http://web.jet.es/pplima/batallitas/reto.htm
En un principio dijeron que habían hecho el camino desde Villadangos en 3 días, sobre una btt. Después dijo que llevaban fuera de casa 7 días ( a todo esto, nadie sabia que se habían ido a hacer el camino). Villadongo dijo que Páramo seria capaz de hacerlo en dos días por monte, a lo que Páramo alegó que lo haría si tuviese un coche que conducir. Es de destacar también que apareció un afilador en escena, un personajillo con una barba de años, que seguro que no conocía lo que son las maquinillas de afeitar. Este le ofreció un plátano a "Villadongo" que le respondió: queeeeee, no, no quiero manzanaaaaaaaaaaaaaaaas. El viejo afilador insistió pero "Villadongo" seguía en sus trece. Villadongo iba de vez en cuando al vagón de al lado a conocer gente y conoció a un "colega nuestro" ya que era un chaval de un pueblo de al lado de Vigo que seguro que ya conocíamos... Según el Vigo es una gran ciudad con unas inmensas avenidas, algo impresionante, pero el solo pudo ver la zona de la Piedra donde no se que dijo que había allí unas cosas fondeadas en medio de la ría de la que colgaban unos bichos como las almejas pero mas grandes y de otro color, algo impresionante. Total, que las mejilloneras del medio de la ría y las señoras que venden ostras en la Piedra son lo mismo. Tenía este señor un amigo en Vigo que no sabía si lo conoceríamos, muy amigo, pero que no sabía como se llamaba.
Del "Paramo" se puede decir de el que su máxima azaña, su mayor heroicidad fue la de bajar por la Cruz de Hierro a 60 por hora por carretera y sin casco, y eso que no tenía un ciclocomputador en el que ver la velocidad, pero ma o meno. Ah, el truco verde del mes: no se a cuento de que el "Villadongo" nos explicó su técnica para aguantar mucho tiempo encima de la bici: ¡LOS CARAMELOS!, llevando unos cuantos en el bolsillo cuando tenía ganas de beber tomaba uno y así no tenía que andar bebiendo agua seguido y no se le inchaba la barriga. Así que, ya sabeis:
Ante el retraso que llevaba el tren y que se estaba haciendo de noche nos convencieron para parar en Villadangos e ir al albergue del pueblo. Antes de bajar del tren, una chica con pinta de filipina (que buena estaba!) le pregunto a nuestro cincuentón si faltaba mucho para León, a lo que este respondió haciéndose el interesante que lo menos 15 minutos yo creo. Cuando estabamos bajando del tren "Villadango" casi se cae con las mondas de plátano que el afilador había dejado estrategicamente situadas en las escaleras del tren. Una vez abajo vimos que la estación de Villadangos era como una acera de estas de hace 40 años. Sin luz ni nada. Villadongo muy amablemente nos indicó por donde se iba al albergue, primero nos dijo: seguid por ahí a la izquierda y vas por un camino de grava, que luego va a dar a uno de tierra y luego a la general, que siguiéndola de frente vas al albergue. Luego nos dijo que le siguiésemos y nos llevo a una carretera asfaltada, solo había que seguirla de frente e ibamos a dar a la general. Ellos tenían por delante 9 kilómetros hasta sus casas, por el monte, sin luz y teniendo que cruzar la vía del tren a saco.
Cogimos la carretera que nos indicó y la seguimos como podíamos (no se veía nada) fuimos a dar a la general, en la que tampoco había luz, nos metimos a la izquierda dirección al albergue. La cara de la gente que iba dentro de los coches que nos adelantaban fue de lo mejor. Parecía que viesen en nosotros a unos marcianos. En un cruce tuvimos que gritar a una conductora para que parase, ya que no nos veía, la cara de la señora era de resignación ante lo que estaba viendo. Al esquivarla salimos del arcén y entramos en la vía, donde casi nos "come" un coche, que empezó a pitar como un descosido. Finalmente llegamos al albergue. Ese día cenamos en un restaurante de allí al lado, la tortilla era de lo peor, cogían los restos las patatas con las que servían todas las comidas y le añadían huevo...en fin.
Para dormir pasó lo que el resto de días, siempre te toca alguien que seria capaz de despertar a un muerto con sus ronquidos.
- ¡Comoorr!, 30 Km., imposible, yo no soy capaz de hacer 100 metros más.
- (Encargado del albergue) Bueno, en bici se hacen bien. Que pasa, ¿Estáis muy cansados?
- Bastante.
- ¿Por qué?, ¿de donde venís?
- De Villadangos, al lado de León.
- No, no me refería a donde empezasteis el camino, ¿desde donde venís hoy?
- Salimos de León a las 8 de la mañana.
- Joder!!! Que monstruos, ¿sabéis que el record está desde Roncesvalles en 5 días?. Voy a buscaros un huequecito en el palco de la música.
Al final Diego no llegó a los 200 como pretendía, a pesar de llevar 197´77 y haber tomado la decisión de hacerlos 3 kilómetros por la noche quitándole las alforjas a la bici. Después de cenar, ducharse y estirar no le quedaron ganas de hacer otra cosa que no fuese dormir (o por lo menos intentarlo).
Reiniciamos la marcha, quedaban 35 kilómetros más o menos para Santiago, al poco de llegar a Lavacolla nos cruzamos con los de siempre. Tiramos hasta el Monte do Gozo, preguntamos en información por el albergue, allí pasamos por una tienda de deporte en la que daban masajes, allí el dueño salió de la tienda y dijo:
- Dueño gordo y con pinta de estafador: que, llevais muchos días haciendo el camino (iba de enterado)
- Nosotros: si, un día y medio desde León...
- Dueño: ... pues hago unos masajes para recuperar los músculos
- Nosotros: Cuanto cuestan??
- El: 3000 pesetas
- Nosotros: 3000 pesetas!!!!!!!!!!!!
- El: si, os parece caro??
- Nosotros: SIIII
- El: esos músculos están muy duros ehh, 3000 de pierna completa y 1000 de la planta de los pies
La gente cree que los demás son parvos. Fuimos al centro de Santiago a dar una vuelta y comprar la comida.
A eso de la 13:00 llegamos por fin a Vigo, en 3 días más de 425 kilómetros. Pero eso no es el final, el año que viene espera el siguiente reto, desde Roncesvalles en 5 días.
Conclusión:
Miguel Lima Medín miguel-lima@jet.es
Diego Pérez digodi@teleline.es