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Pedro y Jorma
dos peregrinos finlandeses por el Camino Mozárabe
00. Prólogo
01. Almuñécar - Puerto Suspiro del Moro
02. Puerto Suspiro del Moro - Granada
03. Granada - Moclín
04. Moclín - Alcalá la Real
05. Alcalá la Real - Alcaudete
06. Alcaudete - Baena
07. Baena - Santa Cruz
08. Santa Cruz - Córdoba
09. El día de descanso en Córdoba
10. 2º día de descanso en Córdoba
11. Córdoba - El Vacar
12. El Vacar - Espiel
13. Espiel - Peñarroya
14. Peñarroya - Valsequillo
15. Valsequillo - Monterrubio de la Serena
16. Monterrubio de la Serena - Castuera
17. Castuera - Campanario
18. Campanario - Medellín
19. Medellín - Trujillanos
20. Trujillanos - Mérida
21. Mérida - Alcuéscar
22. Alcuéscar - Valdesalor
23. Valdesalor - Cáceres
24. Cáceres - Embalse de Alcántara
25. Embalse de Alcántara - Galisteo
26. Galisteo - Cáparra
27. Cáparra - Aldeanueva del Camino
28. Aldeanueva del Camino - Fuenterroble
29. Fuenterroble - San Pedro de Rozados
30. San Pedro de Rozados - Salamanca
31. El día de descanso en Salamanca
32. Salamanca - El Cubo de Tierra del Vino
33. El Cubo de la Tierra del Vino - Zamora
34. El día de descanso en Zamora
35. Zamora - Pozuelo de Tábara
36. Pozuelo de Tábara - Santa Marta de Tera
37. Santa Marta de Tera - Rionegro
38. Rionegro del Puente - Asturianos
39. Asturianos - Puebla de Sanabria
40. Puebla de Sanabria - Lubián
41. Lubián - A Gudiña
42. A Gudiña - Laza
43. Laza - Xunqueira de Ambía
44. Xunqueira de Ambía - Ourense
45. El día de descanso en Ourense
46. Ourense - Monasterio de Oseira
47. El monasterio de Oseira - Bandeira
48. Bandeira - Santiago de Compostela
49. En Santiago

Prólogo y un poco de todo

Durante el año 1999 empezaron a aumentar los artículos y publicaciones sobre las peregrinaciones a Santiago de Compostela, tanto en España como en Finlandia. La razón era obvia. Era el año del Jubileo cuando según la Iglesia Católica los peregrinos podían obtener "Indulgencia plenaria".

El tema empezó a interesarme por vivir ya mucho tiempo en España. Para buscar más información fui a ver a D. Angel Henares del Moral, sacerdote de nuestra Parroquia.
El me prestó un libro recién publicado "De Granada a Santiago, una ruta jacobea Andaluza" escrito por Hermenegildo de la Campa, jesuita y catedrático de latín de la universidad de Granada. La obra tenía más de 300 páginas y me resultó una fuente de información muy útil e interesante.

Aprovechando el libro y otras fuentes empecé a investigar qué significaban los conceptos "peregrinación", "peregrino", "las rutas de peregrinación" y otras cosas necesarias que deben de conocer los peregrinos futuros antes de emprender su peregrinación.

La enciclopedia finlandesa define peregrinación como: "realización de viajes religiosos a los lugares santos relacionados con sucesos religiosos de gran valor o a lugares en donde han sucedido milagros".

El origen de la palabra peregrinación viene del verbo latino per-agros-ire, que significa pasar o viajar por campo o países extranjeros. Otros significados son la vida y la vida humana en la tierra.

La peregrinación o sea, viajar a lugares sagrados, empezó en Europa en realidad en el siglo V cuando se proclamó el cristianismo como la religión oficial del estado en el imperio bizantino. En aquellos tiempos se hicieron peregrinaciones principalmente a Tierra Santa. Así llegó a Jerusalén y los lugares de alrededor donde vivió y predicó el evangelio Jesús, el sitio más importante de peregrinación en el mundo cristiano. El segundo lugar fue Roma donde el apóstol Pedro sufrió el martirio durante la persecución de los cristianos durante el mandato de Nerón. En el lugar donde se cree que está situado su tumba, esta hoy la catedral de San Pedro en el Vaticano.

El tercer lugar más importante de peregrinación se encuentra en España, en la ciudad de Santiago de Compostela. Fue impulsado por encontrarse la tumba del apóstol Santiago que sufrió el martirio en el año 44. La tumba se encontró a principio del siglo IX en el Campo de la Estrella. Cuando la noticia del hallazgo se extendió por toda Europa provocó una creciente afluencia de peregrinos.

En el lugar y alrededores del hallazgo empezó rápidamente a construirse una ciudad con su catedral. Se proclamó Santiago como patrón de España que simbolizó la liberación de la cristiandad del mundo musulmán.

La cantidad de peregrinos aumentó durante la edad media. A lo largo de las rutas de peregrinación surgieron ciudades y pueblos. La reforma y luego la secularización de la sociedad, tanto como las guerras del siglo XX han disminuido el número de peregrinos. Durante la última década, respecto a esto sin embargo, ha ocurrido un cambio notable. El número de peregrinos del Camino de Santiago va claramente de nuevo en aumento. La razón de este crecimiento se puede, posiblemente, encontrar en la búsqueda de espiritualidad en nuestra sociedad demasiado materialista.

Entonces, ¿Por qué salía la gente a peregrinar en tantas ocasiones desde sitios a veces tan lejanos? Las razones han sido puramente religiosas: tratar de alcanzar el perdón de los pecados y la vida eterna o para pedir al apóstol Santiago su intervención en la curación de una persona enferma.

Otra razón podía ser una promesa, como por ejemplo una promesa hecha en peligro de muerte.
También para expiar algún crimen podía ser la causa de peregrinación. Aún se podía peregrinar por otra persona en cuyo caso el peregrino recibía compensación de dinero.

Hoy en día se hace la peregrinación por las siguientes razones: el viajero quiere vivir alguna experiencia espiritual o mística, llegar a conocer personas y lugares nuevos, costumbres, historia, gastronomías o simplemente practicar deporte y turismo.

A un peregrino oficialmente registrado, o sea quien lleva su credencial, se le requiere también en nuestros días, que la peregrinación se haga en primer lugar con espíritu cristiano.

Para concluir la peregrinación, el peregrino debía seguir su camino hasta Finisterre, a unos sesenta kilómetros de Santiago en la costa Atlántica. Allí cogía una concha y quemaba una prenda vieja como acción simbólica de comenzar una vida nueva. Al principio sólo se usaba la concha a la vuelta de la peregrinación. Hoy en día la costumbre sigue en pie, con la diferencia de que la concha se lleva sólo durante la ida en peregrinación hacia Santiago.

Para ser un verdadero peregrino hay que salir a pie, a caballo o en bicicleta desde la puerta de su propia casa. Todo el mundo no tiene la posibilidad de hacerlo. Por eso actualmente se ha llegado al compromiso, de que para obtener el certificado oficial de la peregrinación, " La Compostelana", la persona que se haya presentado como peregrino y con los sellos en su credencial puede justificarse con tal que haya hecho por lo menos los últimos cien kilómetros a pie o a caballo. Los ciclistas necesitan doscientos kilómetros.

Un peregrino ortodoxo se reconoce por los siguientes signos externos. El signo más relevante es la concha colgada al cuello, "ostrea jacobea", que simboliza el origen de la vida biológica y espiritual. El segundo signo es el bordón, un palo largo y curvado, que simboliza el apoyo espiritual de las creencias que nos ayudan a seguir nuestro camino por la vida. El tercer signo es la calabaza y el agua en ella, que simboliza la purificación.
Otros distintivos son un sombrero de ala ancha y una túnica y/o una capa.

Todavía más importante que los signos anteriores es el pasaporte del peregrino llamado "la credencial". Es un certificado que se puede obtener del párroco del pueblo de residencia, obispado, monasterios, hermandades o de numerosas "Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago". La persona nombrada en la credencial manifiesta su deseo de realizar la peregrinación.
Hoy en día las credenciales están ya impresas con espacios cuadriculados para los sellos.

Algunas tienen también mapas de diferentes rutas de peregrinaciones. La credencial da a su portador la posibilidad de pernoctar, a veces comer gratis en los locales de las iglesias y los ayuntamientos, pero sólo una noche en cada sitio. En tiempos antiguos el peregrino podía recibir también ayuda económica del estado.

Para probar, que había andado el trayecto en cuestión él debía sellar la credencial si era posible diariamente en la iglesia o en otra organización aceptada por la iglesia. Al terminar el viaje la credencial se controla en "La oficina de Acogida del Peregrino" en Santiago. Tras comprobar el funcionario la validez de los sellos de la credencial le otorga al peregrino un documento en latín, que se llama "Compostela". Estos documentos vienen otorgándose desde el siglo XIV.

Entonces, ¿Cuáles son los caminos, por los que los peregrinos vienen transitando desde hace más de mil años?. Los más importantes caminos que conducen a Santiago son "El Camino Francés", " La Vía de la Plata", que tiene su origen en el sur de España, y "El Camino del Norte", que sigue la costa de Cantabria.

En comparación con los otros dos lugares de grandes peregrinaciones en el mundo cristiano, Jerusalén y Roma, Santiago se diferencia de ellas en que sus caminos están señalizados con flechas orientativas. El más conocido y más importante de los caminos, que van por territorio español, es sin duda el "Camino Francés". Esto es natural, porque a este camino se suman el resto de las peregrinaciones de los demás países europeos. Los dos caminos, que entran de Francia al llegar a España se juntan en Puente de la Reina. De este punto a Santiago hay 670 kilómetros.

La ruta del sur, "Vía de la Plata", nace en Sevilla y tiene 934 kilómetros. Esta sigue el antiguo camino romano hasta el norte de España. Todavía se pueden ver partes de calzada romana, pero la mayor parte de ella ha quedado ya debajo de las carreteras nuevas y de las ciudades y pueblos modernos. Durante la dominación romana, así como más tarde durante la invasión árabe, la vía ha sido de gran importancia uniendo sur y norte del oeste de España.

Aparte de los movimientos de los ejércitos y transportes de mercancías, la vía ha sido la ruta del ganado en su búsqueda de pastos en verano e invierno. Durante el imperio Romano el camino se llamó simplemente "calzada romana". Los árabes la llamaron "Bal´latta", camino enlosado, que en el idioma español se convirtió en "plata".

El último tramo añadido a "Vía de la Plata" es el tramo de Granada. Esta ruta señalizada con flechas pintadas en amarillo pasa por Córdoba y se une a "Vía de la Plata" en Mérida. Esta ruta es conocida como camino "Mozárabe".
La palabra "Mozárabe" quiere decir cristianos que vivían en los territorios de la España ocupada por la dominación musulmana a partir del año 711.

Las diferentes fases de la construcción de la calzada romana. (ilustración de Carmen de Andrés)

Las rutas de peregrinación a Santiago han sido valoradas durante más de mil años como factor importante uniendo distintas culturas y pueblos. En el año 1997 la Unión Europea declaró la red de los caminos de Santiago como primer itinerario europeo. Quizás también por eso la tradición vive un nuevo renacimiento. Hoy se construyen nuevos y modernos albergues con posibilidades de lavar la ropa y hacer la comida, y se abren caminos viejos y olvidados de peregrinación. En Galicia la junta corre con los gastos y el resto de España los ayuntamientos y las parroquias. También las "Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago" tienen un papel de gran importancia para conservar la tradición.

Aparte de España hay asociaciones del Camino de Santiago también en otros países, como por ejemplo en Noruega. La colaboración entre las asociaciones es muy importante. Además de las actividades de asociaciones en general, ellos también conservan las rutas de peregrinación en su territorio y organizan peregrinaciones a distintos santuarios. Por ejemplo en la ruta Granada - Santiago existen por lo menos ocho asociaciones: Granada, Córdoba, Cáceres, Fuenterroble de Salvatierra, San Pedro de Rozado, Salamanca, Zamora y Ourense.

Después de familiarizarme con la literatura sobre el tema, me puse en contacto con el antes mencionado escritor D. Hermenegildo de la Campa, que resultó ser un señor muy amable y muy dedicado al tema. él me puso en contacto con la "Asociación de Amigos del Camino de Santiago" en Granada, donde también me recibieron con mucha amabilidad. Allí me contaron, que la señalización para el último tramo de Alcaudete a Baena estaba ya casi terminada.

Cuando mi peregrinación a Santiago estuvo ya decidida comenzó entonces la búsqueda del compañero de viaje. Lo encontré en Finlandia. Era un amigo de hace años, un agricultor y ganadero jubilado llamado Jorma Poso.
Nos hicimos socios de la Asociación de Granada, recibimos ambas credenciales, que significó nuestra matriculación como peregrinos oficiales.

En Pampaneira, en un pueblo alpujarreño, compramos bordones y conseguimos conchas de mi hermana, y empezamos a llenar las mochilas.

Además del saco de dormir y de los colchones de camping llevábamos calzado adecuado para caminar, el requisito más importante para el éxito del viaje. Además de ello es importante tener un libro de ruta y también un diccionario español, que para quién no hable español es imprescindible.

El día antes de salir fuimos a la parroquia de la Encarnación en Almuñécar para recibir la bendición del párroco D. Eugenio y sellos de salida de nuestras credenciales.

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Almuñécar - Puerto del Suspiro del Moro

1. Jornada
16-05-2000
45 Km.

A las siete y media estábamos, mi amigo Jorma (63 años) y yo (64 años), delante de la cancela de mi casa listos para partir hacia el camino de Santiago de 1.250 Km.
aproximadamente. Un viaje del que ninguno de nosotros tenía experiencia anterior. Sin embargo, lo más prioritario era nuestro deseo de llegar algún día a Santiago de Compostela. Sacadas las fotos de la salida bajamos los escalones de mi barrio al camino real que nos llevó a Rio Verde. Anduvimos unos tres kilómetros por su cauce seco, que nos llevó a la "Carretera de la Cabra". Esa carretera me es bien conocida por haber vivido ya en Almuñécar desde 1991. Este camino fue usado desde tiempos de los árabes como ruta importante de transporte siendo como una prolongación natural de nuestra peregrinación, desde la costa del mar Mediterráneo, hacia Granada, donde oficialmente empieza el Camino de Santiago.

Después de despedirnos de nuestras esposas y los perros en el acueducto de Torrecuevas, comenzamos nuestra caminata hacia los pueblos de Jete y Otívar.
El día era muy caluroso y las mochilas de veintidós kilos empezaron a pesar más y más según avanzábamos por un camino que se iba elevando hasta los 1200 metros.
Cuando habíamos andado unas once horas se vio claro que no podíamos llegar en el mismo día a nuestro primer lugar programado, es decir, al camping del "Suspiro del Moro". Los últimos kilómetros restantes tuvimos que hacerlos en el coche que nuestras esposas nos trajeron.
Montamos la tienda de campaña y empezamos a prepararnos la comida con nuestro hornillo portátil.
El camping, donde además de nosotros había sólo unas pocas tiendas, estaba bien provisto con agua caliente, etc.
Después de cenar nos metimos con el cuerpo bien cansado en la tienda a dormir.

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Puerto del Suspiro del Moro - Granada

2. Jornada
17-05-2000
25 Km.

Por la mañana seguimos hacia Granada. Cuando nos acercamos a la autovía de Granada, un ingeniero de Obras Públicas nos aconsejó seguir por la carretera vieja, por los pueblos de Alhendín y Armilla. El último tramo lo hicimos caminando por la orilla del río Genil.
Por la tarde llegamos al Monasterio de Madres Comendadoras de Santiago. La abadesa y las veinte monjas y novicias nos acogieron con amabilidad. Nos mostraron el jardín del claustro que cuenta con casi quinientos años de antigüedad.
Selladas nuestras credenciales de peregrinos recibimos las cruces rojas del Apóstol Santiago y las bendiciones a nuestra peregrinación.
Jorma quería sacar unas fotos de la ocasión pero después de buscar más de diez minutos la cámara nos dimos cuenta que había desaparecido. La cámara se había quedado en el camping.
Salimos del Monasterio.
Pronto oímos voces en la dirección del Monasterio. Esta vez había yo olvidado mi bordón allí.
Cuando llamé al presidente de "Asociación de Amigos del Camino de Santiago" nos aconsejó empezar ya a buscar las flechas amarillas desde el Monasterio adelante.
El momento fue histórico.
Al ser nosotros los primeros peregrinos en inaugurar el itinerario marcado por las flechas amarillas desde Granada hasta Santiago. Las últimas flechas fueron pintadas por el presidente sólo tres días antes de nuestra salida.
El resto del día lo pasamos buscando las dichosas flechas, que estaban mayormente marcadas al borde de las aceras y que cruzaban toda la ciudad hasta el parque Almunia.
Por los pelos llegamos a la reunión de la Asociación y a las ocho y media en el restaurante "Casa de Galicia". Allí nos dieron los últimos consejos. Paco Sánchez, el presidente de la Asociación nos prometió avisar a los lugares siguientes donde pudiéramos pernoctar.
Después de disfrutar de unas copitas de vino Ribeiro de Galicia junto con quince antiguos peregrinos, miembros de la Asociación, salimos en el coche de nuestra amiga Susanna a dormir en su apartamento. Al coger en peso los presentes nuestras mochilas les parecieron demasiado pesadas para un viaje tan largo.

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Granada - Moclín

3. Jornada
18-05-2000
31 Km.

La mañana del tercer día no logramos salir hasta las diez. Empezó la búsqueda de las flechas, que fue bien hasta el pueblo de Maracena en donde las perdimos. Tampoco los lugareños sabían nada de ellas.
Un señor mayor nos acompañó amablemente hasta la carretera de Albolote. Por allí llegamos a Atarfe, donde otra vez encontramos las flechas.
Empezó el viaje pasando por pequeños caminos y senderos arriba y abajo. El río Cubillas lo cruzamos vadeando. También hacía calor y los ajustes de mi mochila no quedaban en su sitio. Para colmo nos quedamos sin agua. Menos mal que ya nos estábamos acercando al pueblo de Olivares en cuyo pozo pudimos llenar nuestras botellas de agua. De allí empezó el último tramo de la "vía dolorosa" hacia un pueblo de montaña, Moclín, a donde llegamos por un sendero serpenteante.
En la Plaza, frente al Ayuntamiento nos encontramos a dos municipales y a un joven cuya familia había acogido a peregrinos. Así pudimos pernoctar en una verdadera cueva, que había sido habitada desde hacia siglos. Actualmente servía como refugio a la familia de su dueño Pepe.
En el suelo abrimos nuestros sacos de dormir y cerramos su puerta de hierro. El aire en la cueva era fresco comparado con la temperatura de fuera. Aunque nuestras espaldas nos dolían dormimos bastante bien en su húmedo suelo.

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Moclín - Alcalá la Real

4. Jornada
19-05-2000
22 Km.

Por la mañana preparamos una sopa de sobre precocinada en el suelo de la cueva y bebimos la leche que nos dio la esposa de Pepe la noche anterior. Después salimos a hacer un recorrido turístico por el pueblo. Subimos a las ruinas del Alcázar árabe, desde donde contemplamos unas vistas panorámicas de Sierra Nevada así como de Alcalá la Real, nuestro próximo destino. Visitamos la iglesia en donde recibimos una tarjeta del altar mayor de manos de unas chicas que lo estaban limpiando. Lo singular de esta iglesia es que desde su torre, por los altavoces suena cada media hora la melodía del Ave Maria. Esta preciosa melodía nos acompañó un largo rato en nuestro camino hacia Alcalá la Real.
Dimos gracias a la señora de Pepe por el uso de la cueva y la leche y una vez más continuamos siguiendo las flechas. Al bajar el monte nos encontramos también con el dueño de la cueva, que estaba en sus olivares.
La ruta atravesaba un campo deshabitado. En ese tramo también perdimos las flechas. Quedamos sudorosos ante el borde elevado de un arroyo rodeados de unas matas espinosas.
No tuvimos fuerzas para dar la vuelta. Por suerte, el empinado margen lateral del arroyo, se había caído en una parte de dicho margen y así pudimos pasar al otro lado y volver a nuestra ruta.
Hacía mucho calor, encontramos un solo bar en uno de los pequeños pueblos donde paramos a tomar algo fresco. Al ver que éramos peregrinos, el dueño del bar nos invitó a un gran plato con distintos tipos de tapas o embutidos. Al llegar a la ciudad de Alcalá la Real entramos primero a la sacristía de la iglesia para preguntar dónde podíamos pasar la noche. De allí nos mandaron al ayuntamiento.
Allí se arregló la cosa gracias a "Paco de Granada", a quien llamé más tarde. Allí nos sellaron nuestras credenciales y de allí nos llevaron en el coche patrulla a un piso propiedad del Ayuntamiento, situado en las afueras de la ciudad. El joven policía nos aconsejó cerrar la puerta bien para que no nos robaran las mantas mientras dormíamos.
Agradecidos por este servicio gratuito empezamos a preparar la cena.

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Alcalá la Real - Alcaudete

5. Jornada
20-05-2000
28 Km.

Tras despertarnos nos pusimos en marcha siguiendo las flechas por un terreno ondulado lleno de olivares.
Hacía otra vez un sol fuerte y las mochilas nos pesaban. En todo el día no nos encontramos ninguna tienda ni bar. La monotonía del paisaje sólo se rompió por algunos cerezos cargados de fruta que comimos con entusiasmo.
A las cinco paramos a descansar en un banco frente a un bonito santuario. Casi al mismo tiempo apareció el coche de la policía local, que venían a beber en la fuente del Santuario. Nos informaron que ni la Iglesia ni el Ayuntamiento tenían alojamiento especial para peregrinos, pero casas particulares sí.
Nos dijeron además que podíamos instalar nuestra tienda en el lugar que eligiéramos. Como enfrente de la iglesia había árboles, decidimos montar la tienda allí mismo, quiero decir frente al Santuario de Nuestra Señora de Virgen de la Fuente Santa. Después sucedió "La sorpresa del día".
A la entrada de nuestra tienda apareció "La eminencia gris", el presidente de la Asociación de Granada Paco Sánchez. Nos intercambiamos las noticias. Por la policía se había enterado donde nos habíamos instalado. Cuando más tarde fuimos a sellar las credenciales a la policía nos encontramos con los mismos municipales.
Tras observar detenidamente nuestras delgadas piernas similares a las de los presos de Auschwitz, uno de ellos preguntó ¿Cuántos años tenéis?. (Más tarde, en Córdoba, nuestro amigo José Antonio nos aclaró que los peregrinos en general suelen tener piernas feas y por eso él lleva pantalones largos).
Durante la noche llovió un poco.

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Alcaudete - Baena

6. Jornada21-05-2000
28 Km.

El viaje empezó con una pequeña llovizna hacia las nueve. En todo el día no nos encontramos a nadie. En el paisaje predominaban algunas casas abandonadas junto a los miles y miles de olivos y naturalmente las señales de flechas amarillas. La nota diferente en el paisaje era una pequeña laguna, "Laguna del Conde", por cuya orilla las flechas siguieron.
El agua era templada, pero las orillas eran de barro fangoso, que nos quitó la tentación de bañarnos.
También mi mochila me resultaba tan molesta como ayer aunque le acoplé cuatro esponjas en los puntos de roces.
Por la tarde a las seis llegamos a Baena. Como todos los pueblos que hemos visto, también éste, y su casco antiguo, estaba edificado sobre una colina. Un pueblo situado en una colina alta era en sus tiempos más fácil de defender. Junto a la entrada del pueblo nos encontramos con la iglesia de "Nuestra Señora de Guadalupe". En la sacristía nos recibió el párroco D. Juan a quien manifestamos nuestro deseo de pernoctar en las dependencias parroquiales. Puede ser que él ya estuviera informado de nuestra llegada, puesto que inmediatamente se puso a escribir un pequeño mensaje a los dueños del "Hostal Rincón" y a continuación selló nuestras credenciales.
Después de agradecer al párroco su hospitalidad nos dirigimos con su carta al hostal, donde nos dieron una habitación confortable.
Luego de asearnos salimos a conocer el casco antiguo. En la "Casa del Monte" conseguimos un plano del pueblo. Cuando regresamos al hostal nos sirvieron una buena cena, gracias a la parroquia.

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Baena - Santa Cruz

7. Jornada
22-05-2000
34 Km.

Esta noche dormimos muy bien.
Empezamos la búsqueda de las flechas. Volvimos al puente de la ciudad donde encontramos una sola flecha, nada más. Al volver a la ciudad y después de la misa le dimos gracias al padre Juan quien nos informó que las flechas empezaban en las afueras de la ciudad, en la carretera de Cañete. De allí empezamos la caminata hacia Castro del Río, donde llegamos a las tres y media. Primero fuimos al cuartel de la Guardia Civil para sellar los credenciales. Sus grandes puertas permanecieron cerradas. Al encontrar un restaurante todavía abierto decidimos comer bien y seguir hasta Espejo donde suponíamos que las flechas nos conducirían.
Tras caminar más de dos horas siguiendo las flechas escondidas entre matorrales y por el camino parcialmente cubierto de vegetación llegamos a un tramo en donde desaparecieron las flechas completamente. Espejo, a donde imaginamos íbamos a llegar quedaban ocho kilómetros al otro lado. Menos mal que Jorma llevaba su móvil. Primero llamé a Paco en Granada.
él nos aconsejó comunicarnos con la asociación de Córdoba, a cuyo territorio pertenecía este tramo.
En una hora llegó José Antonio, representante de la "Asociación de Amigos del Camino de Santiago" en Córdoba con su amigo Rodrigo al cruce de las carreteras. Pronto se aclaró, que estabamos en la ruta correcta.
La lluvia caída los dos días siguientes a la pintura de las flechas, había borrado las señales.
Los cordobeses querían llevarnos en su coche a Córdoba pero lógicamente no pudimos aceptar esta oferta. Lo mismo con nuestras mochilas. Sin embargo, como ya era tarde, aceptamos su amable oferta para llevarnos al pueblo más cercano. Así llegamos a Santa Cruz, donde alquilamos una habitación en un hostal.
Antes de salir nuestros nuevos amigos nos enseñaron dónde encontraríamos la ruta de flechas, que empezaba a unos seis kilómetros.

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Santa Cruz - Córdoba

8. Jornada
23-05-2000
31 Km.

Después de nuestro desayuno habitual de sopa caliente salimos a las siete y treinta. En una hora y media llegamos a la ruta de las flechas.
Hacia muchísimo calor.
A menudo tuvimos que meternos entre girasoles por no haber ni un árbol para darnos sombra. Los olivares habían quedado atrás. El terreno había cambiado a campos de pedriscos, donde junto a los girasoles había cultivos de cereales.
A las cuatro llegamos a las orillas del Guadalquivir, al otro lado de la ciudad de Córdoba.
Llamé a José Antonio, representante de la Asociación, y quedamos en vernos enfrente de la Torre de Calahorra, al mismo borde del río. De allí salimos juntos a buscar un hostal. Pronto lo encontramos -Hostal Lucano - en la parte antigua de la ciudad.
Dejamos las mochilas en el hostal y salimos acompañados de José Antonio a cumplir el deber diario del peregrino, o sea sellar nuestros credenciales. Este tuvo lugar ni más ni menos, que en el templo consagrado al apóstol Santiago. El párroco D. Emilio Pavón inscribió nombres y direcciones en el libro de la iglesia en la lista de peregrinos. Yo recibí el número 49 y Jorma 50 (números de los años anteriores). Así fue nuestro viaje registrado oficialmente ya por segunda vez.
Esa misma noche visitamos también la sala de reuniones de la "Asociación de Amigos del Camino de Santiago" en la "Casa de Galicia"

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El día de descanso en Córdoba

9. Jornada
24-05-2000

La primera tarea del día fue la compra de una nueva mochila en el Corte Inglés.
Más tarde por la mañana fuimos a la estación de autobuses para encontrarnos con nuestras esposas, que llegaban desde Almuñécar.
El suceso más importante del día fue la reunión con el Presidente de la Asociación cordobesa. D. Vicente Mora Benavente y su esposa Ana María. Nos invitaron a todos a tapear y a comer en restaurantes en donde los peregrinos seguramente raras veces frecuentan. Para almorzar llegaron también José Antonio con su esposa Elena. Después de comer dimos una vuelta turística por la ciudad de Córdoba, que tiene 250.000 habitantes. La simpática Ana María nos contó la historia de los edificios más antiguos de la ciudad.
El siempre práctico José Antonio nos observaba preocupándose del peso de nuestras mochilas. Decidió hacer algo al respecto. En el hostal empezó sistemáticamente a organizar el contenido de nuestras mochilas.
Entre las cosas rechazadas estaban entre otras: la hornilla portátil con su combustible, sobres de sopas, parte de nuestros libros y folletos, ropa, y la tienda de campaña, aunque el día siguiente la volvimos a meter.
Así terminó el día con muchas sorpresas.

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Segundo día de descanso en Córdoba

10. Jornada
25-05-2000

La hospitalidad de los cordobeses continuó también este día. Por la mañana llegó Ana María a buscarnos para llevarnos a conocer la famosa Mezquita y la iglesia católica dentro de ella. Por ser estudiante de historia de arte y arquitectura fue una guía perfecta. También visitamos el casco antiguo e hicimos una visita a una sauna romana, que por supuesto ya no le quedaba calor.
A continuación cruzamos juntos el puente romano a la feria de Córdoba, evento anual de una semana. Allí nos encontramos otra vez con el presidente de la Asociación D. Vicente y con José Antonio por supuesto en la caseta de Galicia.
A la mesa empezaron a traer muchos platos típicos de Galicia. Cuando llegó la nota nuestro anfitrión no nos permitió compartirla. Al preguntarle en qué manera podíamos compensar su hospitalidad su contestación lacónica fue: "Llegar a Santiago". Antes de irnos de la ciudad admiramos los magníficos caballos y la gente vestida con los trajes típicos. Para nosotros, peregrinos, la noche se culminó cuando recibimos los signos de la Asociación de Ana María y José Antonio.
A nuestras señoras y a Jorma les gustó tanto la feria que volvieron otra vez por la noche. Yo por mi parte fui conversando con José Antonio hacia el hotel. Allí él me dio una copia de su diario de peregrinación y una lista de los restaurantes económicos y alojamientos desde Córdoba a Santiago. Como ahora no teníamos ningunas guías, estas notas eran muy útiles y necesarias.

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Córdoba - El Vacar

11. Jornada
26-05-2000
29 Km.

Por la mañana salimos del hotel con nuestras mujeres y mochilas, en el coche de Don Vicente hacia la estación de autobuses. Allí despedimos a nuestras mujeres y seguimos por la avenida de Gran Capitán, donde empezaron las flechas.
Con nosotros vino Pepe, de 54 años, veterinario jubilado del ejército, otro peregrino más. Su misión, al parecer, era conducirnos a un buen comienzo de nuestra ruta. Un bonito gesto de los cordobeses.
Al encontrar las primeras flechas nos despedimos de D. Vicente, prometiéndole hacerle saber como siguió la peregrinación. Pepe nos acompañó cuatro horas. Durante estas horas él nos contó la historia del camino. él nos enseña por ejemplo las huellas dejadas por el paso de carros romanos en la superficie de la roca. En muchas ocasiones anduvimos el mismo camino que los romanos hicieron hace 2000 años.
Muy pronto, se juntó con nosotros un perro joven de gran tamaño, que nos acompañó por lo menos unos quince kilómetros.
Al separarnos de Pepe él nos prometió volver al día siguiente con José Antonio, para continuar la peregrinación con nosotros.
Compramos en una tienda un poco de jamón, pan y agua y llegamos al pueblo de El Vacar por la tarde. Al pasar junto a una escuela al lado de la carretera pregunté a la señora de la limpieza las posibilidades de pernoctar en la escuela. Un par de horas más tarde llegó el permiso de las autoridades. La escuela sólo tenía dos aulas y un nido de golondrinas en el servicio. Los otros centros culturales eran: la iglesia, donde se celebra la misa sólo los domingos y dos bares, uno de ellos funcionaba también como única tienda en el pueblo. Encima de una colina se veían las ruinas de una fortaleza romana, que también visitamos. Antaño el pueblo había tenido también tráfico ferrovial. Ahora la pequeña estación estaba vacía y los carriles oxidados. Unos vagones de carga quedaban todavía en la estación. Así terminamos nuestro recorrido turístico y nos fuimos a dormir a la escuela en el suelo.

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El Vacar - Espiel

12. Jornada
27-05-2000
24 Km.

Por la mañana, a las ocho nos encontramos nuevamente con los amigos cordobeses Pepe y José Antonio en frente de la iglesia de El Vacar. Les acompañó José Acosta, un peregrino de Costa Rica y un hombre simpático que trabaja de investigador en el Ministerio de Agricultura de su país.
Así empezamos a caminar juntos hacia Espiel. En una ocasión tuvimos dificultades. Al llegar a una central Térmica, un agente de seguridad en un todoterreno nos paró advirtiéndonos que el director de la fábrica no permite el paso de los peregrinos por los terrenos de la fábrica.
Como prueba de ello todas las flechas amarillas habían sido cubiertas con pintura negra. Por suerte estábamos todavía acompañados por los amigos. El vigilante nos permitió esta vez pasar por los terrenos. Cómo se solucionará el paso en el futuro, dependerá quizás del talento diplomático de las dos partes. Pasamos ante las casas de los trabajadores de la planta y llegamos a la cantina de la misma donde nos refrescamos la garganta.
Al cabo de poco tiempo nos encontramos otra vez con Rodrigo, conocido ya de Santa Cruz. Había llegado de Córdoba en su coche. Con él traía comida y una bota de vino, cuyo consumo hicimos juntos. En este arte nosotros los finlandeses estábamos en desventaja. Conociendo esto me quité la camisa antes de empezar. Esto sucedió frente a la ermita de la "Virgen de la Estrella", en nuestro lugar de descanso. Justo allí empieza la romería de Espiel, una ruta de las catorce cruces de piedra. Las cruces simbolizan las catorce etapas del Vía Crucis.
La virgen de la Estrella sale en procesión una vez al año, en su día, hasta el pueblo y regresa a su capilla. Por la tarde llegamos al pueblo de Espiel.
Durante el viaje fuimos notando que el paisaje había cambiado radicalmente desde que salimos de Córdoba. No había ya olivares ni campos de girasoles.
Ahora teníamos montes cubiertos de pinares y sobre todo bosques de encinas. Las encinas y sobre todo sus bellotas tienen, según nuestros amigos, gran importancia en la vida económica de la región, que consiste en la ganadería y en la caza de jabalíes y aves.
Otra observación de la naturaleza fueron las cigüeñas y sus nidos.
En Espiel despedimos a nuestros amigos que volvían a Córdoba y empezamos a buscar al párroco del pueblo, que vivía con su hermana. Muchos de los curas que encontrábamos durante el viaje solían vivir con sus madres o con sus hermanas.
Esperamos un rato a la llegada del párroco D. Ginés. él nos dio la llave del local parroquial, frente a la iglesia. Jorma se puso a lavar la ropa y yo me fui a conocer la iglesia y a oir misa.

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Espiel - Peñarroya

13. Jornada
8-05-2000
35 Km.

Por la mañana a las seis entramos en un bar del pueblo en donde compramos provisiones para el camino. A unos kilómetros del pueblo empezó una de las etapas más difíciles del Camino, porque la vegetación había cubierto la mayor parte de los senderos. En algunos lugares los cardos llegaban hasta la altura del pecho. Por eso tampoco se podían encontrar todas las flechas. José Antonio nos había recordado siempre tener el río Guadiato a la izquierda y el viejo ferrocarril a la derecha. Siguiendo este consejo poco a poco llegamos a terreno más fácil de caminar. El último tramo antes de Belmez anduvimos por los raíles.
En Belmez, donde planeábamos comer, estaban celebrando fiestas de primera comunión y todos los restaurantes estaban reservados. Por poco nos quedamos sin comer. De Belmez continuamos hacia Peñarroya.
El paisaje era bonito, prados y encinares y a veces algunos olivos y sobre todo muchas ovejas.
En el campo, justo delante del pueblo, nos encontramos con una vista extraña, cinco chimeneas altas y nada más. Cerca de Espiel habíamos visto algunas torres de las minas de carbón. Supusimos que tenían algo que ver con el carbón. Cuando más tarde le pregunté a la directora de Cáritas sobre las chimeneas ella me contó que eran chimeneas de las fábricas metalúrgicas construidas por los franceses antes de la primera guerra mundial. Por alguna razón, después de la guerra, los franceses las habían abandonado causando con eso una caída drástica de la población en la pequeña ciudad.
Encontrar un lugar para dormir se arregló fácilmente en el albergue de Cáritas llamado "Hogar del transeúnte". No se trata de un albergue cualquiera, sino de una casa noble y antigua con un patio interior. Antes la casa había sido una escuela y una residencia de ancianos. Además la directora, la cual nos tomó los datos y selló las credenciales, nos dio unos talones para cenar en un restaurante, la casa tenía un hospitalero llamado Emilio. Este hombre sencillo nos sirvió en todo, incluso metiendo nuestra ropa mojada en una secadora. ¡Qué alegría dormir en una cama!.

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Peñarroya - Valsequillo

14. Jornada
29-05-2000
14 Km.

Por la mañana dormimos hasta tarde. Nuestro amigo nos invitó a un tazón de cacao con leche caliente pero se olvidó de abrir una gran lata de galletas que nos había prometido por la noche. Emocionado por tanta amabilidad le di mil pesetas en nombre de los dos. Emilio nos despidió por lo menos dos veces a cada uno. De allí nos fuimos a la cercana plaza del pueblo. Aunque preguntamos a tres personas distintas por la salida a la ruta nos encontramos en el camino incorrecto que nos costó unos 3 - 4 kilómetros más.
Sobre medio día llegamos a Granjuela dónde disfrutamos de una ración de "lechón frito", especialidad de la región. En el bar conocimos gente amable y recibimos dos invitaciones a las granjas cercanas. Conociendo las consecuencias tuvimos que rechazarlas con cortesía.
Por haber caminado once horas el día anterior decidimos hoy tomarlo con más calma.
Sacamos fotos de los nidos de las cigüeñas en la torre de la iglesia de Granjuela y en un poste de alta tensión y seguimos hacia Valsequillo.
Al llegar, como de costumbre, empezamos por buscar al párroco del pueblo. Muy pronto nos enteramos, que su párroco tenía tres parroquias para atender y hoy le tocaba en otra. La alternativa número dos, o sea buscar el alcalde, tampoco dio resultado. él estaba en su finca en algún sitio más lejos y no llegaría antes de la noche. Su señora nos aconsejó hablar con el policía municipal, que vivía frente a su casa. Amablemente el municipal nos llevó al patio de una escuela cercana, donde había sitio para lavarnos, aunque un poco primitivo. Montamos nuestra tienda y fuimos a visitar el centro del pueblo. Hacía mucho calor.

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Valsequillo - Monterrubio de la Serena

15. Jornada
30-05-2000
24 Km.

Nos levantamos a la siete, después de una noche casi sin dormir. La culpa la tenían los mosquitos, el calor que no cesó hasta las cuatro de la madrugada, los mugidos de las vacas y los terneros de una granja enfrente y un perro mastín que ladraba a los transeúntes nocturnos.
Desmontamos la tienda y fuimos al ayuntamiento para sellar las credenciales. Delante del ayuntamiento nos encontramos el mismo municipal que nos ayudó, escarbando unos rosales. Nos explicó, que en un pueblo pequeño un policía municipal tenía que hacer todo tipo de trabajos.
Por un camino de tierra empezamos sudorosos a andar los 25 kilómetros que nos separaron del pueblo siguiente. Al medio día cruzamos la frontera entre las regiones autónomicas de Andalucía y Extremadura. Poco después llegamos a Monterrubio. Delante de la iglesia, antes de tener ni siquiera tiempo para desprendernos de las mochilas, el reportero de la radio local "Onda Serena" nos paró. Por las conchas nos identificó como peregrinos y quería entrevistarnos. Prometimos pasar luego por su emisora. Al mismo tiempo le preguntamos en dónde podríamos encontrar al párroco. Nos dijo que él almorzaba en la "Pensión Balsera". La casa era antigua y bonita. El párroco Maxin, todavía joven, nos invitó a venir a la parroquia a las tres. Decidimos también comer en este lugar tan acogedor. Comimos con toda tranquilidad y disfrutamos de los alrededores.
Eran tres hermanas que llevaban la casa. Aparte de ellas, en el pasillo, estaba sentada una anciana con pelo gris. Suponemos que era su madre. A la salida sacamos unas fotos.
Por ser la hora de más calor del día fuimos a echarnos la siesta a la sombra del portal de la iglesia, porque pensábamos que el párroco también lo haría. Cuando después de las cinco fuimos a su casa no le gustó nada que llegáramos tarde: "La hora es la hora".
Nos disculpamos por nuestro retraso y nuestra falta de aseo. Nos perdonó y nos invitó a pasar para lavarnos y nos hizo jurar que no saldríamos antes de que llegara él.
Al mismo tiempo empezó a llover a cántaros convirtiendo el aparcamiento delante de la casa en un charco de barro. Me recordó un pasaje del diario de José Antonio donde él contó que también empezó a llover cuando ellos llegaron al pueblo. El mismo párroco Maxin lo había atribuido a los peregrinos.
Volvió en tres horas y directamente nos llevó al estudio de "Radio Onda Serena".
Allí el entrevistador Pedro nos sentó con el padre Maxin en torno a la mesa redonda con micrófonos. Empezó la transmisión en directo. Primero el párroco introdujo el concepto "peregrinación".
Luego me tocó a mí contestar a las preguntas sobre nuestro viaje y sobre Finlandia. Nos dimos cuenta de que España y Finlandia tienen la misma longitud; aproximadamente 1.200 kilómetros. A veces intervino el párroco y así pasaron unos veinte minutos. Al final envié las gracias y saludos a las asociaciones de Granada y Córdoba. Terminando la entrevista D. Maxin nos llevó a la iglesia donde antes de la misa mencionó que habían llegado al pueblo dos peregrinos finlandeses.
Tras la misa él nos dio las llaves del local parroquial.
Cuando luego dimos la vuelta al pueblo algunos lugareños nos saludaban con familiaridad.

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Monterrubio de la Serena - Castuera

16. Jornada
31-05-2000
18 Km.

Por la mañana completamos nuestras provisiones. Siempre llevábamos tres litros de agua. Desayunamos sentados en un banco de piedra y después nos dirigimos hacia Castuera.
Continuó el calor, como todo el tiempo desde que dejamos Almuñécar.
El termómetro seguía sobre 35 grados en la sombra. Más tarde, en el mismo día, el policía local nos contó, que el termómetro indicó 42 grados a las cinco de la tarde en su jefatura. La caminata resultó dura y sudorosa y el agua apenas nos bastó.
El paisaje era de campos abiertos con sus grandes rebaños de ovejas y a veces algunos encinares y olivos.
A las dos llegamos a Castuera.
La jornada se quedó sólo en 18 kilómetros. Primero preguntamos por el párroco. Nos enteramos que estaba en Córdoba y regresaría hacia la noche. Fuimos a comer al "Hotel Paraiso", un hotel restaurante provisto de aire acondicionado. El lugar me recordó el ambiente de los restaurantes nórdicos de las décadas 40-50.
El menú fue excelente igual que el servicio. Al lado de nuestra mesa estaba sentada una señorita pelirroja, muy simpática de unos 30 años, con quien entablamos conversación. Ella, Lola, nos contó que vivía en el hotel y trabajaba para una empresa madrileña de confección como controladora de calidad.
La empresa tenía varios talleres de costura y confección en todo Extremadura. Ella viajaba toda la semana y dormía en hoteles, menos los fines de semana que los pasaba en Madrid donde vivía.
Charlamos con ella un rato y quedamos en vernos delante de la iglesia.
Volvimos al centro y no tardó nada en aparecer un joven, que nos avisó que el párroco no volvería ese día de Córdoba. En la iglesia, donde daban clases de catecismo a los niños, nos sellaron las credenciales.
Así, como por la parroquia no había esperanza de encontrar donde dormir, recurrimos a la segunda alternativa, la Policía Local en la Plaza de Madrid.
Allí nos encontramos con dos municipales complacientes. Nos prometieron proporcionarnos por los menos un lugar para la tienda y posibilidad de ducharnos en el polideportivo en las afueras del pueblo. Antes de esto ellos tenían que hacer algo. Jorma quedó esperándolos y yo fui a avisar a Lola, que no estaríamos enfrente de la iglesia a las ocho. Ella prometió bajar a la recepción del hotel.
Pasaron unos 15 minutos sin que apareciera Lola. El recepcionista muy joven me dijo con gran experiencia: " Las mujeres españolas son así, siempre hay que esperarlas". Cuando vino fuimos a la jefatura donde Jorma estaba siendo entrevistado por un señor que estaba un poco bajo los efectos del alcohol. Mientras, llegaron los municipales y nos metieron en su coche. Cuando llegamos al polideportivo quisimos mostrar a los presentes cómo se monta una tienda de campaña en cinco minutos. En eso llegó también la Guardia Civil. Del coche bajaron dos guardias jóvenes con gran sentido del humor que probaron el peso de nuestras mochilas. Les dije que la mitad del peso de las mochilas eran pecados y el resto otras cosas.
Después de ducharnos acompañé a nuestra nueva amiga al hotel. Resultó una persona filosófica. Hablamos de cómo las energías positivas y negativas influyen sobre el comportamiento de las personas.
Cuando volví al polideportivo el calor no había aflojado. La noche pasó casi sin poder dormir. Aparte del calor, los mosquitos y el viento caliente, a veces muy fuerte, no nos permitieron cerrar ojo.

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Castuera - Campanario

17. Jornada
1-06-2000
18 Km.

Por la mañana aparecieron nuestros amigos los municipales preguntando cómo habíamos dormido. Aunque toda la noche se había ido totalmente en vano contestamos según la costumbre española: "Muy bien". Les preguntamos por las flechas, que se encontraban muy cerca.
Caminamos unos 20 minutos cuando los mismos municipales nos alcanzaron con su coche "Patrol". Llegaron del cielo, porque en ese momento cayó un fuerte chaparrón.
A ellos les acompañaba otro municipal, Santiago Godoy, que estaba planeando peregrinar a Santiago. Le contamos nuestras experiencias. Cuando terminó de llover salimos del coche y seguimos andando.
El terreno era ondulado.
Al principio encontramos algunas minas de carbón abandonadas con sus torres caídas, el resto pastos, encinares y olivares. La única persona que encontramos en todo el día fue un pastor con sus ovejas.
Hacia la una llegamos a Campanario.
Habíamos ya de antemano decidido pernoctar en una casa particular mencionada en el diario de José Antonio.
Pronto encontramos a la señora que alquilaba habitaciones. La casa enfrente del cuartel de la Guardia Civil era casi nueva y las habitaciones limpias. El alquiler de 1.200 pts por persona nos pareció muy razonable, especialmente teniendo en cuenta que también teníamos una terraza grande con tendederos a nuestra disposición. Antes de ponernos a lavar la ropa nos fuimos a comer al restaurante "Séneca".
Cuando más tarde dimos un paseo vimos una placa grande en una pared con los nombres de los caídos de ese pueblo en la guerra civil.
A la vuelta compramos provisiones y sellamos las credenciales en el cuartel de la Guardia Civil.

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Campanario - Medellín

18. Jornada
2-06-2000
31 Km.

Salimos temprano, era necesario, por tener delante treinta kilómetros de Camino. La primera etapa a la Haba era un camino de tierra pasando por Magacela. Desde la Haba las flechas siguieron al borde del camino asfaltado. Era un camino aburrido al que hasta ahora no estábamos acostumbrados. Los últimos kilómetros antes de Medellín pudimos atravesar campos de arroz por el camino. El castillo de Medellín construido a finales del siglo XIV dominaba el paisaje desde lejos. Sin embargo tardamos todavía más de una hora en llegar al pie de él. Jorma quedaba guardando las mochilas y yo me fui a buscar al párroco. El párroco no estaba en casa pero su hermana me acompañó a un pequeño local. El sitio era muy extraño, construido en un espacio de unos 80 metros cuadrados, entre la iglesia y el muro que lo rodeaba. La entrada estaba a través del muro por una puerta de hierro. En este espacio había una pequeña sala de reunión, un patio y aparte los aseos. La ducha era una manguera en el suelo del patio. La única vista era hacia arriba. Estábamos,como se dice en Finlandia: "En el monedero del Señor".
Fuimos a conocer el pueblo.
Llegamos al pie del castillo pero no tuvimos fuerzas para subir los escalones.
La segunda atracción era la estatua de bronce de Hernán Cortés, nacido en Medellín en el año 1485. Hernán Cortés fue el conquistador y gobernador de México en el periodo de 1522 al 1540. El pueblo mismo fue, según el folleto que nos dio el párroco, fundado ya en el año 74 a.c. como una colonia del imperio romano.
Su nombre venía de Metello, Cónsul romano.
Un poco antes de la misa vino el viejo párroco a tocar las campanas. Fuimos a la iglesia para sellar las credenciales. Había poca luz en la iglesia y el párroco me dio el sello para sellar porque no veía. Antes de la misa se rezaba el Rosario. Antes de acostarnos contamos diez nidos de cigüeñas en las torres y la cornisa de la iglesia. Aparte de las cigüeñas, muchas palomas y golondrinas volaban alrededor de las torres y nos dieron un impresionante concierto.

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Medellín - Trujillanos

19. Jornada
3-06-2000
25 Km.

Dormimos bastante bien en el "corral" del padre Francisco a pesar del resonar de las cigüeñas y los golpes continuos en la iglesia.
A las diez empezamos a liar los bártulos y tras un pequeño desayuno nos fuimos y cruzamos el río Guadiana por un puente construido sobre el anterior puente romano destruido por las riadas. Pasamos por los campos de arroz inundados.
Los campesinos nos contaron, que el valle de Guadiana se extiende hasta Badajoz. Aparte del arroz se cultivan también tomates y espárragos.
Nos contaron que desde hace tiempo el arroz se siembra con máquinas o avionetas en lugar de plantarlo.
En un lugar perdimos las flechas y tuvimos que dar la vuelta hasta que encontramos una flecha en un poste de un puente casi cubierto de líquen amarillo. Las flechas nos llevaron al río Búrdalo, que cruzamos vadeando.
El último trozo lo pasamos por el camino de servicios al lado de la autovía de Extremadura.
Ya al medio día llegamos a Trujillanos. Allí teníamos el encargo de llevar los saludos de nuestro amigo José Antonio a Tani, la dueña del "Bar Central". Así lo hicimos.
Igual que al grupo de él, ella nos recibió muy cordialmente. Empezaron a llegar a la mesa los platos uno tras otro y ni hablar de pagar nada. También nos ofreció una pequeña sala de reunión detrás del bar para dormir. Nos aconsejó dormir la siesta, ya que fuera hacía el calor de siempre. Nos pareció una buena idea.
Al despertar salimos una vez más a la caza del párroco, o sea a tocar a la puerta del padre Miguel. Un párroco más joven que el de Medellín, selló nuestros credenciales. Volvimos al cuarto del bar para escribir en nuestros diarios.
En el pueblo hay 1.400 habitantes y su único monumento de interés es la iglesia, nos dijo Tani.
Visitamos la iglesia y sus cigüeñas.
Por la tarde nos sentamos frente al bar mirando a los jóvenes divirtiéndose. Tampoco ahora la señora nos dejó pagar las cervezas. Sacamos una foto de Tani y sus hijos y prometimos enviársela.

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Trujillanos - Mérida

20. Jornada
4-06-2000
9 Km.

En la noche tuvimos una tormenta dando portazos en las puertas. Salió Tani de su apartamento al lado del bar. Había pasado la noche bailando en Mérida, pero conservaba su aspecto enérgico y vivaz aunque prometió irse a dormir después de nuestra salida. Ella nos invitó al desayuno. Me pidió que al llegar a Santiago rezara por sus hijos y por la mejoría de su situación económica. Se lo prometí.
Tuvimos delante la etapa más corta de todo el camino, solamente nueve kilómetros.
Pronto llegamos a Mérida donde buscamos en la entrada de la ciudad el "Colegio Salesiano". Este colegio privado es nombrado así por San Francisco de Sales. El colegio era muy grande y bien cuidado, igual que otros colegios salesianos donde pernoctamos. Un cura joven nos acogió amablemente y nos llevó a una sala de deportes y nos dio las llaves.
Después de lavarnos salimos a conocer esta ciudad, que según los expertos es la ciudad mejor conservada de las ciudades romanas de España. Fue construida por orden de César Augusto el año 24 a.c. Entonces se llamaba Emérita Augusta. En un pequeño tren turístico dimos la vuelta a la ciudad, pasamos cerca del Puente Romano con 692 metros de largo que consta de 60 arcos, y el "Acueducto de los Milagros". Otras atracciones turísticas están relativamente bien conservadas. En el Teatro todavía se organizan obras de teatro. Había tenido 6000 plazas. El Anfiteatro era todavía más grande con sitio para 14.000 espectadores cuando se inauguró en el año 8 a.c.
Es deprimente pensar que el Anfiteatro fue construido sólo para matar gente. Además de luchar a muerte los gladiadores, muchos cristianos, murieron devorados por los leones.
Al acercarse la hora de comer, empezaron los empleados de los restaurantes a "molestar" a los turistas con la propaganda de sus negocios. Como suele pasar en las ciudades turísticas los precios fueron altos pero la comida mediocre.
A pesar de los intereses históricos valiosos la ciudad, por lo menos a mí, me dejó un poco decepcionado. Los recuerdos romanos fueron dignos de ver en sí pero la ciudad me dejó una impresión algo confusa.
Decidimos seguir el Camino a la mañana siguiente.
Por la tarde nos aseguramos de las flechas, que según los consejos de los cordobeses encontramos pasando por el "Acueducto de los Milagros" y por un túnel bajo la vía del tren.

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Mérida - Alcuéscar

21. Jornada
5-06-2000
38 Km.

Por la mañana volvimos a las flechas que ya ayer habíamos buscado. En el cruce del camino a Proserpina las flechas estaban confusas. Una señalaba recto y otra a la izquierda.
Los siguientes 400 kilómetros caminaríamos por la "Vía de la Plata". Un camino romano, que en su tiempo había conectado los caminos de Norte a Sur de la parte Oeste de España. Poco queda del camino original, casi todo está cubierto por las carreteras nuevas, ciudades y pueblos. Sin embargo se conoce su trayecto y todavía es visible en ciertos tramos.
En un par de horas llegamos al embalse de Proserpina. Sus diques también son de herencia romana. Desde allí empezó un paisaje de encinas, prados y viñedos.
La única novedad fueron las vacas, que nos observaban con interés.
Durante el día pasamos por dos pueblos. El primero sin nombre era un pueblo fantasma, donde no vimos ningún tipo de vida. Eso era habitual al pasar pueblecitos sin nombre y en las cruces ninguna señalización. En otro pueblo, Aljucén, encontramos gente en un bar. Su amable dueña nos hizo una tortilla francesa y una ensalada. Por primera vez nos encontramos con tres peregrinos gallegos en bicicleta.
Casi por sorpresa a las cinco llegamos a Alcuéscar. Las flechas nos llevaron directamente a la "Casa de Misericordia". Un edificio grande con varias plantas.
Fue construida a finales de 1930 para los pobres, personas inválidas y enfermos mentales. Ahora vivían en un edificio aparte, junto a la casa principal de los "Esclavos de María y los Pobres" quienes los atendían.
Al presentar nuestras credenciales nos recibieron con alegres sonrisas. Nos dieron a cada uno una habitación y nos invitaron a cenar a las nueve y media. La casa misma nos impresionó.
En los anchos pasillos se exhibían obras de arte y pinturas religiosas.
El aire olía a incienso. Aparte de las habitaciones, tenían una capilla y un museo. Las habitaciones eran pequeñas, pero tenían lo necesario. Entre los libros y papeles en la mesa encontré una poesía, que me gustó. Uno de los padres me hizo una copia.
En el comedor durante la cena encontramos al primer peregrino andante. él, Jaime, era de La Coruña y había comenzado su peregrinación desde Mérida. La noche anterior había dormido en el mismo bar donde comimos ayer. él nos contó que había peregrinado ya durante 10 años. Este año la razón de su peregrinación era la muerte de su hermano menor en un accidente de tráfico.
La cena nos fue servida por uno de los hermanos. Comimos gazpacho, tortilla, fruta y, como no, flan. Contentos con los resultados del día nos fuimos a dormir.

Polvo, barro, sol y lluvia
Es el camino de Santiago
Millares de peregrinos
Y más de un millar de años.

Peregrino ¿Quién te llama?
¿Qué fuerza oculta te atrae?
Ni el camino de las estrellas
Ni las grandes catedrales.

No es la Bravura Navarra
Ni el vino de los Riojanos
Ni los mariscos gallegos
Ni los campos castellanos.

Peregrino ¿Quién te llama?
¿Qué fuerza oculta te atrae?
Ni las gentes del camino
Ni las costumbres rurales.

Ni es la historia y la cultura
ni el gallo de la calzada
ni el Palacio de Gaudí
ni el Castillo Ponferrada.

Todo lo veo pasar
Y es un gozo verlo todo
mas la voz que a mi me llama
Lo siento mucho más hondo.

La fuerza que a mí me empuja
la fuerza que a mí me atrae
no sé explicarla ni yo
Sólo el de arriba lo sabe.

E.G.B

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Alcuéscar - Valdesalor

22. Jornada
6-06-2000
28 Km.

Por la mañana fui a la capilla donde cuatro padres oficiaban la misa. En la parte alta del altar estaba la "Madre de la Misericordia" en una imagen plateada, con el Niño en los brazos. El ambiente en esta capilla íntima nos dio una impresión algo india por la luz tenue de las velas y el olor al incienso.
Después del desayuno escribimos nuestros nombres en el libro de las visitas, Jorma 488 y yo 487. Son los números de los peregrinos que han pasado por la "Casa de Misericordia". Qué pena no haber mirado en qué año empezó la cuenta. Dando las gracias al padre mayor fuimos a reponer fondos en la caja de ahorros.
El pueblo próximo, Aldea de Cano, vimos otra vez a Jaime, que había salido temprano.
Nos contó que siempre descansaba durante las horas de más calor del día. él tenía buenos informes sobre la ruta.
Gracias a la copiadora del Ayuntamiento, también nosotros nos beneficiamos de ellos. Después de comer Jaime se quedó a dormir la siesta.
Su intención era llegar más tarde al mismo pueblo donde nos dirigimos.
A las siete llegamos a Valdesalor.
En el pueblo no hubo ningún representante de la Iglesia para pedir "suelo santo". Tampoco el alcalde estaba. Para pasar el tiempo nos instalamos en el aula de la casa de los pensionistas a escribir el diario. Durante el día nos enteramos que en esta zona llueve muy poco.
Por eso allí hay muchas encinas, pues aguantan bien la sequía. Las bellotas son alimento tanto para personas como para animales. Además de ovejas y vacas se criaban también cerdos. Nos enteramos porqué la carne de un cerdo puede ser diez veces más cara que la de otro.
Depende de lo que comen. La más cara es la carne de los cerdos que comen sólo bellotas y andan libres en el campo. Son los de "pata negra". En la siguiente categoría están los cerdos que aparte de las bellotas, también comen pienso. Los jamones más económicos vienen de los cerdos que sólo comen pienso.
Sobre las nueve llegó el señor alcalde. Era un hombre joven y alegre. Nos dio la sala de reuniones en el Ayuntamiento para pasar la noche. El edificio era nuevo y tenía hasta duchas con agua caliente. Pronto llegó también nuestro amigo Jaime. Abrimos nuestras esterillas y dormimos los tres peregrinos en el suelo.

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Valdesalor - Cáceres

23. Jornada
7-06-2000
12 Km.

Dormimos lo suficiente aunque nos despertamos varias veces durante la noche por los impresionantes ronquidos de Jaime.
Igual que en Mérida, hicimos un día muy corto para tener más tiempo en Cáceres.
Según nuestra costumbre fuimos primero a la Plaza Mayor. Habíamos decidido dormir esa noche en una cama. Al lado de la Plaza Mayor encontramos, en una casa antigua la "Pensión Marqués". La habitación era limpia y el precio de 4000 pesetas no nos pareció caro.
Salimos a conocer la capital de Cáceres. La ciudad fue fundada en el año 78 a.c.
En la antigüedad llevaba el nombre de Castra Caecilia. Ya en el año 1166 intentó librarse del dominio árabe, y finalmente lo logró en el año 1299.
Al contrario que en Mérida no vimos recuerdos romanos, aunque tampoco los buscamos mucho. En el siglo XIII venían a la ciudad aristócratas del norte. Sus palacios y otros edificios de la misma época forman ahora el centro monumental de la ciudad. Parecía como si hubiéramos vuelto a la edad media, tan homogéneo resultaba el conjunto de los edificios. Ha sido escenario de muchas películas de esa época. El otro lugar de interés era la Plaza Mayor. En tiempos pasados en la plaza tuvieron lugar grandes torneos y mercados. Hoy por las exigencias de la vida moderna se ha convertido en un aparcamiento para coches. En la plaza también había algunos restaurantes aptos para la economía de peregrinos.
En el hotel lavamos la ropa y la tendimos en la ventana de la calle. Luego en la Plaza Mayor nos encontramos con nuestro amigo Jaime y con él fuimos a la Iglesia de Santiago a sellar las credenciales. Jaime nos explicó que los sellos de las iglesias consagradas al apóstol Santiago tienen más peso que los otros sellos. Cambiamos las direcciones y nos despedimos de este simpático gallego. Aunque teníamos la misma meta ya no volvimos a verle.
Todavía por la noche disfrutamos del singular ambiente de esta preciosa ciudad.

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Cáceres - Embalse de Alcántara

24. Jornada
8-06-2000
37 Km.

Después de un buen día de descanso estuvimos en el camino muy temprano. Tras muchas preguntas encontramos las flechas en el cruce de Cásar de Cáceres.
Allí completamos los víveres y atravesamos el pueblo hasta llegar a la Ermita de Santiago, donde las flechas indicaron a la derecha.
De allí empezó un duro camino. El paisaje se volvió seco y sin árboles. En todas partes había dehesas de piedra.
Allí fotografiamos rebaños de ovejas que buscando la sombra colocaban las cabezas debajo de sus compañeras.
A pesar del calor, el viaje continuó bien hasta el embalse formado por los ríos Tajo y Almonte, donde las flechas se perdieron en los matorrales al lado de la N-630. Nos bañamos en las aguas cálidas y limpias del embalse. Este embalse era muy grande, tenía islas y había veleros.
El último tramo hasta la "Pensión Miraltajo", en el lado norte del embalse, lo hicimos andando por la carretera.
Más tarde supimos que también hubiéramos podido dormir en la pequeña estación de ferrocarril.
La pensión era pequeña pero tenía habitaciones libres. Detrás quedaron doce horas de camino.
Cenamos y dormimos gozando de la brisa suave del embalse.

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Embalse de Alcántara - Galisteo

25. Jornada
9-06-2000
42 Km.

Teníamos la intención de pasar la noche en el pueblo llamado Grimaldo. Antes pasamos por el pueblo Cañaveral donde sellamos las credenciales. Según las instrucciones de Jaime, en el Ayuntamiento preguntamos al oficial si la casa vieja del médico en Grimaldo estaría libre para pasar la noche. Después de un par de llamadas telefónicas nos lo confirmó y doña Margarita tenía la llave. Almorzamos contentos por tener el descanso de la noche asegurado y emprendimos nuevamente el camino.
Paramos en la hermosa Ermita de San Cristóbal. En el camino hacia Grimaldo un Volvo grande paró a nuestro lado con una elegante señora de unos 50 años.
Ella nos contó, que también le gustaba caminar y hasta nos invitó a cenar en su casa. Le dijimos que nos dirigíamos a Grimaldo. Ella dijo que ibamos en la dirección opuesta.Le contestamos que seguíamos a las flechas que indicaban hacía allí.
Anduvimos un buen rato hasta que nos dimos cuenta de que ella tenía razón y que habíamos pasado Grimaldo. Ya no podíamos dar la vuelta.
Así nuestro orgullo recibió su castigo y nos quedamos sin la llave de Margarita. Además tuvimos que andar más que dos veces la distancia planeada.
Quizás por la proximidad del río Tajo la naturaleza se volvía más verde y las encinas habían vuelto al paisaje. Durante toda la tarde no vimos más edificaciones que algunas en el horizonte, pero vimos largas acequias por todas partes. El cielo se cubrió de grandes nubes oscuras y más lejos llovía. Esperábamos una buena tromba de agua. Cuando empezaron a caer las primeras gotas buscamos nuestros chubasqueros.
Por dos peregrinos en bicicleta supimos que el pueblo siguiente se llama Riolobo y que todavía hay lobos con la frontera de Portugal que está escasamente poblada.
Sobre las siete apareció la torre de la Iglesia de Galisteo en el horizonte, pero nos quedó mucho camino hasta llegar al pueblo, completamente rodeado por las murallas árabes. No esperábamos ver una fortaleza árabe en medio de este entorno. Siendo pequeño el pueblo no nos costó trabajo encontrar el albergue para peregrinos.
Allí nos encontramos con dos peregrinos en bicicleta, Angel un español y Laurence de Inglaterra. El albergue, que era el primero de nuestro viaje, tenía cuatro camas. Dejamos nuestras mochilas y salimos a ver el pueblo que era totalmente diferente a los que habíamos visto antes. En ocasiones se podía subir a los muros. Intenté hacerlo pero los escalones eran de grandes bloques de piedra sin pasamanos y tuve que dar la vuelta.
Poca gente vimos en el pueblo y las personas que vimos tenían una edad media entre 70 y 80 años. En quince minutos habíamos dado la vuelta a todo el pueblo, que tenía cuatro puertas. Dentro de los muros no había ningún restaurante, algunos bares sí, pero sólo uno abierto, que no servía más comida que bolsitas de patatas. Por suerte llevábamos algo de comida. El pueblo no estaba estropeado por el turismo. Por ejemplo no se podía comprar ni una postal.

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Galisteo - Cáparra

26. Jornada
10-06-2000
34 Km.

Por la mañana fuimos a saludar al párroco, quien nos deseó una buena peregrinación.
Compramos fruta, pan y sobre todo agua y nos sentamos en el banco frente al ayuntamiento. Las agujas de su reloj tenían forma de serpientes.
El ayuntamiento se llamaba "Casa Consistorial". Ya nos habíamos dado cuenta hacía días del cambio de nombre.
Salimos del pueblo por la puerta oeste y cruzamos el río por un puente típicamente romano. En su nido, encima del pilar central, estaba de pie como un guardián una cigüeña.
Nos enfrentamos a un camino difícil, así habíamos leído los peregrinos en Galisteo en sus libros. En unos quince kilómetros alcanzamos el pueblo de Carcaboso. Allí completamos las provisiones de agua y comimos en "Las golondrinas" un buen menú del día.
A las dos y media cuando el sol caía como fuego, salimos hacia Cáparra.
Típico del paisaje eran los interminables laberintos de dehesas rodeados de piedras, que tuvimos que atravesar. Sin las flechas amarillas pronto nos hubiéramos perdido.
Gracias a Dios los flecheros habían sido concienzudos aunque en algunos sitios habían dejado, según nuestra opinión, distancias demasiado largas entre las flechas, lo que nos costó paseos añadidos. Casi siempre las flechas estaban pintadas en los postes de puertas muy primitivas con aros de alambre como cerraduras. Estas puertas abrimos y cerramos docenas de veces durante el día. No encontramos seres humanos pero muchas vacas sí.
A las ocho llegamos a un sitio llamado Cáparra, dónde se encuentran las ruinas de un anfiteatro. Aparte de dos casas antes de las ruinas, no se veía más que un arco, probablemente la entrada al teatro. A primera vista parecía que no quedaban más que recuerdos lejanos del anfiteatro, pero después de una inspección más profunda del terreno entre la hierba alta se podía distinguir la situación de los muros, algunos detalles y trazos de pilares.
En el aire se sentía la presencia de los tiempos pasados. Al fin y al cabo fue el César Marco Trajano, un César de origen español muy poderoso, quien hizo construir el teatro durante el esplendor del imperio romano. Si se piensa que Marco Trajano había nacido en el año 53, el teatro habría sido construido ya en final del primer siglo o a principios del siglo segundo.
Cayó la noche, cenamos y montamos la tienda cerca del arco.

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Cáparra - Aldeanueva del Camino

27. Jornada
11-06.2000
18 Km.

Seguramente fue el sitio más histórico donde habíamos dormido.
En el principio del Camino hacia Aldeanueva del Camino anduvimos al lado de una carretera que sin aviso terminó. Empezó la acostumbrada búsqueda de las flechas, el abrir y cerrar de las puertas y el trepar por los muros de piedra, que habíamos hecho por dos días. Gracias a la salida temprana llegamos a Aldeanueva ya a mediodía.
El pueblo era todo menos nuevo. En la plaza del pueblo encontramos una persona, quien nos dijo que el alcalde tenía la llave de la "Casa de la Cultura", donde podíamos dormir. Esperamos hasta que llegara el alcalde o su ayudante, no quedó muy claro, que nos llevó a una casa vieja al lado del pueblo. La casa había sido reparada para una nueva función.
Dejamos las mochilas, cerramos la casa y fuimos a comer en el único restaurante al lado de la carretera general.
A la vuelta encontramos al párroco jugando a las cartas en un bar en el centro del pueblo. él vivía justo al lado. Este hombre amable nos selló las credenciales y nos invitó a ver la iglesia. En aquel momento teníamos más prisa por lavar la ropa y dejamos la visita para más tarde. Puesta al sol, la ropa se secó enseguida.
Luego en el pueblo vimos en dos sitios diferentes cuadros de azulejos decorados y pintados con nombres en latín de algunos pueblos de la "Vía de la Plata" desde Mérida. Durante la tarde visitamos la iglesia donde celebraban una misa de difunto.
A la vuelta llenamos nuestras botellas de agua en el pozo del pueblo. Allí nos rodearon unos niños y jóvenes que querían conocer sus nombres en finlandés.

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Aldeanueva del Camino - Fuenterroble de Salvatierra

28. Jornada
12-06-2000
43. Km.

Por la mañana como siempre volvimos a seguir nuestras flechas. Ellas nos llevaron a la N-630 y hasta al norte de Baños de Montemayor.
El terreno era montañoso y la carretera pasaba por un barranco y nos acercó a la frontera de Extremadura y Castilla y León.
Pasando Baños de Montemayor tropezamos con una "Oficina de Vía de la Plata", donde se podían sellar las credenciales u obtenerlas. De allí volvimos otra vez a la naturaleza y anduvimos por la calzada romana bimilenaria.
Cerca del pueblo Calzada de Béjar vimos unos miliarios redondos, que usaban los romanos para marcar las distancias.
Acercándose las agujas del reloj a las dos llegó a nuestra compañía el amigo fiel de siempre, el hambre. Pero para encontrar comida resultó un poco complicado, porque el pueblo Calzada de Béjar sólo tenía un bar que estaba cerrado. Los lugareños amables, que rondaban más cerca de los 100 años que 50, nos llevaron a una casa donde nos podían dar algo de comer. Salió una señora joven con dos niños pequeños. Era la dueña del bar a donde nos llevó. Ella le dio a su niña veinte duros y le mandó a buscar el pan. Pronto tuvimos nuestro gran bocadillo de jamón serrano y queso de oveja en las manos. Sacamos fotos de la gente del pueblo y salimos hacia Valverde de Valdelacasa donde según diversos informes podíamos dormir. Pero no fue así. No pudimos localizar ni al párroco ni al alcalde, tampoco en el próximo pueblo de Valdelacasa. Así que seguimos hasta Fuenterroble de Salvatierra donde sabíamos que había un albergue grande de la parroquia.
A las ocho llegamos cansadísimos pero contentos por haber andado 43 kilómetros. Mucho habíamos visto durante el día: nieve en el horizonte en la sierra de Béjar, riachuelos y verdor por todos los lados. Ahora nos encontrábamos delante de una casa de piedra. Era un albergue para los peregrinos, gracias al párroco Blas Rodríguez. No estaba él, pero el hospitalero nos recibió y nos enseñó el dormitorio con 25 camas y dos duchas. éramos los únicos peregrinos en la casa. Luego llegó el padre Blas con unos hombres. él era un hombre joven con un cuerpo de atleta y sobre todo muy simpático. Mientras los señores hablaban, el hospitalero nos sirvió la cena que consistió en un cocido de costillas de cerdo, ensalada y pan.
Cuando salieron los señores me puse a hablar con nuestro anfitrión Blas. él era el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Fuenterroble y un apasionado del tema. Había fundado un "parque temático de la Vía de la Plata". Los 43 kilómetros pesaban y no tuvimos fuerzas para ir a verlo, como tampoco la capilla. Deberíamos haber pasado un día entero con este hombre carismático, pero alguna fuerza nos tiró hacia adelante. El nos contó también que en los últimos años el número de los peregrinos finlandeses había aumentado considerablemente. Firmamos en el libro del albergue y también en el libro de la Asociación. Por último él nos dio una credencial y una pegatina con el texto "Busca la paz y camina tras ella".
Mientras hablábamos el sol se puso y bajó mucho la temperatura. Al frente en la cima de la montaña se veía nieve. Yo tenía frío y Jorma también pues se puso para dormir su ropa interior térmica

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Fuenterroble de Salvatierra - San Pedro de Rozados

29. Jornada
13-06-2000
30 Km.

Cuando salimos a las siete sin despertar a nuestros anfitriones todavía hacia frío.
Dejamos el pueblo y nos dirigimos al campo. Casi todo el día vimos los picos nevados de la sierra de Béjar. Empezamos la subida hacia el Pico de Dueñas. Pasamos unos quince kilómetros por bosques de árboles frondosos. Unas vistas maravillosas nos esperaban en lo alto del pico. Hasta donde alcanzaban los ojos era todo un mosaico de dehesas verdes. Había dos cruces en la cima, una en lo más alto, la cruz de hierro de Santiago y otra más nueva de madera.
Admiramos el paisaje mientras comimos nuestros trozos de pan y dos latas de atún. De allí empezó la bajada a San Pedro de Rozados, donde llegamos sobre las tres. Los peregrinos en este pueblo corrían a cargo de doña Carmen, dueña del "Bar Moreno". El bar estaba lleno. Era la hora de comer. Esperamos un rato para tener una mesa libre. Después de la comida Carmen mandó a su hija a guiarnos. Nos llevó a un colegio. El aula estaba un poco desordenada pero tenía aseo, mucha luz, y hasta una estufa para los días fríos. Aunque el almuerzo o quizás el vino del terreno nos había dejado cansados y no pudimos dormir la siesta pues las mochilas se habían llenado de ropa sucia otra vez. También tuvimos que pasar las vivencias de ayer a los diarios.
El sitio era tranquilo porque el colegio estaba situado en las afueras del pueblo y nuestros vecinos más cercanos eran unas ovejas. Por la tarde fuimos a la iglesia, pero estaba cerrada. Al ver una cabina de teléfono llamé a la Asociación de Granada y les conté cómo habíamos progresado.

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San Pedro de Rozados - Salamanca

30. Jornada
14-06-2000
25 Km.

Por la mañana llevamos la llave al "Bar Moreno". Pobre Carmen, había trabajado toda la noche y su hijo no podía despertarla. Esperamos tranquilamente hasta que en una hora bajó ella disculpándose. Poco a poco bajaban también los niños de 10 a 5 años. Su madre los acariciaba mucho y el hermano mayor a su hermanita llorona. Ya ayer habíamos observado cómo nada más llegar del colegio los niños se pusieron a ayudar a su madre llevando comida y vino a las mesas. Carmen reinaba en la cocina. Si algo fallaba una ligera bofetada o un grito ponía las cosas en su sitio. Pero fueron más besos que gritos. Admiramos cómo las españolas enseñaban a sus hijos a ayudar en la casa y ser responsables.
Pedimos un café con leche y unas tostadas. Carmen no nos dejó pagar "por ser peregrinos".
Así salimos contentos hacia Salamanca.
El terreno, comparando con el de ayer, era fácil siguiendo pequeños caminos. Como por arte de magia apareció Salamanca detrás de una colina. Ya antes nos habíamos dado cuenta de que las ciudades y los pueblos aparecían de repente de la nada al lado de un río o en un campo sin ningún barrio periférico.
Tuvimos que cruzar el río Tormes para llegar a Salamanca. La "Vía de la Plata" nos hubiera llevado directo por el "Puente Romano" pero estaba en obras y tuvimos que cruzarlo más abajo.
Como ya eran las tres lo primero era encontrar un sitio donde comer. Una estudiante muy amable nos llevó al restaurante de estudiantes universitarios, donde comimos muy bien por 780 pts.
Buscamos el colegio de los Salesianos. Era el complejo salesiano más grande de España, con su parroquia y la iglesia de Maria Auxiliadora. El párroco no estaba en su despacho. Jorma se quedó guardando las mochilas mientras yo fui a "Caja Duero" a buscar dinero. El cajero automático se tragó la tarjeta y se quedó con mi dinero. Entonces tenía que esperar a mañana. Llegó el párroco y al ver que éramos sólo dos nos ofreció una habitación de la parroquia al lado de su oficina. Selló nuestras credenciales con el sello más bonito de todos hasta ahora.
Jorma se acostó y yo fui a la Plaza Mayor con 250 pts, "quemando" en el bolsillo.
Por la noche cuando estábamos ya medio dormidos se asomó un padre mayor, que estaba cerrando las puertas, y nos deseó "Buenas noches".

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El día de descanso en Salamanca

31. Jornada
15-06-2000

Temprano fui a "Caja Duero".
La culpa la tenían los billetes arrugados en el cajero automático.
Mientras arreglábamos las mochilas llegó el párroco y nos deseó un buen viaje. Le dimos las gracias y salimos hacia la "Pensión Europa", donde habíamos ya ayer reservado una habitación. El motivo del cambio de alojamiento se justificó principalmente por la falta de ducha y el deseo de dormir en una cama.
Dejamos las cosas en la pensión y fuimos a conocer la ciudad. Buscamos la Iglesia de Santiago para sellar las credenciales. Estaba cerrada y no parecía tener ningún tipo de actividad. Cerca de la iglesia estaba el puente romano de 26 arcos que ya habíamos visto de lejos. Según el folleto, una parte del antiguo puente había sido reconstruido de nuevo, últimamente a finales del siglo XIV y sólo 16 de los arcos originales. Visitamos dos grandes iglesias y dimos una vuelta turística por la ciudad.
Almorzamos en el mismo restaurante universitario que ayer. Como el termómetro había subido más de 30 grados dormimos la siesta.
Por la tarde salimos otra vez a ver la famosa Universidad que data del siglo XIII, conocida en toda Europa. Es la universidad más antigua de España y después de la de Bolonia y la de Paris, es la tercera de Europa.
Pero lo que más nos cautivó de la ciudad fue la Plaza Mayor con su ayuntamiento, sus comercios en las galerías, bares y cafés. No me extraña que el folleto la calificara como una de las plazas más bonitas de España.
En lo que concierne a la historia me sorprendió que Salamanca se librara de los moros ya en 1085, más de 400 años antes que Granada.
Más tarde buscamos las flechas para tener la seguridad de encontrar el Camino. Las buscamos por la carretera a Zamora, según los consejos del dueño de la pensión. No encontramos ni una sola flecha. Cruzamos la ciudad por el río Tormes donde las habíamos dejado. Allí encontramos dos flechas que podían llevarnos faldeando la ciudad hacia Zamora. Muy contentos fuimos a dormir.

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Salamanca - El Cubo de Tierra del Vino

32. Jornada
16-06-200
35. Km.

Salimos a las siete con un gran ruido despertando a todo el mundo. La mochila de Jorma no quería salir por la puerta y por accidente tocamos el timbre; también hasta el dueño se despertó.
Volvimos a las flechas.
Muy pronto nos dimos cuenta que nos llevaban de vuelta a Salamanca. Todos nuestros esfuerzos de ayer y esta mañana habían sido en vano.
Me acordé de algunos nombres de los enemigos de nuestras almas.
Así perdimos casi dos horas importantes de la mañana. Por fin encontramos unas flechas descoloridas al lado de la N-630, pero mucho más lejos de donde las habíamos buscado ayer. Después de unos kilómetros empezó un paseo de 10 kilómetros pasando por tres pueblos pequeños y muchos campos cultivados. Antes de volver de nuevo a la N-630 faltaban flechas en los postes. Tampoco en el cruce del camino rural a la general había ninguna flecha, sino más lejos. Casi todo el resto del camino anduvimos por la N-630.
Todavía hubo fallos en la señalización de las flechas con innecesarias salidas a terreno difícil en las cercanías de la carretera general. Con calor agobiante llegamos por fin a las seis.
A la gente en la plaza del pueblo le preguntamos como siempre donde podíamos pernoctar. Nos llevaron a ver a la alcaldesa Gloria, que estaba haciendo decoraciones florales para las fiestas de esta noche. Era muy simpática y nos prometió la llave de un colegio del pueblo. Ella nos contó que se esperaba a gente de 26 pueblos. La fiesta era ambulante y por eso cada pueblo de su entorno tenia que arreglar la fiesta anual para los otros 25 pueblos.
Quedamos esperando delante de la casa de los pensionistas y por fin fui a la casa de la alcaldesa y su hija me dio la llave.
Había mucha actividad delante del colegio y atracciones para los niños. Después de un día largo y caluroso Jorma se sentía cansado pero yo pensé que estando en "El Cubo de Tierra de Vino" había que probar un vasito. Pedí en el bar del pueblo un vaso de vino del terreno, y el dueño dijo que ya no había vino del terreno para vender por haber disminuido mucho la producción de vino. Un rato estuve observando la buena gente preparándose para las fiestas y fui a sellar nuestras credenciales a la casa de la alcaldesa. Le conté lo que me había pasado en el bar. Ella cogió dos vasos uno para mi y otro para su marido y los llenó de un vino riquísimo y dulce. Hablamos un rato y volví al colegio. Algunos niños curiosos rodeaban al colegio. Uno de ellos me tocó y dijo "Soy José, pide por mí en Santiago".

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El Cubo de la Tierra del Vino - Zamora

33. Jornada
17-06-2000.
33 Km.

La noche resultó más tranquila de lo que yo pensaba pues la gente se fue a las fiestas en el centro del pueblo.
A las siete estábamos listos para partir a Zamora a unos 30 kilómetros. De esta caminata en mi diario hay solo escrito que "No hubo problemas con las flechas".
Aunque habíamos descansado en Salamanca queríamos conocer también Zamora. Además tuvimos otra razón: allí tuvimos la oportunidad de ver y conocer a un peregrino llamado Víctor que vivía allí. Su dirección y número de teléfono nos la había dado José Antonio de Córdoba.
Ya hace un par de días que le había llamado también.
Al mismo tiempo le pedimos que fuera al "Colegio Franciscano" para pedirnos alojamiento.
Nos encontramos y pronto estuvimos en un restaurante disfrutando de un "Arroz a la zamorana", hecho a partir de arroz y otros ingredientes como también orejas de cerdo, regándolo con un vino de la región de Toro. Bien alimentados montamos en el coche de Víctor, cruzando el Duero a Zamora.
Victor había ido ya al Colegio de los Franciscano pero lo había encontrado cerrado.
Así pasaba ahora también. El edificio parecía vacío. Menos mal que Víctor había reservado para nosotros una habitación en la "Pensión Fernando III", económica y buena. Después de un pequeño descanso salimos. La temperatura de 35 grados no había bajado ni un grado. Con un folleto en la mano que nos dio Victor fuimos a conocer Zamora. Se parecía a Salamanca por su situación.
Las dos ciudades están en una colina al lado de un río y en la ruta de "Vía de la Plata". El Duero que pasa por Zamora lleva más agua que el Tormes y llega hasta el Atlántico vía Portugal. A la frontera de Portugal desde Zamora hay sólo 35 kilometros.
Por el tamaño y sus habitantes Zamora es la mitad de Salamanca.
Aunque la ciudad es muy antigua los más importantes monumentos son de la Edad Media. El puente construido en estilo romano es del siglo XII. Tampoco encontramos monumentos árabes en el folleto. Eso se entiende pensando que los árabes solo reinaron en Zamora menos de 200 años. Su reino terminó en el año 901, o sea 184 años antes que en Salamanca. Hay dos iglesias consagradas a Santiago. En una de ellas, en la Iglesia de Santiago del Burgo sellamos nuestras credenciales. A las diez volvimos a la "Pensión Fernando III".

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El día de descanso en Zamora

34. Jornada
18-06-2000

Dormimos hasta tarde, no salimos hasta el mediodía. Por haber visitado una gran cantidad de iglesias nos quedaban menos hoy. En esta ciudad de 65.000 habitantes había 20 iglesias, más las iglesias de los monasterios.
En la oficina de turismo nos dieron la dirección de un restaurante económico donde comimos bien. Después fuimos al hotel. La habitación, que también tenia calefacción central, era lo mejor de todo el viaje y su precio 2.500 Pts., el más barato. Según Víctor, con ávila, Zamora es una de las ciudades más frías de España.
Por la tarde fuimos al centro de la ciudad y su casco antiguo con intención de entrar en la catedral.
Por desgracia estaba en obras y no pudimos pasar. Al lado de la catedral, enfrente del castillo, había un jardín muy bonito con fantásticas vistas al río Duero.

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Zamora - Pozuelo de Tábara

35. Jornada
19-06-2000
38 Km.

Pasando las primeras semanas nos habíamos dado cuenta de lo importante que era salir temprano.
En los largos trayectos lo era aún más, porque por ejemplo los ayuntamientos cierran lo más tarde a las tres y las cocinas de los restaurantes a las cuatro por la tarde. Salir ya antes de las siete fue gracias a nuestro amigo Víctor, que quería acompañarnos hasta el pueblo Roales. Hablábamos de la peregrinación. Nos contó que en Bélgica un preso joven podía bajar su pena peregrinando a Santiago acompañado de un policía.
En Roales, al lado de una placa recordando la "Vía de la Plata", despedimos a Víctor un hombre muy simpático.
Seguimos por campos cultivados hacia el pueblo de Montamarta. De allí continuamos al pantano del Esla, donde nos bañamos y comimos nuestros bocadillos.
El sol brillaba y nos quedaba mucho camino hasta Tábara donde subimos a un sitio para dormir.
Pero en un rato el tobillo derecho de Jorma empezó a hincharse mucho.
Tuvimos que cambiar los planes y decidimos ir directo al pueblo más cercano, Pozuelo de Tábara. Anduvimos unas horas al lado de la N-631 para llegar. Fueron las seis y media. El ayuntamiento, lo mismo que la iglesia estaban cerrados. Nos quedaba la tercera posibilidad, el bar. Allí nos dieron la dirección de la casa del alcalde.
En un pueblo pequeño la encontramos rápido. él no estaba pero su guapa mujer con tres niños pequeños nos sentó en la terraza mientras una muchacha fue a buscar la llave de la sala de fiestas del pueblo. Volvió y nos llevó a la Sala de fiestas recién construida.
Dejamos las mochilas pues el hambre nos llevó otra vez al bar. Había al lado un restaurante pero cerrado. El bar tenía solamente morro y callos. Nos calentó una ración a cada uno. Yo ya sabía lo que eran los callos, estómago de vaca, pero no conocía "el morro". Jorma no conocía ni uno ni otro. Aunque teníamos hambre no pudimos comer todo ni con una cerveza fría. Menos mal que nos salvó el jamón serrano y el pan, que el dueño nos cortó.
Ya de noche volvimos a la sala de fiestas. Antes de abrir nuestras colchonetas probamos algunas narices falsas y otros disfraces obviamente dejados de la última fiesta de Fin de Año.

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Pozuelo de Tábara - Santa Marta de Tera

36. Jornada
20-06-2000
32 Km.

Salimos temprano hacia Santa Marta. En el camino paramos en Tábara, donde el párroco don José Ramos selló las credenciales. Era un hombre amable que nos regaló dos folletos sobre su pueblo. Hicimos las compras, tomamos café y vuelta a las flechas. El terreno por donde pasamos estaba a unos 800 metros sobre el nivel del mar. Las flechas se encontraban casi siempre donde debían de estar. Les damos un sobresaliente a los pintores. En los sitios donde no se podía pintar habían puesto cintas amarillas con el texto "Camino de Santiago". También se veían las pegatinas verdes de la Asociación de Fuenterroble "Busca la Paz y Camina tras ella".
Como el tobillo de Jorma estaba todavía hinchado decidimos quedarnos si era posible en Bercianos de Valverde. Con la ayuda de un chico que salió de un autobús encontramos al alcalde y el albergue del pueblo. Pero el albergue era un sitio sucio y sin luz ni agua, allí no podíamos quedarnos.
Menos mal que entablamos conversación con un comerciante. Hablando de las distancias entre pueblos quedó claro que en los papeles de Víctor había una equivocación de 10 kilómetros.
Así que Santa Marta estaba a seis kilómetros.
En Santa Marta desperté al padre Julián Acero de su siesta y pronto tuvimos la llave de una sala de reuniones en la mano, al lado de la misma plaza, donde también los peregrinos podían dormir.
Enseguida, por estar muy cansados, abrimos nuestras colchonetas. En esta ocasión no hubo ni una remota posibilidad de descansar. En la habitación al lado de la sala donde estábamos, había una reunión de mujeres, algunas con escobas, todas hablando y gritando. Había ocasiones en que pensé ir a pacificarlas cuando subían mucho el tono y podrían llegar a darse escobazos. Pero en una hora y media se arregló todo y las mujeres salieron sonrientes y un poco acaloradas al sol de la tarde. Una cosa quedó clara, si había una secretaria, tenia que ser increíblemente eficaz para escribir el acta de esa reunión.
Como el descanso no era posible, decidimos ir a visitar por fuera de la Iglesia de Santa Maria de Tera construida en el año 1100. Nos llamó mucho la atención la estatua de piedra de "Santiago peregrino". Dicen que es una de las estatuas más antiguas del Apóstol Santiago. La misma estatua está descrita también en muchas publicaciones sobre el Camino de Santiago.
Al entrar en el cementerio notamos la diferencia entre al Norte y Andalucía.
En Andalucía los cementerios están separados de la iglesia y se usan nichos, mientras en el norte se entierran a los muertos en tierra, aunque se veían algunos osarios entre las tumbas.
Por la tarde oí misa con Rosario. Me acordé de haber leído un artículo sobre ¿Somos los españoles religiosos? Donde entrevistaron al párroco de San Roque en Almendralejo. Según él la costumbre del rezo del Santo Rosario se celebra sólo en algunos sitios y, lo mismo que otros cultos a la Virgen María, están desapareciendo. Después de la misa el párroco me invitó a su casa. Me contó entre otras cosas, que hace poco mientras él celebraba misa, unos kosovares le habían "limpiado" la casa de todo lo que tenía de valor. Al despedirnos, me regaló una publicación sobre la iglesia aparte de sellar las credenciales.

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Santa Marta de Tera - Rionegro del Puente

37. Jornada
21-06-2000
30 Km.

Al salir del pueblo pasamos por grandes plantaciones de chopos, como las que pasamos ayer, muy altos y como filas de soldados. Una señora que limpiaba las acequias nos informó que con ellos se fabrica el papel. Otra cosa que nos llamó la atención eran unas grandes entradas a la tierra provistas de puertas. Nunca nos enteramos de qué eran y qué guardaban dentro.
Los pueblecitos por los que pasamos estaban en su mayoría compuestos de casas hechas de barro y piedra. Eran las más primitivas que habíamos visto hasta entonces. Gran parte de ellos ya se habían convertido en montones de barro, muchas abandonadas. En algunos encontramos tiendas, todas cerradas, hasta que nos enteramos que tenían un timbre que el cliente tocaba.
El timbre estaba conectado a la casa del dueño y cuando él oía el timbre salía para abrir la tienda. Lo pusimos en práctica y efectivamente salía el dueño del otro lado de la calle y nos vendió lo que queríamos, agua y fruta.
Seguimos bien señalado el camino al lado del río Tera hasta Vega de Tera, donde de repente las flechas desaparecieron. Por lógica las buscamos por un sendero debajo de los postes de alta tensión sin encontrarlas en medio kilómetro.
Tuvimos que coger la N-525.
Las flechas aparecieron después de Junquera de Tera al lado izquierdo de la carretera hacia Villar de Fordón.
Desde ayer caminábamos hacia el oeste y el Atlántico. Quizás por eso hacía mucho más frío.
Llegamos a Rionegro del Puente. El pueblo sólo tenia dos bares donde pudimos tomar diferentes bocadillos, nada más. Con eso tuvimos que conformarnos. La suerte nos acompañó pues en el mismo bar entró el alcalde.
La amable dueña del "Bar Central" no tardó en peguntarle dónde podían dormir un par de peregrinos cansados. Tampoco tardó el alcalde en llevarnos al otro lado de la carretera general a la nueva casa de la cultura, "Edificio de Santiago de León de Caracas". Nos dijo: "Luego nos vemos en el bar". Pero con el pie hinchado de Jorma y nuestro cansancio no pudimos salir más.

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Rionegro del Puente - Asturianos

38. Jornada
22-06-2000
25 Km.

Dormimos mejor que hacía tiempo encima de los cojines blandos en el suelo de la Casa de la Cultura de Rionegro.
Al salir compramos un pan caliente en una panadería. Nos sentamos al lado de la carretera para comerlo. La mañana era fresca. Nos encantó entrar de nuevo en la naturaleza. Pasamos por pueblos pintorescos y prados verdes.
Era Corpus Christi. Muchos pueblecitos lo celebraban con cohetes. En un pueblo encontramos a unos diez hombres felices sonriendo como niños chicos. Uno de los mayores, todavía con un mechero antiguo en la mano, nos explicó que ya habían tirado sus cohetes, y ahora estaban camino de la fiesta del pueblo. Todos con sus camisas blancas y limpias. No vimos ninguna mujer yendo a la fiesta, pero trabajando en el campo sí las vimos. Pasando estos pueblos encantadores nos acercamos otra vez a la N-525 y la cruzamos. En el pueblo siguiente vimos otra vez en el muro de la iglesia una placa puesta por "Amigos del Camino de Santiago en Zamora" marcando la "Vía de la Plata". Esta placa llevaba escrito: "En este lugar murió el peregrino Pompeyo García Sandín".
Llegamos a las cuatro y media. Según el mapa, Asturianos debía ser un pueblo más grande y ya soñamos con un "menú del día".
Pero, ¡Qué va!. Solo había un bar que no servía comidas. Cuando contamos que en tres días sólo habíamos comido pan a la joven señora le dio pena de nosotros. Desapareció por la otra parte de la casa donde vivía su madre y abuela. Volvió y prometió que pronto comeríamos bien. Así fue. Hasta la abuela vino a vernos. Cuando les dimos las gracias por tan suculenta comida ella dijo que todo, hasta las chuletas, era de producción casera. Poco a poco hablando, preguntamos dónde podíamos dormir. Nos señaló a un hombre en el bar. Parece que dimos la impresión de personas fiables porque en un rato le estuvimos siguiendo hacia la Casa de la Juventud. Como allí no había agua, nos dio una lata vacía de pintura y nos enseñó el pozo al lado de la carretera.
Dentro de la casa nos esperaba una mesa con vasos sucios, botellas de alcohol medio vacías y mucha basura en el suelo. La falta de limpieza de los locales municipales, no en todos, era una de las pocas cosas negativas que encontrábamos durante el viaje.

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Asturianos - Puebla de Sanabria

39. Jornada
23-06-2000
21 Km.

Con el fresco de la mañana empezamos el camino, que iba a ser corto. Era la víspera de San Juan. Caminamos entre paisajes encantadores, siguiendo las flechas bien visibles hasta llegar al pueblo de Triufé donde desaparecieron totalmente. Seguimos por la carretera pequeña hacia el cruce de Castellanos. Allí también las buscamos sin resultado. Estábamos enfadados por no haber adquirido unas guías que tenían otros peregrinos que habíamos conocido. Volvimos a la carretera. En unos dos kilómetros vimos, en las señales de tráfico, las conocidas pegatinas verdes de "Busca la Paz... etc". Así que estábamos en el camino correcto. Cerca de Puebla de Sanabria vimos otra vez a la izquierda la señal al pueblo de Castellanos. Calculamos, que habíamos andado unos cinco kilómetros de más.
Para mí es un misterio, por qué no podían pintar flechas pasando por Castellanos directo. Justo a la entrada a Puebla de Sanabria, en el puente, vimos una flecha amarilla.
Al cruzar el puente vimos unos largos y empinados escalones subiendo el castillo. Por suerte nos llevaron justo a la plaza del ayuntamiento. Tras una espera un oficial prometió venir a abrir el polideportivo donde nos mandó esperar.
Esperamos más de una hora, hasta la hora del almuerzo, cuando dejamos una nota en la puerta para que nos dejara la puerta abierta.
Volvimos a la ciudad. En el camino encontramos el Patrol de la Guardia Civil. Les conté el problema de la puerta. Prometieron ayudarnos y, efectivamente, llegaron al restaurante cuando estábamos comiendo con la noticia de que la puerta del polideportivo estaba abierta. Diez puntos para la Guardia civil.
Lavamos la ropa y la tendimos en una cuerda hecha con los cordones de nuestras botas. Después de ducharnos cogimos un par de sillas y nos sentamos fuera a disfrutar del paisaje maravilloso del pueblo abajo.
Bajé solo a la ciudad.
Después de la misa el párroco me invitó a su casa para sellar las credenciales. Como todavía era de día decidí visitar el castillo del Conde Benavente construido en el siglo XV. De un gran interés turístico histórico. En la colina del Castillo, donde también estaba ubicado el casco antiguo, tenia fantásticas vistas al Valle de Sanabria hasta el lago y las montañas. En el folleto leí que Puebla de Sanabria se encuentra a 960 metros sobre el nivel del mar y que tenía 1733 habitantes.
Antes de dormir disfrutamos de la puesta del sol de San Juan.

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Puebla de Sanabria - Lubián

40. Jornada
24-06-2000
32 Km.

Cuando salimos hacía fresco y del río que pasa por la ciudad subía niebla. Igual que en una postal vimos tres cisnes nadando en su superficie serena.
Pronto después de salir del pueblo nos enfrentamos con una manada de perros de cuya existencia nos habían advertido. Los miembros de esta manada fueron todos amables moviendo los rabos saludándonos. Lo mismo que todos los perros que habíamos encontrado durante nuestro viaje. Sin embargo, sin nuestra simpatía quedaron los dueños de innumerables perros, que tenían a sus animales en jaulas pequeñas o atados con cadenas de metro y medio, con sus bebederos vacíos aguantando el sol abrasador.
Pasados los perros anduvimos al lado de la N-525 casi todo el día. Una vez nos perdimos cuando las flechas señalaban hacia el río. Supusimos que las flechas seguían al otro lado del río. Vadeamos el río de agua fría y seguimos buscando las flechas por un campo de arbolitos sin encontrarlas. Para volver a la N-525 tuvimos que cruzar el río otra vez. Anduvimos algún tiempo por el borde de la carretera, cuando las flechas de repente indicaban a la derecha. Seguimos algún tiempo un sendero por una arboleda cuando otra vez nos quedamos sin flechas. De todas formas encontramos la Iglesia de Santiago Terroso. Según el libro de Hermenegildo de la Campa allí había existido un albergue para los peregrinos. Ahora sólo quedaba la iglesia.
Para volver a la N-525 tampoco estaba bien señalado. Sólo por nuestro sentido de la orientación encontramos el puente que cruzaba la autovía y en sus postes las flechas.
En general el viaje transcurrió sorprendentemente bien y la subida hacia las montañas de la frontera de Galicia no nos pareció excesivamente dura. A las dos llegamos a Padornelo donde comimos en un restaurante al lado de la carretera.
Seguimos hasta Lubián donde llegamos a las 6 de la tarde.
Preguntando por el párroco me dijeron que hoy no se encontraba en Lubián sino en una de las cinco parroquias más que tenía que visitar. Nos mandaron al alcalde. Jorma se quedó sentado en los escalones musgosos de la iglesia mientras yo fui en busca de alojamiento, una tarea muy familiar.
No tardamos mucho en encontrarnos en una habitación del Ayuntamiento muy elegante con nuevos suelos de madera. El único fallo era la falta de ducha. Antes de nosotros habían pernoctado allí sólo diez peregrinos, de ellos cuatro extranjeros. Nosotros también firmamos en ese libro.
Por la tarde salí a ver este pueblo de 400 habitantes. Aparte de la iglesia y unas casas pintorescas no había nada más que ver. De vuelta a la casa entré en el único bar del pueblo y no entendí nada de lo que hablaba la gente. Practiqué un rato diciendo los números en gallego y volví a la habitación.

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Lubián - A Gudiña

41. Jornada
25-06-2000
24 Km.

Por la mañana seguimos la N-525, ya en parte cubierto de musgo. No había tráfico.
Se había pasado a la autovía de al lado.
Nos extrañó la falta de las flechas amarillas. Para salir de Castilla y León nos quedaba todavía una cadena de montañas por atravesar.
Doce días habíamos tardado en cruzar esta región autónoma.
Pero no tuvimos que pasar ningunas montañas, sino un túnel largo en cuyo otro término nos esperaba Galicia, "La Tierra Prometida".
Cuando llegamos a las nueve sacamos desde arriba una foto de la placa "Comunidad de Galicia" y la otra de la concha de Santiago.
Seguimos adelante y cuando encontramos gente les preguntamos por las flechas. Dijeron que pronto las encontraríamos. Así fue, pero dónde y cuándo nos habíamos desviado de la N-525 fue un misterio. Esto me molestó por no haber podido ver la primer concha de Santiago en Galicia.
Durante el viaje vimos muchos montes quemados. Agua, que en Andalucía escasea, aquí se encontraba en abundancia, hasta se filtraba por la tierra. Los árboles, casi siempre encinas, donde los había, tenían buena salud.
A pleno sol llegamos a A Gudiña. Las flechas nos llevaron directamente al albergue donde dos chicas de Protección Civil nos recibieron, sellaron las credenciales y nos enseñaron el dormitorio para 24 personas en el primer piso. Abajo había un comedor y un salón de estar con chimenea. Al salir las chicas nos dejaron la llave. éramos los únicos huéspedes. Nos sentimos muy animados por tener 41 días de viaje. Sólo nos quedaban seis días más.
Aparte planeamos un día de visita a Orense. El tobillo de Jorma había aguantado bien, aunque seguía hinchado.
Para festejarlo salimos a comer nuestra primera comida gallega que empezamos con una cazuela de mariscos.
Volvimos al albergue donde nos esperaba un montón de ropa sucia que lavar.

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A Gudiña - Laza

42. Jornada
26-06-2000
38 Km.

Tras dejar una nota de agradecimiento a las hospitalarias chicas empezamos la caminata. Seguimos el camino señalado con las conchas amarillas puestas en fondo azul. Estos azulejos estaban pegados en los postes de piedra y la posición de las conchas señalaban la dirección. Se notaba que en Galicia habían puesto mucho esfuerzo y sin escatimar gastos para mejorar las rutas y albergues también para los peregrinos que llegaban del sur.
Subimos a una altura de más de mil metros. En esta altura anduvimos todo el día, a veces por un camino estrecho de asfalto, otras por un camino de tierra.
Las vistas eran impresionantes, por ejemplo al "Embalse das Potras".
La vegetación era escasa, sólo brezos, grandes y pequeños con sus flores, hasta donde alcanzaba la vista.
Durante el día pasamos por unos pueblos pequeños. Las casas estaban construidas de pizarra hasta los tejados. Mucho frío y nieve hacía en el invierno, nos contó un señor mayor en uno de los pueblos. Todos los jóvenes se habían ido en busca de una vida mejor. En este pueblo sólo quedaban siete casas habitadas, todas por personas mayores.
A las doce y media llegamos a Campobecerros donde tuvimos posibilidad de comer en un restaurante.
En la última parte del camino el paisaje había cambiado a pinares y el frescor de la mañana al calor de la tarde. En Laza, cuando llegamos, la temperatura rozaba los 35 grados en la sombra.
Los chicos de Protección Civil sellaron nuestras credenciales. Según el libro que firmamos, desde julio de 1996 por allí habían pasado 734 peregrinos.
En el coche oficial de Protección Civil, un hombre joven nos llevó al polideportivo del pueblo, donde había una habitación para los peregrinos con camas y duchas.
Nos enseñó un albergue en construcción.
Por la tarde visité al párroco y fui a hacer las compras. (En la cola delante de mí una señora compró un paquete de morros y otro de callos congelados, "delicateses" que ya conocíamos).
Por la noche llamé al presidente de la Asociación de Ourense para informarle de cuándo llegaríamos.

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Laza - Xunqueira de Ambía

43. Jornada
27-06-2000
38 Km.

Empezamos la subida hacía las cumbres de las montañas por senderos y caminos bien señalados.
En gran parte pasamos por los cortafuegos.
Arriba en las nubes hacía frío y se mojaron mis botas de "goretex", una cosa que no debía pasar. A Jorma con sus sandalias no le importa. Al bajar al valle cambió la temperatura a calor.
En dos de los pueblecitos de casas de piedra no encontramos ni personas ni bestias.
Lo típico fueron los hórreos, unas casitas construidas encima de unos pilares de piedra con una cruz en el tejado y huecos para la ventilación. Las usaban para secar y guardar el maíz. Estos hórreos los veíamos en todos los pueblos pequeños hasta Santiago.
Villar de Barrio era el pueblo más grande de la zona. Allí una amable anciana nos llevó a un bar pequeño. Sin ella no lo hubiéramos encontrado, pues por fuera no había ninguna señal de que allí existía un bar. Lo mismo pasaba con muchas tiendas en los pueblecitos.
Mientras comíamos en el bar entró un señor con bigote. Cuando se enteró de nuestra nacionalidad se animó a contarnos sus hazañas en el deporte de coches de carrera. Había ganado cinco veces los campeonatos de rallye en España. Ahora había montado una farmacia con su mujer en el pueblo. Insistió en invitarnos a un café con un licor hecho de hierbas.
El último tramo a Xunqueira transcurrió sin dificultades. Igual que en Laza, las conchas nos llevaron a la puerta del albergue. Estaba cerrado y no había nadie para preguntar nada. En el centro del pueblo encontré un hombre que trabajaba en el ayuntamiento. él dijo que el albergue ya estaba terminado aparte de que le faltaban los colchones de las camas. Así que otra vez nos encontramos durmiendo en el suelo del polideportivo del pueblo.

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Xunqueira de Ambía - Ourense

44. Jornada
28-06-2000
28 Km.

Salimos temprano después de haber primero depositado la llave en una maceta al lado de un bar, como habíamos convenido con el hombre del ayuntamiento.
El sendero, marcado con las flechas, estaba en partes bajo el agua. Me di cuenta de que en Galicia teníamos que acostumbrarnos a llevar los pies mojados. Al principio pasamos por unos pueblos de "piedra". La última parte del camino resultó más aburrida por tener que andar al lado de la carretera asfaltada. La calle de la entrada a Ourense era muy larga. Aquí tampoco se habían olvidado de los peregrinos. En las aceras estaban las conchas indicando la dirección. Atravesamos toda la ciudad para llegar al Colegio Salesiano. Allí antes también habían parado Hermenegildo de la Campa y José Antonio con sus grupos.
Nos recibieron muy bien.
Sellaron las credenciales primero y luego nos enseñaron una sala de deportes, pequeña y muy limpia.
Dimos una vuelta por la ciudad y, después de comer, volvimos a echar la siesta durante las horas de más calor. Luego volvimos a visitar el casco antiguo y las fuentes calientes de Burgas. Su agua tenía fama de ser beneficiosa para la salud. Muchas personas llegaron a llenar sus botellas y algunas se lavaron sus ojos.
En la plaza del Ayuntamiento tomamos una cerveza gallega y observamos que el nombre de ayuntamiento había cambiado, ya por segunda vez, a "Casa do Consello". En el Colegio nos encontramos con óscar Sánchez, el Presidente de la Asociación en Ourense. Le presenté una lista larga de preguntas y él me dio las contestaciones. El nos contó que partes del Camino de Santiago original del sur habían estado en peligro de quedarse en el olvido. él había sido uno de los investigadores y por ejemplo había entrevistado a muchas personas mayores. El resultado fue que con unas máquinas pequeñas empezaron a abrir el viejo camino entre la vegetación.
Luego con Jorma fuimos al puente romano que cruzaba el río Miño. Sus cimientos eran originales, el resto reconstruido en el siglo XIII.
En el colegio conversamos con un padre salesiano que enseñaba filosofía y ciencias naturales. él nos contó que la matrícula en bachillerato era de 300.000 Pts. al año y que una gran parte de los alumnos eran de familias de clase alta.

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El día de descanso en Ourense

45. Jornada
29-06-2000

Nos despedimos de los salesianos y nos dirigimos al albergue, cerca de allí. Por fuera parecía una gran casa vieja y descuidada. Había sido "Claustro de San Francisco". Sus puertas permanecían cerradas. Tampoco el número de teléfono puesto en la puerta dio resultados. Esperamos una hora hasta que llegó el encargado de la galería de arte que funcionaba en el mismo complejo. Nos abrió las puertas y el entrar nos quedamos atónitos al encontrar una casa restaurada con gran gusto y competencia y al mismo tiempo muy acogedora. Había 27 camas repartidas en dos dormitorios. Escogimos el más pequeño con un cuarto de baño.
Luego seguimos nuestra vuelta por la ciudad, a la Catedral. Era la última de las grandes catedrales en estilo románico en el occidente. Era grandísima, dentro tenía varias capillas. En uno de los pasillos centrales había unos 10 confesionarios. Pasando por ellos vimos que estaban en buen uso, como los pecados en el mundo no han terminado aún.
Después de unas plazas y jardines comimos en la "Cafetería el Museo", como ayer, y volvimos al albergue para entrevistar a D. José Luis, el encargado de la galería de arte, que también abría y cerraba las puertas para los peregrinos. Nos enseñó las partes del monasterio que no habían sido restauradas. Estaban muy deterioradas.
Por ejemplo en una capilla las ventanas de cristal-plomo estaban destruidas y todo lo de valor robado. En el jardín nos sacó una foto.
En nuestro dormitorio empecé a estudiar el folleto del monasterio. Se construyó en 1330 por los franciscanos -"Los hermanos grises"-. Ellos lo habitaron más de 500 años. En el año 1835 el monasterio fue confiscado por el Estado, como otros de la orden franciscana. Los hermanos fueron expulsados.
Ocho años más tarde el monasterio fue convertido en un cuartel de artillería. Cuando se marcharon seguía su estado de degradación hasta nuestros días. Aparte de ser el único complejo franciscano conservado, también es un tesoro arquitectónico. Según José-Luis una subvención para restaurar el monasterio había ya sido concedida.
En el tablón de anuncios del albergue encontré un artículo sobre un marinero español que fue salvado de un naufragio en el mar de Noruega y por eso había prometido peregrinar a Santiago. Hasta la fecha había peregrinado por todas las rutas posibles, en total unos 16000 kilómetros.
El otro artículo fue de "El País" sobre los pueblos "fantasmas" de España.
Ahora hay unos 1.500 pueblos abandonados y su número sigue en aumento.
En diez años habrá tres veces más.
Por la tarde apareció en la puerta del albergue un peregrino norteamericano Thomas. Era de la ciudad de El Paso, cerca de la frontera de Méjico. Un hombre de negocios de 53 años. Un rato después apareció otro, José María de Madrid, un joven fotógrafo. Ahora estudiaba historia y filosofía en la Universidad de Madrid. Por la noche tomando una copita de vino hablamos con Thomas, mayormente en español, que él dominaba bien por vivir en una región de dos culturas.
Había peregrinado ya varios años, por ejemplo hasta Roma y una parte del camino a Jerusalén. Solía andar por carreteras con una mochila pequeña y con un par de deportivos viejos.

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Ourense - Monasterio de Oseira

46. Jornada
30-06-2000
30 Km.

A las siete de la mañana las conchas empezaron a indicarnos el Camino, primero por el puente romano hasta la larga y dura subida a los montes.
A la una llegamos a la plaza de Cea donde había una torre extraña con su reloj y campanario. Enseguida salió de su furgoneta de una emisora un reportero que quería entrevistarnos. Al enterarse que no habíamos dormido en el nuevo albergue del pueblo, perdió el interés.
Comimos, sellamos y seguimos el Camino. No paramos hasta un bar en las cercanías del Monasterio de Oseira.
En un rato entró Thomas. El había llegado antes caminando por la carretera, y tenía su habitación reservada en el monasterio. Gracias a él nos enteramos de la posibilidad de dormir allí. Esperamos un rato en la sala de entrada del monasterio donde vendían postales y licor preparado por los monjes.
Pronto llegó el sonriente hermano Luis con su hábito y nos acompañó por unas arcadas largas hasta el tercer piso. Si ayer estuvimos asombrados, hoy aún más. En vez de una celda tuvimos cada uno una pequeño "suite" con vestíbulo, un salón, un dormitorio, un cuarto de baño y un balcón pequeño.
Poco antes de las siete vino el hermano Luis a llevarnos a las vísperas. Con nosotros vinieron Thomas, un matrimonio inglés y dos familias españolas. Allí en la capilla intentamos leer y murmurar con los otros textos gregorianos en latín. A veces los hermanos cantaban solos uno por uno. Especialmente el superior cantaba muy bien. La música de órgano hizo todo aún más impresionante y conmovedor. Las vísperas duraron una hora. Los últimos quince minutos fueron dedicados a la meditación.
Los hermanos la dominaban muy bien, parecían estar en el otro mundo.
Como nosotros no la dominamos, nos quedó a seguir el vuelo de una golondrina de arriba abajo en la nave de la capilla.
Terminando las vísperas el hermano Luis nos acompañó a nuestras habitaciones prometiendo buscarnos para cenar.
A las nueve y media estuvimos en el comedor con otros viajantes y peregrinos. El hermano Luis nos servía una cena excelente.
Yo había estado esperando una oportunidad para poder hablar con él y después de la cena la tenía. Luis me contó que el monasterio era un monasterio cisterciense, también conocido como Bernardino según su miembro más conocido Bernard Clairvaux. Donde los franciscanos premian la pobreza, los cistercienses recalcan la importancia del trabajo en la vida de las personas. El mismo principio se practicaba también en este monasterio, que es el segundo monasterio en España en tamaño después de El Escorial.
Según el hermano Luis todos los días de los monjes empiezan con la misa a las cuatro de la madrugada. Ahora sólo hay catorce monjes. La vida en el monasterio es muy dura, durísima, dijo el hermano Luis. Hace mucho frío en el invierno y todo está cubierto de nieve. Muchos han sido los novicios durante años, que han venido y marchado por encontrar la vida allí demasiado dura, contó Luis. él mismo dijo estar contento y feliz y se le notaba. El tenia 28 años cuando llegó al monasterio y de eso hace ya 25 años.
Como hace siglos, el monasterio pretende ser autosuficiente. Cada hermano tiene su tarea. Por ejemplo unos elaboran y embotellan el licor en la pequeña fabrica. Las hierbas que ellos necesitan para el licor se cultivan en el propio jardín y una parte tienen que comprar. Otros monjes cuidan las catorce vacas.
Antes se fabricaba el queso en el monasterio. Ahora, por las nuevas regulaciones, llevan la leche directamente a la central lechera. Otros trabajos son la jardinería y selvicultura. Hoy en día ya no se usa la leña para la calefacción. Está sustituida por calefacción central de gas.
La tarea del hermano Luis era la acogida de los turistas y peregrinos y enseñarles el monasterio.
Fue una pena que llegáramos tarde para eso.
También las reglas concernientes a la vida privada de los hermanos parecía muy severa.
Según el hermano Luis los monjes no pueden salir del monasterio sin el permiso del superior. Tampoco, cuando sus familiares vienen a visitarles, les permiten comer en el mismo comedor.
Por último pregunté por su técnica de meditación. El dijo que era el método de "la voz de desierto", que se basaba en repetir la misma frase.
Hablando de estas cosas en los pórticos de piedra empezamos a tener frío aunque estábamos en pleno verano. Así fuimos cada uno a su habitación. Fuera estaba lloviznando y un halcón llamaba en el bosque oscuro.

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El monasterio de Oseira - Bandeira

47. Jornada
1-07-2000
50 Km.

Por la mañana a las siete y media estuvimos listos para partir. Por mi parte el sueño había quedado en pocas horas por escuchar la lejana música gregoriana de la capilla donde los 14 hermanos empezaban su día a las cuatro de la madrugada.
Busqué a Jorma y juntos con el hermano Luis bajamos al comedor donde él nos sirvió pan con leche caliente. En la sala de entrada escogimos unas postales que Luis no nos dejó pagar. Nos despidió con "quien ha peregrinado una vez, lo volverá a hacer". De repente se arrodilló en nuestros pies diciendo que todos debemos servir unos a los otros como nos enseñó Jesucristo.
Después de la despedida tan emocionante cruzamos el umbral al mundo exterior. Al lado de las tierras del monasterio encontramos el sendero hacia las montañas. Como por la noche había llovido mis botas se mojaron enseguida.
El día resultó muy largo y penoso. El terreno era difícil, pero la señalización nunca falló. Aparte de árboles frondosos, nos encontramos con muchos pinares. Había fuentes para llenar la botellas, algunas muy bonitas decoradas con estatuas pequeñas. Un puente romano bien conservado en Taboada cerca de Lalín puso su pincelada de historia antigua en el Camino.
Entrando al pueblo de Bandeira vimos una banda de verdaderos gaiteros en su camino al pueblo. En Bandeira nos contaron que celebraban una gran fiesta esta noche. Preguntamos a mucha gente por el albergue de peregrinos, donde tuvimos una cita con Thomas, pero nadie sabía nada. Lo que sabía una persona era que en el camping del pueblo había un albergue para peregrinos. Llegamos tras tres kilómetros de camino al camping. El encargado al ver nuestras credenciales nos llevó a una cabaña de madera apartada un poco de las otras cabañas. Tenía 12 camas y éramos los únicos peregrinos. El camping era casi de lujo con su edificio central con habitaciones y dos restaurantes. Al lado estaban las duchas y lavaderos con agua caliente y una piscina nueva de 25 metros. Qué pena que tanto la temperatura del ambiente como del agua no llegaban a los 20 grados.
Cenamos un bocadillo de queso y nos preparamos para ir a la cama. Detrás quedó el viaje más largo de toda la peregrinación.

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Bandeira - Santiago de Compostela

48. Jornada
02-07-2000
35 Km.

Por la mañana a las seis nos despertamos al repiqueteo de la lluvia. Decidimos quedarnos a descansar una hora más.
La primera tarea del día fue la de buscar al párroco para sellar las credenciales. Aunque sabía que despertar a la gente a las ocho de la mañana después de una fiesta no es un acto cristiano. Al rato de tocar su timbre salió su hermana, que amablemente nos selló las credenciales.
Así empezamos con nuestra última caminata hacia Santiago, la meta de la peregrinación.
Durante el día experimentamos el paisaje cambiante de Galicia; subidas y bajadas, arboledas verdes de eucaliptos y pinos. Cerca de Sacro Monte pasamos un aserradero grande con su almacén de tablas de pino rojo de Galicia, las que venden también en Almuñécar.
Durante el día llovió, pero con nuestros impermeables que cubrían las mochilas daba igual.
Sobre las cinco avistamos por primera vez Santiago. Su Catedral con torres altas dominaban el paisaje. Todo parecía muy grande por estar construido en la cima de una colina. Los que vienen del Camino de Francia pierden este primer contacto impactante.
Por fin a las siete y media llegamos a la Oficina de Acogida del Peregrino cerca de la Catedral. Delante de nosotros había un grupo de jóvenes. Cuando llegó nuestro turno, primero llenamos un cuestionario sobre los datos personales y motivos y origen de la peregrinación. La devolvimos con nuestras credenciales a las señoritas de la oficina. Después de comprobar los datos nos entregaron "la Compostela" en latín por haber cumplido con la peregrinación, como la Iglesia Católica ha hecho ya así durante un millar de años.
Parecía que nuestra peregrinación tenía algo especial porque uno de los funcionarios quería entrevistarnos y al salir hasta nos dio la mano, que no hacía con todos. Saliendo de la oficina ya no éramos Jorma y Pedro sino Gregorium y Petrus. El albergue cuya dirección nos habían dado las chicas de la oficina no estaba lejos. Era en un Seminario Menor.
Tenía camas hasta 800 personas en tres pisos. Pagamos nuestras 500 Pts. cada uno y nos dieron plazas en un dormitorio de 50 camas. Aparte de los españoles tuvimos la compañía de los franceses.
Aunque cansados, salimos a cenar. Luego Jorma volvió al albergue y yo fui a buscar el "Hotel San Lorenzo", donde tenía la cita con los amigos de Córdoba.
José Antonio y Elena. Lo encontré pero ellos no habían llegado todavía. Les dejé una nota. A continuación fui a buscarnos un hotel para mañana. Lo encontré en la parte antigua de la ciudad. La razón de alquilar dos habitaciones fue que nuestras mujeres también estaban en camino a Santiago, por supuesto no andando sino en el tren nocturno. Querían estar presentes en el último y el más importante acto de la peregrinación, quiere decir, en la misa de los peregrinos a las 12 del día siguiente.
A oscuras con la fuerte lluvia volví al Seminario Menor.

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En Santiago

49. Jornada
03-07-2000

Por la mañana a las 10 pasamos a recoger a las señoras en la estación de ferrocarril.
Nada más dejar el equipaje en el hotel salimos andando hacia la Catedral. Delante de la Catedral encontramos a José Antonio y Elena.
Seguimos la cola hasta entrar a la Catedral. Pasamos por el tradicional "Croque", un cabezazo ligero contra el pilar, metiendo los dedos en los huecos que millones de peregrinos habían hecho durante cientos de años. Así fue cumplido el primer saludo al apóstol Santiago, cuya estatua está encima en el mismo pilar.
Aunque era lunes la Catedral estaba llena de fieles y peregrinos. También había llegado un grupo de jóvenes, peregrinos de Italia. Por eso una parte de la ceremonia era en Italiano. Antes de la misa, el párroco enumeró los lugares de salida y las nacionalidades de los diferentes peregrinos desde España y Francia hasta Brasil, y dijo también: "Han llegado de Almuñécar dos peregrinos de Finlandia". Fue un momento inolvidable.
Menos mal que tuvimos asientos.
Así tuve tiempo para pasar en tranquilidad todos los encargos de peticiones a Santiago.
Tras la misa tuvimos una sorpresa agradable. Aunque no fue domingo cuando pasan el "Botafumeiro" hoy también lo echaron al vuelo. Si lo hubiera sabido Thomas podía haberse evitado la caminata desde Bandeira a Santiago por la noche para verlo el domingo. Varios hombres se necesitan para mover el "botafumeiro" de 60 kilos con un metro y medio de altura para subirlo encima de las cabezas de los fieles. A veces parecía tocar el techo. Luego me contó José Antonio que por 40.000 Pts. de ayuda económica a la Iglesia, el "botafumeiro" también lo echan a balancear cualquier día.
Después, como todo el mundo, dimos una palmada a la estatua de Santiago detrás del altar y bajamos hasta la cripta del apóstol. Era una habitación pequeña donde encima de una plataforma, en la urna de plata, están las reliquias del apóstol Santiago, que murió en el año 44. Hasta la ciencia con la prueba de carbono 14 afirma que los restos en la urna pertenecían a un hombre de esa época.
¿Entonces, quién era este hombre, que había sido nuestra "estrella fija" en el camino?.
En el folleto del año del Jubileo 1999 encontramos lo siguiente: Había nacido cerca de Nazaret en un pueblo llamado Yafía en el principio de nuestra era. Era pescador en el lago de Galilea. Un día, estando arreglando las redes con su hermano Juan pasó Jesús y los llamó. Con su hermano siguió a Jesús y estaba con él hasta el final. Cuando Pedro fue a Roma, Santiago navegó al oeste hasta España donde desembarcó en Finisterre.
Según las primeras tradiciones verbales y escritos extendió el evangelio en Galicia y en España en los años 32-43. Cuando volvió a Jerusalén el gobernador romano Herodes Agrippa lo hizo decapitar. Era el primer discípulo de Jesús que sufrió martirio. Según la tradición, sus discípulos trajeron sus restos a España.

Nuestra visita a la catedral de Santiago llegaba a su fin. Al irnos pasamos todavía por la acogida antigua de los peregrinos.
Por último fuimos a la nueva oficina de acogida de peregrinos para preguntar cuántos peregrinos oficialmente registrados habían llegado a Santiago en el año de jubileo 1999 y en los primeros meses de 2000. La oficina había repartido 124.679 compostelas a los que llegaron por el "Camino Francés" y 4.167 a los de "Vía de la Plata". En el año 2000 hasta el 3 de julio habían llegado por "Camino Francés" 11.921, y por "Vía de la Plata" sólo 315 peregrinos. En el año 1993, que también fue un año de jubileo, llegaron 99.436 peregrinos y 1997 25.179 de 78 países diferentes, todos ellos peregrinos a pie. Los números eran mucho menores de lo que se publica en la prensa.
Después de almorzar con nuestros amigos cordobeses llegó la despedida.
Había culminado nuestra peregrinación. Atrás quedaron el sol caliente de Andalucía, los prados verdes de Extremadura, el fresco tenebroso de las viejas iglesias, los picos nevados de sierra de Béjar y la sonrisa del amable hermano Luis. Según diferentes fuentes habíamos andado 1267 kilómetros, que hizo unos 30 Kilómetros al día. Seguir hasta Finisterre, donde por tradición debimos quemar una prenda vieja, la señal de empezar una vida nueva, quedó para otra ocasión.