17,1 km
Queremos empezar el Camino con etapas corta para ir haciendo el cuerpo.
Partimos de Merida desde las afueras. Los inicios son en carretera, pista asfaltada. Atravesamos por la presa romana de Proserpina, muy bello panorama y luego nos internamos por senda de tierra a través de colinas de encina y matorral. Atravesamos El Carrascalejo y al poco llegamos a Aljucén. Albergue era una casita aislada por 9€, creo. Muy mona por dentro. Sus dueñas también ofrecían cena.
Salimos por la mañana con el sol elevándose. Primeros kilómetros bordeando la carretera y luego comenzamos a internarnos por sendas de tierra bordeando vallas y atravesando parcelas a través de cancelas. Hay una que incluso debemos saltar por estar cerrada y no poder abrirse. Hay que prestar mucha atención a las señales en los árboles por no haber otras marcas. Hay tramos largos sin ninguna referencia por lo que se sigue recto o por el sendero que parece existir en el suelo. Llegamos hasta la Cruz de San Juan donde descansamos un poco y de nuevo por senderos hasta Alcuéscar. La etapa es bonita e interesante.
En Alcuéscar vemos por fuera su iglesia y destacar la gran hospitalidad y acogida por parte del Convento Esclavos de María y de los Pobres. El que con más cariño recuerdo de todo el Camino. Se duerme en una celda y ellos mismos dan de cenar. Hay que dejar un buen donativo. Lo que bien que ayuda y sienta un lugar como éste para el inicio de un Camino de Santiago.
No tenemos intención de pernoctar en Cáceres al no haber albergue y nuestra próxima meta (que al final no se producirá) será Casar de Cáceres.
Partiendo de muy mañana de Alcuéscar volvemos a internarnos por senderos de tierra y bellos paisajes extremeños. En esta etapa veremos muchos restos de miliarios. Las encinas y alcornoques abundan en las inmediaciones de Aldea del Cano.
Los últimos kilómetros de esta etapa hay que atravesar una pista de aterrizaje, por donde las señales escasean. Optamos por seguir resto hasta una explanada que se ve a lo lejos. Esta es la pista y la atravesamos sin desviarnos. Así tendremos la suerte de encontrar un "camino" y flecha amarilla por allí cerca.
Antes de entrar en Valdesalor, que se hace por una ligera subida, atravesaremos el rió Salor por un vado, pues apenas lleva agua, al lado de un antiguo puente romano.
Nos acoge un refugio en un salón adyacente a la iglesia en el centro del pueblo. Techo y suelo. Lavabo y ducha se encuentran en el ayuntamiento que estaba ya cerrado. Nos hacen comida en el bar de al lado quien nos da la llave del refugio. Me sentí cómodo en el pueblo y en el refugio. Nada por lo que quejarme.
Debemos decidir dejar el camino por un asunto personal. La congoja me llena pero no llevo la conciencia ni el espíritu necesario para como se debe hacer un Camino de Santiago. La mayor parte de esta etapa se hace por un camino de tierra que bordea la nacional N-630 por llanura como paisaje. A su paso se ve algún otro miliario. El camino va subiendo antes de llegar a Cáceres. Antes de llegar a lo alto el camino se desvía de la carretera y aparece arbolado. Arriba ya se ve Cáceres. Tomamos uno de los varios senderos que aparecen, gracias a las flechas amarillas, y descendiendo por campo llano entramos en Cáceres dejando a un lado la ermita del Espíritu Santo.
Ya no volveremos al camino hasta dentro de tres años después.
1ª etapa
11km
Hacer piernas. Nada más llegar a Cáceres, y tras soportar 5 horas en autobús, es hora de empezar a mover algo los músculos. Desde la estación me dirijo a la iglesia de Santiago pero el sacerdote se encuentra de vacaciones hasta Agosto. Por tanto enfrente, en el edifico de la Junta de Extremadura, Palacio de no se qué, me sellan la credencial y atestiguo el comienzo del Camino.
Son las seis y hace calor, Calor que no me abandonará hasta Sanabria (salvo un día).
Tras unas tres horas de marcha, con pocas flechas amarillas en la salida de Cáceres, marcho gran parte de trayecto bordeando la carretera, luego camino plano entre cultivos, sin árboles, y llegada a Casar de Cáceres cerca de las nueve. Una bonita iglesia aunque solo vista por fuera.
En el bar Majuca, donde me sellan y ceno, amigablemente me dan la llave para el albergue. Junto a dos peregrinos en bici pernoctamos esa noche. Dormir muy poco debido a las campanadas de enfrenta de enorme volumen y sobretodo a la gran cantidad de mosquitos.
El cuerpo no está todavía hecho a andar y debo hacer etapas no muy largas, Desgraciadamente esta es media para un cuerpo sin entrenar y además con demasiada calor (posiblemente en alguna hora del día yo andaría con temperatura cercana a los 40º). Tras desayunar salgo pasadas las siete dejando a la derecha la ermita de Santiago. El paisaje es agradable, al principio con algún resto romano, tanto de calzada, miliarios y pozos. Las cancelas de las parcelas no nos abandonarán en esta etapa ni en toda Extremadura.
Los kilómetros antes de la carretera se harán muy duros al ser constante de subida y bajada y con un sol ardiente a eso de las doce del mediodía. Mis pies se resienten y he de parar una hora.
Luego se hacen los 3 km por carretera hasta el apeadero donde me cobijo bajo su sombra del edificio y dejamos pasar el tremendo calor. Un encargado de Renfe me ve y me deja una botella de 8 litros de agua fría.. Prácticamente cae toda el agua. También se pasa la Guardia Civil que amablemente me preguntan si necesito cualquier cosa. Llega la tarde, más allá de las siete, y hacemos los últimos 4 km hasta el Albergue Via de la Plata, lugar elevado, cerrado y que cuesta 14€, y dormimos al raso en el techado de este, que es de piedrecitas de tamaño medio y agradable para tumbarse con esterilla. Nunca había visto un cielo estrellado como este día.
Partimos antes del alba. Los primeros km se hacen entre malezas y arbustos en un camino de tierra amplio. Así hasta Cañaveral. Allí ya no dan nada en el bar de la Estación por estar cerrado. Recomiendo pasar por el pueblo. A partir de Cañaveral subimos una corta pero inclinada cuesta y entramos unos pocos km en monte entre árboles (alcornoques). Es agradable el cambio de paisaje. Bajamos y los últimos km hasta Grimaldo lo hacemos en plano por un camino paralelo a la carretera (no a la Autovía) de tierra y entre árboles.
Grimaldo es un pueblecito muy pequeño pero con un albergue muy agradable al lado del único bar del pueblo (además tenía tv). No hay tiendas. Los dueños del bar se comportaron muy agradablemente, en especial su adorable esposa. Precios muy adecuados. El pueblo presenta una pequeña iglesia y un pequeño torreón.
El paisaje de sotomonte se mantiene. Así vamos alternando entre arbustos y árboles (encinas y alcornoques) hasta llegar a la carretera. Fastidia la cantidad de moscas que te encuentras en determinados tramos. Hacia el final, en el camino de tierra junto a la cantera se ha producido un derrumbamiento y debes desplazarte hacia la derecha y no seguir junto a la alambrada. A partir de aquí uno se adentra en una finca que atravesar. Me encontré con una cancela que tenía una flecha hacia arriba. Tras coger por ahí subí una cuesta y luego la bajé llegando a un camino que bordea un canal...y ninguna señal. Tras meditar nos dirigimos hacia la izquierda y llegamos a un cruce donde vuelve a aparecer las flechas y cruzamos el canal. Muy posiblemente ese punto estuviera mal señalizado y en lugar de pasar la cancela debía de seguir recto, llegar al camino que bordea el canal por otro punto y seguirlo hacia la derecha hasta llegar al mismo cruce.
De aquí ya se ve Galisteo en una colina. Bajando por un camino hasta el río y luego subiendo de nuevo hasta el pueblo. Ya no hay árboles sino cultivos de regadíos. A horas del mediodía hacía mucho calor y llegué a Galisteo muy cansado y con pies doloridos. Cuidado por que hay un cruce te dice ir a Galisteo o seguir hacia San Gil. Coger hacia Galisteo. Inmediatamente después otro cruce a la derecha si no subiremos una cuesta que nos lleva a una casa sin continuidad.
En Galisteo me paré en el albergue "el triunfo" a 6€ con solo ducha y cama (y mosquitos), pero no cocina. Muy posiblemente sea mejor el Hostal "EL Emigrante", justo a la entrada del pueblo, que me dijeron era la habitación a 7,5€ y con aire acondicionado y cama. Además ponen cena muy bien.
Etapa que fue muy dura por las altas temperaturas y el peso por la necesidad de agua. Los 11 primeros kilómetros se hacen rápido al ser por asfalto, sin apenas vehículos que pasen, y a llegas pronto a Carcabosos. Luego se coge un amplio camino de tierra y parte bordea un canal. Apenas hay sombra. Tras dejar el canal subimos por colinas arboladas de montes hasta que en un punto determinado el camino se hace más o menos paralelo a un muro de límite de parcelas. Por desgracia el calor era sofocante (por estar acostumbrado en Córdoba, opino que hubo momentos próximos a las 12:00 que llegaría a los 40º, si no más). A la 13:00 tuve que parar bajo un árbol por no poder más. Una hora después le eché el resto y conseguir llegar a las 15:00 a Venta Quemada donde me paré a la sombra de su fachada y no me moví hasta las 8 de la tarde. Sus dueños fueron muy amables y por la tarde (tras dormir la siesta) me pasaron agua fresca.
Sería bueno por parte de la Junta de Extremadura que pusieran un contenedor de basura o algo similar para que los peregrinos la puedan tirar en este punto. Por supuesto no muy cerca de la venta, y así no molestar a esta familia. Una fuente ya sería una maravilla.
Los últimos km se hacen por un camino de tierra amplio por donde incluso pasan vehículos hasta llegar a pocos metros de Caparra. Un pequeño sendero con vegetación nos deja en estas ruinas arqueológicas. Pasé la noche bajo el arco, sobre un suelo de grava, muy bien.
Solo los primeros km se hacen adecuadamente a través de senderos de tierra entre arbustos y malezas. Luego se llega a asfalto donde primero es en una carretera secundaria, hasta llegar al segundo puente, cruce, y volvemos pronto a otra carretera con más tráfico.
Debido a la construcción de la autovía el lugar que antes había que atravesar la N-630 (por debajo de un puente, saltar una verja y seguir campo a través), se ha cambiado, y bastante mal, y se debe seguir adelante hasta llegar a una carretera, coger a la derecha y subir a la N-630. Andar por su arcén y luego cruzarla por en medio. Seguir paralelo a ella por la derecha hasta una desviación por donde bajamos y vovlemos a cruzar la N-630 por debajo. Así llegamos a una rotonda donde hay un bar. Hemos de coger la carretera que va hasta Aldeanueva. Hay una señal de tráfico que indica 7 o 9 km, no me acuerdo bien. O desmoralizarse. Luego se llega en 4 km, pero son de constante subida por carretera.
El albergue justo pero bien. A pagar la voluntad (así que dejemos algo). Eso sí, estaba lleno de unos insectos que me parecieron mosquitos pero parece ser que no lo eran porque no se movía ninguno. Para comer el Bar España no ofrecía ese día. Si te dicen un Hostal justo a la salida del pueblo indicar que me cobraron 10€ y no fue ninguna cena del otro mundo, incluso menos que en otros sitios a menos precio.
Una etapa interesante y bonita. Transcurre por montaña y por lo tanto rodeado de árboles y vegetación aunque los km hasta Baños se hacen por la carretera y ascendiendo. Tras Baños hacemos unos pocos km por reconstruida calzada romana hasta el alto. Un poco de carretera y la bajada por un camino de tierra amplio y bien señalizado, a través de monte hasta llegar al puente de la Malena. Un bonito lugar para descansar un poco. El viento que allí soplaba junto con la sombra de los árboles aliviaba bastante el calor que hacía. Luego el resto del Camino se hace por una caminito de tierra, paralelo a la carretera pero con poca sombra. Cruzamos la carretera y comenzamos una fuerte subida hasta Calzada de Bejar.
Este es un pequeño pero bonito pueblo. Solo hay un bar pero agradable. El albergue muy bien y muy cómodo. Va entre los 6€ a los 14€ según tipo de cama (literas, literas con sábanas y habitación individual con sábanas, mantas,etc...Ideal para matrimonio). Se encarga de él una pareja del pueblo que también posee una casa rural. Ella muy simpática y agradable. Además ella misma te puede preparar la cena en el albergue por 7€. Y la comida bastante buena. Junto a Grimaldo de lo mejor que recuerdo.
Camino de tierra sin muchos árboles pero con vegetación (aunque no recuerdo bien esta etapa). A partir de Valverde se coge carretera que en algunas guías pone suave subida y de suave tiene bien poco sus 4 km. Ir preparados. En Valdelacasa hay una buena fuente-alberca antes de salir del pueblo. Tras un kilómetro de carretera pasamos a un camino de tierra amplio que sube ligeramente. Vemos hasta dos miliarios, uno casi en la sima de esta subida y luego bajada por carretera (o parte por un camino de tierra paralelo) hasta Fuenterroble.
De su albergue está todo dicho. Posiblemente el mejor de todo el camino y su hospitalidad igual. Dejar buena voluntad. Comí una sopa de verduras exquisita (soy una pésima personas para recordar nombres).
La dueña del bar-tienda también muy agradable. Interesante visitar reproducción de la calzada romana junto a la iglesia.
Señalar que este pueblo, como San Pedro de Rozados, suelen tener Farmacia pero solo a unas determinadas horas de determinados días.
Etapa dura. Tras 1 km por carretera se pasa a un camino de tierra entre campiña. No buscar mucha sombra. Además hay que cuidarse mucho de ver las flechas amarillas pues en algunas zonas debes guiarte por la idea de seguir recto, pues incluso el camino se confunde con el llano. En algunos tramos pasé entre vacas a menos de dos metros de ellas (supongo que eran vacas aunque algunas no le vi yo demasiada pinta de ser fémina...). A pocos km empieza a subir el terreno pero son los 3 últimos km hasta el pico los que se pueden considerar duros, pero se realizan en senda entre árboles (zona de monte).
Lástima que en la actualidad no se puede acceder a la cruz que hay en lo alto del pico debido a que está vallado por caer dentro de la zona de los aerogeneradores de Iberdrola.
Luego empicado descenso (cuidado con las rodillas) rápido y resto de camino por asfalto en suave descenso hasta la finca Calzadilla. Luego todo llano (salvo los 2 últimos km) por carretera, o por un camino paralelo sin sombra apenas. Ese día también hizo mucho calor (como todos prácticamente) y llegué muy agotado a Rozados y por supuesto sin agua.
Albergue decente y cómodo (4 o 5 camas con sábanas) a 6€ (creo) y comida en el bar "Moreno" por 8€. Lo lleva el propio bar y su dueña ya tiene experiencia de camino de Santiago.
Destacar que en Morille hay un nuevo albergue municipal y parece también muy cómodo y agradable.
Cuidado con la salida de San Pedro por haber una flecha amarilla inclinada y "esparcida" que parece indicarte te metas por una calleja cuando quiere decir que sigas recto. Me equivoque e hice 4 km más.
El resto del camino se hace por camino de tierra, a veces rectos, generalmente llano y escaso de árboles, entre extensiones de cultivos de trigo. Así pues si las temperaturas son altas (como me ocurrió a mí) será también otra etapa ardua y fea, pasando bastante calor (desde las 9:30 de la mañana).
En Salamanca no hay flechas así que te tienes que guiar por un mapa pero se encuentra fácil el albergue.
La ciudad es para mí de las más bellas de España junto a Cáceres. De un estilo a Santiago de Compostela. Además muy limpia a mi parecer.
El albergue es municipal. De voluntad y con hospitalero. Junto al Huerto de Calixto y Melibea que se puede entrar todo el día. Le falta cocina. A las diez en la cama. Para comer preguntar a los hospitaleros que te dirán donde se come bien y económico (3,6€).
La etapa para mí más fea. Sin apenas sombra. Gran parte en carretera o camino paralelo a esta. Dándote el sol, y viendo coches. Todo recto. Y además larga.
El albergue parroquial en El Cubo es pequeño pero acogedor. Económico, 4€. Sin cocina y parece ser que generalmente no sale agua caliente. Enfrente un agradable parque para cenar (sobre todo en verano). Con tiendas y bares.
Desde antes de Salamanca voy con los pies dañados (al parecer me dirán que es fascitis), y por tanto hago una etapa de descanso (la anterior también fue en parte).
Camino agradable. Los primeros cinco km son entre encinas por camino de tierra, y bañado a veces por los riegos de los cultivos que lo bordean. Los conejos a la vista.
Luego vuelve los caminos rectos entre trigales para pasar a otro entre colinas y viñedos y llegamos a Villanueva.
El pueblecito me gustó bastante, sobre todo sus casas decoradas con macetas. El bar Vía de la Plata muy agradable, fue donde cené. El albergue muy acogedor con literas. Reciente. También sin cocina. 6€.
En las afueras las ruinas del Convento para visitar, y una plaza en el centro del pueblo, con amplios árboles y con una fuente donde sale agua sin tratar pero bastante buena (yo bebí, me refrescó mucho y no me dolió el estómago). Me gustó pararme aquí.
Destacar que para la entrada a Zamora se realiza por caminos de concentración, sin árboles. Similar a anteriores etapas. Mucho calor.
Zamora es una ciudad bonita, pero para mí mucho menos que Salamanca. Desgraciadamente llegué un lunes y todo estaba cerrado. No dormí en Zamora sino que seguí hasta Roales del Pan, donde no hay albergue. El refugio era una nave que hace de salón municipal. Dormir sobre unas colchonetas de tatami. Al menos había lavabo.
Destacar la mala señalización en la salida de Zamora y que prácticamente se nota en todas las etapas de Zamora que transitan por caminos de concentración. Muchos cruces sin ninguna indicación y listo para equivocarte.
Además no se a quien se le ocurrió hacer caminar tantos kilómetros a los peregrinos por caminos de concentración de piedras de tamaño grava y además sueltas. Lo peor para los pies. Mucho peor aún que el asfalto. Las siguientes etapa auténticos infierno para los pies.
Hasta Montamarta por caminos de concentración (horribles caminos) , rectos, aburridos y sin sombra. Luego no es que cambie mucho el camino pues aunque sea bordeando un embalse, los árboles siguen escaseando. Aquí destacar que el camino prácticamente se pierde, se confunde con otras sendas y flechas amarillas, ni aparecen. El perderte es común. Tras pasar el puente que pasa por el río ricobayo hacerlo por carretera y olvidarse de todo lo demás), hay que seguir un tramo por esta hasta encontrar una flecha amarilla que te mete por una senda, para luego volver a encontrarte con cruces sin señales amarillas y listo para volver a perderte. Además de volver a caminos de concentración antes de llegar a Fontanillas. Visto ahora hubiera seguido por carretera hasta el pueblo.
En Fontanillas de Castro destacar la gran hospitalidad de la gente preguntándote si iba bien y si necesitaba agua, dándome de esta sin problemas. Los kilómetros hasta Riego del Camino los hice por carretera pues no quería más caminos de concentración.
En el pueblo el albergue también muy agradable en una casita, y la alcaldesa muy simpática con los peregrinos. Ella es quien tiene las llaves. Coste de 6€. El bar Pepe (creo) a la entrada del pueblo también se comporta muy bien con los peregrinos , y ponen de comer, preguntándote antes que es lo que deseas. El coste lo normal.
El marido de la dueña del bar, te puede hacer un croquis de un "atajo" para no pasar por Granja de Moreruela y ahorrarte "hasta 7 km" según sus palabras. Yo creo que como mucho te puedes ahorrar unos 3. El problema es que nos lo pasó equivocadamente. Unas italianas que lo hicieron antes destacaron que el cambio de sentido de un cruce estaba equivocado y se perdieron durante una hora. Gracias a un pastor que encontraron y la pusieron por buen camino. Nosotros observamos que las distancias no estaban muy bien definidas y optamos al final no arriesgarnos y seguir hasta Granja Moreruela.
De nuevo el camino transita por caminos de concentración, rectos, con piedras y sin ninguna señal en los cruces. Así hasta pocos km antes de llegar al puente del rio Esla. Los pocos km antes y después de este puente son agradables por hacerlo por senda montañosa entre árboles, además de verse bastantes flechas, aunque tras el puente deberemos bordear el río (muy cerca) y subir una colina y los últimos metros de subida son muy verticales. Arriba se ve una bonita vista adecuado para descansar. Luego unos km entre arbolado hasta llegar a la cancela de la finca Val de la Rosa. A parir de aquí otra vez malditos caminos de concentración rectos y pedregosos. Y el sol achicharrándote. Así ya hasta Tábara y por supuesto en los cruces con pocas si no ninguna flecha. Orientarse pues por la visión del pueblo de Faramontanos (Al parecer faramontanos hace referencia a los colonos que tras la reconquista vinieron de las montañas astures, cantabras y leonesas para reprobar estas tierras). Los km de Faramontanos a Tábara recomiendo hacerlos por la carretera que los une, en especial porque a mitad de esta se observa una especie de camino de tierra bordeando la derecha de esta calzada, y los km que se hacen son algo menos (al menos uno menos seguro).
Desgraciadamente el albergue municipal de Tábara se encuentra en la otra punta del pueblo y además cuesta arriba. Para llegar tendrás que preguntar. Muy buena la visita a la torre y su guía, una chica muy simpática (arqueóloga si no me equivoco), bonita y se le nota su interés por los Beatos. Destacar el Nacimiento, y otras maquetas, que hay en su interior (ella explicará el porqué). El pueblo de Tábara debe sentirse orgulloso por su constructor de las maquetas, el profesor de formación profesional cuyo nombre lo tengo en la punta de la lengua...(sorry).
Volvemos a salir por caminos de concentración, y volvemos a perdernos. La señal en un cruce estaba más adelantada y era una flecha hecha de piedras. Por fin empezamos a subir y cambia el camino por una senda de tierra (aleluya), y aparecen árboles aunque luego se cambian por arbustos de jaras que crean una especie de laberinto. Desgraciadamente nos encontraremos con algún cruce cuyas flechas no están bien señalizadas, o hay más de una señalando para distintas partes. Las guías pueden ayudar. Sin guía....
Al final llegamos a Bercianos de Valverde. Tras la salida las flechas casi desaparecen. Tras seguir recto te encuentras de frente con unas colinas y el camino va a derecha e izquierda. Cogí a la izquierda por la guía y en un cruce más adelante logré ver flechas... en otro cruce que te comienza a subir la colina.
Este tramo es ya agradable al hacerlo por senda de tierra y rodeado de árboles. Así hasta Santa Croya de Tera el cual está prácticamente junto a Santa Marta. Y por medio el rio Tera, La temperatura se nota cambiar.
Hay dos albergues: uno en Santa Croya privado, Casa Anita. Al parecer muy acogedor que vale 6€ y pone comida (no se si por 7 u 8€). Justo a la salida de Santa Croya. El otro, prácticamente tras la entrada de Santa Marta (alrededor de un km de distancia entre ambos) o sea en el centro del pueblecito y al lado de la Iglesia. Es un salón en un edificio municipal. Tiene catres con colchones y mantas, con dos buenos lavabos limpios y con duchas. Sin cocina. Voluntad. El problema está en la comida. En los bares no te ponen de comer (aunque hay un nº tlfno de un Hostal que dice que llamar y vienen a recogerte). Yo compré comida en tienda y cena fría.
Por supuesto hay que ver la iglesia de Santa Marta y ver el Santiago más destacado de este Camino, el más antiguo que se conserva. Está en la portada sur, dentro del campo santo.
Se acabaron los caminos de concentración. La salida se hace por una senda de tierra entre plantaciones de árboles y cultivos de regadío, al borde del río Tera. Además hay flechas adecuadas en cada cruce. Esto cambia y promete. Pero cuidado por poder encontrarte zonas del camino encharcadas si no inundadas por el río.
Antes de llegar a Calzadilla de Tera se hace un pequeño tramo por carretera. Destacar mi maldición de Calzadilla: iba a ir al médico a las 10:00 para que me recetara más diclofenaco pues en Tábara tras una revisión y detectarme fascitis en los dos pies no pudieron darme pastillas suficientes por no disponer más a esas horas. Llego a las 9:15 y decido esperar hasta las 10:00 (tiempo y km que pierdo). Cuando subo al consultorio, me encuentro que está la sala llena de ancianos del pueblo esperando. Si me quedo seguro que no salgo de allí hasta mediodía. No consigo encontrar luego adecuadamente la salida del pueblo y una mujer me asegura que es subiendo una calle...y vuelvo a salir al consultorio. A bajar de nuevo y esta vez por fin encuentro la salida... y no he recorrido 1 km que me lesiono un tendón. Por supuesto que no vuelvo a ese pueblo (hay que creer en la mala suerte). Así pues me recorro 15 kilómetros con un tendón agarrotado doliéndome muchísimo.
Cuando llego a Rionegro no puedo dar un paso más. Para mi desgracia el Camino debe terminar aquí. Muy amablemente el hombre del bar que guarda la llave del albergue me acerca a Mombuey para que me vea un médico. Este me dice lo que temo y me manda reposo (un especial cariño y agradecimiento por mi parte a la atención recibida por la familia que regenta el bar). Decido guardar dos días de reposo completo en Sanabria, en el colegio Amor de Dios. Desgraciadamente no es suficiente y debo abandonar y regresar a mi casa para recuperarme (lo que dura un mes de reposo casi completo sin apenas andar).
Todo parece haber concluido...o no.
18ª etapa
24,5km
¡Hemos vuelto! Con el temor en el cuerpo pues aún queda un bulto en mi tobillo debido a la lesión anterior, pero que de momento no duele, emprendemos de nuevo el Camino allí donde lo dejamos. Además el reto es mayor y más expectante pues las fechas han cambiado y con ello el tiempo. Estamos en Otoño y el día anterior ha caído una buena tromba de agua por toda Galicia y noroeste de España. Aquí también pues lo primero que me encuentro al llegar a Cernadilla es que su albergue no es usable debido a que se ha anegado la noche anterior.
Hay viento, no llueve pero hace bastante frío. Al llegar al pequeño pueblo (recuerdo que cuando dejé el Camino en Julio éste estaba en fiestas), en el único bar-tienda nos dan la noticia de que el albergue está inutilizado por haberse anegado de agua.
Junto a una pareja de holandeses nos dirigimos al albergue de San Salvador situado a 2 km.
El alcalde en su propia casa, a eso de las 20:30, cuya mujer está asando pimientos en una acogedora chimenea, nos sella la credencial.
El albergue es una casita con dos literas, cuartos con ducha para hombres y mujeres y un espaciosos salón en la planta superior. Muy bien. Bonita iglesia de Santiago con escaleras para subir a la torre.
A las 07:45 partimos para Sanabria. Empieza a amanecer (que distinto de julio cuando amanecía una hora antes a lo menos). Hace frío. Las mañanas ahora son gélidas. El camino es muy agradable y bonito. Completamente distinto a todo lo anterior caminado. Profusión de árboles (robles y castaños a medida que se llega a Sanabria). Atravesamos un puente antiguo con un espléndido paisaje alrededor. Tomamos un café en Asturianos en un pequeñito bar que hace esquina y donde puedes hacer la "primitiva". Visitamos la iglesia de Santa Marta en Remesal, por cuya causa nos perdimos cerca de 1 km. Volviendo al pueblo distinguimos la flecha amarilla y volvemos por el buen camino. A partir de Otero de Sanabria el trayecto se hace por carretera asfaltada, aunque apenas sin circulación, y así llegamos por la derecha a Puebla de Sanabria.
Toda la etapa es muy, muy bonita. Para disfrutarla. Al llegar a Sanabría me encuentro tremendamente eufórico. El pie me ha aguantado muy bien y vuelvo allí donde lo dejé. Vuelvo a alojarme en el albergue Colegio Amor de Dios y compro algunas cosas para adaptarme mejor a la temperatura actual.
Solo un problema a destacar. Al cruzar la autopista por un puente superior, a su salida no se encuentra flechas amarillas pero hay que seguir por la izquierda hasta llegar al pueblo de Entrepeñas (creo que era este el pueblo).
Se trata de ir adaptando el cuerpo, descansar y no forzar el pie pues las etapas posteriores serán tremendamente duras.
Empezamos mal. Se me sale el cordón de mi pantalón y lo rompemos al intentar recolocarlo. Ya salimos tarde. La noche además ha sido muy fría y la mañana sigue igual. El camino se hace al comienzo bordeando el río Castro. Más adelante comenzamos a internarnos por camino de montaña, en pendiente, entre árboles y espesa vegetación. Apenas se distingue la senda y tampoco bien las flechas amarillas que habría que volver a repintarlas.
Salimos a Terroso, pasamos antes por un crucero encalado junto a un antiguo "campo" de futbol, y tras dos kilómetros por senda con profusión de castaños y vegetación que nos cubre, llegamos a Requejo. Aquí me despido de mi compañero holandés.
El albergue no está mal. Un aseo con ducha caliente y muchas literas, pero la sensación es fría. Por supuesto duermo solo, tal y como me va a ocurrir en el resto de albergues del Camino.
Una tienda-bar donde comprar comida. La mujer que lo lleva, así como la joven que la ayuda son atentas y agradables. Para comer, y supongo para desayunar, un buen lugar fue el Hostal "Tu Casa" situado a 300 metros saliendo del pueblo en la N-525. Me gustó el licor que tomé (de hierbas, creo). Y no fue nada caro.
Comenzamos la montaña. Optamos por tomar el camino a través de la cañada y no por carretera, como también es posible, debido a que el día amanece despejado.
Observo uno de los amaneceres más hermosos al proyectar el sol colores púrpura y azul sobre nubes que entran en la cañada, bordeadas la nubes por las paredes de las montañas. No encontramos apenas dificultades con las señales y el tramo es muy hermosos, bordeando el río y bajo tupidos árboles. El trayecto es así hasta llegar a un camino abierto que comienza a subir en sentido este y llega hasta la antigua carretera, que bordea la N-525, pasa por debajo de los viaductos de ésta y de la autovía (por dos veces) y nos sube por encima de los túneles. El camino por tanto es algo más largo que ne la guía. En la cima negros nubarrones cubren el cielo.
Descendemos hasta Padornelo donde en el bar del pueblo (no junto a la gasolinera) nos tomamos un café.
A partir de aquí comienza a llover, al inicio fuerte, y no parará hasta llegar a Lubián.
El inicio del camino tras Padornelo se hace por la N-525 hasta llegar a un cruce a Aciberos. Ppor carretera unos metros. Luego nos internamos por una senda entre vegetación. Una parte de ella convertida en un riachuelo. De Aciberos a Lubián está mucho mejor. Descansamos un poco bajo el porche de la iglesia. Una primera parte del camino está cementado. El resto muy cómodo a los ies por estar la tierra y la hierba blanda, salvo otro tramo donde abundan las piedras "enlosando" parte de su anchura. Todo este trayecto es muy bonito y fantástico.
En Lubián el albergue se encuentra al inicio del pueblo. Cuesta 3€ y hay que pedir las llaves más adelante en una casa a unos 200 o 300 metros, con un portalón gri y un papel que te lo indica.
El pueblo es alargado. La panadería te coge en la otra parte, próxima al único bar. Existe una tienda en el centro del pueblo.
El albergue posee cocina eléctrica y un pequeño radiador. Muy bien todo. Dejé una lata agujereada para quien quiera hacer castañas asadas.
En este pueblo me encontré con otro holandés con el que luego me encontraría en alguna otra ocasión e incluso nos vimos, aunque brevemente, en Santiago. Un saludo de mi parte. Señalar que ambos holandeses hacían el camino con vehículo de apoyo, y que también se encontraban jubilados (la edad cuenta).
No llueve pero la niebla y el aguachirri continuará todo el día.
La bajada es cómoda hasta el santuario y ermita de Tuiza. A partir de aquí la subida se hace muy pronunciada por veredas muy empinadas, ocultas por lo exuberante de la vegetación y muchos tramos del camino convertidos en arroyuelos. Abundan las piedras. En general una subida que exige un esfuerzo muy duro aunque con un paisaje muy hermoso. En cualquier momento crees que vas a ver a algún duende salir corriendo o un hada volar por el lateral de tus ojos.
Así hasta llegar a la cima que es precedida por los postes que sustentan las líneas eléctricas.
Alejado el camino completamente de la autovía y de la N-525, nada que ver con la guía Vía de la Plata de Sevilla.
¡Entramos en Galicia, como debe ser! Una niebla espesa, y chispeando, en un ambiente misterioso
Comenzamos el descenso de La Canda y se suaviza el camino y el tiempo. Empezamos a ver en mayor medida las losetas azul con la concha a líneas amarillas que nos indicará, a modo de flecha, la dirección por toda Galicia y que antes habíamos observado en contadas ocasiones.
En Villanueva comprobamos desalentadoramente que las botas están rotas. Un par de caras Chirucas, casi nuevas por no haberlas usado mucho a pesar de tenerlas ya unos siete años, que se rompen ambas por el talón hasta la mitad del pie, se despega la suela de la planta y la goma intermedia se deshace al tocarla.
El resto del terreno está muy encharcado y llegamos así hasta el Pereiro. El camino sube ahora por colinas descubiertas, entre grandes piedras de granito. Justo antes de el Cañizo, en la carretera local, una panadera con su coche me recoge y me lleva hasta la Gudiña.
El pueblo me parece muy bonito y con todos los servicios necesarios, incluso una zapatería donde compro un nuevo par de botas (que curiosamente son otras Chirucas de un modelo parecido al que tenía. Me gusta el riesgo ).
El albergue de la Xunta de 36 está muy bien. Una mujer de Protección Civil se encarga de abrirlo. Tiene cocina, agua caliente y todo lo necesario para un peregrino cansado.
Visito el pueblo y a destacar las dos Iglesias del pueblo y un cruceiro donde el camino se bifurca hacia Verín o hacia Laza. Existe estación de tren.
Etapa muy larga de unos 36 kilómetros. Se realiza prácticamente por camino asfaltado (carreteras locales) salvo contadas excepciones. La más destacada el tramo entre la Cruz en Porto Camba y Eiras, que es por un camino de tierra.
Durante todo el trayecto tenemos hermosas panorámicas de valles y sierras, con las nubes rozando sus cumbres y la niebla entre las cañadas.
Se va pasando de un paisaje inicial de colinas pobladas de verdes árbustos, hasta Venda Capela, a otros paisajes poblados de árboles, en su mayoría pinos, salvo al final donde descendemos y abundan también los castaños y algunos robles y otras variedades.
Lástima de algunas zonas quemadas que aún no han sido repobladas de nuevo con árboles. Me recordaba a lo que quizás hubieran sido los montes aragoneses, en sus proximidades a Zaragoza, antes de cómo son ahora, solo poblados por raquíticos matorrales.
Laza es un pueblo que se desarrolla a lo largo de la carretera. Es grande y a destacar su cruceiro sobre tres pilarillos, y estos sobre una base. Comí bien en el restaurante "O reventón" (menú a 8€). "La taberna do Ardilla" está bien para tomarte una copa.
En cuanto al albergue, para mí el peor hasta el momento (luego me encontraré otro peor pero por muy distinto motivo). Siendo una construcción de la Xunta, destacar que no tenía ni luz ni calefacción. Supongo que ello debido a la gran lucidez del arquitecto en cuestión: lo hicieron todo de manera que se encendiera mediante detectores automáticos, en un lugar donde se mueve mucha gente de forma constante (imagínense solo a diez personas levantándose a horas distintas para comenzar el camino, o cada vez que una se va a acostar y los otros durmiendo). Ahora no funcionaba nada.
De las etapas más dura, si no la peor. Ello no se debe solo a la costosa y muy empinada subida a partir de Tamicelas, de unos cuatro terribles kilómetros, y luego a la muy empinada bajada de dos kilómetros aproximadamente a partir del Milladoiro, si no que ha tal esfuerzo requerido se le acumula el no menos de tres etapas anteriores (la dos primeras de subida a altos de montaña y la tercera de distancia larga con 11 km de pronunciada bajada). Las piernas, pies y cuerpo se resienten mucho tras esta etapa. A mí me comenzó a doler de manera fuerte la rodilla derecha y supongo que una tendinitis en el talón izquierdo, amén de otros dolores que ya llevaba. Por fortuna la lesión anterior aún aguanta sin molestias.
Salimos del albergue entre niebla que continuamos mientras nos hallamos en el vale por donde transita el río Támega, andando entre huertas y arbolado.
La subida la hacemos por montes de frondosas coníferas y posteriormente entre matorrales y pinos, menos numerosos y más pequeños. Llegamos arriba no sin antes pararnos dos veces a descansar.
En Alberguería vuelve a aparecer más arbolado y variado. Indicar que cuando llegamos a Alberguería, "El Rincón del Peregrino" se halla cerrado y la iglesia no puedo ver nada de su interior por sus "agujeros".
La parte hasta el milladoiro se hace por un bonito camino de tierra, algunas partes encharcadas pero con piedras de granito para pasar, primero entre árboles y luego por monte alto entre verdes arbustos y matorrales.
La bajada se sucede por arboledas de robles y pinos. Todo muy frondoso y verde, pero terrible bajada para los pies. Lo "destacable" es que cuando se llega abajo y tras una larga, pero ligera pendiente de asfalto, se llega al poco a Vilar de Barrio que es el primer pueblo que se divisa desde las alturas.
A su entrada se pueden ver varios Orreos.
El albergue similar a los de la Xunta, pero su filosofía contrapuesta al de Laza, lo hace muy acogedor en pleno centro del pueblo. Tiendas y bares para comer, yo lo hice en el bar "Via da Prata".
Se vio un bonito atardecer a la entrada del pueblo oteando la llanura del horizonte.
Etapa de descanso. ¡Y que bien que lo hice! Se inicia el camino entre pequeñas aldeas de casas de piedras. La marcha es agradable y luego pasamos a un camino de tierra entre cultivos, con las colinas en paralelo nuestro trayecto, para llegar a una parte donde el camino se convierte en una muy larga recta siguiendo entre huertos y cultivos de mayor extensión. Así hasta llegar a Bobadela.
De aquí andamos por sendas entre robles y espesura, cerca de pueblos, subiendo ahasta llegar a Padroso, ya menos arbolado entre matorrales. Sin embargo la bajada hasta Xunqueira la realizamos por una senda cubierta por robles y árboles tal que su sensación es mágica y hermosa. No me hubiera extrañado ver correr a algún sátiro o fauno entre sus árboles. Uno de esos caminos gallegos que uno espera encontrar al hacer el Camino. Uno se pregunta qué seres fantásticos pueden abordarte cuando caiga la noche.
Xunqueira es un bonito pueblo que tiene algo fantástico: una biblioteca. "Lástima" ;) que muchos de los libros más interesantes, para mí, están en galego y no los pude leer igual de rápido que si estuvieran en español (o castellano como se quiera nombrar). Había uno sobre Cruceiros y Petos muy interesante. La iglesia es muy bonita. No pude ver ni el claustro ni el jardín. Una pena.
El albergue muy bien y limpio cuando estuve. Presenta hasta un horno y una radio. El único inconveniente que está a las afueras del pueblo y de noche solo presenta la luz exterior del pabellón deportivo y por tanto es un camino muy oscuro para llegar.
El trato de la gente fue muy cordial y aunque no llegué a comer fuera, hay un bar (que no recuerdo bien su nombre, que está tras la taberna "Miralva", al lado de un pequeño Santiago esculpido en una esquina) que parecía interesante para comer. Me tomé una copa de vino, por 40 céntimos, como despedida de Xunqueira.
Recordar que dije que hice muy bien el parar aquí. Fue detenerme en el pueblo y comprar comida, llegar al albergue para descansar, y caer una tremenda tromba de agua. Por la noche cayó también de lo más grande.
Se realiza prácticamente en su totalidad por asfalto. Solo al inicio es bonito el paisaje a pesar de ir la mayor parte por carretera local.
Apenas llovió a lo largo del día a pesar de haber diluviado por la noche. Tuve suerte.
No hay mucho que contar. A partir de que uno se introduce por las urbanizaciones de casas, uno solo desea llegar al albergue de Orense, por lo que esta etapa se convierte en pesada y con deseos de acabarla pronto. Es aprovechable mientras se transita por el bonito pueblo de Seixalbo, justo antes de entrar en Orense.
El albergue está bastante bien. Su hospitalera muy simpática y me ayudó con la información que necesitaba de albergues posteriores (salvo en uno que ya indicaré más adelante y me "jodió" bastante, pero no la culpo de nada). Una pena que el albergue lo cierran a las nueve. Comí en el mesón Bedoya que me dijo la hospitalera. Comí adecuadamente por 7,5€.
Me gustó bastante la ciudad. Destacar su Catedral. Hay que ir a verla, y el puente romano. Resaltar las Burgas (fuentes cuyas aguas salen a 65º C)y los manantiales de Chabasqueira que no pude ir a bañarme.
Tomamos la variante más larga que toma el Camino Real. Esta parte es bonita pero dura (¿cómo será pues "la costiña de Canedo" que aunque más corta es más empinada?). Dejamos Orense bajo niebla lo que prelude una tarde de paseo.
Arriba en la montaña, en sus primeros kilómetros, se percibe la negra huella de los incendios recientes de verano. Una oscura herida que sobrecoge. Por lo menos algunas hierbas ya brotan del calcinado lecho.
El camino se intercala entre sendas boscosas y entre urbanizaciones de casas.
En la Fuente do Santo nos encontramos con el poste de nos marca ya los menos de 100km para llegar a Santiago (99,8.. km).
La parte más bella de esta etapa es un corto tramo de senda entre sombras de grandes robles de un bosque rodeado por casas al inicio y explanada para naves industriales al final. Lo hallamos antes de Tamallancos.
Luego se hace el trayecto más montañoso, por caminos de tierra y sendas empedradas, entrando así en Cea por un sendero entre vallados de piedra.
En Cea nos detenemos en el primer bar que nos encontramos, 500 metros antes del pueblo en sí. Nos tratan muy bien la joven pareja que lo regenta.
En Cea nos encontramos aún con fuerza, a pesar de los dolores de los pies, y decididmos continuar hasta el Monasterio de Oseira (es decir Osera, lugar dónde si haces mucho ruido puede despertarse un oso y posiblemente se enfade si le interrumpes un sueñecito de unos cuantos meses).
Puntualizamos que el albergue de Cea es muy bonito y completo, tanto que aunque no paramos dejamos un donativo, aunque pequeño.
El último trayecto de esta etapa se hace mitad campo a través( sendero claro en una primera parte algo inundada, como nos informó un hombre del lugar, y luego un tramo donde apenas se ve la senda pero consiste en seguir recto) y la otra mitad por carretera.
Poco después de Silvaboa nos encontraremos con una empinada subida. ¡Ánimo! El resto por carretera, bajando a Pieles y luego el Monasterio a unos tres kilómetros.
El refugio que nos otorga el monasterio no está mal, al menos para mi opinión. No tiene calefacción pero el grueso muro de sus paredes, aunque mantiene la humedad también mantiene una temperatura adecuada, Las literas y colchones algo viejos pero aceptables. Dos aseos pequeños pero adecuados y un solo lavabo. No hay duchas, no obstante para lo que un peregrino busca una noche es adecuado. Ya te ducharás y lavarás la ropa en otro albergue (o lavarla en el río).
No se debe olvidar ver el monasterio en sus visitas guiadas hasta las 19:30.
Para comer hay dos bares que solo sirven bocadillos pero no están nada mal, ni de precio, sobre los 3€, ni de cantidad.
El escudo de Oseira es un pino y dos osos, ello debido a que el pino es el árbol predominante en la zona y había bastante oseras por los alrededores (creo). De ahí lo de Oseira.
El inicio se hace por una senda empedrada muy empinada y cuando se llega a la cima, tras un leve reposos de descenso, se comienza a descender por asfalto muy inclinado al principio y en especial antes de Outeiro, el cual se hace por un pasillo muy estrecho, con piedras, y excesivamente inclinado que se debe bajar muy despacio o será perfecto para dejarte una dedo, un tobillo e incluso una pierna rota. Luego más subida hasta llega a Gouxa donde entramos en la provincia de Pontevedra.
Durante toda la provincia de Orense nos hemos guiado por unas piedras-señales muy bonitas con multitud de dibujos pero que en general suelen costar inscritas diez estrellas, una vieira y una calabaza, rodeando una flecha.
El paisaje ha comenzado a cambiar hasta empezar a predominar los prados de hierbas, matorral alto y actuales casas de campo. La carretera se hace más común en nuestro caminar, y si no serán caminos de asfalto. Así será gran aprte de esta etapa salvo ciertos trechos aún entre sombras de arboledas, en especial antes de llegar a Puxallos y tras Botos hasta llegar a la autovía.
La llegada al albergue de Laxe se hace saliendo de una arboleda y topando de lleno con la valla que separa la autovía. Hay que girar a la izquierda y a un kilómetro, cruzando la carretera, hallaremos las señales necesarias para llegar al albergue.
Señalamos dos cosas importantes. La primera que este "albergue" es usado como centro cultural conjuntamente y la segunda que hay al menos dos restaurantes que ofrecen comida en las proximidades.
Yo me acerqué al polígono industrial que hay al lado. Tienes que pasar la rotonda (de noche es algo peligroso por no haber luces hasta el polígono) para llegar. Una vez allí, detrás del edificio Expo-algo (un edificio cuadrado blanco) se puede ver un cruceiro muy bonito pero que pienso debe ser de nueva construcción.
Hacia arriba y paralelo a la autopista está el bar "Onde Antonio". Muy bien para comer, a mi parecer, y precios muy adecuados.
Me fui sin sellar la credencial. Esto lo hacen Protección Civil y vinieron a eso de las 22:00 justo cuando yo regresaba de cenar algo (llegué a eso de 22:10/15).
Considero este albergue como el peor de todo el camino, no por su construcción, a pesar que vuelve a usar encendidos automáticos y ya en el dormitorio de hombres no hay luz, si no que lo usan como centro cultural y hacer actividades en él. Esto no sería negativo en absoluto, todo lo contrario pues es una buena idea para aprovechar el edificio, si no fuera que no les importa en nada a los peregrinos al realizar tales actividades incluso en horas en que el peregrino necesita descansar después de todo el esfuerzo que lleva. Cuando estuve tuve que compartir lecho con un torneo de Tute en la sala de abajo desde las 21:30 horas hasta las 01:00 (y porque terminó pronto), con las típicas conversaciones, gritos de alegría y discusiones. Por supuesto que no pude descansar hasta las dos de la noches.
Lo primero y antes de nada decir que en San Martín de Dornelas NO hay albergue. La hospitalera en Orense me aseguró que sí había, pero al llegar ni había carteles, ni nadie con quien hablar que me pudiera confirmarlo y ni Protección Civil tiene constancia de que allí exista un albergue.
El trayecto de esta etapa se vuelve ligeramente más "feo" al tener que caminar cerca de la N-525. Se intercalan pequeñas veredas de tierra con mayoría de asfalto. Podemos decir que existen dos tramos muy bonitos. Antes de Silleda al cruzar el río Deza por un bonito puente romano conocido como puente de Taboada. Más adelante veremos un cruceiro y la iglesia de Santiago en Taboada. Otro corto tramo antes de llegar a Bandeira.
Atravesamos Silleda por medio y pasando al lado de su iglesia. Desde Bandeira predominan los campos de cultivo y pastos verdes atravesándolos por carreteras locales y sendas de montes con predominio de eucaliptos. Así transcurrimos hasta que empezamos el pronunciado descenso hasta Puente Ulla, por carretera local con abundante arbolado de coníferas. Pasamos por el viaducto, donde entramos en la provincia de la Coruña, y comenzamos una elevada cuesta, primero por camino medieval de piedra, luego por el andén de la carretera y por último por una ancha senda a través de pinos y eucaliptos para llegar a la ermita de Santiaguiño donde de inmediato damos con el albergue de Vedra, en San Xuan de Vilanova.
Las llaves las tienen en la casa de al lado, que hay antes. El albergue está muy bien y la familia de la casa, con su mujer al frente, trata bien a los peregrinos.
Existe un restaurante a 900 metros (de suave subida y/o bajada) y el menú parece costar 10€. Otra opción es comprar comida en las tiendas de Puente Ulla, en el Dia que hay por ejemplo, y subirla consigo hasta el albergue.
Lo negativo de esta etapa y la anterior es Pontevedra (no por su gente sino por los albergues). He llegado incluso a pensar en momentos duros durante mi Camino que en Pontevedra los encargados de Turismo no le agradan el Camino o a los peregrinos, o que no se preocupan, y han hecho lo posible por provocar la exasperación y la desidia en los peregrinos y es que si no, no me explico el asunto de los albergues. El de Laxe con una despreocupación por si molestan o no al descanso de los cansados peregrinos organizando actos nocturnos. Los albergues de Silleda y Bandeira en lugares contranatura para un peregrino: fuera de zona cercana de avituallamiento y a una buena distancia del Camino. En el de Bandeira cuando vi por primera vez el cartel anunciador (el cual, que casualidad, no te indica distancia para llegar como en otros de Orense que sí) tuve que recorrer unos 400 metros saliendo del camino hasta la nacional, que distanciaba otros tanto hasta el pueblo y en cuesta arriba, cruzar esta y seguir por una carretera local que se alejaba del pueblo. Cuando llevaba recorrido alrededor de 10 minutos, todavía no había visto ni el albergue ni indicios de este. Es decir que el malharado peregrino debería recorrer entre 3-4 a 6-8 kilómetros de más al día según vaya al pueblo una o dos veces para comer, cenar, comprar, etc...
Mi intención inicial fue quedarme en Bandeira. Al ver la situación (o mejor dicho al no ver la situación del albergue) opté por llegar hasta Dornelas, pero al llegar y descubrir que no existía albergue (imaginense mi situación, con fascitis en los pies e inicio de otra tendinitis que ya notaba en el dorso del pie derecho) solo me quedaba sufrir, aguantar y llegar hasta Vedra ya en la provincia de la Coruña donde la cosa cambia. Viendo mi credencial se puede suponer que no paré en toda Pontevedra y en verdad recomiendo parar lo menos posible por allí y hacer lo que hice, parar en Laxe y de allí a Vedra.
¡La última etapa! Tras examinar todos nuestros daños y molestias de los pies, y rogando por que los tendones aguanten y las tendinitis no vayan a más, partimos nada más vislumbrar el alba. Todavía la noche domina el cielo y la luna menguante lo ilumina proyectando sombras de los eucaliptos, que predominan en esta zona, sobre el recto y cómodo camino en gran parte asfaltado.
Al poco de salir de esta arboleda nos encontramos con un cruceiro en un cruce en el que nos desviamos a la derecha, y al rato topamos con una bonita iglesia si nos desplazamos levemente del camino trazado, Santa María de Lestedo, con una interesante torre espigada de reciente culminación.
Es justo después de esto que nos encontramos con un cruce donde las flechas amarillas indican seguir de frente y el poste con el azulejo de la vieira orientativa indica para la derecha ¡Por favor que esto se solucione!
Hacemos caso de las flechas, aunque de forma acojonada. Por aquí pasaremos por un bonito tramo de espesa vegetación y arbolado, ya que en esta etapa lo normal es la pista asfaltada entre casas y calles.
Atención al salir pues nos topamos con una carretera que debemos cruzarla, bajar (ir hacia la derecha) y al poco veremos otra pista asfaltada que desciende y ahí pintada en el suelo de nuevo veremos la flecha que nos indica por dónde seguir. De aquí ya sin problemas de señales hasta Santiago.
Resaltar que esta etapa es también muy dura. Junto a todo el cansancio acumulado, no deja de haber constantemente empinadas ascensiones e igualmente inclinadas pendientes que harán sufrir mucho todos nuestros músculos y ligamentos. Parece una etapa hecha a posta para que el peregrino no termine; y si está tocado para que termine lesionándose (como me pasó a mí con la tendinitis del dorso del pie) y si no para que tenga un traspié y se dañe. No veáis la cantidad de maldiciones que proclamé a los cuatro vientos (que por supuesto sirvieron para bajar tensión, no así para menospreciar o insultar a aquellos a los que iban dirigidas mis imprecaciones ).
El colofón lo tenemos en la subida en Angrois justo en la cumbre donde vemos un cruceiro y desde aquí podremos ver de inmediato las torres de la Catedral, nuestra meta. Pero, ay... hay que bajar por un último tramo, muy bonito a la vista, el cual es el Camino Real que se halla empedrado, pero que resulta horrible para nuestros pies. En cuanto aparezca la acera andar por ella.
¡Y ya estamos en Santiago de Compostela!
Llegamos justo para entrar en la misa del Peregrino y observar emocionado a Santiago en su Catedral.
Unos últimos apuntes. La ciudad histórica es ligeramente cara (normal en una ciudad turística), no obstante hay al menos un bar, Casa Manolo, ubicada en la Plaza de Cervantes que se puede comer por 7€. El menú es muy normal, pero con variedad, y es un dato a tener en cuenta. Vi otro bar con precio similar en la calle de Sar, me parece.
Por la noche se puede salir, al menos hacerlo una noche, a cenar mediante tapas (sobre el o poco más 1€ la tapa).
Las líneas de autobuses (lo que son las paradas también) las considero un caos y parece que los compostelanos no tienen muy claro donde se encuentran las paradas adecuadas o que autobús coger (será una anécdota pero a cuatro personas que pregunté que eran de allí, solo una me dio bien la respuesta). Por su culpa llegué tarde a la estación de autobuses para ir a Finisterre (que no comprendo porqué los "gallegos" la han querido ahora llamar Fisterra cuando siempre ha sido conocida como la Finis Terrae (en latín si no me equivoco y de ahí Finisterre). Será cosa de ese "inteligentísimo" nacionalismo que tanto se esta dando en esta España de hoy por parte de unos pocos, que al parecer mientras menos personas puedan entender una palabra, frase o información de un "Premio" en medio de la Plaza del Obradoiro, mejor. Si por ejemplo eres inglés, o japonés, y apenas entiende el castellano, ya me dirás lo que les puede costar entenderlo en gallego, más cuando busquen las palabras en el diccionario. Así pues ponlo en gallego y en otro idioma más internacional: español o inglés).
Estando en la estación de tren necesité a tres personas para que al final me mandaran a la Plaza Galicia y allí había dos paradas iguales a elegir para la misma línea (una en un sentido y la otra para el otro. Llegaba el autobús. Elegí mal y se fue. Luego me dirigí andando a la estación autobuses y llegué minutos tarde por confundirme de calles.
Para ir a Finisterre necesitas prácticamente un día entero. Se tarda dos horas y media en llegar a Finisterre, y del faro a Finisterre hay 3 kilómetros que se deberán hacerse andando. Luego entre que sales de Santiago y vuelves de Finisterre para coger el autobús necesitarás al menos un mínimo (para quitar problemas) de 4 horas. Según las horas de salida la mejor pudiera ser las 9:45 y volver en el de las 16:30 (otra opción salir a las 08:00 y volver a 13:30 o después).
JCG