Prólogo
Si, si. Antes de que estuviera oficialmente establecida la hicimos. N. y yo la hicimos.
Ademas, por puro espíritu transgresor NO la hicimos el año xacobeo, sino el año después. je, je.
El año Xacobeo la hicieron unos del pueblo de al lado. Ellos son (aunque nuestras rutas difieran ligeramente) los auténticos pioneros.
Nuestra ruta en principio estaba diseñada con tres partes y un criterio.
Las partes eran:
- Lo que llamamos "camino comunero". De Madrid a Villalar de los Comuneros. Fue lo único que hicimos finalmente, y no completo, puesto que, como no íbamos a terminar, por respeto no nos atrevimos a entrar en Villalar.
- Fase de transición entre Villalar y Astorga.
- Por fin el conocido Camino de Santiago de Astorga a Santiago.
El criterio era simplemente la línea recta. Y sólo tenía aplicación en la parte de Madrid a Astorga.
Aqui van nuestras etapas:
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Tres Cantos - Cerceda
Si, trescantos-colmenarviejo-cerceda. La primera. Bastante dura. Dormimos en casa del cura de Cerceda. Alberto, ¡hola!
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Cerceda - Puerto de Navacerrada
Pues si. cerceda-navacerrada-puertodenavacerrada. Bonita, sencilla. Un poco cansado el final pero bien. En navacerrada nos acojonaron unos lugareños y subimos al puerto por la carretera. Debimos subir por la barranca. El albergue del puerto de navacerrada cojonudo.
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Puerto de Navacerrada - Segovia
Y bien. puertodenavacerrada-puertodelafuenfria-pinardelaacebeda-segovia. La jostia. La sierra muy bien, muy bonita y tal, pero lo del pinar de la acebeda se hace un poco largo (y eso que acortamos). Los ultimos diez quilometros hasta Segovia fueron pateticos (por carretera). Pero si no hubieramos acabado tan hechos polvo hubiera sido la etapa mas bonita. En segovia alojamiento en el albergue emperador Teodosio. Un techo simplemente.
Si, lo se. No deberiamos haber ido en autobus sino andando. Asi son las cosas. En principio debiera haber sido Segovia-SantaMariadeNieva y SantaMariadeNieva-Coca.
Ya, coca-villeguillo-olmedo. La parte coca-villeguillo fue durante la noche de nuestra llegada a coca. Dormimos en la cuneta de villeguillo, junto a un cartel en el que dice "villeguillo" (asi estabamos seguros de que no nos iba a atropellar una segadora). A las 4:30 disfrutamos de la compañia de un par de miembros de la hemeterica. El trayecto villeguillo-olmedo lo empezamos un poco tarde (tal vez por no haber dormido muy bien ¡gracias, hemeterica!) y tuvimos que hacerlo a pleno sol. La hostia. Finalmente llegamos a Olmedo y dormimos en casa de los curas de Olmedo. Hola Don Jesus. y Gracias.
Eso, olmedo-calabazas-pozaldez-laseca. Entre olmedo y calabazas cruzamos el adaja (a pie, estaba seco). En pozaldez nos refugiamos en el bar mas antihigienico que he visto nunca y hasta la seca transitamos por el peor camino de España (el alcalde de la seca lo dijo). No pudimos dormir en casa del cura de la seca porque un jovencin (¿cual seria su relacion con el cura?) nos aseguro repetidas veces que el cura no estaba por mas que le deciamos que todos los vecinos le habian visto entrar. Dormimos en casa del alcalde. Hola Damián. Gracias.
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LaSeca - Tordesillas
Y bien, laseca-tordesillas. Un paseito mojado pero un paseito. Si no hubiera llovido esa noche (lo del jovenzuelo negandonos posada en casa del cura era mas dramatico por la tormenta que estaba cayendo) habria sido un paseito muy agradable. Pero estaba todo mojado. Y en tordesillas nos volvimos. Si ya se. Pero es que N. y yo sentimos que ya habiamos acabado.
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de nuestra espiritual llegada a Segovia
Y llegaremos radiantes, despacito, disfrutándolo, envueltos en una claridad sobrenatural, los ojos entornados de puro misticismo. La gente nos mirará asombrada, sabiendonos distintos. La ignoraremos con movimientos irreales, conducidos por una presencia que no es de este mundo, derechitos, poco a poco, más cercanos que nunca de la tierra, y más que nunca lejos de ella, al albergue Emperador Teodosio, allí donde los tullidos recuperan su dignidad y donde se exige levitar para tomar posada. Allí quedaré yo y los demás partirán a la busca de algo superior, y lo encontrarán, y como ya ocurrió en otros tiempos los enviados los recogeran, y cuando vuelvan no sabrán si refieren un sueño o hechos ciertos. Y las horas de recogimiento me darán la determinación de comunicarles la verdad del lugar y de sus presencias, y ellos asentirán porque todos sabemos lo mismo y hay conexiones que no dependen de Maxwell, y descansaremos, tomaremos las abluciones rituales, y partiremos llenos de resentimiento contra tanta santidad.
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Santa María de Nieva
Cerrando los ojos será por un momento que veremos el lugar de nuestra señora, y será esta visión efímera, no más de unos segundos, y al abrirlos nada habrá más que llanura.
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del paso por Coca
Y entraremos cantando en Coca, ciudad de emperadores, de júbilo infinito, sabiendo que allí espera lo definitivo, la primera prueba, el antes y el después, el punto, y la raya. Y pararemos a orar bajo la sombra del castillo y buscaremos el lugar de adquirir bienes espirituales y de los otros, y casi perdidos, pero guiados, llegaremos al circulo arcano, alli donde las tablas grabadas en material indestructible muestran los nombres de la bestia y dan las pistas necesarias para calcular su número, cálculo tantas veces intentado pero nunca conseguido, y quedaremos inmóviles, y como por encanto surgirá una procesión de ánimas, personajes de otros tiempos ya olvidados pero que existieron, y nos mirarán con ojos horribles y horrorizados tal vez por nuestra santidad, tal vez por simple envidia, que si pasan pena debieron ser almas pecadoras y no es razonable que cuando no hay ya mayor castigo en perspectiva pierdan el hábito de pecar, a la vista de nuestra ahora no tan evidente vida y juventud que en esos momentos estaremos más cerca de las figuras de cera que de los humanos. Entonces sentiremos necesidad de recibir la sangre del mesías y la recibiremos, algo turbia y tal vez aguada, pero con la certeza de que por sus tonos dorados debe ser la sangre del mesías y de que estaremos asistiendo a uno más de nuestros habituales milagros. Y allí comenzaremos a encontrar signos del más allá y no del lado bueno, y un enviado tal vez angel caído o tal vez simple humano instruído por los mensajeros del averno, nos indicará la dirección de partida y nos despediremos, porque por esos designios insondables del malísimo será para nuestro bien que sigamos sus indicaciones, aunque con la seguridad de que en algún otro lugar del planeta, o tal vez de otro planeta, nunca se sabe, una mariposa dejará de batir las alas a causa de nuestro gesto, o algo peor. Y caerá la noche en el lugar indicado y habrá nuevos signos, luces y rugidos, y partiremos guiados como los sabios de oriente por una luminaria inesperada, o tal vez esperada, o tal vez no, aunque en nuestro estado de embriagación mística todo nos parecerá nuevo y original, y seguiremos la luminaria como si fuera la primera vez que la vemos y la última.
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las cuarenta noches de Villeguillo
Y llegaremos a un casar de nombre Villeguillo, y agotados caeremos junto a la señal y quedaremos dormidos, pero no será tranquilo nuestro sueño y es que el cansancio obligó a elegir un lugar que se demostrará no adecuado para la buena gente, mucho menos para su reposo. Y de madrugada se oirán voces y despertaremos, y serán dos demonios cada uno de tres cuernos montados en un dragón de ojos llameantes, y nos interpelarán y callaremos, y conseguirán la información de nuestras personas, y la comunicarán al maligno, y recibirán orden de dejarnos dormir y seguir nuestra marcha, y esta segunda colaboración del maligno nos resultará inquietante pero seguiremos.
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siete veces siete
Y atravesaremos pueblos y gentes que no repararán en nosotros ni nosotros en ellos, salvo en algunos pueblos que, tal vez por un mal presagio, fueron abandonados por sus habitantes y permanecen entregados a los elementos que van poco a poco dando cuenta de ellos. Y llegaremos a un manantial pero no beberemos porque el agua será salada, y el sol abrasador nos llevara a las lindes del delirio y como un espejismo aparecerá ante nuestros ojos la muralla de Olmedo y entraremos. Y allí descansaremos como nuestro señor sobre unos maderos cubiertos de clavos y una vez más hará aparición un enviado de Lucifer que nos humillará recordándonos nuestra triste condición humana y el gran peso que es la conciencia del que él orgullosamente se ve libre, pero, tras tentarnos con alimento, nos ayudará una vez más indicándonos la posada, y esta ayuda infernal volverá a confundirnos pero, seguros de que no somos más que instrumentos de un destino tejido por dedos de otra naturaleza, la aceptaremos. Y así dormiremos esa noche solos y rodeados de signos en forma de libros mágicos con extraños conjuros familiares a nosotros pero impropios de ese lugar, y las prisas nos impedirán investigar su procedencia, y dormiremos y antes del alba, sin hacer ruido, partiremos.
Y llegaremos a las puertas de un convento de monjas de clausura de donde seremos expulsados por un can feroz y la presencia firme y burlesca del maligno encarnado esta vez en metal y verduras. Y llegaremos a un río cuyo agua no será esta vez salada sino inexistente, y cruzaremos su lecho intimidados ante la percepción del destino cruel que nos aguarda, y llegaremos a un pueblo donde nos darán agua como la samaritana a cristo pero al contrario que aquella tratarán de trocar la derecha por la izquierda y tomando un camino que no lleva a donde vamos allí llegaremos. Sera el trayecto largo y cansado, y tendremos que ascender al cerro donde los restos de una torre recuerdan las tres cruces del Gólgota y veremos desde allí dos cruces y sabremos que esa es la dirección, pero, lo adelanto, comprobaremos que ni la vecindad de las cruces esta libre del diablo. Seremos castigados durante la marcha y serán los pies, los más culpables a los ojos del mal por ser los que nos acercan a las cruces de nuestro señor, los que más sufran, y tomaremos con resignación el castigo que nos purificará antes de alcanzar el lugar de las dos cruces. Y allí sabremos que la cruz del señor era la que dejamos en ruinas en el cerro y que burlados nos hemos dirigido a las cruces de los ladrones, y que no hay vuelta pues no es ese el modo de alcanzar perdón y arrepentimiento y será por otros caminos que haya más alegría en el cielo que por la salvación de treinta y seis justos. Partiremos de nuevo en busca de perdón y paz, guiados por el hambre de salvación y de la otra pues en castigo, o tal vez en el afán paternalista de salvación por la penitencia, hemos sido despojados de nuestras bolsas y marchamos con lo justo, como las bestias, entregados al cielo, y levitando, o tal vez andando pero sin sentir los pies, tan grande es el castigo que reciben por habernos una vez alejado de cristo.
Y es que el maligno tiene sus alcaides en la tierra, y en el pueblo de la Seca será que conoceremos a uno, y allí el párroco no se atreverá a vernos, ni le veremos nosotros a él, sino a uno que dirá ser su sirviente o algo peor, y quedaremos con la duda de la existencia del tal parroco, pero al poco no tendremos pensamientos más que para el alcaide del maligno, en cuya morada, gran error, desesperados entraremos. Allí hará trucos de todas clases que nos certificarán su autoridad en la tierra y cuya es su procedencia, y aterrorizados aceptaremos la posada que nos ofrecerá y al alba partiremos.
Y de repente nos miraremos y nos preguntaremos "lo has oído" y asentiremos porque sabremos que hemos recibido el perdón y que la marcha ha perdido el sentido, y que, tal vez no para bien, el camino ha terminado.