Todo preparado y montado en las bicis de la tarde anterior
Suena el reloj a las 5,15 h. se termina de preparar, llega Adrián, la 1ª foto nos la hace mi mujer, beso gordo y despedida. Y a las 6,30 nos vamos, Al llegar a la ctra. de Paradas, nos colocamos los chalecos reflectantes y a pedalear, cruzamos Paradas y Arahal por el centro y por fin en el camino de servicio, que seguimos hasta Alcalá de Guadaíra, tenemos que subir "Los Alcores". Entramos por las calles y llegamos al Río Guadaíra, que cruzamos por el puente viejo en el cruce que lleva a Utrera y Dos Hermanas, y tomamos a la derecha por el margen izquierdo del río, por el parque Oromana hacia el puente del Dragón. Cantidad de ciclistas paseando y entrenando.
Cruzamos de nuevo el Río por el puente del Dragón y seguimos el carril paralelo al río por el margen derecho hacia la universidad Pablo Olavide (cantidad de ciclistas en este tramo). Desde la Universidad tomamos carril bici continuando la antigua Ctra. de Utrera -Avda. De la Paz- hacia la Avda. San Francisco Javier, por el camino me llama mi hermana Encarni y quedamos con ella, mi cuñao Pepe y mi sobrino Eloy para desayunar. Fotos, fotos. Afortunadamente nos invitan y además nos obsequian con unos zumitos congelados, esperemos que todos los lugareños hagan lo mismo. Aparece un conocido y se asombra de que lleguemos de Marchena a Sevilla en bici (jajajajaja), pero si vamos "pa Santiago".
Continuamos por carril bici hacia Avda La Buhaira, Eduardo Dato, Jardines de Murillo, San Fernando, Torre del Oro, (que simple y que bonito es el puente de Triana, dice Adrián) Plaza de Armas, cruzamos la Dársena del Río Guadalquivir, Torre Triana, cruzamos el Río Guadalquivir por un puente peatonal y veo la primera flecha (nos acompañarán todo el camino) en la bionda del puente que sale justo en aparcamiento del charco de la pava. Y justo al cruzarlo, tomamos camino a la derecha paralelo al río hasta llegar a SE-30 (puente alamillo), que continuamos paralelo hacia Camas, pasamos bajo la Ctra. y las vías del tren y enfilamos a Santiponce (primera foto junto a cartel indicativo del camino de Santiago). Pasamos junto a la entrada a las ruinas de Itálica, pero como hay que dejar las bicis y entrar a pie (de gratis), decidimos no visitar las ruinas y continuar por la ctra de salida hacia La Algaba y ya las indicaciones ("ocalistos" grandes son la referencia) nos sacan hacia un camino recto, recto dirección Guillena. Pasamos un vado lleno de agua, así que pie a tierra por primera vez (no será la última) y a pasarlo por el lado sin mojarnos.
En otra pasada de un arroyo con agua y unos árboles vemos a los primeros peregrinos a pie, dos extranjeros que nos indican que hay barro, cosa que comprobamos pues vienen unos ciclistas locales que pasan montados y el barro les llega al eje, uno de ellos se cae al agua (jajaja hoy no te dejan entrar en casa). Ofrecemos agua a los "guiris" y pasamos a patita por el lado derecho por un sendero. De estos peregrinos nos estaremos acordando todo el camino "por donde irán los guiris ?". Pasamos junto a un pozo artesiano de Emasesa y continuamos recto hasta que se termina el camino en otro perpendicular, que tomamos a la derecha y a unos 500 mt tomamos a la izquierda siguiendo las flechas, pasamos un arroyo, de nuevo a pie, (ciertamente nauseabundo, según indican en las guías) y al poco entramos en el pueblo siguiente.
A eso de las 12'20 h. estamos en Guillena, cruzamos el pueblo y un vado sobre el río Rivera de Huelva siguiendo las flechas y paramos en la venta "la pradera" a tomar un refresco y rellenar los botes. "donde vais con tanta calor" nos dice un lugareño. No sabe que debido a la calor no salimos ayer por la tarde (38º).
Iniciamos el ascenso a Castiblanco de los Arroyos y verdaderamente hace mucha calor y para colmo llevamos el aire a favor. En las trialeras nos bajamos a empujar las bicis y se me ocurre pinchar, así que a inflar de vez en cuando para reparar en Castiblanco. Es el momento de dar buena cuenta de los zumos congelados, que nos devuelven la temperatura. QUE CALÓ. Llegamos a la ctra (miliario moderno) y tomamos a la izquierda 4 km hasta el pueblo en subida y con el aire a favor, QUE CALÓ, así que en la primera sombra nos tiramos al suelo a recuperar la temperatura.
Localizamos el alberque (junto a la gasolinera, donde compramos agua fresquita), pero primero nos paramos en el bar de enfrente (El Algabeño) -sello- y pedimos el menú del peregrino (gazpachito fresco y filetes). "Les pongo unas cervecitas grandes o pequeñas", nos pregunta el camarero. Grandes, grandes, contestamos. Preguntamos por las condiciones del albergue y nos dicen que podemos descansar en él sin problemas y además ducharnos, cosa que hacemos y agradecemos. Así que tomamos una ducha y una siesta. El albergue tiene muy buena pinta, se encuentra en la parte superior del edificio, con dormitorios a izquierda y derecha y sus aseos y duchas correspondientes, el lavadero se encuentra en la azotea. Charlamos un ratito con Sergi, un peregrino de Barcelona. En el albergue hay también una peregrina Alemana (no lleva ni sombrero, según nos dice Sergi). Y a eso de las 19'00 h. preparamos para salir, arreglo el pinchazo y nos vamos dirección Almadén de la Plata. Los peregrinos de a pie siguen con su siesta.
Primer tramo por ctra. de unos 16 km, con algunos tramos de plato chico a penas salimos de la finca "Las Tinajas", fotos y al poco, entramos en la finca "El Berrocal", precioso encinar bajando, muy rápido al principio, y subiendo, suave y entretenido, seguimos unos monolitos pequeños y las flechas. "Adrián, otro 'manolito'". Ya hace menos calor. Se rompe el transportín de Adrián. A lo lejos vemos unos cerros, pero como tantos otros, y el camino nos acerca a ellos "ya nos desviará el camino hacia la izquierda o derecha", pero va a ser que NO, así que nos toca subir por el cortafuegos, "EL CALVARIO", nombre bien merecido, un ratito empujando y otro recuperando el aliento. Y una vez arriba nos dan las 21.00 h. y ahora toca bajar montados, si podemos, y a pie hasta el pueblo por otro cortafuegos.
Las flechas nos mandan hacia la derecha, pero es para continuar el camino. Preguntamos a unos ciclistas por el albergue y nos mandan "parriba" así que todo el desarrollo, que ya llegaremos. En la entrada, 21'30 h. nos atiende un Sr. Alemán, peregrino a pie, que entre chapurreo y chapurreo (bed free, bed free), le entiendo que hay camas libres para dormir. Nos indica donde ducharnos y el patio para dejar las bicis (ya hay 3 + 1), así que descargamos, nos duchamos y buscamos el bar para comer -sello- y ni leemos los carteles ni nada de nada. El albergue está muy bien acondicionado, con bastantes camas, comedor, cocina, patio para bicis, tendederos, aseos amplios,..... y eso que tan solo vimos la planta baja.
En casa Concha hubo que empujar los espaguetis, pues no pasaban, eso si, el tinto de verano si colaba. De vuelta al albergue a eso de las 23'00 cansados y deseando descansar, la Sra. Hospitalera, con toda la razón, nos hecha la bronca pues en los carteles está bien claro que la hora de cierre es a las 22'30 h., pero que como está atendiendo a un peregrino herido (nuestro amigo Paco, que se calló en las trialeras de subida a Castiblanco), se le ha hecho muy tarde. Pedimos disculpa a la hospitalera, pagamos los 5 ¬. Lavamos la ropita de ciclista (que falta le hacía) y la tendemos, no llevamos alfileres. A dormir estrenando el saco.
Etapa de 140 km, aunque, la verdad, es que tan solo notamos la fatiga en la subida a "el Calvario", ya sea porque conocíamos la mayor parte del trazado o bien porque es totalmente llano hasta Guillena.
Suena el despertador 6'00 h. ya hay peregrinos en pie y listos para salir.
Al levantarme coincido con Paco, José y Manuel, el primero Loreño que vive en Barcelona y los otros dos si que son de un pueblo cerquita de Barcelona. Iniciaron el camino ayer desde Sevilla, charlamos un ratito mientras preparamos los avíos. Ellos salen antes que Adrián y yo. Reparo el transportín de Adrián con una cuerda y queda mejor que nuevo. No volverá a quejarse (primer uso de las cuerdas).
Nos vamos buscando un bar para desayunar y nos zampamos unas tostadas de pan de pueblo en casa Antonio. A eso de las 8'15 h. ya estamos pedaleando -fotos- . Como había leído que el tramo del camino hasta El Real de la Jara estaba cortado y además era bastante duro, teniendo que transitar por algún que otro cortafuegos (viene a mi memoria "El Calvario"), decidimos hacer el tramo por ctra., cosa que nos aconsejaron unos lugareños en el bar del desayuno. Fotos a la salida del pueblo. Como el cartel de carretera no indica el siguiente pueblo (Almaden de la Plata), preguntamos y nos indican que vamos bien.
Tramo de ctra. muy bonito (el mejor hasta ahora), y fresquito a estas hora de la mañana, serpenteando, y siempre en ascenso, más o menos duro en función del repecho. -fotos- Llegamos a El Real de la Jara, cruzamos el pueblo totalmente recto -fotos- viendo su iglesia y a lo lejos su castillo, que hay que volver a visitarlo. Salimos por una fuerte rampa por pista y en la bajada cruzamos el arroyo de la vívora, que hace de limite a las provincias de Sevilla y Badajoz. Foto en otro castillo derruido.
Continuamos por la pista, que están arreglando (a ver si toman nota en mi pueblo), adelantamos a un peregrino a pie y nos adelantan unos camiones que nos empolvan a base de bien. Primeras cercas de piedra a lo largo del camino. Así continuamos hasta toparnos con la N-630 y la A-66 junto a una ermita moderna (para nuestro gusto bastante fea). Las flechas nos mandan hacia la N-630 que tomamos en ascenso, y según el GPS de Adrián, esto se empina aún más. Así que cuando vemos alguna sombra nos paramos a respirar. En uno de estos descansos vemos que nos alcanzan Paco, José y Manuel, ellos sin han decidido tomar por pista hasta el Real de la Jara y nos dicen que ha sido bastante duro, con tramos a pié. Continuamos con ellos hacia Monesterio -fotos- donde nos tomamos un bocata de jamón de la pata con tomate que paqué.
Después de un buen rato de descanso continuamos la marcha y al final de pueblo las flechas que nos llevan a una pista a la izquierda, se nos van poco a poco los catalanes, llevan más ritmo porque hacen menos km diarios según nos cuentan. Pero nos acoplamos y hacemos el tramo juntos hasta Fuente de Cantos por magnificas dehesas, eso si, todo seco, seco.- foto en abrevadero-. Y nos pilla la caló.
Al cerrar una de las cancelas los cubos nos mandan de frente y las flechas a la derecha y parriba. Así que, como ya está bien de subir (el GPS de Adrián indicaba que bajábamos) yo sugiero que sigamos los cubos (error) y estos nos mandan hacia un rodeo y terminamos subiendo algo más por carretera. -vídeo de Paco-
En pleno ascenso hacia Fuente de Cantos me llama Ramón. Eso no se hace a un amigo.
Localizamos el albergue y pedimos que nos dejen descansar (como en Guillena) a lo que nos responde la hospitalera, que si pagamos que sí. Así que nos buscamos un bar donde sirvan menú y lo localizamos en la plaza de Olmos, en "Casa Charo". Buena comida y paramos a descansar en el parque de enfrente a la sombrita y tumbados en el césped. Nos despedimos de los amigos catalanes, pues Paco quiere llegar al ambulatorio de Zafra para que le vean el dedo que tiene hinchado, pensando que los encontraríamos en Los Santos de Maimona que será nuestra parada para dormir. Pero no fue así. Vaya desde aquí un saludo a estos amigos.
Tras la siestecita -fotos- nos animamos y salimos dirección Zafra. Con agua fresquita y buena pista vamos avanzando en suave ascenso entre viñedos. Cruzamos varios arroyos a pie pues la pasada se ve con bastante barro. La pista va casi en todo momento entre unas cercas en lo que parece ser una vereda. Y esto sigue en ascenso, que lejos me parece que está Zafra. Bajamos un poco el ritmo, pues nos estábamos lanzando. Para llegar a Zafra cruzamos 3 vías del tren y perdemos las flechas, creo que teníamos que haber entrado por la estación. Pero ya estábamos en una avenida de entrada a Zafra, así que giramos a la izquierda y padentro. En la primera rotonda preguntamos por el albergue y un parque que nos sirve de referencia, nos indican bien y pasamos junto al Alcázar (muy bonito, hay que venir a verlo). Seguimos las flechas hacia fuera del pueblo. Foto en Torre San Francisco. Estarán aquí nuestros amigos ???.
Salimos de Zafra por un camino de cabras, y como no podía ser menos, mi bici se cae, pero yo no. Subimos y subimos, y eso que los planos dicen que los Santos de Maimona está tan solo a 5 km. y arriba del todo aparece a nuestros pies el pueblo. Fuerte bajada entre pinos y a las calles, donde preguntamos a un lugareño que nos indica el camino al albergue. Que resulta encontrarse en la otra punta del pueblo y en to lo alto del cerro que acabamos de bajar. Paramos en la gasolinera a por agüita fresca y el Sr. de la gasolinera nos señala hacia arriba para el albergue. Subimos y nuestra sorpresa es que encontramos a otros 5 peregrinos en bici mosqueados porque el albergue está cerrado y tiene muy mala pinta. Hay que bajar a la policía local a pedir las llaves, y por tanto vuelta a subir. Cosa que nadie está dispuesto a hacer, así que se van para una pensión, cosa que nosotros hacemos igual, y en la primera que encontramos "casa Rosa", allí nos quedamos.
No tienen donde lavar la ropa, así que usamos el lavabo y se medio secan entre toallas. Cena junto a dos peregrinos de apie italianos que no saben lo que es el tinto de verano. Llega otro peregrino en bici, pero éste de carretera y nos enteramos que viene haciendo etapas de 200 km, Granada-Sevilla y Sevilla-Los Santos, y que pretende llegar mañana a Plasencia. Eso es un tío haciendo km.
Etapa de unos 95 km, eso si, casi todos para arriba, destacando la subida a Monesterio y El rodeo hacia Fuente de Cantos.
Ya son las 6'00 h. y el móvil nos manda levantar. El ritual de todos los días, aunque hoy no hay que recoger el saco de dormir. Cargamos las bicis, dejamos las llaves en el buzón y nos vamos par el bar de la gasolinera para el 1º desayuno, colacao, tostadas y zumo. -fotos- Y palante. Salimos por pista de cabras (al principio) adelantamos a dos furgones de apoyo de bicigrinos que no llegamos a ver.
Alcanzamos a los italianos del tinto d'etang y nos dicen que los han adelantado 3 ciclistas hace una media hora (nuestros amigos catalanes), pero no los vemos. El camino termina de repente en la N-630, que tomamos hasta Villafranca de los Barros -fotos. Preguntamos y recuperamos el camino de las flechas amarillas, que nos manda a una pista ancha, recta e interminable "pobres peregrinos a pie" -fotos-. "Adrián, por donde estarán los guiris"
La bici de Adrián no para de hacer ruido, será el transportín, será la tija, será el sillín,...Limpia una parte del cuadro en el cuello de la tija y "esto parece una grieta" "o puede que sea de la pintura"....
Recorremos unos 20 km casi en linea recta por una pista ancha, dejando a la izquierda Almendralejo, donde no entramos. Las flechas amarillas nos sacan de la pista hacia un camino rural que termina de sopetón junto a un paso subterráneo bajo las vías del tren, inundado, imposible pasar, así que toca escalar las vías y pasar al otro lado, empujando cada bici entre los dos. Llegamos a Torremejía y tomamos el 2ª desayuno (fruta y aquarius) en una tienda local. Engrasamos lo posible la Mondraker. El Sr. tendero nos comunica que mejor seguir la N-630, que el camino va pasando de un lado a otro. Y la bici de Adrián sigue crujiendo. Al salir de la N-630 hacia un camino, observo que se la mueve el transportín arriba y abajo. Adrián párate que veamos bien la bici. Efectivamente la bici se ha degollado. Esto parece que nos manda al pueblo de vuelta.
Como no nos podemos quedar en el campo tiraos, le apaño un refuerzo con cuerdas de la tija al cuello de la dirección para que no siga a más el daño en el cuadro. Bajamos el ritmo de la marcha y continuamos. El transportín se sigue moviendo. Las flechas nos siguen acercando a Mérida por caminos y vamos pensando cada uno, sin hablar, en las posibles soluciones. Se podría soldar, se le puede poner un refuerzo en el lugar de la soldadura rota,.....
Entramos en Mérida por el puente romano, cruzando el Río Guadiana -foto- pero vamos mas atentos a localizar el albergue para preguntar por una tienda y un mecánico Vemos a un biker local y preguntamos. Nos manda hacia el centro y localizamos una tienda de bicis y motos. Sorpresa, no hay mecánico hoy, ni taller abierto, y es que resulta que es sábado.
Quedan dos alternativas, vuelta para Marchena (impensable) o dejar tiritando a la tarjeta, que para eso está. Vemos varias bicis y terminamos escogiendo una MERIDA, que para eso estamos en esta ciudad.
"prepare ud. la bici que vamos mientras a alimentarnos" 3º desayuno. Peazo de bocata de tortilla
A la vuelta del bocata -foto- ayudamos a Miguel Ángel, dueño de la tienda, a montar el transportín nuevo, cargamos las alforjas y quedamos que el lunes mandará a soldar el cuadro, que quedará como nuevo. Quedamos que a la vuelta el lunes 14 recogeremos la bici. Palizón a la tarjeta y retomamos la ruta. -Como no nos quedaron ganas de visitar la ciudad apuntamos que hay que volver.- Salimos por la zona indicada rumbo al embalse de PROSERPINA por carril bici junto a la ctra subiendo y subiendo con toa la caló, bajada hacia al embalse que cruzamos por todo lo alto. Está lleno de gentes que hoy inauguran la temporada de baños. Parece mentira que una construcción de mas de 2.000 años sigua haciendo su función, y es que los romanos sabían hacer las cosas.
Continuamos por una carreterita en mal estado por la izquierda del embalse. que serpentea entre alcornoques hasta que los cubos y las flechas nos sacan al camino por la izquierda, alternando pista y sendero y varias cancelas. Llegamos al pueblo de Carrascalejo, donde nos pasamos la flecha y continuamos pero al no ver más flechas a la salida, volvemos hasta localizar la flecha que nos hace rodear la única iglesia por su derecha y tomamos una pista que desciende hasta un cruce de caminos con un crucero -foto- donde el camino se comienza a empinar bastante, pero con buen firme. Y subiendo y bajando nos encajamos en Aljucén a la hora de comer y la caló va apretando, aunque menos que ayer. Preguntamos por un bar y nos indican el de la plaza frente a la iglesia, no preparan menús, pero si un par de platos combinados de huevos fritos y filetes con ensalada y de postre helado.
Que buena sombra da la iglesia para descansar un ratito -foto- y como el suelo está duro, la siesta es cortita, fotos de la zona y de nuevo en marcha, seguimos las flechas, cruzamos el río Aljucén -fotos- y tomamos la pista a la derecha antes de la gasolinera, vamos subiendo suave pero constante. Peazo de toro a la sombra -foto-. La pista se convierte por momentos en sendero o trialeras, pero siempre hacia arriba. Y vemos a lo lejos unas vacas paradas en el sendero que tenemos que cruzar, y las vacas no se mueven, ni los terneritos que las acompañan tampoco. Adrian: "pá nos volvemos por carretera", "que no, le respondo", así que no nos hacemos los valientes y decidimos saltar la tapia lateral y adelantar a las vacas desde el otro lado - foto-, volvemos al camino y seguimos subiendo, el camino se va encerrando entre alcornoques cada vez mas, el aire a favor nos da sensación de mas caló y esto sigue parriba. Lo que nos hace echar pie a tierra, primero para cruzar un arroyo, y luego para subir una trialera. Y sin darnos cuenta cambiamos de provincia, dejamos Badajoz para entrar en Cáceres. Parece que dejamos de subir, y el pueblo que no llega, el camino llano nos deja en una pista con un crucero que nos indica seguir hacia la izquierda, precisamente la parte mas empinada, así que paradita en la sombra y agüita para refrescar. Seguimos subiendo y la pista nos deja en una carretera que nos da dos alternativas:
No se piensa ni un momento, seguimos la N-630 hacia Valdesalor y nos saltamos Alcuescar. Las indicaciones van pasando el camino de un lado a otro de la nacional, vemos miliarios, puente romano, ruinas, una torre mocha en Casas de Don Antonio y Aldea del Cano y seguimos por la nacional a muy buen ritmo (quizás demasiado).
Pasamos junto a dos castillos pequeños juntos (no me acuerdo de sus nombres), uno "el de arriba" y otro "el de abajo". Y al fondo de la recta Valdesalor, menos mal, que ya estábamos hartos de km. Se trata de un pequeño pueblo de reciente creación, de estos de repoblación, ya que no tiene ni un solo edificio antiguo y todas las casas parecen iguales.
A la llegada preguntamos por el albergue a unos chavales que nos mandan hacia al campo de fútbol, donde había un trabajador que nos indica el lugar al que ya han llegado unos peregrinos que han salido. Me indica este Sr. donde preguntar por las llaves del vestuario y al llegar al bar estaban allí los peregrinos apie tomando unas cervecitas. Me indican donde se come y con las llaves vuelvo a buscar a Adrián, ducha y ropita limpia. Subimos para comer con un navarro - Javi- dos vascos - Fernando y Amaya y un italiano - Dani- Buen menú de ensalada de pasta y filetes de pollo en el bar de la 3ª edad.
Los móviles no paran de sonarnos, y es que el personal tiene ganas de saber por donde andamos (pedaleamos).
Lavamos la ropa en un lavabo y no hay donde dejarla a secar, así que mojada se queda.
En el vestuario-albergue, tiramos unas colchonetas al suelo en la parte correspondiente a los árbitros y encima los sacos de dormir, y quedamos frititos.
Etapa de unos 120 km. Con malas sensaciones por la modraker, pero después todo marcha bien con la Mérida.
Como es costumbre, los peregrinos de apie se levantan muy temprano. Y si no es bastante, el despertador suena a las 6'00 h., así que arriba a preparar, recoger colchonetas, cargar bicis y a buscar donde desayunar, pero todo está cerrado. Así que a las 7'15 h. tomamos la ctra hacia Cáceres, que fresquito, y que buena hora para subir el puerto de "las camellas" y desde lo alto ya se ve Cáceres, donde entramos por caminos y justo entrando alcanzamos a los peregrinos de anoche, "buenos días" y "buen camino".
Preguntamos a un lugareño por la ruta a seguir hacia el centro histórico, pues un azulejo en una puerta nos despista, y nos indica el Sr. que todo de frente y encontramos los restos de un puente romano (restaurado), y al verlo ya me sitúo, ya conozco el sitio y callejeamos hacia la plaza mayor. De haber seguido el camino, hubiésemos tenido que subir una calle muy empinada.
Buscamos y preguntamos por un bar para el desayuno, pero lo único abierto es una churrería, así que colacao y churros. Después callejeamos algo por el centro y al buscar un cajero terminamos perdidos y al otro lado de la ciudad, así que vuelta subiendo una cuesta de aúpa. Fotos por las calles del casco histórico y al salir a la plaza mayor vemos de nuevo a los peregrinos de apie, a los que indicamos donde está la churrería y nos hacemos unas fotos. Adiós y buen camino.
Ésta es una de las ciudades donde hay que volver.
Nos vamos saliendo hacia la plaza de toros y detrás está la salida hacia El Casar de Cáceres, famoso pueblo de las tortas de queso. El camino va todo el tiempo paralelo a la carretera, así que tomamos ésta, pues no hay nada que ver, ni un solo árbol y todo seco, seco. Al llegar a El Casar paramos en un bar que está abriendo tomamos un aquarius y saco unos frutos secos y ya estamos listos, como nuevos. Vemos como llegan muchos bikers locales que, al ser domingo, se están juntando para la ruta semanal.
Las flechas nos van sacando hacia una pista ancha, fotos a un palomar y parada en un pozo en lo alto del cerro se le va saliendo el agua (curioso). vamos siguiendo la pista por todo lo alto de una planicie seca, seca, que poco a poco se va estrechando y se encierra entre cercas de piedra y comenzamos a toboganear y abrir y cerrar cercas, pero en este caso son fincas de cabras y ovejas. El camino comienza a bajar y se divide entre la vía de la plata y la calzada. Seguimos la vía de la plata que nos termina dejando en la N-630 que tomamos a la derecha en bajada hacia el embalse de Alcántara y el puente sobre el río Tajo. Foto. Nos adelantan cantidad de motos de domingueros que hacen la ruta subiendo y bajando tumbándose en las curvas. Y continuamos bajando hacia el embalse, y como todo lo que baja, sube (ley inexorable de la física), continuamos la N-630 hacia arriba, en principio parecía que será duro, pero se trata de una subida constante pero llevadera. Evitando así la subida por camino en el "valle de los muertos" -creo que se llama así-.
Pasamos por Cañaveral, donde paramos a tomar un refresco y rellenar los botes de agüita fresca. Continuamos subiendo por la N-630 aunque las flechas nos mandan hacia la izquierda pasando junto a una ermita. Adrián se pone delante, "Adrián seguimos las flechas", que no, que no, que mejor por la carretera, y a la izquierda veo un "cortafuegos", no creo que ese sea el camino (error se trata de otro calvario). La subida al puerto de los castaños se hace pesada, sobre todo por la caló. Arriba del todo las flechas nos envían hacia la derecha, a Grimaldo, y decidimos que en el primer bar pararemos a tomar el bocata.
En Grimaldo el bar es el pueblo, pues todo el mundo está allí, vemos tres bicis con alforjas (serán nuestro amigos catalanes??) de unos peregrinos de La Mancha, con los que charlamos un ratito, nos cuentan que están haciendo el tramo Mérida-Astorga. Y que efectivamente, donde antes vimos la ermita en Cañaveral, la pista se empina para empujar las bicis un buen ratito (posiblemente acertamos la ruta por ctra).
Como ellos ya se han refrescado, salen antes que nosotros. Bocata de jamón y refresco y salimos para el siguiente pueblo (Galisteo) donde almorzaremos. La salida es siguiendo la carretera, pero enseguida hay que tomar hacia la izquierda, aunque no está indicado (se trata de retomar el camino como si no se hubiese entrado en Grimaldo). Rápidamente vemos las flechas y tomamos hacia la derecha abriendo cancelas y por senderitos, al principio llano y luego en bajada. Tramo muy divertido siguiendo en todo momento exclusivamente sendero casi siempre en bajada durante unos 15 km. "Adrián aquí hay que venir con el club y hacer el tramo sin alforjas". Los senderos terminan en una bajada muy fuerte junto a un embalse pequeño que nos lleva a una ctra. que tras 2 km de subida nos deja en una pista a la izquierda, que seguimos y tras abrir varios portillos, paramos junto a un paso de agua de riego bajo el camino y nos refrescamos (que agua tan fría), seguimos paralelo a un canal de riego hasta que un cruce de caminos nos lleva hacia la derecha y al fondo vemos un cuestón que no nos queda mas remedio que subir con todo el desarrollo que llevamos, y así y todo, pensamos en bajarnos en alguna ocasión, pero bueno, ya estamos arriba. y desde allí vemos el siguiente pueblo, Galisteo, donde tenemos previsto parar a almorzar.
Paramos en el primer bar que vemos "el emigrante", donde están los amigos de La Mancha y otros dos bikers sin alforjas de Albacete, que al charlar con ellos resulta que son tres y que se van alternando con un coche de apoyo (así cualquiera), y como dice uno de ellos, que van de señoritos.
Pedimos el menú, pero como hemos llegado los últimos y son más de las 15'00 h, queda lo que queda, así que pongamos ud. unas verduras y unos filetes de pescao, pero antes una cervecitas como esas, de 1/2 litro, que desaparecen casi al llegar. Comida y charla con los nuevos amigos, y al terminar reposamos dormitando en los sillones a la sombrita. Los tres amigos de Albacete salen antes que nosotros y han decidido pernoctar en Carcaboso y los de La Mancha deciden quedarse en Galisteo. Y nosotros decidimos continuar hasta Oliva de Plasencia ya que parece que tiene un albergue pintoresco, aunque unos km fuera de ruta según aparece en la guía de Ángel (Puertollano). Nos tomamos unas fotos en la curiosa muralla que rodea el pueblo hecha de guijarros de río junto a los Manchegos. Buena gente. Nos despedimos, buen camino.
Cruzamos el río Jerte por un puente medieval -fotos- y seguimos las flechas que nos hacen continuar por una carretera comarcal estrechita y paralela al río, siempre subiendo, pero suave. Pasamos Aldehuela del Jerte y continuamos hacia Carcaboso, donde alcanzamos a un grupo de 10 Coreanos a los que intentan alojar en una casa particular. "oye vais a dormir aquí" le preguntan a Adrián y a su repuesta negativa "pues entonces sigue, sigue". Perdemos las flechas y preguntamos, y a la salida nos encontramos a los de Albacete ya duchaditos en la puerta del albergue, adiós, buen camino y continuamos palante. Al principio por pista y tras cruzar una carreterilla nos mandan las flechas hacia unos senderos por una dehesa, picando hacia arriba, pero suave. Portillos y más portillos (24 según Mario), aunque parece que no hay pérdida, hay que estar muy atentos a las flechas. Preciosas vistas. Y al llegar a Venta Quemada, de frente hacia el Arco de Cáparra, nos topamos con la Carretera, que tomamos a la derecha hacia Oliva de Plasencia (6 km) para pasar allí la noche en el albergue (que nos indicaron en la comida en Galisteo los amigos de Puertollano).
6 km interminables por carretera comarcal y dehesas a ambos lados. El albergue está bien indicado y mejor acondicionado en su interior -fotos-. Llamamos a la hospitalera, que nos prepara la cena junto con la de los italianos, Mario y Giuseppe. PARMESSANO REGIANO. Mario ronda los 70 años y Giuseppe los 60.
Nos alojamos en la 1ª planta, toda para nosotros, localizamos los baños en la 2ª planta, y para cuando llega la hospitalera, ya estamos instalados y aseados. Que bien entra el pucherito con fideos que nos traen. La hospitalera muy gentilmente nos ameniza la cena con su charla y con sus problemas con los albergues "ilegales" de Carcaboso y con las averías de su coche, que usa para recoger a los peregrinos apie en el cruce de Venta Quemada. Los amigos italianos nos ofrecen el queso de su tierra y si vale tan barato en el mercadona no es parmesano, lo mismo que el lambrusco, que para que sea vino de denominación de origen debe costar unos 3 ¬. Todo lo demás non n'est lambrusco.
Lavamos la ropa en un barreño y la tendemos en el balcón del alberque que da a la plaza -fotos-
Compramos agua para la noche y la mañana en un bar cerquita.
Etapa de unos 115 km. Aunque bastante seco el terreno, según avanzamos, va mejorando. Divertido por tantos senderos. Muchas fotos.
Como de costumbre, el despertador suena a las 6'00 h. y estamos en pie a las 7'00 h. con todo preparado. Desayunamos en el albergue (incluido en el precio 15 ¬) con los nuevos amigos italianos, y poco antes de las 8'00 h. ya estamos en marcha, saliendo por un camino que nos indica la hospitalera para enlazar de nuevo con la Vía de la Plata poco antes de llegar al arco de Cáparra. Me preguntan los italianos por el nombre del árbol que llevamos viendo desde que salimos, Alcornoque, le respondo, así que Mario se detiene y lo apunta, y también el nombre del fruto, la bellota. Lo apunta todo, la hora por la que pasa por los sitios, la altimetría, los detalles. Fotos por la dehesa y en cartel indicador giramos a la derecha y ya a lo lejos vamos viendo el arco. Nos cruzamos con uno de los peregrinos de Albacete que hoy le toca de conductor y que está paseando por el camino mientras espera la llegada de sus amigos desde Carcaboso. Impresionante el llegar, debió ser un cruce de caminos importante, del que tan solo queda en pie el arco, mientras los alrededores están siendo excavados para recuperar lo posible. Ya se ve el trazado original de la calzada romana o quizás de una calle de la población existente. Fotos, fotos.
La última foto la tomamos con la cámara de Mario, y como él dice, la cámara es de su época, pues se trata de una cámara compacta pero de las antiguas de carrete. Continuamos camino y al abrir un portillo le digo a Mario que lleva una de las cremalleras de sus alforjas abierta, y sorpresa, en esta parte había guardado su Cámara antediluviana, se altera un montón y decide quitar las alforjas y volver a buscar su reliquia. Momento en que nos despedimos de ellos en español y en italiano. Buen camino (el amigo de Albacete encontró su cámara y se la devolvió).
Seguimos las indicaciones de los cubos y flechas que nos mandan por pistas y senderos, teniendo que cruzar varios arroyos por unos puentes al efecto -fotos-. Terminando en una carretera que tomamos a la izquierda, mientras el camino va pasando de izquierda a derecha de esta carretera. Vamos viendo que los cerros nos van encerrando y nos rodean (mala señal). Aunque de momento la carretera baja y el aire nos empuja -fotos y vídeo-. En un cruce hay que dejar esta carretera, que gira a la derecha 90º, para tomar otra de frente, momento en que un camionero va algo pasado de velocidad y al ver un coche de frente y un ciclista parado en la cuneta (fuera de la carretera) da un frenazo en seco. Joputa camionero. Será el único "susto" en 1.100 km.
Continuamos de frente por una carreterilla semiabandonada que nos deja en la N-630, que tomamos a la izquierda, y apenas comienza la subida, sale del camino un bicigrino andando y se incorpora a la N-630, nos paramos con él a preguntarle si está averiado, nos contesta que va todo bien (el acento nos suena y resulta ser de Jerez de la Frontera), lo dejamos y seguimos subiendo hasta el siguiente pueblo (Aldeanueva del Camino), donde paramos a tomar un refresco (no tenía zumo), busco un cajero y foto en el puente de la Calzada. Nos adelanta el Jerezano.
Seguimos la marcha hacia Baños de Montemayor sube que te sube y justo en la entrada alcanzamos al de Jerez parado con unos lugareños y continuamos con él hacia un bar a tomar un zumo de naranja, paramos un ratito con él y nos invita. Se trata de un prejubilado (60 años más o menos) que no había hecho deporte nunca y que hacía 10 días se había comprado una bici y había iniciado el camino (seguro que lo termina). Fotos con el nuevo amigo gracias a un lugareño jubilado que nos explica como van los baños en el balneario. A todo esto, cruzan la carretera a lo lejos unas "monjas de amarillo".
Retomamos la marcha y pasamos junto a unos baños (fotos del personal con albornoces amarillos). Aquí hay que volver con Encarni a los baños. Fotos. Cuando la subida se empina nuestro amigo Joaquín nos deja, pues lleva un ritmo más tranki. Nos despedimos. Buen camino.
Foto de la calzada a nuestra derecha en el momento de una curva muy cerrada a nuestra izquierda, y Baños ya queda bastante abajo. Fotos de la ascensión. Adrián "le temo a este puerto, por ser el primero", pero al final, a ritmo tranki no resulta ser para tanto, quizás por haber subido por N-630, lo mismo la calzada se empina más. Pero como había leído en las guías es aconsejable para las bicis evitar los tramos de calzada (y esta está restaurada) pues no son del todo ciclables. Casi arriba enlaza la calzada con la N-630 por nuestra derecha y al iniciar el descenso las flechas nos vuelven a sacar de la N-630 por la izquierda. Ya estamos en Castilla León, pasando de Cáceres a Salamanca. El ritmo es de dos días por comunidad autónoma.
Tomamos a la izquierda, en descenso por pista arbolada y con sombra y muchos miliarios modernos, hacia el río Cuerpo de Hombre. Con viaductos de la A-66 sobre nuestras cabezas. Fotos. Espectaculares paisajes, verdes, con agua clara en el río, nada que ver con los llanos andaluces y extremeños. Paramos en el puente sobre el río, dan ganas de quedarse allí, pero no es posible. Continuamos unos km paralelos al río por una carreterilla (paralela al camino) hasta que al alcanzar a unos peregrinos (buen camino) las flechas nos sacan a la izquierda por un camino empedrado (calzada ??) y bastante empinado, así que a pata parriba -fotos-. Y como dicen las leyes de la física "todo lo que baja tiene que subir", nos toca subir algunos tramos de camino, eso sí, en bici. y llegamos a Calzada de Bejar, donde decidimos tomarnos el bocata en el bar del pueblo. Peazo de bocata de queso (era lo que tenía) y una cervecita. Fotos. Que mala suerte tiene el camarero, que se nos pone malo con grastroenteritis y tiene que cerrar, dejándonos allí después de pagar.
Salimos por única calle del pueblo dirección Valverde de Valdelacasa, las flechas nos llevan por caminos, pistas, senderos y una carreterilla. También nos vemos obligados a echar pie a tierra para subir por piedras una fuerte cuesta (por lo menos el 50 % de desnivel), eso sí, a la sombrita . Fotos. Pasamos Valverde y Valdelacasa siguiendo un bonito tramo de sendero entre vallas y con muchos postes de la luz por el centro y seguimos para Fuente roble de Salvatierra pasando a una carreterilla comarcal con mucho arbolado. Las flechas nos sacan a la izquierda por una pista, pero decidimos seguir la carretera tras consultar el GPS y comprobar que llegan al mismo sitio, dando el camino un pequeño rodeo. Así que seguimos de frente, eso si, siempre en ascenso.
Tras un agradable y rápido descenso, entramos en el pueblo del Cura Blas, Fuenterrobles de Salvatierra y preguntamos por el albergue a una lugareña "sigan las lineas blancas del suelo y les deja allí ", y así es, pasamos junto a un bar, donde decidimos comer, ya que vemos "menú del peregrino" y a uno haciendo lo propio. Al llegar al albergue y pararnos a mirar la fachada (muy curiosa y decorada con pinturas de peregrinos) sale la hospitalera (Neozelandesa creo entenderle) y chapurreando algo de español, nos invita a pasar y a descansar si queremos, que es de gratis. Aceptamos y nos indica donde dejar las bicis, nos muestra donde descansar y nos indica donde comer. Nos aseamos algo y salimos a comer.
Al llegar al bar que vimos antes, nos indica el dueño que está cerrando, que ya no sirve comidas (que tío mas esaborio), y nos indica hacia otro bar en la misma calle. El bar del Portugués. Preguntamos si sirve menús del peregrino, contestando que no, que si queremos nos prepara unos platos combinados, 2 huevos fritos con cuatro filetes de cerdo y una ensalada con varias cervecitas (que ya quisiera el Rey comer así), y al finalizar le pedimos dos chupitos de hierbas, que nos sirve y nos obsequia con dos chupitos blancos mas de su propia cosecha ("esto es colonia" dice Adrián). Y por cierto que al tomarlos de un trago, queman, así que el licor de hierbas parece fanta.
Un tío pintoresco, con ese habla castellano-portugués que nos suena raro y tenemos que prestar atención a lo que dice para entenderlo.
Pagamos y nos vamos para el albergue, y casi no llegamos, pues los chupitos hacen efecto muy rápido, así que lo mismo es llegar al catre que caer redondo -fotos. Será la 5ª y última siestecita del camino. Al levantarnos nos preparamos, cogemos las bicis y como no tengo el plano del resto de la etapa, preguntamos a la hospitalera Neozelandesa que nos dibuja perfectamente las tres alternativas existentes. Todas pasan por el pico de la Dueña. Adrián decide tomar la alternativa de carretera.
A nuestra salida coincidimos con dos de los peregrinos de Albacete con coche de apoyo, uno de ellos había tenido una avería y tienen que arreglarla, mientras el otro viene con los amigos italianos Mario y Giuseppe. Por cierto, uno de los de Albacete encontró la cámara prehistórica de Mario. Les indicamos donde habíamos comido y nos despedimos de todos. Buen camino.
Salimos del pueblo hacia la izquierda, lo que quiere decir que vamos en dirección contraria, según el sol que llevamos de frente en vez de nuestra izquierda. Pero la hospitalera nos manda por aquí, así que así será. A los 7 km pasamos por un pueblo pequeño, a los 7 siguientes por otro en el que debemos tomar 90 º a la derecha, nos indican unos lugareños que vamos bien -foto a la iglesia- y continuamos por carretera recta en suave ascenso. Llegamos al siguiente pueblo donde de nuevo unos lugareños nos mandan para arriba, pero nada de cachondeo, para arriba. Esto no estaba previsto, vaya cuesta, en total unos 5 km subiendo, con unos aerogeneradores en todo lo alto del cerro, y unos arboles que casi cierran la carretera -foto- y cosa curiosa, subimos por encima de los "ventiladores" y es que había más. Y Adrián le temía al puerto de Bejar. Pues vaya con el "Pico de la Dueña".
Desde lo alto pensamos que ya todo sería cuesta abajo, pero no, va a ser que no. Tras un rápido descenso dejamos atrás los arboles y la dehesa "La Dueña" y se ve una gran extensión con tapias de piedra y varias fincas de vacas, nos pasan un par de BMW, y es que la gente de por aquí va descalza. La carretera sigue más subiendo que bajando y tras este valle viene otro y una planicie interminable, "creo que el camino nos debe llegar por la derecha. Le digo a Adrián". Y la carretera sigue subiendo hasta que vemos unas flechas en una de las cercas de ganado y más tarde, en un cruce, el nombre del pueblo donde vamos a dormir "San Pedro de Rozados" o en el siguiente "Morille".
A eso de las 20'00 h. entramos en San Pedro y preguntamos por el albergue, y al llegar nos dice la hospitalera que está lleno de peregrinos de a pie, y que al siguiente pueblo van unos ciclistas y otros peregrinos a pie, así que nos quedamos allí mismo, porque en Morille mi guía dice que el alberque es pequeño. Y la hospitalera de San Pedro nos ofrece una pequeña casita para nosotros solos a 15 ¬ por barba (total el albergue son 10 ¬). La casita parece de juguete, pequeño salon-cocina que da al aseo y dormitorios.
Nos indica que para comer tan solo hay una pensión (VII carreras) que sirve comidas y que me de prisa porque a las 20'30 h. sirven la cena, mientras Adrián se ducha me acerco para confirmar. Y una vez limpitos nos vamos para comer el menú (ensalada de garbanzos y chuletitas con unos tintos de verano). Los vecinos de mesa son unos peregrinos Franceses bastante agradables, uno chapurrea algo de español y otro na de na. Dejamos nuestro agradecimiento en el libro en que nos ofrecen firmar. Nos dicen que en el pueblo no hay cobertura de Vodafone, así que buscamos una cabina para dar el reporte diario, la encontramos junto a la iglesia. Pero resulta que allí si nos entran varias llamadas (tenemos a la gente mu preocupada parece que va a llover). Vemos en la tele de la casita el tiempo para mañana, y efectivamente, da posibilidades de lluvia. Tras la cena a dormir del tirón sin que mañana nos despierten los peregrinos. Pero antes lavamos la ropita en la bañera y la ponemos a secar en el tendedero, pero no se seca.
Etapa de unos 110 km incluido el rodeo desde Fuenterroble de Salvatierra a San Pedro de Rozados.
Como de costumbre, el despertador suena a las 6'00 h. arriba a las 7'00 h recogiendo ropa mojada y preparando mochilas. A eso de las 7'15 h. nos vamos para desayunar donde mismo cenamos anoche, y ya hay un peregrino de apie esperando con su mochila para tomar algo, llamamos y tardan en abrir. Charlamos mientras el desayuno con Javi, peregrino de San Sebastián, que nos dice que en Salamanca deja el camino, que lo han llamado del trabajo. Buen camino.
Cargamos y engrasamos las bicis, y nos aseguramos, como siempre, de no dejar nada atrás. Tomamos el camino que nos marcan las flechas en dirección Morille y antes de llegar ya habíamos adelantado a 6 peregrinos a pie, pasamos junto al albergue (que parece tener buena pinta) -fotos- y continuamos por pista en buen estado y tendiendo a bajar, a lo lejos se ve lo que parece ser Salamanca. Que fresquito hace esta mañana, y además está algo nublado. Pistas, senderos y portillos y a lo lejos Salamanca, pero antes debemos subir hasta "la cruz del peregrino" -foto-
Llegamos a Salamanca cruzando bajo la nueva autovía A-66 y llegamos a una rotonda en la que hay tres flechas (izquierda, derecha y frente) así que preguntamos a un lugareño paseador de perro que nos indica de frente, llega otro lugareño que pretende liarnos más. Gracias y seguimos de frente. Cruzamos bajo las vías -foto- y tras un parque ya vemos el puente romano -foto- y al cruzar el puente foto al Berraco y al Lazarillo. Nos llama Garzón interesándose y nos dice que tiene previsto hacer el mismo camino que nosotros para el próximo 21 de julio (vas a pasar mucha caló). Entramos en Salamanca "Paso al peregrino" y el personal de la excursión se aparta. Zumo de naranja en zona de estudiantes y vuelta y fotos por la ciudad. Impresionante Plaza Mayor. Fotos y más fotos.
La salida nos lleva por c/ Zamora y las flechas nos indican que de frente, por la N-630 y hacemos caso, así que como tampoco tengo el plano de este tramo, continuamos 36 km de Nacional, los más pesados hasta el momento. Estábamos hartos de carretera (lo nuestro son los caminos), al fondo la cárcel de Topas, pero siempre al fondo, hasta que nos comenzaron a caer unas gotitas, y el aire cada vez sopla con mas fuerza, cruzado de la izquierda. Así que nos ponemos los impermeables, por si las moscas. El cielo está totalmente cubierto
Por fin llegamos a "El Cubo de la Tierra del Vino" localizamos el albergue y llamamos para el sello, pero nos mandan para el Ayuntamiento. Son las 13'15 h. y nos comemos un bocata en condiciones y sellamos. Vuelta a continuar el camino siguiendo las flechas que por pistas nos sacan paralelos a las vías del tren, en ascenso por buenas pistas. Vemos muchos miliarios nuevos con inscripciones en árabe. fotos en Villanueva del Campean. Nos llama Ramón para darnos la buena noticia del día "la Mondraker tiene garantía", así que llamamos a la tienda a eso de las 14'30, pero está cerrado. Más tarde llamamos.
Siempre por pistas y ya sin árboles, llegamos a un "cruce de caminos" señalizados con unos monolitos recientes, nuevos, pero con los alrededores algo dejados -fotos-. Adelantemos a una peregrina canadiense solitaria. buen camino. "Adrián por donde irán los guiris". Seguimos los monolitos pequeños y las flechas y nos mandan a la entrada hacia Zamora por una zona muy fea, escombreras y deshechos. Pero a lo lejos ya se ve la catedral y el río Duero.
A la entrada preguntamos a la policía nacional por un lugar donde comer algo y nos indica, pero está cerrado, y ya son las 16'10 h. -fotos, fotos- Al cruzar el puente medieval volvemos a preguntar a unos lugareños, pero igualmente está cerrado. Vuelta a preguntar y localizamos un restaurante donde nos atienden muy bien, nos dejan meter las bicis dentro y nos preparan el menú del peregrino, -sello-. Tras la comida y sin la siesta de costumbre, hoy hace fresquito, continuamos camino visitando antes algo de la ciudad. fotos, fotos.
Desde el centro de Zamora seguimos las flechas que nos sacan de la ciudad por c/ Cuesta Morana, una vez fuera llamamos de nuevo a Mérida y esta vez si nos atienden, que no reparen la bici, que tiene garantía. Al poco nos llaman y nos confirman que no la han llegado a tocar, mejor así. A Adrián le cambia la cara, ya vuelve a tener bici.
Tomamos la dirección de las flechas, que nos sacan por un polígono feo, feo, parecido al lugar por donde nos hicieron entrar en Zamora. Pasamos Roales del Pan y seguimos por pistas muy rectas. Al llegar a Montamarta paramos a ver como está el albergue del siguiente pueblo, y menos mal que paramos, pues según la guía no tiene donde comer, así que decidimos parar a dormir en este pueblo.
Localizamos el albergue, indicado por flechas, y ya hay en él unos peregrinos de apie que nos indican que el hospitalero vendrá mas tarde, que podemos escoger las camas que queramos, que hay bastante sitio. Se trata de un albergue muy amplio, con dormitorios a la izquierda, aseos de frente, comedor-cocina a la derecha y además un cuarto trastero-lavadero junto a los aseos.
Nos duchamos y hoy Adrián lava la ropa, que tendemos en unos tendederos frente al albergue (como no llevamos pinzas metemos las cuerdas por dentro de la ropa) y nos acercamos a un bar de carretera N-630 para comer el menú, mientras llegó el hospitalero y como no estábamos, dijo a uno de los peregrinos que dejásemos el donativo en el buzón (4 ¬), cosa que hacemos a la mañana siguiente.
Cuando llegamos de la cena ya duermen todos, así que recogemos la ropa, pues ha llovido algo y no se va a secar y al saco.
Etapa de unos 110 km. con fuerte viento del costado izquierdo y algo de lluvia. El día mas fresco hasta el momento (eso, eso, hasta el momento)
6'00 h. y vuelve a sonar el despertador. Ya se han levantado algunos peregrinos pero otros son hoy bastante remolones y nos levantamos antes nosotros. A las 7'00 h. y está todo recogido y salimos a desayunar al bar de carretera cercano. No llueve, así que llamo a casa para tranquilidad del personal. Preparamos las alforjas con unas bolsas de basura, pues el tiempo prevé agua para todo el día ( y no se equivocó).
Un peregrino de apié nos avisa de que hay que pasar por la cola de un embalse y que está impracticable, y que mas adelante están haciendo unas voladuras en el camino y que hay que dar un rodeo, y le han aconsejado que este tramo lo haga por carretera. Así que nosotros pensamos hacer lo mismo.
Salimos, lloviendo, por N-630, esta vez con bastante tráfico, y a la altura de de la ermita de la Virgen del Castillo (con su correspondiente camposanto) paramos -fotos- y vemos las señales que nos mandan para la derecha de la ctra. como decía el peregrino. Pero a lo lejos vemos como 2 ciclistas pasan por el recorrido original del camino, así que esperamos y nos acercamos y nos dicen que van a continuar el camino. Decidimos continuar con ellos (el amigo Luis -Sevillano- y el amigo José Antonio -Güervano- como él dice) y pasamos por el cruce con la autovía en construcción, que es donde se supone que están haciendo las voladuras, pero no hay nada de voladuras, tan solo maquinaria pesada que ha formao un barrizal.
Seguimos la pista hasta que las flechas nos sacan a la N-630 que cruzamos justo antes del cruce con la N-631. Las flechas nos alejan de ambas y nos llevan hacia el embalse de Ricobayo, que rodeamos por su derecha y pasamos junto a las ruinas del castillo de Castrotorafe, que pos sus dimensiones, debió ser bastante importante. Adelantamos a unos peregrinos apié. El amigo Luis se va quedando atrás, y el huelvano nos confirma que él lo alcanzó en la primera etapa desde Sevilla y que decidieron continuar juntos. "Pero este no es mi ritmo" nos repetía de vez en cuando. Pasamos, siguiendo las flechas, por Fontanillas de Castro (donde habíamos pensado quedarnos el día anterior) y por Riego del camino, y no para de llover, los caminos van acumulando barro y charcos, así que lo mismo hacemos zig-zag que pasamos por medio de los charcos y las corrientes de agua. Los dos nuevos compañeros llevan sus correspondientes GPS auténticos, y no los sucedáneos en papel que llevamos nosotros.
Llegamos a Granja de Moreruela, donde decidimos parar a tomar un bocata en el bar del albergue y charlando con José Antonio le digo que somos padre e hijo -"hostia un padre y un hijo haciendo el camino"- dice, con cara de asombro. Pues dentro de 10 años hago de nuevo el camino con mi nieto, le digo, pero ya tendré una edad... "58 tengo yo me responde". Que lastima que por culpa de la lluvia no puedo hacer una foto en la bifurcación, pero bueno, dejamos la vía de la plata y tomamos el camino sanabrés. Por consejo de José Antonio nos ponemos unos periódicos en el pecho para que absorba el sudor y no nos enfriemos (esta idea nos salvará de pasar frió hoy, mañana y pasado)
La pista deja de serlo y pasa a ser un camino bastante deslizante, con su barro correspondiente y sus lagunas que pasábamos sin contemplaciones por el centro. Para colmo el camino nos deja en un cortafuegos, eso sí, en bajada y muy deslizante. Y de frente el puente sobre el río Esla. Esperamos a Luis, pero como no viene, decidimos continuar, ya que entre los dos nuevos amigos habían quedado en encontrarse en el siguiente pueblo.
Al cruzar el puente las flechas nos llevan a la izquierda, por una senda, pero este es uno de los tramos que se describen como no ciclables, así que seguimos la carretera. José Antonio va muy contento "hoy Santiago se a acordado de mi, este si es mi ritmo", y es que se nota que este tío es ciclista, se pega a la rueda y no te suelta, en cuanto Adrián o yo nos ponemos delante, él nos sigue, y cuando toma la cabeza rápidamente nos señala con el codo para que demos relevo.
Cuando llegamos a Tabara buscamos el albergue, bastante cortito por cierto, pero el primero que vemos con unos pecebres para caballos. Y Luis (que llega al rato) y José Antonio deciden quedarse en una pensión. Nos despedimos -buen camino- y decidimos continuar, pues tan solo llevamos unos 50 km. Bonita iglesia en este pueblo, que no podemos fotografiar, pues no ha dejado de llover. Vemos el mapa de carretera de un peregrino y Mombuey parece que queda a unos 50 km, así que tomamos la N-631 (que antes de Castrotorafe habíamos cruzado) y al ver un cartel de Mombuey 38 km me da alegría y me pongo a tirar, pero bajo el ritmo al ver que Adrián sigue a su ritmo y no al mío.
"Adrián recuerdo que esta ctra. es recta, recta" y efectivamente, no me equivoqué. Esta carretera es recta con para aburrirte hasta que se llega al embalse de N. Sra. de Agavanzal, donde paramos (ya no llueve) y tomamos unas fotos (las primeras del día). Desde aquí nos quedan unos 5 km hasta que alcanzamos la A-52 que pasamos por encima y llegamos a la N-525, que nos acompañará hasta Santiago. A nuestra izquierda aparece Mombuey, y buscamos una pensión, pero está cerrada, así que retrocedemos hasta un hostal de carretera antes de la entrada al pueblo y allí nos quedamos, pensando que podríamos lavar y secar la ropa mejor que en el albergue (error) ya que llevamos mojada la puesta y la de reserva.
Como la llegada fue a eso de las 15'30 h. y tras la ducha bajamos a comer a eso de una hora después, el comedor estaba cerrado, así que comemos unas raciones (nos cominos unos callos muy ricos, Encarni). Lavamos la ropa en la bañera y como no nos dejan usar los tendederos usamos las toallas para que se sequen algo. Decidimos acercarnos al pueblo a comprar bolsas de basura y cinta aislante, pero como sigue lloviendo, un lugareño nos acerca (gracias). De todo el material que llevamos, hay que destacar la buena labor que hacen las bolsas de basura y la cinta aislante. Hoy las bicis duermen en una especie de aparcamiento-trastero que hay tras el hostal. Y como no hay llave de lugar, pues no tiene ni puertas, amarramos bien las bicis y les colocamos unos tableros encima para que no se vean.
Como no hay nada que hacer ni ver, y además llueve, hoy cenamos temprano -foto- y vemos la tele un ratito y nos quedamos frititos.
Lo peor de la etapa no fue la lluvia, sino que nos vimos obligados a abandonar el camino para tomar carretera y seguro que nos hemos perdido una parte bonita del recorrido.
Etapa de unos 90 km bajo la lluvia.
El día del frío.
Durante la noche he oído que llovía, y al despertarme, continúa lloviendo. Preparamos todos los bártulos y bajamos a desayunar. Y todo esto a la hora de costumbre, así que antes de las 8'00 h. ya estamos montados en las bicis bajo y la lluvia. Es lo que hay, nos toca continuar el camino otro día con lluvia.
Como hacemos todos los días, ya hemos mirado bien los planos que llevamos y hemos decidido continuar por ctra. ya que el camino lo llevamos paralelo por nuestra izquierda y en Asturianos pasa a la derecha. Tomamos un ritmito asequible pero sin prisas, pues la sensación no es buena y la carretera es recta como la de ayer. Adrián se me pega atrás y le empiezo a notar que no me pasa. "Como vas ?, bien, bien", pero a la 2ª o 3ª la respuesta es "estoy arrecío, tengo mucho frío, me duele la cabeza y la garganta". Y se encienden las alarmas. Bajo el ritmo y nos ponemos en paralelo. Tan solo llevamos 6 o 7 km con los periódicos puestos como nos aconsejó nuestro amigo Huelvano.
Pasamos a unos peregrinos que han hecho como nosotros, seguir la carretera. Y alcanzamos a otro que se ha metido en una parada de autobús en Asturianos. Buscamos un bar para tomar algo calentito, pero todos están cerrados. Así que imitamos al peregrino de la parada de autobús y echamos mano del botiquín para el dolor de cabeza y del ingenio para calentar los pies (periódicos y bolsas de basura). Le paso mis manguitos para las manos de Adrián. Y no se por que será, pero la paradita le sentó muy bien. Además la lluvia empezó a remitir poco a poco.
A nuestra llegada a Puebla de Sanabria lo primero que vemos es un gran bar de carretera abierto, Así que de cabeza padentro. Colacao calentito, unas madalenas y un zumo de naranja con miel. Y ya nos mirábamos y hasta nos conocíamos. Llegan unos turistas en autobús y nos comienzan a hablar al darse cuenta que somos peregrinos, vienen de levante. Uno de ellos nos hace varias fotos.
Visto que no llueve y que hoy la etapa no será muy larga (hoy tenemos 2 puertos), le digo a Adrián que veamos el pueblo, que es muy sonado y que algo tendrá. Y es cierto que es muy bonito (hay que volver). Subimos a todo lo alto, pues la parte antigua está sobre un cerro al otro lado del río Tera. Muchas fotos.
Salimos de nuevo siguiendo la N-525 sin lluvia y con bastante menos frío, pero ahora aparece el aire por nuestra izquierda, la carretera comienza a inclinarse. Alcanzamos a un lugareño que lleva en los puños de la bici unos protectores como los de las motos antiguas (que fácil hubiera sido hacer lo mismo con nuestras bolsas de basura), y esto se va empinando cada vez mas. "Teresa deja de llamarme que se me escapa el niño".
La subida no es tan dura como lo será por camino, pero la cuesta es constante y sopla el aire de lo lindo, de vez en cuando de frente y con fuerza -Teresa no me llames más que se me escapa el hermano-. Adrián me va esperando y llegamos arriba juntos, pasamos por el túnel -iluminado- rápido para no encontrarnos con tráfico. Las vistas desde el otro lado son espectaculares y comienza a llover algo. En una nave de mantenimiento nos ponemos mas periódicos para evitar el frío (que sigue haciendo) en la bajada.
Vemos a un grupo de ciclistas por nuestra izquierda que parecen que van en grupo haciendo el camino, pero con microbús de apoyo (antes vimos uno aparcado en Puebla de Sanabria), los pasamos y después ellos nos pasan (sin alforjas cualquiera). Las flechas nos mandan a una carreterilla secundaria, mojada, arbolada, en bajada y con unas vistas "que te cagas", pero la cámara está guardada.
Paramos en Fuente Hedrados a tomar unas fotos en una fuente, y a nuestra salida vemos un coche-tienda. Adrián piensa que se trata de un lugareño descargando sus compras. Paramos en Lubian (también lo han hecho los ciclistas anteriores todos con bicis Santacruz dobles) y nos tomamos unos bocatas y unos pinchos de tortilla. Como nuevos. Listos para subir lo que haga falta. El camarero nos indica que si nos parece podemos seguir por la carretera de salida del pueblo y sin abandonarla llegaremos a la cima del puerto. Le hacemos caso y la verdad que merece la pena pasar por aquí, a pie o en bici, preciosas vistas. Y además la carretera nos lleva en ascenso continuo pero suave (trazado antiguo con muchas curvas que aprovecha el desnivel para subir) fotos y mas fotos.
Arriba del todo mas fotos. Hemos llegado a Galicia. Sigue haciendo aire y algo de fresco. volvemos a protegernos con mas periódicos secos y a bajar, enlazando con la N-525 que continuamos hasta A Gudiña. Fin de ruta de hoy. A la entrada, reconozco el sitio "Adrián, allí me comí una pata de cordero y mamá no". Las flechas nos mandan al albergue, llamamos y nos abren unos franceses que nos dicen que hay plazas (solo están ellos 3). Llamamos a la hospitalera que nos dice que nos alojemos, que después pasará.
Sin duda, el mejor alberque hasta el momento (sin tener en cuenta el de Oliva de Plasencia, que mas bien es una casa rural), nuevo, con dormitorio (muchas plazas) y baños en planta alta y cocina y zona de estar en planta baja. En el exterior un lavadero con puertas para guardar las bicis y unos tendederos cubiertos.
Una vez aseados nosotros le toca el turno a la ropa, ya son las 17'30 h. así que nos vamos para el bar del peregrino y nos comemos y unos buenos bocatas almuerzo-merienda, nos dice la Sra. del bar que también sirve cenas. Damos una vuelta por el pueblo y llegamos a la variante de Verin-Laza, esta segunda es la nuestra. Tomamos muchas fotos y nos volvemos al albergue. Ya está allí la hospitalera que charla un rato con nosotros, se trata de una mujer mayor muy simpática
Tras la cena con caldo galego unos filetes y su chupito correspondiente, quedamos listos para dormir. Llegamos, recogemos la ropa, que no se ha secado y preparamos los planos del día siguiente.
Etapa de unos 82 km. que son los mas duros hasta el momento.
Para hoy hemos decidido no pasar frío por la mañana. Así que el reloj suena a las 7'00 h y no a las 6'00 h. como es costumbre. Pero así y todo me despierto antes que el reloj, pues los peregrinos hacen algo de ruido.
A eso de las 8'00 h. cuando ya lo tenemos preparado casi todo llega un peregrino de Valencia que inicia hoy el camino. Charlamos un ratito con él, dice que el autobús lo dejó en el pueblo a eso de las 5'00 h. y que hasta llegar al albergue ha dado muchas vueltas, que tiene que dormir, nos despedimos. Buen camino. Nos vamos a desayunar al bar del peregrino y nos dice la camarera que vamos algo tarde (mejor tarde que arrecío).
A nuestra llegada al albergue recogemos el resto, cargamos las bicis y salimos dirección Laza. Las flechas, en Orense marcadas en piedras, nos van sacando por una carreterilla local estrecha -fotos- y de pueblo en pueblo (pueblo = 4 casas). Pasamos de un valle a otro por lo alto de unos cerros y a nuestra derecha estupendas vistas del embalse Das Portas y a nuestra izquierda vemos otro valle verde, verde. Estas vistas nos alegran el inicio de la marcha, estamos en la llamada Galicia interior.
Las flechas nos sacan de la carretera por la izquierda por 1ª vez y al girar por el camino llega al turno de echar pie a tierra. Y ya vemos a la 1ª peregrina. Buen camino. al poco de salir a la carretera, vuelta a salir por la izquierda siguiendo las flechas y nos ponemos calentitos subiendo un cerro por una pista, pero empinao, empinao. Adrián me va sacando ventaja. Hoy se encuentra muy bien. Estamos subiendo a "Sierra Seca", no tiene ni un árbol, y las nubes nos han rodeado ya totalmente. No llueve, pero estamos empapados, así que la cámara no trabaja mucho. Una vez subida la sierra llega la hora de bajarla en dirección Campobecerros y efectivamente la bajamos por un cortafuegos entre piedras sueltas y empapadas, que resbalan aunque pateemos el terreno. Algo peligroso pero muy divertido. Adelantemos a los otros dos peregrinos del albergue de anoche. Y seguimos bajando. Los frenos trabajan de lo lindo. A lo lejos vemos el pueblo. llegamos y fotos, fotos. y salimos y mas fotos donde vemos la bajada que hemos hecho.
Parece mentira pero hace dos días el paisaje era amarillo y seco. Salimos subiendo por un pequeño puerto que al poco inicia el descenso hasta Porto Camba (no deja de llover), y siguiendo la carretera llegamos a un cruce que nos saca hacia la izquierda por una pista embarrada -foto de la cruz- que tomamos en rápido descenso. Hay que guardar la cámara para controlar bien la bici. A nuestra derecha se adivina, porque no se ve, un barranco bastante profundo. Que pena que las nubes no nos dejen ver, el paisaje debe ser digno de fotografiarlo. Y seguimos bajando y bajando dirección Laza, pero antes pasamos por un pueblito llamado Eiras donde la pista pasa a ser carretera, que sigue bajando mojada y con hojas. Tienen que seguir trabajando los frenos. Una flecha nos manda por un sendero por la derecha y este nos hace entrar en Laza.
Llegamos al Ayuntamiento y allí nos sellan en Protección Civil y nos aconsejan subir hasta Alberguería por carretera, pues la pista tiene un gran tramo intransitable. Y le hacemos caso, y creo que acertamos. Paramos en un bar a tomar algo calentito, pues las larga bajada nos ha enfriado. fotos. y salimos siguiendo las flechas hasta la carretera, que comienza a subir, al principio suave, pero se va empinando y empinando y a subir piñones. Total unos 10 km de subida con magnificas vistas y bastante aire,que como no sería menos sopla en contra. Esto no estaba previsto. Adrián me va dejando atrás, así que a ritmo que ya llegaré. Tras una curva, casi arriba, me espera al encontrarse con 2 ciclistas Cacereños que han hecho el camino por la pista y están molidos. Nos despedimos y seguimos para arriba.
Llegamos a Alberguería donde paramos en "El Rincón del Peregrino", donde vemos que están para salir otros 2 ciclistas de Pontevedra -buen camino-. Entramos y tomamos una tapilla de chorizo con unos refrescos y dejamos nuestra Vieira de recuerdo -fotos-. Seguimos las flechas que nos sacan por un camino que mas bien es un río, así que a pie para no mojarnos (aunque ya no había remedio). Que pena que no vemos por donde vamos por culpa de las nubes y tampoco hay fotos del lugar, que bien las merece. Llegamos a una carretera que seguimos en vez del camino y comenzamos una bajada estupenda, todo verde, cubierto de arboles, lloviendo, las gotas duelen en la cara y el aire no deja de soplar (bajando molesta menos que subiendo). Y Adrián se va marchando, no comprendo como este niño ve la carretera, curvas y mas curvas.
Al pasar Vilar do Barrio las flechas nos sacan de la carretera hacia la izquierda por una pista, recta, recta, pero en alguno de los cruces nos debimos despistar así que dejamos de ver las flechas y llegamos a otra carretera que decidimos tomar a la derecha, y acertamos, pues entramos en Cima de Villa (otro carteo indica Fondo de Villa) y de nuevo en el camino.
Seguimos bajando, los frenos deben estar sufriendo de lo lindo, pero para eso han venido. Comenzamos a ver los primeros hórreos
Paramos en Xunqueira de Ambía y preguntamos en el albergue (vemos un carro para caballos -serán peregrinos-) por un bar para comer y nos mandan hacia el pueblo, donde localizamos una bocatería, así que paramos y a comer. Nos cambiamos los periódicos y nos ponemos unos secos para no coger frío. Mientras comemos llegan los de Pontevedra embarrados hasta los ojos y es que se les a ocurrido bajar por caminos (Adrián creo que hemos vuelto a acertar). La Sra. del bar nos indica que 20 km hasta Orense y casi todo en bajada.
Salimos de Xunqueira siguiendo las flechas por carretera y pasamos varios pueblecitos -todo verde, verde-. Estamos acercándonos a Orense así que llamamos a José Manuel para decirle por donde andamos y que nos indique hacia la fábrica de Aspol, le damos los nombres de los pueblos que tenemos que pasar. Paramos en un P.I. con unas chimeneas grandes frente a nosotros. Vuelta a llamar, y nos dice que preguntemos, que estamos cerca. Y preguntamos y no saben nada de Aspol, que estará en el siguiente polígono, así que seguimos bajando ya por la N-525, preguntamos en el otro polígono y nada de nada, y seguimos bajando y preguntamos a un transportista que nos manda parriba, al primer polígono, que está 10 km cuesta arriba (otra vez será).
Seguimos las flechas, ya entrando en Orense, con bastante tráfico, vemos una señal indicando el albergue, y seguimos de frente, preguntamos y nos mandan arriba del todo de la ciudad. Al lado del albergue volvemos a preguntar y nadie sabe nada, y vuelta a preguntar. Al final y después de varios intentos más, dimos con el albergue.
El albergue es parte de un monasterio, que han restaurado muy bien al efecto, techumbre de madera, paredes de piedra, la parte alta dormitorio y aseos y la parte baja codina, estar y duchas. y lavadora y secadora que usaremos para toda la ropa de ciclista. Hay varios peregrinos de apie y otros ciclistas
El hospitalero es agradable, nos da todas las facilidades y nos indica donde comer. Tras las duchas decidimos dar una vuelta por la ciudad -fotos fotos-. Compramos mas bolsas de basura y a eso de las 9'00 h. buscamos donde comer (mesón Bedoya), algo cutre, pero para comer el menú del peregrino nos vale.
Cena y para el albergue, ropita seca y calentita de secadora. Las bicis duermen esta noche dentro del albergue.
Etapa de unos 98 km. la mejor hasta el momento, aunque llueve, las vistas merecen la pena.
Me levanto muy temprano, apenas oigo ruido de los peregrinos. Pregunto al vigilante de la obra de al lado por un bar para desayunar, que resulta estar al lado de la ferretería de ayer.
Doy una vuelta y a mi regreso ya están levantados los ciclistas que vimos ayer, uno va solo y lleva pedaleando 20 días desde Valencia, y me dice que le queda un mes mas por pedalear, que tiene intenciones de hacer más recorrido que el camino a Santiago. Los otros ciclistas están desayunando en el albergue y por el habla parecen andaluces, me acerco a ellos y charlamos, resultan ser de Alcalá de Guadaíra. Un padre, un hijo y el compañero de trabajo del padre (Rafael, Rafael y mike). Que resultan ser bomberos de la base de Morón de la F., conocen a Germán y me dan recuerdos para él. Esta gente si que se lo monta bien, hacen ruta hasta medio día y se ponen puos de comer y vinito así que el cuerpo les pide siesta, relax, y visita a la localidad de turno.
Ya está Adrián levantado, preparamos todos los bártulos, cargamos las bicis y fotos en la puerta del albergue. Nos despedimos de los amigos de Alcalá y nos vamos a desayunar (bar open). Salimos abrigaditos, pues a estas horas hace fresco.
Seguimos hacia el centro, como nos había indicado el hospitalero y localizamos en el suelo el indicativo (almeja) del camino, cruzamos la ciudad (fotos), y el puente romano (buenas vistas), cruzamos el Miño. Llegamos a la bifurcación del camino (por camino o N-525), decidimos seguir de frente por camino.
Primer error del día, pues el GPS lo tenía programado para tomar la ruta de la derecha, como comprobaría en otra ocasión. Así que los pueblos no a parecen porque la ruta no es la inicial, sino que se trata de una variante de la que no tenía ni idea.
Las flechas nos van llevando hacia las afueras de la ciudad, pasando por la estación del tren y cruzando un puente y hacia la derecha a un polígono industrial pero al girar a la derecha dejamos de ver las flechas, así que preguntamos a un lugareño y nos dice que tenemos que retroceder, que vamos al revés, pero al preguntarle por Tamallancos, otro de los pueblos, nos indica que también llegamos por donde vamos, pero que antes debemos pasar por Amoeiro, así que de retroceder nada de nada. Decidimos seguir subiendo ya que vamos para el norte (tenemos el sol a ala derecha).
Y comenzamos a subir por una carreterilla comarcal muy curveada y sin trafico, con unas buenas vistas, arbolada y con señales de haber sido usada para unos rallies de coches. No vemos ni una sola flecha en toda la subida (8 km mas o menos), pero como el lugareño nos indicó que al llegar arriba veríamos las indicaciones, seguimos subiendo. Ya empieza a sobrar la ropa.
Al llegar arriba nos paramos en medio de la carretera para preguntar a un coche que pasa por allí, y al girarnos vemos llegar a los amigos de Alcalá, haciendo zig-zag, maldiciendo y a patita para poder subir la cuesta. Nos enseñan fotos del 19% de desnivel que han tenido que subir. Y es que en el lugar donde perdimos nosotros las flechas había que tomar a la izquierda y seguir bajando hasta un puente romano para subir después hasta allí. En el cruce en que nos encontramos vemos las flechas amarillas, así que seguimos con ellos un par de km y nos despedimos -buen camino.
Vamos siguiendo las flechas por buena pista siempre en ascenso pero ya el plano no indicaba los pueblos que estábamos pasando. Estamos perdidos. Y la pista sigue subiendo y subiendo, pasamos por pistas, senderos y auténticos caminos de películas de meigas, siguen si aparecer Tamallancos o Amoeiro, y al fin un pueblo de los que aparecen en el GPS, CEA. Pasamos por el pueblo, y foto en la torre del reloj de la plaza que nos hacen dos niñas muy simpáticas.
Seguimos las flechas y nos sacan del pueblo por unos caminos llenos de vegetación, encerrados entre muretes de piedra, algunos semicaídos, serpenteantes, sube y baja, con barro en ocasiones, y con flechas amarillas, que seguimos, pues volvemos a estar perdidos, y sobre todo a partir de un giro de 90º a la izquierda que nos manda del norte al oeste y a eso de 1 km nos vuelve a girar 90º a la izquierda y nos manda del oeste al sur. "Adrián que vamos patrás". Pero bueno, continuamos siguiendo las flechas y terminamos pasando por varias aldeas o cerca de ellas (sonido de campanas) y tras varias subidas duras, duras, terminamos llegando a la N-525.
Sin duda, este tramo es el que mejores vistas tiene, el más bonito de hacer, que pena que hoy es el último día del camino.
Llegamos a Castro-Dozon y coincidimos con dos ciclistas malagueños, uno de ellos tiene el núcleo corrido y parece que va a abandonar pues mañana tiene la vuelta en avión, "arréglalo en el pueblo de al lado, que es una avería simple, no dejes a Santiago a 60 km, hombre". Tomamos el zumo mañanero, vemos a un peregrino a pie con los bártulos en un burro. Nos despedimos de los malagueños. Buen camino.
Vemos el cartel de carretera de Faramontanos, que viene en el GPS, y seguimos las flechas abandonando la carretera, y nos volvemos a perder. Pero en esta ocasión vamos para el norte, que ya es algo positivo. Pasamos por Laxe, con unas buenas subidas, que si está en el GPS.
La pista continua subiendo, siempre entre arboleda. Mis frenos comienzan a chillar, y es que los pobres están bastante desgastados. De nuevo pie a tierra, y es que de vez en cuando el camino nos sorprende con un % de desnivel algo curioso, y las "gambas" ya no están para florituras, y menos sabiendo que hay que llegar a Santiago.
Alcanzamos a un grupo de escolares descansando en un recodo del camino antes de cruzar un puente sobre la autovía, bajada prolongada y en picado, alcanzamos a un grupo de casi-peregrinos, que parecen que van haciendo el último tramo en grupo, en una bajada bastante pronunciada -siguen chillando los frenos-. Este último grupo es bastante numeroso y no paramos de adelantar personas hasta que llegamos de nuevo a la N-525 y vemos por fin carteles de varios pueblos que aparecen en el GPS.
Uno de los casi-peregrinos nos dice que él salió hace unos años en bici para hacer el camino y le contesto "y ahora llegas??"
Como es la hora de comer, nos paramos en el primer bar que vemos, la dueña del bar nos deja aparcar las bicis en un patio interior y a nuestra entrada nos recibe el amigo Santi, con su triciclo. Pedimos el menú y unas cervecitas. Santi ameniza nuestro almuerzo con unos derrapes a nuestro alrededor y con montones de preguntas (fotos).
Tras el almuerzo decidimos no volver a coger el camino, pues nos quedan 44 km -según el cartel .foto.- así que continuamos por carretera, saliendo para pasar por Ponte Taboada y Ponte Ulla, con unas vistas tremendas, verde, agua (fotos) pasamos por un tramo de la calzada -fotos- a pie igual que los ciclistas que nos siguen. Vuelta a la N-525 y a subir, creo que es el día que más km hemos hecho de subida. Paramos a sellar en un restaurante de carretera y a partir de ahí comienza un descenso suave.
En A Susana volvemos a seguir las flechas fuera de la N-525 y comienzan unos repechos cortos pero muy duros, unos en bici, otros a patita, hasta que a nuestra llegada a Piñeiro perdemos las flechas en una bajada con cruce a izquierda o derecha sin señalizar. Así que vuelta a tomar la N-525 a nuestra izquierda. Llevamos ciclistas delante y detrás, esto parece que está cerca. Así que siempre en subida por carretera hasta Santiago.
La entrada es algo fea, pues al haber perdido las flechas, parece que no es el camino correcto, pero ya estamos en la ciudad, así que a preguntar por el centro a unos lugareños, que nos orientan bien hasta que reconozco el parque "Caballería de Santa Susana" y a partir de ahí callejeo por la ciudad por rúa "El Villar" y por fin PLAZA OBRADOIRO.
Fuerte apretón de manos padre-hijo y al suelo a llamar a la familia -HEMOS LLEGADO-. Fotos, fotos. Localizamos la oficina del peregrino, pero como hay mucha cola nos vamos, localizamos un hostal bastante cutre y dejamos las bicis, nos duchamos y salimos al homenaje prometido. Una mariscada con buen albariño y chupito en taberna Do Rey. Nos caemos de sueño, así que a dormir.
Etapa de unos 120 km. con un poco de todo y un mucho de "estamos perdidos", "fabulosos caminos y sendas".
Al día siguiente recogemos la compostelana, tras la cola correspondiente, damos una vuelta por la ciudad (hay que volver) y visitamos la catedral, nueva cola para entrar por la puerta santa y saludar al Santo. Salimos por puerta lateral y nueva cola para entrar a la catedral para asistir a la misa del peregrino, vuelta a esperar a ver volar el botafumeiro, a la salida es la hora de comer, y estamos molidos de tanto estar a pie quieto.
Nuevo homenaje en taberna Do Rey (lo siento Tito Pepe "O Gato Negro" no a pareció) y vuelta a pasear por las calles de la ciudad, comprando unos detallitos para el personal.
Este relato es tan solo la descripción de las sensaciones que hemos tenido al pasar por los lugares recorridos, no tenemos referencias de los km reales recorridos, ni de las altitudes alcanzadas, ni de los pueblos ni sus lugares de interés, ni falta que nos hizo.
Nuestro agradecimiento a todos/as los/as que en cualquier sentido han facilitado nuestro viaje, a los/as que nos han apoyado y a los/as pesados/as que no paraban de interesarse.
ESTE HA SIDO EL PRIMERO DE NUESTROS CAMINOS, .................
ESPEREMOS QUE NO SEA EL ÚLTIMO.