginar, pero difícil ahora de experimentar, la emoción sentida por los antiguos después de tan larga y penosa peregrinación. Cuentan que, desde Lavacolla, los peregrinos iniciaban una verdadera carrera para llegar a la altura del monte y ser el primero en contemplar la ciudad santa. Parece que el apellido "Rey" procede del título que se le daba al que alcanzaba primero la cima.
En el Monte del Gozo hay un impresionante albergue (para más de1.000 personas, en habitaciones para cuatro peregrinos y gratuito). Está a 5 km de Santiago y es, también, un buen sitio para descansar y entrar a la mañana siguiente a Santiago. Ofrece todo tipo de servicios. (Aquí siempre hay sitio. En el resto de albergues es bueno llegar sobre 13.00 horas - abren más o menos a esa hora - para estar seguro de coger sitio que se da por estricto orden de llegada y con preferencia a los que peregrinan a pié).
Me parece superfluo lo que pueda decir del encanto y atractivo de Santiago influido, en este caso, por haber alcanzado la meta deseada después de algunos esfuerzos y muchas emociones. Si tengo que decir que es una ciudad que nunca se conoce, pues con lluvia, con sol, de día, de noche, con mucha gente, con poca gente ... siempre es diferente. Creo que el mejor consejo que puedo dar es que se acuda a la Praza de Platerías y se integre en uno de los grupos guiados - los guías se conocen porque llevan paraguas amarillos - que recorren toda la ciudad y se podrán visitar, en unas tres horas, los más importantes monumentos y todo adornado con un sin fin de anécdotas y curiosidades. Bueno pero esto tiene que ser después de recoger la Compostela. Dicen algunas guías, no lo he comprobado, que los primeros peregrinos que se presentan cada día, en el Hostal de los Reyes Católicos, con sus correspondientes credenciales, reciben "techo y sustento" durante tres días. Creo que es cierto y ahora recuerdo que un día, que entré en el Hostal a desayunar, estaba una pareja disfrutando de esa situación.
También hay que acudir a la misa del peregrino. Solo quiero resaltar lo que cualquier observador puede advertir :
Termino mi tercer Camino de Santiago reconfortado y recordando esta poesía que descubrí en una bellísima iglesia de la ciudad compostelana. No la traduzco, porque una vez finalizado el Camino suena en gallego muy bien.
Os pes leva cheos de sangre
e non pode mais andar
¡ mal pocado! ¡ pobre vello!
non sei s'alí chegará.
Ten longas e brancas barbas
ollos de doce mirar
ollos gazos, leonados,
verdes com'auga do mar.
... ... ... ... ... ... ... ... ...
Chegaron a Compostela
e foron a Catedral;
d'esta maneira fallou
Gaiferos de Mormallán:
" Gracias meu señor Santiago
a vosos pes me tes Xa
si queres tirarm'a vida
pódesma señor tirar
porque morrerei contento
n'esta santa Catetedral.